Cuando Pepe Pinzales participaba en la Vuelta al País Vasco
iba desde Gijón en bicicleta “pa calentar”

La Vuelta Ciclista a España nació en 1935. Antes de esa fecha el ciclismo era un deporte de provincias que apenas rebasaba fronteras. Entre los años 20 y 30, en Asturias, uno de los pioneros nacionales del pedaleo fue José Menéndez ‘Pinzales’, un ciclista de raza que estuvo presente en todos los hitos fundacionales de la bici como medio para competir. ‘Pinzales’ participó en la primera Vuelta Ciclista a Asturias (1925), en la primera Subida al Naranco, en las primeras vueltas al País Vasco, en la Vuelta a los Puertos (como se llamaba la carrera de la Comunidad de Madrid); y, antes de todo eso, en la creación del Club Ciclista Gijonés en 1922, de donde saldrían los primeros ídolos locales de este deporte.

En las crónicas de la época se habla de Pepe Pinzales como uno de los grandes corredores de fondo gijonés, asturiano y español. Durante más de veinte años, acumuló en sus vitrinas trofeos de todas las competiciones en la que tomó parte. Ganó la Vuelta a Asturias en tres ocasiones (la última, con 43 años), así como multitud de etapas en la del Naranco, la del País Vasco, la de Burgos, la de Madrid… Y lo hizo en ocasiones de forma épica: con un pedal roto, enfermo e incluso cuarentón, cuando se empezó a sumar a las carreras su hijo Joaquín, lo cual provocó la singular estampa de ver competir a padre e hijo el uno contra el otro. Son numerosas las crónicas recogidas en EL COMERCIO sobre sus gestas, tanto las de sus victorias como la de aquella I Subida al Naranco que protagonizó en 1941 y acabó ganando un tal Ulpiano “escoltado por Emilio Pérez y José Pinzales”. O las del periódico ABC, donde se describe en 1934 “una carrera preciosa donde Bernardo de Castro, Manuel Ruiz Trillo y Pinzales fueron los amos de la prueba madrileña”. 

Tras escribir las primeras páginas de la historia ciclismo asturiano y español en la antesala de su profesionalización, nuestro hombre abrió el Garaje Pinzales, al inicio de Constitución, donde reparó y vendió bicicletas durante décadas a medio Gijón, ayudado por su hijo Joaquín. Así hasta su jubilación, en la que no cesó de recibir homenajes por su épica trayectoria. De su madera de ciclista brotarían tres ramas familiares con idéntica vocación. La primera, la propia, seguida luego por sus hijos y nietos. La segunda, la de su sobrino Manuel, con Ciclos Pin, perpetuada por sus hijos, uno de los cuales patentó la marca MMR. Y la tercera, la de su sobrino nieto Manuel Ángel, quien tuvo negocios en Gijón (Astur Bici) y Avilés (Centro Avilés). Desde esta misma semana, esa ‘tercera vía’ ha resurgido de manos de su hijo Manuel Ángel junior, sobrino biznieto de ‘Pinzales’, quien acaba de abrir Bici Astur en Carlos Marx 13, a dos pasos del cruce de los Institutos.

Manuel Ángel Menéndez (Manolo, Lolo) aúna experiencia, ilusión y apellido, abre a diario de 3.30 a 8.30 y abarca tanto la reparación como la venta de la marca Conor y de todas aquellas bicicletas artesanales que concibe su desbordante imaginación o la del cliente, pues también las hace por encargo. Esos modelos únicos a bajo precio serán una de sus señas de identidad, además del trato familiar y la diligencia en la puesta a punto. Desde Pepe Pinzales hasta Chechu Rubiera, la historia del ciclismo asturiano y de la bicicleta en sí misma ha tenido un hilo conductor apellidado Menéndez. ‘Pinzales’ tendría ahora 111 años. Su sobrino biznieto cumple esta semana 38. Es el último de esta saga de incansables pedaleadores y atiende a quien le quiera visitar en Carlos Marx.

PD.-Foto histórica de Pepe Pinzales (segundo por la izquierda, espigado y repeinado) tomada en 1932. Las demás, imágenes de la inauguración de Bici Astur, el jueves 14 de mayo de 2015.