Reticente Draghi

Las bolsas mundiales han cerrado la semana con un comportamiento mixto. En Europa, las caídas eran para el DAX y el FTSE, presionados por la fortaleza de sus divisas en las compañías exportadoras. El mercado doméstico, por el contrario, acababa en positivo, a pesar del mantenimiento del desafío independentista catalán con la convocatoria del pleno de investidura de Puigdemont para el 30 de enero por parte del Parlament. En EE.UU., la semana cerraba en positivo, a pesar de iniciarse con el cierre de la Administración federal (levantado el martes) ante la falta de acuerdo entre el bando demócrata y el presidente Trump sobre el tema de la inmigración.

La semana ha estado marcada por la reunión del BCE, en la que Draghi confirmó que hay muy pocas probabilidades de que la primera subida del tipo marginal de depósito se produzca antes de final de año. Además, reconoció que la volatilidad en el tipo de cambio será un factor a vigilar, aunque en parte es debida a la solidez económica de la Eurozona. El BCE mantiene tipos, descarta subirlos este año y, pese a ello, el euro remontó y rebasó los 1,25 dólares. Con esta decisión de mantener los tipos de interés en el 0%, el presidente del BCE descartó la posibilidad de subir las tasas este año y expresó la preocupación por el impacto de la volatilidad del mercado de divisas en la política monetaria. Las palabras de Draghi, quien destacó la posibilidad de que la economía de la eurozona pueda ofrecer sorpresas positivas, mientras la inflación subirá gradualmente hacia el objetivo de la institución, espolearon la cotización del euro, que llegó a superar por primera vez desde diciembre de 2014 los 1,25 dólares. En cuanto a la Fed, John Williams (Fed de San Francisco) reconocía en una entrevista que la economía americana va a crecer por encima de sus estimaciones, por lo que ve más probable que la Fed tenga que acelerar su proceso de normalización hasta cuatro subidas del tipo oficial este año antes que tener que pisar el freno por una desaceleración económica.

En la cita anual en Davos, Trump rechazaba las interpretaciones del mercado a las declaraciones previas de Mnuchin, el secretario del Tesoro, sobre el apoyo gubernamental a un dólar débil, que habían desatado críticas por parte de diversas autoridades europeas, incluido Mario Draghi durante su intervención tras la reunión del BCE, considerándolas un ataque al histórico acuerdo entre los bloques de no intervención en divisas. Trump enfatizó que la economía estadounidense se encuentra en muy buena forma y que ello debe reflejarse en un dólar fuerte. El dólar recuperaba posiciones después de estos comentarios, tras haber perdido durante la sesión el nivel de 1,25$/€.

Considero que en los términos expresado en las declaraciones en Davos, la Unión Europea está dispuesta a ser flexible en la duración y en otros términos del periodo de transición del Brexit, aunque se espera alcanzar un acuerdo en marzo. Por otro lado, el Primer Ministro irlandés no cree que Reino Unido se aleje del acuerdo alcanzado sobre la frontera de Irlanda del Norte en el mes de diciembre, dada la pérdida de confianza que supondría este hecho.

Quisiera abundar en el tema del BCE, refiriéndome a las cuatro tareas fundamentales que deberá afrontar y que son las siguientes:

1. Cambios en su discurso

La comunicación se ha convertido en un arma prioritaria para el BCE, por ello al término de cada una de sus reuniones sobre política monetaria emite un comunicado sobre la orientación futura (‘forward guidance’) que es examinado al milímetro por el mercado porque de él dependen muchas de sus decisiones a medio plazo. De hecho, su retórica no es casual, sino que está muy estudiada.

2. Fin del QE

La cuestión que más se debate a día de hoy en el mercado es la relativa a cuándo pondrá Draghi fecha de caducidad a su programa de compra de deuda, conocido técnicamente como APP, según sus siglas en inglés (programa ampliado de compras de activos) y más comúnmente por su genérico QE (Quantitative Easing o expansión cuantitativa). Por ello, el cambio del discurso del BCE estará en la próxima reunión dirigido a preparar el terreno para el fin del QE.

3. Hucha del BCE

La aceleración en la normalización de la política monetaria también se traducirá en una relajación sobre la tasa de la facilidad de depósito. Es decir, sobre esa especie de hucha que el BCE pone a disposición de las entidades para que depositen su exceso de liquidez. El problema es que desde junio de 2014 el BCE penaliza todo euro que entra en esta hucha. En esa fecha empezó imponiendo un gravamen del -0,1%, pero desde marzo de 2016 la ‘multa’ asciende al -0,4% con el objetivo de incentivar el crédito.

4. Fin del dinero gratis

Tras la subida de la tasa de la facilidad de depósito, el siguiente movimiento del organismo monetario europeo será acabar con la era del dinero gratis. Los tipos de interés se encuentran en el 0%, su mínimo histórico, desde el 16 de marzo de 2016. Pero para un movimiento de tal transcendencia el banco emisor tendrá que haber preparado muy bien antes a los mercados. De hecho, en el mercado se habla del próximo mes de septiembre para cambiar el discurso sobre el precio del dinero. Será entonces cuando podrá cambiar su actual «los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos», por un horizonte temporal más corto. Una vez agotado el QE, el BCE tendrá que volver a actualizar la redacción de su comunicado.

En mi opinión y en este contexto, la gran incógnita es cuándo llegarán las subidas de tipos que las entidades bancarias está esperando como agua de mayo.

Otra cuestión muy diferente, pero no por ello menos importante, es la que atañe a la cúpula del organismo monetario europeo que sufrirá una remodelación de calado hasta 2020 con la rotación de cinco puestos. El primero de ellos será el que ocupa el portugués Vítor Constancio, el vicepresidente del BCE, deja su cargo el 31 de mayo. Y el claro favorito para sustituirle es Luis de Guindos, el ministro de Economía y Competitividad. El plazo para presentar las candidaturas expira el 7 de febrero. En 19 de febrero se consensuará un nombre en la reunión del Eurogrupo y no será hasta la reunión del Consejo Europeo del 23 y 23 de marzo cuando se valide el nombramiento. De Guindos cuenta a su favor con el apoyo de países clave como Alemania y con la falta de representación institucional de España en Bruselas. Entre sus puntos débiles, juega su marcado perfil político y la desigualdad de género en el seno del BCE.

Como señalé en entradas anteriores, la CNMV está «preocupada» por la venta «desordenada» del ‘bitcoin’ entre los ciudadanos. El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha expresado la primera gran advertencia pública sobre la proliferación de las monedas virtuales, con el ‘bitcoin’ a la cabeza. El regulador ha mostrado su “preocupación” por la comercialización de estos activos al entender que los ciudadanos se están adentrando en este mercado de forma “desordenada”, lo que supone “un peligro” para sus intereses, tras ser tentados por las plataformas virtuales que operan en Internet. Albella ha insistido en su comparecencia en el Foro ABC-Deloitte, en la complejidad de adquirir productos como el ‘bitcoin’ -la moneda virtual de referencia en la actualidad, que cotiza un 40% por debajo de su máximo registrado hace un mes- para pequeños inversores de forma directa en la Red. Porque se trata de compañías “no reguladas” que escudan la comercialización en indicar que las criptomonedas “no son valores negociables”. Además, ha alertado sobre el “problema” de la custodia, esto es, de que se trata de un activo que no cuenta con ningún respaldo ni nada asegura la capacidad de pagar el dinero comprometido a futuro. Por eso, ha llamado la atención sobre el “extraordinario riesgo” que entraña esta inversión por su volatilidad y el hecho de que sea finalmente una “burbuja”.

Estimo que, a nivel doméstico, uno de los temas más preocupantes es la aprobación de presupuestos. Montoro fija la primera semana de abril como límite para aprobar los Presupuestos. El ministro de Hacienda afirma que si en esa fecha no logra los apoyos necesarios «no tiene sentido» presentarlos y superponerlos a la tramitación de las cuentas de 2019. El ministro ha responsabilizado de tener que prorrogar las cuentas públicas de 2017 a la crisis de Cataluña. De hecho, Montoro ha resaltado que el Gobierno logró el pasado julio el apoyo parlamentario para aprobar el techo de gasto de los presupuestos, pero el agravamiento de la tensión por Cataluña hizo perder apoyos. Una referencia, aunque sin citarlo, al PNV, que tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución se ha mostrado reacio a mantener el apoyo a las cuentas públicas. En este sentido, Montoro ha explicado que el desafío independentista es la «causa clara manifiesta y explícita que ha impedido que tengamos la aplicación normalizada de unos Presupuestos».

Y que por temas políticos se pare la maquinaria económica a mí, amable lector, me parece muy grave y no refleja más que la lejanía de algunos políticos de las preocupaciones reales de los ciudadanos en su día a día.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.