Repetirá en Barcelona

Ha sido la pasada una semana de fuertes caídas en las bolsas mundiales. A ello hay que sumar la incertidumbre sobre el impacto en el comercio mundial de la publicitada imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio por parte de EE.UU. Donald Trump ha decidido elevar los aranceles al acero y el aluminio y firmará la próxima semana nuevas tasas arancelarias para proteger a los fabricantes estadounidenses. El presidente de Estados Unidos ha anunciado el pasado jueves que impondrá aranceles del 25% al acero importado y del 10% al aluminio, medida con la que busca proteger a la industria estadounidense y que adelantó que anunciará formalmente la semana que viene. Con esto, los títulos de AK Steel Holding subieron casi un 12%, los de US Steel Corp lo hicieron un 8% y los de Nucor un 3,6%. Al contrario, las acciones de empresas como Boeing cayeron, pues se prevé que esta medida aumente los costes de los fabricantes. Las acciones de productores asiáticos de acero como POSCO o Nippon Steel también cayeron. A mediados del pasado mes de febrero, el Departamento de Comercio de EEUU instó a la Administración a imponer un arancel de al menos un 24% sobre las importaciones de acero a cualquier país del mundo o, en su defecto, una cuota del 53% sobre la compra de este material desde EEUU en doce países, incluidos China o Brasil. En este sentido, la oficina comercial señaló que el presidente debía tomar una decisión antes del 11 de abril de 2018, para cuando podrá haber asumido las recomendaciones o incluir modificaciones como el ajuste de los porcentajes. Asimismo, respecto a las importaciones de aluminio forjado y sin forjar, el departamento pidió un arancel de al menos el 7,7% sobre las importaciones de todos los países exportadores, aunque también se sugirió un arancel del 23,5% para el aluminio procedente de China, Hong Kong, Rusia, Venezuela y Vietnam. En el caso de las consideraciones referidas al aluminio, Trump tenía hasta el próximo 19 de abril de 2018 para tomar una decisión.

En la primera comparecencia pública de Powell como presidente de la Fed, el recién llegado abría la puerta a cuatro subidas del tipo de interés oficial en el año 2018, gracias a la solidez de la economía americana la cual según él ha mejorado desde el mes de diciembre, pero sin mostrar signos de sobrecalentamiento. Además, el mercado laboral continúa mostrando gran fortaleza, dando señales de que la inflación pueda alcanzar los niveles objetivo. Sin llegar a encender las alarmas, Powell mostraba su preocupación por la insostenibilidad en los niveles de deuda. Por su parte, el Banco de Japón reducía el volumen de compras de bonos en la parte más larga de la curva por segunda vez en lo que va de año (10 bn de yenes las compras de bonos con vencimiento superior a 25 años). Tras el aumento de la volatilidad en los mercados vivido recientemente, los inversores se habían refugiado en bonos japoneses, provocando un estrechamiento.

En Europa, el riesgo político era el gran protagonista, con el foco puesto en Italia, que celebrará elecciones el domingo, en Alemania, con el congreso del SPD para aprobar su apoyo a Merkel, en España, en donde el bloqueo en Cataluña se mantiene y la aprobación de los presupuestos es incierta. Esto provocaba la rotación desde renta variable a renta fija, en donde las TIRes corregían entre 3 y 10p.b. según país. El petróleo, en la misma línea, perdía más un 5%.

Por su parte, el discurso de May sobre el Brexit ha enfatizado la necesidad de definir un periodo de implementación limitado, que no puede ser una solución permanente, reiterando que quiere un acuerdo lo más amplio y profundo posible. El primer borrador del ‘brexit’ ha provocado un choque frontal de Bruselas y Londres. La Comisión Europea ha aprobado el proyecto de acuerdo sobre el abandono del club del Reino Unido. La primera ministra británica rechazó enfurecida la propuesta. Este primer borrador del Acuerdo de salida del Reino Unido de la UE, es un histórico texto de 118 páginas y 168 artículos que ha desencadenado un choque frontal con Londres. «Ningún primer ministro británico podría nunca aceptarlo», ha advertido la primera ministra británica, Theresa May, tras publicarse un documento que recoge la posibilidad de mantener en el mercado interior a la provincia británica de Irlanda del Norte. Londres ha interpretado como una declaración de guerra diplomática la solución planteada por el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, que pretende evitar la aparición de una frontera física entre la República de Irlanda (socio de la UE) y el resto de la isla. «Este borrador, si se aplicara, socavaría el mercado interior del Reino Unido y amenazaría la integridad constitucional del Reino Unido estableciendo una frontera aduanera y reguladora en el mar de Irlanda», ha advertido May ante el Parlamento británico poco después de que Barnier presentase el texto durante una rueda de prensa en Bruselas.

Los mercados han encajado con aparente indiferencia la nueva complicación del brexit, confiados tal vez en que se trata de un tropiezo más en una larga y procelosa negociación. Barnier, sin embargo, ha subrayado que «estamos en un momento clave del proceso» y ha urgido a acelerar la negociación porque el tiempo se agota. «Nunca voy de farol», advierte el negociador jefe de la UE. Estamos preparados para el peor escenario. El texto aprobado este miércoles da forma legal, por primera vez en la historia de la UE, a los términos de salida de uno de sus socios. La propuesta debe ser revisada por el Consejo de Ministros de la UE y por el Parlamento Europeo antes de remitirla a Londres para su negociación, aunque la postura de May ya anticipa que el texto deberá ser modificado si se quiere evitar una ruptura brutal y sin acuerdo cuando el 29 de marzo de 2019 se consume el brexit. Barnier rechazó también las sugerencias que llegan desde el lado británico del canal de la Mancha sobre un posible brexit a la carta, que permitiría a Reino Unido participar solo en las políticas comunitarias que le conviniesen. «Eso va contra la esencia de lo que es la UE desde hace 60 años», zanjó el francés. «Y Reino Unido debería saberlo porque lleva 44 años con nosotros». Pero Barnier no parece arredrarse ante esa amenaza. «Desde el principio he dicho que nos estamos preparando para todas las situaciones», señaló en referencia a la posibilidad que no se logre un acuerdo con Londres en los 13 meses que faltan para que concluya la negociación. Reino Unido ingresó en 1973 en la entonces llamada Comunidad Económica Europea, como parte de la primera ampliación de un club iniciado en 1958. Desde el principio, Londres apostó por una mera integración económica y se mostró reacia a cualquier tipo integración política. El distanciamiento entre Bruselas y Londres se agrandó con el nacimiento de la zona euro en 1999 y la conversión de la moneda única en el símbolo de una unión política cada vez más estrecha. El gobierno británico, con el conservador David Cameron al frente, decidió jugarse a cara o cruz la continuidad en el club en un referéndum consultivo celebrado el 23 de junio de 2016. Ganaron los partidarios de salir con el 51,9% de los votos, un resultado que desencadenó una de las negociaciones más complejas y laboriosas en la historia de la UE.

Lo único que puedo añadir, respecto a lo anterior, conociendo un poco a los ingleses, es que era evidente que esto no iba a ser fácil y que a pesar de que se dan cuenta de su error van a tratar de sacar la mayor ventaja posible. Es algo que no me sorprende en absoluto. Sí me hubiera sorprendido que hubiesen aceptado sin rechistar las condiciones y espero que el representante de la UE se mantenga firme en sus posiciones por el bien de la propia UE.

A nivel doméstico, una buena noticia porque España está entre los países de UE con menor disparidad entre CCAA ricas y pobres. La diferencia entre el 125% del PIB de la media europea que registra la Comunidad de Madrid y el 63% de Extremadura, de 62 puntos porcentuales, fue la más baja entre las principales economías del bloque comunitario. España fue uno de los países de la Unión Europea que menor diferencia registró en 2016 entre el PIB de su región más rica (Comunidad de Madrid) y la más pobre (Extremadura) frente a la media europea, una distancia de 62 puntos porcentuales que es inferior a la registrada en Francia, Italia o Alemania. Así se desprende de una serie de datos publicados la pasada semana por la oficina estadística comunitaria, Eurostat, en los que se recogen los niveles de PIB per cápita de todas las regiones de la Unión Europea y se comparan frente al PIB medio de la UE. En España, el PIB de cuatro comunidades autónomas se situó por encima de la media europea: Madrid (125% de la media), País Vasco (121%), Navarra (114%) y Cataluña (110%). Las más pobres fueron Extremadura (63%), Melilla (67%), Andalucía (68%), Castilla-La Mancha (72%) y Ceuta (73%). Así, la diferencia entre el 125% de la media europea que registra la Comunidad de Madrid y el 63% de Extremadura, de 62 puntos porcentuales, fue una de las más reducidas de la UE y la más baja entre las principales economías del bloque comunitario. La mayor diferencia entre zonas en un mismo país se dio en 2016 en el Reino Unido, donde Inner London (centro de Londres) tiene un PIB equivalente al 611 % de la media regional europea, y la más pobre, East Wales & The Valleys, se queda en un 68%. También Francia cuenta con una de las regiones más ricas de la UE, Île-de-France (en la que se encuentra París), donde el PIB fue del 175% de la media de los Estados comunitarios, y a la vez una de las más pobres, la ultraperiférica Mayotte, que con un PIB equivalente al 33% del promedio europeo es el segundo territorio con menos riqueza de la UE, tras la búlgara Severozapaden (29%). Otros Estados miembros con disparidades regionales superiores a la española fueron Alemania, con 116 puntos porcentuales de diferencia entre Hamburgo (200%) y Mecklenburg-Vorpommern (84%), o Bélgica, con 125 puntos entre Bruselas (200%) y la región valona de Luxemburgo (75%). En el extremo contrario, entre los Estados miembros con menores diferencias de PIB entre sus regiones se encontraban países como Portugal, con 37 puntos porcentuales de diferencia entre el área metropolitana de Lisboa (102%) y la región norte (65%), o Grecia, con 46 puntos entre Attiki, donde está Atenas, (92%) y Anatoliki Makedonia (46%). Algunos países, como Estonia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo o Malta son considerados regiones únicas a efectos de este tipo de estadísticas.

Quisiera abundar en otra buena noticia para España: el Tesoro coloca 4.367 millones en bonos a tipos de interés más bajos. El Tesoro Público ha colocado el pasado jueves 4.370 millones de euros en una nueva subasta de bonos y obligaciones, dentro del rango medio previsto, y lo ha hecho a tipos más bajos en las cuatro referencias que ha subastado. La demanda ha más que duplicado lo finalmente adjudicado en los mercados, ya que ha superado los 10.000 millones de euros, lo que confirma que los inversores siguen apostando por los títulos de deuda pública, a pesar de la menor rentabilidad que se ha ofrecido en esta emisión. En concreto, el Tesoro ha colocado 1.080 millones de euros en el bono a tres años, frente a una demanda que ha superado los 3.300 millones de euros, y ha ofrecido un tipo de interés marginal del -0,017%, más negativo que el -0,010% de la subasta del pasado 1 de febrero. En el bono a cinco años, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 1.605,45 millones de euros, prácticamente la mitad que los 3.025 millones solicitados por los inversores, a un tipo marginal del 0,370%, también más bajo que el 0,387% ofrecido el 15 de febrero por esta misma referencia. Por su parte, en la obligación a 10 años se han colocado 1.201,10 millones de euros, frente a una demanda que ha superado los 2.300 millones, y el interés marginal se ha situado en el 1,514%, muy por debajo del 1,709% de la puja del pasado 21 de septiembre. En el caso de la obligación a 15 años indexada a la inflación europea, con la que el Tesoro esperaba captar entre 250 y 750 millones de euros, se han colocado 482 millones frente a peticiones por 1.200 millones, y la rentabilidad marginal se ha situado en el 0,326%, por debajo del 0,515% de la subasta celebrada el pasado 4 de enero. Tras esta primera subasta de marzo, el Tesoro completará el calendario de este mes con una puja de letras a 6 y 12 meses el martes día 6, otra de letras a 3 y 9 meses el martes 13 y una última de bonos y obligaciones el día 15, tras la que no regresará a los mercados hasta el martes 3 de abril.

Considero, amable lector, que es motivo de satisfacción que España haya crecido un 3,1% en 2017 por el empuje del consumo y la inversión. El avance de la economía es dos décimas inferior al año anterior y la aportación del sector exterior al PIB fue negativa en el cuarto trimestre, según datos del INE. Esto supone el tercer año consecutivo con un crecimiento por encima del 3%, aunque la velocidad de crucero se moderó dos décimas respecto al ritmo conseguido en 2016. En cualquier caso, el incremento permitió que el PIB a precios corrientes se sitúe en el máximo histórico de 1,163 billones de euros, según datos de contabilidad nacional del cuarto trimestre publicados por el INE. La demanda interna, basada en el consumo y la inversión, fue el motor de la economía con un repunte del 3,2% interanual después de que el sector exterior, que había mantenido un buen comportamiento durante todo el ejercicio, acabara el año con una contribución negativa del 0,1%. De hecho, el avance del PIB en tasa intertrimestral fue del 0,7%, la misma cifra que en los tres meses anteriores, pero inferior a la del primer semestre del año. Una vez más el consumo fue clave para el crecimiento de la economía. Este índice se aceleró en el cuarto trimestre al 2,5% interanual frente al 2,1% del trimestre anterior. En concreto, el gasto de las familias se situó en el 2,5%, una décima superior al del tercer trimestre, como consecuencia del comportamiento conjunto de los distintos tipos de bienes y servicios que lo integran. Asimismo, el consumo final de las administraciones públicas presentó una variación interanual del 2,4%, un punto superior a la del trimestre precedente. La otra palanca que ayudó al avance del PIB fue la formación bruta de capital fijo, es decir, la inversión. En concreto, esta variable registró un crecimiento del 5,6%, tasa similar a la del trimestre anterior. Así, la inversión en bienes de equipo presentó un incremento del 7,9% en el cuarto trimestre, frente al 6,8% de los tres meses anteriores. Sin embargo, la inversión en construcción disminuyó tres décimas su variación interanual, pasando del 5,1% al 4,8%, como consecuencia del comportamiento de la inversión en vivienda y de la inversión en ingeniería civil. La noticia más negativa la protagonizó el sector exterior. Y es que el ritmo de crecimiento de las exportaciones al final del año se moderó 1,2 puntos pasando del 5,6% al 4,4% a pesar de haber acabado el ejercicio en cifras de récord. En el caso de los bienes se observa una disminución de cuatro décimas (del 5,7% al 5,3%). Las exportaciones de servicios no turísticos crecieron un 1%, lo que supone 1,5 puntos menos que en el trimestre anterior. Por su parte, las importaciones también se desaceleraron siete décimas, del 5,9% al 5,2%.

Los datos también muestran que el empleo, en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, moderó su crecimiento en el cuarto trimestre al pasar del 0,8% al 0,5%. En términos interanuales, el empleo presenta una tasa del 2,9%, similar a la del trimestre precedente. Esta evolución supone un incremento neto de aproximadamente 506.000 empleos equivalentes a tiempo completo en un año. Por sectores, la variación de la agricultura fue del 2% (frente al 3,4%) y la de la industria del 3,2% (frente al 3,3%). Por el contrario, la construcción aumentó su tasa anual en 1,9 puntos, hasta el 6,6%. Finalmente, los servicios mantuvieron su crecimiento respecto al tercer trimestre en el 2,6%. Por último, los datos de contabilidad nacional señalan que la remuneración de los asalariados se incrementó un 3,5% en tasa interanual en el cuarto trimestre de 2017, una décima más que el anterior trimestre. En cualquier caso, este aumento se debe a que hay más personas trabajando (el número de asalariados aumentó un 3,3%). Sin embargo, la evolución de la remuneración media por asalariado apenas se incrementó un 0,2%. Es preciso tener en cuenta que la inflación media en 2017 fue del 2%, lo que supone que los trabajadores perdieron poder adquisitivo.

Me parece importante subrayar que ante un posible escenario de subida de tipos de interés, hay empresas que ya estan tomando medidas, como por ejemplo, Telefónica que ha blindaso su cuenta de resultados ante subidas de tipos. La operadora reduce a la mitad el impacto en sus beneficios de un alza de tipos y confirma que prepara la refinanciación de sus híbridos. El primer objetivo de Telefónica fue alargar la vida de la deuda todo lo posible. Y lo consiguió a niveles no vistos en ninguna otra empresa española. El segundo, amarrar al máximo la financiación conseguida a costes de mínimos históricos, lo ha hecho convirtiendo a tipo fijo la mayor parte de su pasivo. Con una deuda de 44.230 millones de euros y una ratio sobre ebitda de 2,66 veces, Telefónica ha colocado la gestión de su endeudamiento como una de sus prioridades. La meta primordial es recortar esa cifra, pero por el camino su intención es que le cueste lo menos posible y que el fin de la era de los tipos de interés ultrabajos (que ya se atisba) no tenga un impacto demasiado negativo en la cuenta de resultados. En 2017 ha logrado rebajar ese posible impacto más de un 55%, según ha desvelado a los analistas. En estos momentos, una subida de 100 puntos básicos en los tipos de interés implicaría un aumento del coste de la deuda inferior a 100 millones de euros. En 2016, el mayor coste hubiera superado los 225 millones, con el consiguiente efecto negativo en los resultados de la compañía. Esa reducción se ha conseguido refinanciando la deuda más cara para aprovechar el buen momento actual del mercado y apalabrando el nuevo pasivo a vencimientos muy largos. El resultado es que la vida media de la deuda de Telefónica estaba a cierre de 2017 en 8,1 años, y esta misma semana le ha dado un impulso adicional, con una doble emisión de bonos por 2.000 millones de dólares (unos 1.640 millones de euros al tipo de cambio actual) a plazos de 20 y de 30 años.

La segunda parte de la estrategia ha sido pasar la mayor parte posible de la deuda a tipo fijo. En 2016 la proporción estaba en 50,8%. Doce meses después el porcentaje se ha incrementado 20 puntos porcentuales y llega al 71%, según el informe de auditoría de las cuentas anuales de la operadora de telecomunicaciones. Con esa estructura, los vaivenes del euribor, el libor y sus equivalentes para el real brasileño o el peso mexicano pierden importancia para Telefónica, que sólo se verá afectada por ellos en el 29% de su deuda. El resto, pagará lo mismo pase lo que pase en el mercado y haga lo que haga Mario Draghi con la política monetaria del Banco Central Europeo. Esta estrategia, sin embargo, tiene un precio. Asegurarse dinero a muy largo plazo y convertirlo a tipo fijo no es gratis y se ha notado en el coste medio de la deuda de Telefónica. Por ahora, el efecto es muy limitado. De hecho, no se aprecia en la comparativa anual, porque en 2016 pagaba un 3,94% por su deuda y a cierre de 2017 abona un 3,32%, lo que implica un sustancial ahorro sobre un total que supera los 44.230 millones. Sin embargo, el coste medio de la deuda llegó a reducirse en el primer semestre hasta el 3,22% y desde ahí ha ido subiendo, lo que significa que Telefónica ya no está en su nivel mínimo sino ligeramente por encima. Este coste medio está formado por diversas partidas de las cuales los pagarés se llevan el trofeo a la financiación más barata: el tipo medio de interés de esta financiación a corto plazo fue del -0,09% en 2017. Es decir, Telefónica ha cobrado por recibir dinero a corto plazo. A cambio, el tipo medio de las obligaciones y los bonos que tiene en circulación ha sido del 6,17%.

En mi opinión, es preciso destacar la opinión de Moody’s acerca de que la banca resistirá mejor los test de estrés de 2018 pese a ser más duros que los de 2016. El sector español no será de los más golpeados en las pruebas. La nueva norma de provisiones aplicada en los test restará entre 50 y 60 puntos de capital. Los bancos españoles y europeos están trabajando desde hace semanas en la preparación de los test de estrés que llevarán a cabo la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Banco Central Europeo (BCE) en la primera mitad de este año y cuyos resultados se publicarán en noviembre. A finales de enero se conocieron los escenarios macroeconómicos a partir de los cuales se basarán las pruebas de resistencia. Los analistas de la agencia de calificación crediticia Moody’s señalan en un informe que los mismos son sustancialmente peores que los del anterior test, si bien el hecho de que las entidades partan de una situación de salida mucho mejor limitarán los impactos. Desde Moody’s explican que las asunciones económicas más duras de [los test de] este año podrían conducir a mayores impactos generales en el capital. No obstante, al partir desde unos niveles de capitalización sustancialmente mayores (en 2016 la ratio CET1 media era del 13,2%, frente al 14,6% actual) las entidades podrán gozar de una mayor resiliencia. Los analistas de la agencia de ráting analizan los escenarios macroeconómicos diseñados por la EBA para el periodo 2018-2020 y constatan que las asunciones para la evolución del PIB, el desempleo y los precios del ladrillo son bastante peores de lo que lo fueron en el test llevado a cabo en 2016. Por ejemplo, la brecha media entre el escenario más adverso y el más positivo ha crecido (desde el 7,6% hasta el 8,6%), toda vez que se asumirá que el PIB caerá en la UE un 2,7%, mientras que en los test de 2016 el desplome no superaba el 1,8%. Aplicando estos escenarios estresados, y teniendo en cuenta los actuales niveles de capitalización, desde Moody’s esperan que, de media, las ratios de solvencia de las entidades se sitúen en el entorno de los requerimientos regulatorios mínimos impuestos por el BCE, con rangos de entre el 9,5% y el 11,0%. Es decir, que la agencia de calificación cree que la mayoría de entidades mostrarán una capacidad de resistencia suficiente para mantenerse en niveles de solvencia regulatoria incluso en los peores escenarios imaginables.

Considero que el verdadero nuevo desafio es la IFRS 9. Para los bancos españoles y europeos el mayor impacto vendrá por la implantación de las nuevas reglas contables de provisiones (conocidas como IFRS 9), que suponen pasar desde un criterio de dotaciones por pérdida incurrida hasta un modelo de pérdida esperada. En los test que preparan la EBA y el BCE uno de los aspectos a los que se someterá al sector será la resistencia a esta nueva normativa. Moody’s espera que las ratios de capital del sector perderán, de media, entre 50 y 60 puntos básicos debido al impacto de la nueva norma de provisiones, aunque los autores del informe anticipan que los resultados variarán mucho en función de cada país y cada entidad. En concreto, los analistas de la agencia esperan que España no sea uno de los países más impactados por la IFRS 9. Lo serán, en cambio, los bancos de Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Suecia debido a que las caídas del PIB previstas por las autoridades para estos territorios serán las mayores respecto a la media. Los bancos suecos, por ejemplo, tendrán que hacer frente a una previsión de caída del precio del ladrillo como si de un estallido de burbuja inmobiliaria se tratara, de entre el 41% y el 56%.

Algo que nos atañe a los depositantes es el hecho de que el interés de los depósitos aún no ha tocado fondo: cierra 2017 en mínimos históricos. El tipo medio ponderado se redujo al 0,08% en diciembre frente al 0,10% de noviembre. 2017 estuvo marcado por la desaparición de algunos de las ofertas más rentables. El declive de las rentabilidades de los depósitos bancarios continuó en 2017 hasta marcar un nuevo mínimo histórico al cierre del año. El tipo medio ponderado de las imposiciones a plazo fijo se situó en el 0,08% en diciembre frente al 0,10% de un mes antes. Si bien la tendencia a la baja de las remuneraciones no ha sido tan drástica como en años anteriores y ha habido varios meses de estabilidad e incluso de algún repunte, los últimos datos del Banco de España constatan que todavía no se habría tocado fondo. El tipo de interés medio de las nuevas operaciones hasta un año bajó del 0,09% de noviembre al 0,07% en diciembre, y del 0,12% al 0,10% en el caso de más de un año y hasta dos años. En los periodos más largos, superiores a los dos años, interés se mantuvo en diciembre en el 0,08%, aunque dos meses antes había aumentado al 0,11%. Además, 2017 estuvo marcado por la desaparición de algunos de los depósitos bancarios más rentables y conocidos. SelfBank suprimió su Depósito Self a tres meses al 2% TAE y también su oferta a 12 meses, para centrarse en plazos más elevados y en otros productos bancarios. Poco antes, ING eliminó su Depósito Naraja al 1% TAE a dos meses que podían contratar los clientes que abrieran una Cuenta Naranja. Ambas entidades ya habían revisado a la baja las condiciones de sus productos debido al contexto de bajos tipos de interés.

En este mismo escenario, la banca española ofrece remuneraciones muy bajas en la mayoría de los casos, de entre el 0,02% y el 0,10% y hasta el 0,40% con vinculación por parte del cliente. La baja rentabilidad ofrecida por los depósitos es una consecuencia directa de las medidas ultraexpansivas del Banco Central Europeo (BCEpara reactivar la economía. La autoridad monetaria situó el precio oficial del dinero en el 0%. Si los bancos pueden tomar dinero prestado prácticamente gratis, no ven la necesidad de pagar un interés más elevado a los particulares a cambio de sus depósitos. Con todo, yo creo que a la banca les resulta interesante captar el ahorro de los particulares dada la vinculación que puede establecer con la entidad.

No quiero terminar sin comentar un evento económico muy importante para nuestro país: el Mobile World Congress (MWC) 18 que ha traído consigo inteligencia artificial por todas partes. El MWC cierra con 107.000 visitantes y confirma que en 2019 seguira en Barcelona.El robot doméstico taiwanes Robelf es capaz de relacionarse y aprender de los miembros de la familia y avisar en caso de que entren intrusos al hogar. Las compañías de tecnología y automovilísticas apuestan por aplicarla a sus productos. Las puertas del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona acaban de cerrarse con un sabor agridulce. La organización confirmó que en 2019 la feria se mantendrá en la Ciudad Condal pero desgraciadamente, ésta ha sido una de las ediciones con más carga política y el procés ha llegado a sepultar a algunas noticias de tecnología. Pero el lado positivo viene de la mano de las miles de compañías que han estado presentes en la feria presentando sus productos y tecnologías de cara al 2018 o años venideros. Andar por los más de 120.000 metros cuadrados de feria estos días era pasar por centenares de stands con teléfonos de todo tipo, robots con capacidades asombrosas, cruzarse con azafatas y azafatos vestidos de blanco -como si fueran albañiles- para promocionar Google Assistant, o trastear coches expuestos que parecían sacados de una película de ciencia ficción.  Una de las principales tendencias del MWC de este año ha sido la inteligencia artificial. En principio, esta tecnología se encuentra en un momento inicial, y la mayoría de compañías de telefonía móvil la introducen de forma provisional en sus dispositivos para facilitar el día a día a los usuarios. LG, por ejemplo, no ha presentado ningún teléfono novedoso, pero sí se ha decantado por lanzar una nueva versión de su smartphone estrella del momento, el LG V30S edición ThinkQ. Este nuevo dispositivo añade al terminal funciones como el reconocimiento de imágenes o el asistente de voz mediante Inteligencia Artificial desarrollada por LG y gracias a la colaboración de Google Assistant. Por su parte, Asus también ha optado por equipar a su nuevo terminal, el ZenFone 5 con IA.

Y una se pregunta: ¿para qué sirve la IA (Inteligencia Artificial)?

¿Para qué sirve la inteligencia artificial en teléfonos o altavoces en este momento? Por ahora, parece que estamos en una fase inicial en la que las compañías están empezando, pero en un futuro veremos grandes avances con esta tecnología y una ayuda real en nuestra vida cotidiana, según afirman algunos gurús tecnológicos. Para demostrarlo, tampoco han faltado los robots en demostraciones que han permitido ver cómo una máquina actúa con inteligencia y es capaz de aprender determinadas acciones. Un ejemplo es el taiwanes AfoBot, un robot doméstico conectado que mide los signos vitales y abre una nueva ventana para la telemedicina, o Robelf, capaz de relacionarse con los miembros de la familia y vigilar el hogar. Gran parte de los teléfonos actuales recurren a Google para explotar al máximo las posibilidades de la voz en los terminales, pero hay una excepción, Samsung, que en el lanzamiento de sus nuevos smartphones, Galaxy S9 y S9 plus, ha optado por su propio asistente inteligente, Bixby. En este caso, el teléfono de la compañía coreana también analiza fotografías e incluso sugiere imágenes parecidas, aunque hay que tener en cuenta que Samsung no cuenta con la gran cantidad de datos y usuarios que el gigante Google. En cada uno de los ocho pabellones que ocupa el Mobile World Congress, es difícil no encontrar varios stands con compañías que comercializan sus propios dispositivos y cuyo nombre puede que no haya escuchado nunca. Eso sí, todos tienen prestaciones en común que vienen marcadas por las tendencias actuales en la telefonía móvil: más pantalla, la eliminación de los marcos y la doble cámara trasera. Puede que de los pocos teléfonos que no cumplan ninguna de estas características se encuentre el Nokia 8110, un renovado teléfono que ya triunfó hace más de una década,  y que Nokia ha decidido relanzar, pero tanto las grandes compañías como las más desconocidas han respetado estas características. La obsesión por conseguir una pantalla donde todo sea panel, sin marcos, ha llevado a la compañía china Vivo a presentar un prototipo de teléfono cuya pantalla ocupará el 98% de la superficie de su parte frontal. Además, esta moda se ha contagiado a los portátiles y Huawei ha presentado su primer equipo con una pantalla que ocupa el 91%, frente a la proporción habitual en portátiles que suele ser del 80%. Para optimizar el espacio ha tenido que llevar la cámara delantera para video-llamadas al teclado.

A nivel más regional, cierro con la noticia de que en Asturias se ha logrado un máximo anual de hipotecas desde 2011, la mitad de ellas a tipo fijo. Los asturianos firmaron en 2017 5.556 préstamos para vivienda, un 12% más. Los asturianos firmaron un total de 5.556 préstamos de este tipo por un importe agregado de 513 millones de euros. De acuerdo con otros cálculos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) esa cantidad es un 18% superior a la registrada en 2016 y la mayor concedida por el sector financiero desde 2011. El pasado año se produjo además un giro muy relevante en el mercado hipotecario en Asturias, con un fuerte incremento de los préstamos a tipo fijo, que en la segunda mitad del año ya supusieron más de la mitad de todos los contratados. La política comercial de los bancos para mejorar su rentabilidad en un entorno de tipos de interés ultrabajos y la prevención de los consumidores ante la incertidumbre sobre la evolución futura del euribor, ahora en negativo, explican que los hogares estén apartándose de las hipotecas variables y apostando por las fijas.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.