No tengo Netflix

La semana comenzaba con una escalada de las tensiones comerciales ante la negativa de China de sentarse a negociar tras la imposición de una segunda ronda de aranceles y la amenaza de gravar la totalidad de los bienes provenientes de este país por parte de EE.UU. Por otro lado, la Fed subía el tipo oficial 25 pbs hasta el 2-2,25% y preparaba al mercado para otra subida en diciembre. Así mismo, revisaba al alza las previsiones de crecimiento para el 2018 y 2019 hasta el 3,1%, lo que llevaba al comité a mantener sus previsiones de subidas (3 para el próximo año y 1 más en 2020). En Italia, el gobierno presentaba unos presupuestos con un déficit del -2,4% del PIB, lejos del nivel de déficit que respaldaba el ministro de finanzas Tría (-1,6%). En este contexto, el Ibex cerraba la semana en negativo lastrado por el sector bancario, el cual acusaba la situación en Italia; al igual que el selectivo español, el Eurostoxx 50 terminaba la semana en rojo, mientras que el Stoxx 50 lo hacía en plano. El índice italiano FTSE MIB era el que presentaba el peor comportamiento ante la situación del país, y el DAX cerraba también la semana en negativo.

Por lo que se refiere a la política monetaria y los Bancos Centrales, la atención esta semana se centraba en el esperado anuncio de subida de tipos de la Fed situándolo entre el 2-2,25%. La otra novedad del discurso de Powell fue la retirada de la calificación de «expansiva» de su política monetaria, tras cumplirse 10 años desde el pico de la crisis. Por último, también se aprobaba en Italia el presupuesto de 2019, los cuales mostraban un déficit del 2,4% del PIB que supone un giro radical respecto a los compromisos del gobierno anterior con Bruselas (0,8% en 2019 y el equilibrio en 2020). Por ello, en los mercados de deuda, se han producido incrementos en las rentabilidades de la deuda core europea, con el Bund alemán subiendo 1 pbs en la semana, mientras que, en EE.UU., el rendimiento de la referencia en el mismo plazo descendía 3 pbs. La rentabilidad de la deuda italiana sufría una subida de 38 pbs mientras que España aguantaba y únicamente subía 1 pbs.

En definitva, que La Fed desafía a Trump: sube tipos y mantiene sus previsiones de tres alzas más en 2019. Se trata de la tercera subida del precio del dinero en lo que va de año. Wall Street cierra con descensos ante la duda de los inversores por la supresión del término acomodaticio. La Reserva Federal cumple con el guion previsto y da un paso más en el proceso de normalización monetaria. El Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) acordó la pasada semana elevar los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta la horquilla del 2-2,25%. Un movimiento que no es propio de un mes como septiembre. La última vez que el banco central estadounidense elevó el precio del dinero a la vuelta de las vacaciones fue en 2005.  Con este movimiento son ya tres los ascensos de las tasas en lo que va de ejercicio y ocho desde que en diciembre de 2015 el banco central de EE UU acabara con la era de tipos cero. Antes de que concluya el año está previsto que Jerome Powell comunique una nueva subida, previsiblemente en diciembre.

Ni las críticas de Donald Trump, que en julio declaró que los tipos altos no le gustan, ni la reciente sacudida vivida por los mercados emergentes, son suficientes para que la institución haga un alto en el camino. De hecho, los miembros del comité mantienen intactas sus previsiones y como ya señalaron en junio estiman otras tres subidas de los tipos en 2019 y una en 2020, hasta el 3,4%, medio punto porcentual por encima de la tasa de interés “neutral” estimada por la Fed. El mercado estaba expectante a conocer si Powell eliminaba de su discurso la expresión “política monetaria acomodaticia”, como así fue. Los inversores no se tomaron muy bien el cambio en el lenguaje y lo interpretaron como un signo de que el banco central podría volverse pesimista en el corto plazo. La renta variable fue el activo más sensible. Tras una reacción momentánea al alza, las dudas regresaron a Wall Street. A medida que Powell avanzaba en su discurso las subidas se fueron desinflando y al cierre el Dow Jones concluyó con una caída del 0,4% derivado del anuncio. El S&P 500 se dejó un 0,3% y el Nasdaq, un 0,21%. En el mercado de deuda la rentabilidad del bono a 10 años registró leves descensos pero sigue por encima del 3%, con el bono a cinco años en el 2,94% (en máximos de junio de 2009) y la deuda a dos, próxima a niveles de julio de 2008 (2,81%). De hecho, el banco central actualizó sus proyecciones macroeconómicas. La Fed revisó al alza sus estimaciones de crecimiento de PIB para 2018 en tres décimas (pasa del 2,8% al 3,1%) y una para 2019 (2,5%), manteniendo intactas las de 2020 (el PIB crecerá un 2%). Esto contrasta con lo señalado esta semana por la OCDE que apuntaba a una desaceleración en el crecimiento en la zona euro y EE UU como consecuencia de las políticas proteccionistas. “Es un buen momento para la economía estadounidense. La actividad se ha visto impulsada por la rebaja de impuestos”, afirmó Powell. Asimismo apuntó que si bien hasta el momento no se han notado los efectos del proteccionismo, el incremento de las tensiones tendrán consecuencias “negativas. Es decir, dio una de cal y otra de arena a la Administración Trump. El responsable de la institución restó importancia a las presiones inflacionistas a las que calificó de transitorias. La Fed prevé que la tasa se modere y cierre el año en el 2,1%, sin cambios respecto a junio.

Pasando al plano doméstico, amable lector, me llama poderosamente la atención que  el IRPF de los directivos españoles, quedaría al nivel de Dinamarca y Suecia con el ‘plan Podemos’

Con la propuesta que este partido negocia con el Gobierno, los ejecutivos españoles sufrirán una subida de hasta siete puntos y pagarán hasta un 55%, frente a Alemania, Francia y Reino Unido (45%) o Italia (43%). España se sitúa en estos momentos en la media alta de presión fiscal sobre los directivos entre las grandes economías del mundo. Pues bien, con la propuesta que hizo esta pasada semana Podemos, la última que ofrece a Hacienda antes de cerrar la negociación a cambio de aprobar los Presupuestos, los profesionales y ejecutivos residentes en nuestro país sufrirán una subida en su marginal máximo del IRPF de hasta siete puntos y pagarán el impuesto más elevado entre nuestros vecinos, sólo al nivel de Dinamarca y Suecia. Podemos propone ahora elevar el marginal máximo estatal vigente del 45% (que opera a partir de ingresos de 60.000 euros) al 48% para rentas comprendidas entre 120.000 y 150.000 euros; crear un tipo del 50% para rentas entre 150.000 y 300.000 euros, y establecer un marginal máximo del 52% a partir de 300.000 euros. Este máximo estatal que plantea es ya superior al de Alemania, Francia y Reino Unido (45%), Italia (43%) o Estados Unidos (35%). De hecho, la media de la Unión Europea es un tipo máximo del 38,24% frente a un 32,52% del todo el continente, del 42,01% en la OCDE, y del 31,5% de media global. Según el sindicato de Técnicos de Hacienda, Gestha, este alza afectaría a 137.284 personas, cerca de 40.000 más que si el alza se aplicara a rentas a partir de 150.000 euros. Si tenemos en cuenta los marginales máximos que imponen las comunidades autónomas, del 48% en Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Asturias, Cantabria y La Rioja, estas cifras suponen que la subida será mucho mayor en estas regiones, de hasta siete puntos, con lo que se situará en el 55%. Las comunidades pueden replicar las subidas del tramo estatal en mayor o menor medida, no hacer nada o, incluso, rebajar el tramo autonómico para compensar. Cuatro tienen actualmente tramos autonómicos del IRPF que gravan a las rentas por encima de 150.000 euros: Asturias y Cataluña, con un marginal máximo del 48%, y Baleares, con un tipo del 47,5%, tienen instaurados tramos para gravar a las rentas superiores a 175.000 euros anuales, mientras que Aragón grava con un tipo del 47,5% a las rentas superiores a 150.000 euros.

Cambiando al tema presupuestario, el plan B del Gobierno es prorrogar las Cuentas del PP hasta aprobar las suyas. La Moncloa diseña una estrategia alternativa tras el fracaso de su enmienda-atajo, y está dispuesta a parchear la senda de déficit del PP e incluso a prorrogar el PGE.

El Presupuesto de 2019 es la clave de bóveda de la legislatura, pero también puede ser su talón de Aquiles. Sin esa pieza fundamental de la política económica el resto de la acción del Gobierno cae por su propio peso. Se deslegitima. Conscientes de que Pedro Sánchez no puede agotar una legislatura sobre los cimientos presupuestarios del PP, Pablo Casado y Albert Rivera (Cs) se esforzarán por evitar la aprobación de las Cuentas. De ahí que, después de que la Mesa del Congreso tumbase la enmienda-atajo por la cual el PSOE quería desbloquear el Presupuesto (PGE) de manera urgente, en la Moncloa hayan trazado un plan B: ya se preparan para prorrogar los Presupuestos de 2018.  La nueva estrategia pasaría por usar la senda de déficit del PP para iniciar los trámites parlamentarios y, después, enmendarla para aumentar el gasto (aprobando nuevos impuestos, como quiere Podemos). Así que Pedro Sánchez contempla dar una patada hacia adelante a la situación presupuestaria actual. «El Gobierno no va a renunciar a sus Presupuestos, pero no hay intención alguna de acortar la legislatura. Si no se pueden aprobar a tiempo, prorrogaremos los de 2018. Eso no sería un problema; no pasaría nada, el PP ya lo hizo dos veces», aseguran fuentes de la Moncloa, antes de enfatizar que el adelanto electoral no está sobre la mesa. ¿Por qué no? Porque creen que el Ejecutivo puede aprobar unos PGE si no propios, sí con apariencia socialista. Y convenciendo a Podemos. Los plazos podrían llevar el proyecto de ley a 2019. Si el Ejecutivo quiere eliminar el veto del Senado en la Ley de Estabilidad, desde luego, ya que este trámite tomará en torno a seis meses (hasta marzo). Así que ralentizar la aprobación de las Cuentas podría acabar siendo, paradójicamente, el escenario menos negativo para el Ejecutivo. Ante esa posibilidad, el equipo de Sánchez recuerda que los Presupuestos de 2018 al menos son»expansivos» con respecto a los de 2017, aunque le parezcan insuficientes.

Más sorprendente que la prórroga presupuestaria me parece el éxito de Netflix. Y hablo sin conocerlo porque no lo tengo. Mis hijos son aún niños y no demandan esto y yo, lo que quisiera es tener más tiempo para leer. El caso es que Netflix, de tanto éxito que tiene, teje una red de filiales para su expansión en España y establece una división dedicada a la producción y otra al marketing. Una de las filiales tiene como matriz a una sociedad con sede en Holanda.

Este sería el futuro campus de Netflix en España.

Netflix ha puesto en marcha la creación de su estructura empresarial ante el proceso de expansión en España, un país al que la empresa ha otorgado gran relevancia dado el peso cada vez mayor en todo el mundo del idioma castellano. De momento, la compañía estadounidense ha creado dos filiales que tendrán su sede social en Madrid, para facilitar la gestión de sus distintas actividades, si bien podría haber alguna más. De esta forma, Netflix ha creado la sociedad Los Gatos Entretenimiento España SL, que comenzó sus operaciones en agosto pasado (Los Gatos en California es el lugar que acoge el cuartel general de la corporación). En este caso, el objeto social de la nueva empresa es la realización de actividades relacionadas con el desarrollo y producción de películas, nuevas series y otros productos digitales de entretenimiento. De igual forma, la filial de Netflix se dedicará al alquiler de estudios y otras instalaciones necesarias para la producción audiovisual. La sociedad, abierta con un capital social inicial de 3.000 euros, tiene como socio único a Netflix Worldwide Productions LLC, que tiene su sede en EE UU. El administrador único es Reginal Thompson, secretario general de la compañía. A su vez, Netflix ha establecido la filial Los Gatos Servicios de Transmisión España SL, que inició sus operaciones a finales de agosto. La compañía explica que el objeto social de la nueva sociedad es la realización de actividades relacionadas con el marketing, desarrollo de negocio y relaciones públicas, junto con la prestación de otros servicios complementarios. En este caso, la matriz de la filial es Netflix International BV, que tiene su sede social en Holanda. El capital social es también de 3.000 euros el administrador único es el citado Reginald Thompson. En este sentido, desde la compañía se indica que la creación de la sociedad es un trámite relacionado con sus actividades en España. Lo cierto es que Netflix está dando pasos para su establecimiento en el mercado español. A finales del mes de julio, el gigante estadounidense de servicios de vídeo en streaming anunció la creación de su primera central de producción en Europa. En un comunicado, la compañía explicó que el nuevo hub de producción estará situado en la localidad de Tres Cantos, al norte de Madrid, y contará con un campus de 22.000 metros cuadrados. Este hub será gestionado por el Grupo Secuoya, que será el socio de servicios de producción en exclusiva de Netflix en los proyectos llevados a cabo en el citado campus. En el anuncio, Netflix precisó también que la Ciudad de la Tele será la sede de producción para su oferta de contenido original en castellano de los próximos años, al incluir títulos ya existentes y otros nuevos, además de series y películas producidas por asociados. Netflix defendió su apuesta inversora por España con el establecimiento de este centro de producción. La empresa señaló que superará las 13.000 personas entre reparto, equipo y extras en un total de 20 producciones originales para este mismo año. La compañía norteamericana insistió en que el establecimiento en Madrid de su primera central en el Viejo Continente supondrá la creación de nuevas oportunidades para el “increíble talento en España a la vez que demostrará nuestro compromiso con la producción de contenido original en toda Europa”. Además, dentro de sus vínculos con España, Netflix estableció una alianza estratégica con Telefónica la pasada primavera. Bajo el acuerdo, Telefónica integrará los contenidos de la compañía estadounidense en sus plataformas de vídeo y televisión en Europa y Latinoamérica. El pacto fue presentado por los máximos responsables de ambas empresas, José María Álvarez-Pallete y Reed Hastings, quien meses antes ya se había convertido en la estrella invitada de la cumbre de directivos de la operadora española, celebrada a finales de 2017 en Madrid. De momento, en algunos países ya se ha procedido a la citada integración. En el caso de España, mercado principal de Telefónica en aportación de ingresos y desarrollo de la televisión de pago, la intención es materializar la integración de Netflix a finales de este año, según señaló hace pocos días Sergio Oslé, presidente de Movistar+. El directivo indicó que entre las líneas estratégicas de Telefónica en el negocio televisivo figuran las alianzas con socios como Netflix. Los contenidos de la compañía norteamericana habían aterrizado en España en 2015 de la mano de un amplio acuerdo con Vodafone, que buscaba impulsar su negocio de televisión de pago. Posteriormente, Netflix cerró otra alianza similar con Orange. Netflix ha acelerado su avance fuera de EE UU en los últimos años, con especial insistencia en la producción de contenidos. Este movimiento ha vendido acompañado del establecimiento de filiales en distintos países. Entre ellos figuran Brasil, Holanda, Japón, Singapur, Alemania, Reino Unido y Luxemburgo. En lo relativo al crecimiento, la empresa cerró el segundo trimestre con unos ingresos de 3.907 millones de dólares, un 40% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. De ellos, más de un 49% procedieron del segmento de streaming internacional. El resto vino del mercado estadounidense. En los seis primeros meses del año, los beneficios se situaron en 674 millones de dólares, un 177% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. En la misma línea, Netflix superó los 130 millones de clientes en sus servicios de suscripción, tras ganar cerca de 27millones en los anteriores 12 meses. De ellos, más de 72 millones proceden de los mercados internacionales. En definitiva, que esto de las series de televisión a la carta está dando mucho dinero, aunque para mí siga siendo un misterio en el que no quiero indagar.

A nivel regional, quisiera reseñar que Josep Oliu, miembro de honor del Colegio de Economistas de Asturias y presidente de Banco Sabadell (en Asturias opera con la marca Sabadell-Herrero), recibirá el próximo 16 de noviembre en Oviedo el galardón “Colegiado de Honor” 2018 del Colegio de Economistas de Asturias. Allí estaré como un miembro más del Colegio de Economistas de Asturias.

Josep Oliu es licenciado en Economía por la Universidad de Barcelona y doctor por la de Minnesota (EE UU). Fue catedrático de Economía de la Universidad de Oviedo. Mi más sincera enhorabuena por el merecido reconocimiento.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.