Bolsas a la baja

La Bolsa española ha registrado esta semana un descenso del 2,77% que representa la mayor caída en los últimos dos años, bajando de la cota de los 9.000 puntos. No sé si se puede aplicar aquello de “mal de muchos, consuelo de tontos”, pero lo cierto es que no es la Bolsa española la única que lo ha experimentado. La mayoría de mercados internacionales están en negativo y nosotros no estamos aislados en el mundo. La incertidumbre política en España, con repetidas elecciones (lejos quedan los tiempos en que las elecciones eran cada cuatro años, ¿verdad?) ha sido una causa más para la debacle bursátil. Un problema doméstico que se añade a los numerosos problemas internacionales. A saber. En primer lugar, parece que el detonante de las fuertes ventas han sido los datos del PMI (indicador de la evolución de la industria manufacturera) tanto en Europa como en Estados Unidos que, evidentemente, ponen de manifiesto que la economía global entra en un período de vulnerabilidad. La misión de las bolsas, además de dotar de liquidez a los activos financieros, es realizar una adecuada valoración de los mismos, y si lo que se prevé son bajadas en los flujos de caja futuros, lógicamente se producen ventas que traen consigo rebajas en la valoración bursátil.

Hay otros muchos factores que están afectando a estas caídas que, como digo, son generalizadas. Los mercados europeos también han sufrido pérdidas entre un 2 y un 3% por estas turbulencias económicas que se avistan en el futuro. En concreto, Londres cerró con pérdidas del 3,16%, Fráncfort cayó un 2,51% y París un 2,9%, en el mismo día que se producía esa tremenda caída en la Bolsa española. Sin lugar a dudas, la guerra comercial que mantiene el presidente americano con el resto del mundo ha vivido un nuevo episodio, después de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) autorizase a Estados Unidos a imponer aranceles a la UE por sus ayudas a Airbus y Bruselas amenace con contramedidas si lo hace. A ello se suma la encuesta de empleo ADP que se dio a conocer y que arrojó que EE. UU. creó 135.000 empleos, por debajo de los 140.000 que se esperaban y del dato anterior, 180.000. La difícil coyuntura política que atraviesa Trump tampoco ayuda a despejar la incertidumbre económica. La sombra de la duda política en EE.UU. continúa estando presente y habrá nuevas testificaciones sobre el juicio político a Donald Trump. En nuestro caso, dudas políticas aquí en España tenemos todas, con un gobierno en funciones y una importante sentencia pendiente frente a la que no sabemos cuáles van a ser la reacciones ni sus consecuencias. En suma, temores bien fundados tiene la Bolsa española y todas las demás.

En el inevitable tema del Brexti, es preciso comentar que el gobierno de Boris Johson, que ha hecho de la promesa de dejar la UE en cualquier caso el 31 de octubre el principal argumento de su mandato, ha asegurado a un  juez escocés que pedirá una prórroga de la ruptura con la UE si no hay acuerdo el día 19. Así lo revelan una serie de documentos oficiales presentados esta pasada semana durante una vista en el Tribunal de Sesiones de Edimburgo, que evalúa si el primer ministro, el conservador Boris Johnson, podría ser multado o incluso ir a la cárcel en caso de forzar un Brexit salvaje. El proceso es consecuencia de la legislación aprobada en septiembre por el Parlamento, que obliga al Ejecutivo a requerir una prórroga de las negociaciones con Bruselas en caso de que no se haya pactado un plan de retirada ante la fecha límite del 19 de octubre, después del Consejo Europeo. Mientras, los Estados de la Unión Europea siguen sin estar convencidos con la última propuesta para pactar el Brexit, remitida por Londres el miércoles. Así se lo transmitió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, tras una conversación telefónica. «Mi mensaje al primer ministro Boris Johnson: seguimos abiertos, pero todavía no estamos convencidos», escribió el político polaco en Twitter. Dublín es clave en la negociación en la medida en que los puntos de desacuerdo se refieren a la frontera entre Irlanda y el Ulster, también mostró escepticismo. El premier Leo Varakdar aseguró que el país vetará cualquier acuerdo que no blinde una frontera abierta. El ministro de Asuntos Exteriores fue más allá al asegurar que, si bien la propuesta de Johnson «es un esfuerzo en la dirección correcta», si se trata de la propuesta final, no habrá pacto. El plan de Johnson pasa por que Irlanda del Norte se mantenga alineada con las normas del mercado único tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero solo en la circulación de mercancías y de forma temporal. Además, esa provincia británica en la isla de Irlanda saldría junto con el resto del Reino Unido del espacio aduanero de la UE, lo que implicaría algún tipo de control de aduanas entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. La propuesta también da a la Asamblea de Irlanda del Norte poder de veto sobre el acuerdo. El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha dado una semana a Johnson para regresar con un plan mejor. La propuesta se queda corta respecto a las peticiones europeas, aseguró en un encuentro con diplomáticos, y Bruselas prevé decidir en una semana si hay avances suficientes para volver a buscar un acuerdo, que será imposible si no llegan nuevas propuestas de Downing Street. El 13 de octubre se celebra una cumbre de jefes de Gobierno en Bruselas, y Johnson prepara una ronda de contactos de alto nivel en busca de puntos de encuentro. El día 31 el Reino Unido debe salir de la Unión Europea, salvo que el Ejecutivo pida una nueva prórroga. Aunque Boris Johnson ha prometido decenas de veces que no habrá un nuevo plazo, el Parlamento ha legislado contra una salida sin acuerdo. Johson, mientras, se encuentra en la posición opuesta a Theresa May. El primer ministro ha recabado apoyos suficientes en el Parlamento británico para que éste apruebe sus planes, pero necesita pactar con Bruselas. Dentro de su partido, tanto los euroescépticos como los partidarios de un acuerdo respaldan el plan, así como los unionistas de Irlanda del Norte, según manifestaron distintos parlamentarios. Queda por ver, eso sí, si Johson podrá mantener prietas las filas si hace las concesiones que exigen Bruselas y Dublín.

Abundando en el tema de los aranceles y en lo que nos va a afectar a España, parece que EE UU impondrá aranceles del 25% a las naranjas, el queso, el vino y el aceite español, por lo que  parece claro que nuestro país, España, será uno de los países más afectados por las tasas que comenzarán a aplicarse el 18 de octubre.

Washington azuza la guerra comercial, esta vez con Europa. El Gobierno de Donald Trump ha anunciado que el 18 de octubre empezará a imponer aranceles a la Unión Europea, con mayor impacto en cuatro países, entre ellos España, tras el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que esta pasada semana decidió a favor de Washington en la disputa comercial por las ayudas a Airbus. Entre los aranceles, EE UU gravará con un 10% a aviones Airbus fabricados en Europa (incluidas las plantas españolas) y aranceles del 25% a naranjas, aceite, vino y queso español (no al italiano). Otros productos afectados, entre una larga lista de mercancías que se venden en EE UU, serán el whisky escocés e irlandés, queso Emmental suizo, melocotones, leche, productos porcinos suéteres y prendas de lana británicos. Entre los productos que se verán afectados por los gravámenes figura productos lácteos, las aceitunas, el aceite de oliva y productos porcinos de origen español, alemán y británico; el vino francés, los yogures, la mantequilla, las cerezas y los melocotones de la mayoría de los países de la UE. El queso de casi todos los países de la UE se verá afectado por los aranceles del 25%, pero el vino y el aceite de oliva de Italia eluden los nuevos gravámenes, al igual que el chocolate europeo. Sin embargo, no se impondrán aranceles a las piezas de los aviones fabricadas en la UE que se utilizan en las operaciones de ensamblaje de Airbus en Alabama, ni tampoco a las usadas por el fabricante de aviones estadounidense Boeing, con el fin de salvaguardar empleos manufactureros en Estados Unidos.

A nivel doméstico, Ana Botín alerta de que las pymes británicas serán las más afectadas por un Brexit duro. La presidenta de Santander, Ana Botín, ha alertado esta pasada semana de que las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Reino Unido serán las más afectadas en caso de que se produzca un Brexit sin acuerdo. «El problema serán las pequeñas compañías. He escuchado todo tipo de historias sobre lo que les pasará a las pymes y la cadena de suministro si se produce un Brexit duro», ha afirmado la banquera en una reciente entrevista  en Italia. Botín también ha explicado que la entidad que preside ha hecho «mucho trabajo» y que el Banco de Inglaterra se ha adelantado a los acontecimientos. «He hecho llamdas por ambas partes con el Banco Central Europeo para asegurarme que los mercados se aclaraban, así que eso es algo en lo que podemos tener confianza», ha agregado. Santander anunció la semana pasada que reflejaría en sus cuentas un deterioro por importe de 1.500 millones de euros, que achacó al difícil entorno regulatorio y a la incertidumbre generada por el Brexit. Asimismo, la ejecutiva ha criticado en cierta medida algunas regulaciones puestas en marcha por los bancos centrales. En particular, se ha referido a la obligación de separar las actividades de banca de inversión y comercial, lo que en ciertos casos puede llevar a una duplicidad de costes. «Si una empresa quiere exportar o quiere emitir un bono tiene que acudir a dos bancos diferentes para obtener un servicio de Santander, y eso no me parece que tenga mucho sentido», ha subrayado Botín. «Tenemos que pensar sobre las reglas que funcionen para los clientes», ha agregado. En referencia al nivel de los tipos de interés establecidos por el BCE, ha afirmado que es un asunto que «tenemos que comprender mejor» para entender «qué harán los clientes cuando no les estás pagando por sus ahorros».

En definitiva, la incertidumbre que representa el Brexit a todos los niveles, unido a todas estas guerra arancelarias, son razones más que suficientes para la alerta en los mercados financieros que han provocado las bajadas bursátiles que he comentado en el blog, en el día de hoy.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.