En lo relativo a la guerra comercial, esta pasada semana se han complicado los timings para la firma de la primera fase del acuerdo comercial, al cancelarse la reunión de la APAC de Chile a mediados de noviembre a causa de la inestabilidad que vive el país. En el lado positivo, China da señales de que eliminará barreras arancelarias a las importaciones de bienes agrícolas, para poder cumplir con sus compromisos de compra.
En lo que respecta a la política monetaria, la Reserva Federal como se esperaba ejecuta la tercera bajada de tipos de 25pb en el año (hasta el 1,5-1,75%) y da por concluido el ajuste de mitad de ciclo, consiguiendo que la renta variable se tome esta bajada «hawkish» en positivo, al señalar que los tipos permanecerán sin cambios por un tiempo largo hasta que la inflación repunte de forma significativa. El mercado también valoraba positivamente que el statement de Powell remarque la flexibilidad que tendrá a los riesgos que acechan a la economía. En su caso, el Banco de Japón no modifica su política monetaria (ni el tipo de intervención -0,1%, ni el objetivo de tipo a 10 años del 0%, ni el ritmo de compra de activos), si bien en las guías que acompañan a la decisión deja ver una probabilidad mayor de más bajadas en el futuro.
A nivel corporativo y de una empresa de alcance internacional y que tiene presencia en nuestras vidas, en mayor o menor medida, cabe destacar que Amazon sacrifica beneficio para mantener la ventaja competitiva derivada de la reducción del plazo de entrega de millones de artículos. El beneficio neto de la multinacional de comercio electrónico ha caído por primera vez casi dos años tras disparar su gasto en logística y todo indica que no es algo puntual. En el trimestre cerrado en septiembre, la compañía registró un beneficio neto de 2.130 millones de dólares (1.922 millones de euros), un 26% menos y por debajo del consenso de los analistas. El beneficio operativo se contrajo un 15%, hasta 3.200 millones de dólares. Con la vista puesta en la próxima campaña de Navidad, Amazon está aumentando el gasto en logística necesario para que sus suscriptores en Estados Unidos puedan recibir sus pedidos en 24 horas sin abonar gastos de envío. Este servicio de entregas ultrarrápidas, disponible en otros países como España en una selección de referencias desde hace años, se lanzó la pasada primavera en Estados Unidos para más de 10 millones de artículos. Amazon destinó entre julio y septiembre más de 800 millones de dólares en las capacidades logísticas que sustentan estas entregas ultrarrápidas, una cifra que se incrementará hasta los 1.500 millones de dólares en el último trimestre del año. «Es una gran inversión, pero es la decisión correcta a largo plazo», defendió Jeff Bezos, consejero delegado de Amazon, tras la presentación de resultados. El gasto en logística del último trimestre se disparó un 46%, hasta 9.600 millones de dólares. Además de invertir en almacenes e incrementar los gastos de transporte para poder entregar en 24 horas, Amazon ha ampliado la plantilla logística, lo que ha elevado un 22% su fuerza de trabajo mundial hasta los 750.000 empleados. La compañía de comercio electrónico confía en que su agresiva política de entregas eleve el gasto medio por cliente. «Compran más y con mayor frecuencia», aseguró Brian Olsavsky, director financiero de Amazon. En el tercer trimestre, las ventas online aumentaron un 22%, mientras que los ingresos totales crecieron un 24%, hasta 70.000 millones de dólares.
Cambiando a un tema más global, al menos en el área euro, la inflación se mantiene en el 0,1% en octubre, el índice de precios de consumo (IPC) registró en octubre una subida anual del 0,1 %, un repunte igual al anotado en septiembre, con lo que el indicador continúa en niveles mínimos de los últimos tres años. Según el indicador avanzado del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado el pasado miércoles, en la evolución del IPC de octubre ha influido la subida del precio de la electricidad, que el año pasado bajaba, y, en sentido contrario, el descenso del precio del gas y los carburantes, que en 2018 subía. En cuanto a la evolución mensual de los precios, el dato adelantado indica un repunte en octubre del 1% con respecto a septiembre. Por su parte, la variación anual del indicador adelantado del IPCA se sitúa en octubre en el 0,2%. Si este dato se confirma, la tasa anual del IPCA se mantendría respecto al mes anterior.
Del control de la inflación, como usted sabe, se ocupa el BCE que esta semana ha cambiado de capitán a capitana. El pasado 29 de junio, realizaba yo una reflexión en EL COMERCIO sobre la conveniencia de la continuidad en las bajadas de tipos de interés. El artículo se titulaba: “Tipos bajo cero: ¿Estás seguro Mario?”. Con ello planteaba una reflexión sobre las continuas bajadas de tipos de interés, que estaban complicando muchísimo el negocio bancario, hasta extremos nunca imaginados, con el agravante de verse forzadas, las entidades bancarias, más tarde o más temprano, al cobro de los depósitos. Con esa reflexión, no pretendía yo trasladar ningún mensaje negativo sobre su mandato como Presidente del Banco Central Europeo (BCE) porque no tengo esa idea de él, en absoluto. Lo que intentaba exponer es que el efecto de sus medidas se estaba agotando, además de complicar muchísimo la actividad bancaria. Draghi acaba de terminar su mandato y la mayoría de voces coinciden en definirlo como aquél que ha salvado al Euro. Y llevan razón. A priori, su misión al frente de tan importante institución es, como usted bien sabe, mantener el nivel de inflación en el área euro. Ni más, ni menos y no es poco. Pero ha hecho muchísimo más. ¿Cuál es el problema actual? Lo que él mismo ha dicho y con lo que estoy totalmente de acuerdo: que el BCE no lo puede hacer todo. En lo que más hemos logrado la unión es en lo monetario, pero no lo hemos logrado en lo político y, sobre todo, en campos importantes como la fiscalidad. Dentro del margen de maniobra del BCE y su herramienta que es el control de la cantidad de dinero en circulación vía tipos de interés, es que ya no queda literalmente margen de rebaja cuando se despide dejando los tipos de interés al 0%, la tasa de depósito para los bancos en el -0,5% y la previsión de reiniciar el programa de compras de deuda en noviembre. Draghi llevó a cabo una política monetaria ultra-expansiva que ha sido especialmente beneficiosa para las economías del Sur de Europa, incluida la española. Mucho nos han ayudado sus decisiones a nuestra economía. Quienes no están muy contentos con su labor son los alemanes, que siempre le han tachado de vampirizar fondos; no obstante, Mario Draghi ha sabido enfrentarse a ellos, firme en su convicción de que Europa era algo más que Alemania y Francia y de que había que intentar salvarlos a todos. Los poderes del BCE no son infinitos y el alcance de sus armas monetarias expansivas es potente pero limitado. No tengo ninguna duda de que Draghi puede llevar la cabeza bien alta, a sabiendas de que su mandato ha tenido más luces que sombras. El balance es favorable. Pero deja ese aviso a navegantes, como capitán que se retira. Él, como capitán del BCE, ha sido un europeísta convencido, sin complejos y con buen talante que ha peleado por Europa. Ahora hace falta que el resto se lo crean. Con el Reino Unido ha quedado claro que no contamos. A Lagarde le queda ahora el reto de convencer a los políticos europeos de que la unión es algo más que la moneda y que la modificación de la política fiscal de los gobiernos conformando un frente común es absolutamente necesaria para avanzar en la idea de una Europa unida. Si yo fuera Christine no tendría ninguna duda de que esa sería la principal tarea a realizar.
A nivel local, cabe destacar que los problemas de la industria lastrarán el crecimiento asturiano en 2019 y 2020. Supongo que el nuevo Gobierno asturiano, tras sus 100 días en el cargo, será consciente de esto. El PIB avanzará el 1,7% este año y el 1,3% el próximo, en ambos casos por debajo de la media española, según las predicciones del BBVA. La economía asturiana crecerá este año y el próximo por debajo de la media española. Esto se debe a «la desaceleración industrial» su estimación de que el avance del producto interior bruto (PIB) regional se quedará en 2019 en el 1,7%, frente al 2,3% de 2018. Para 2020, el pronóstico es del 1,3%, el crecimiento más modesto desde 2014. El BBVA ha revisado a la baja las previsiones para el conjunto del país, principalmente debido a «la debilidad del consumo» y a la menor demanda europea, que afecta al comercio exterior y al turismo. El país cerrará 2019 con un crecimiento del 1,9%, siete décimas inferior al de 2018. Tal desaceleración está conectada a factores internos (reducción del gasto de los hogares), al deterioro en las perspectivas para la zona euro, donde están los principales clientes exteriores de las empresas españolas, y al «aumento de la incertidumbre de política económica», por cuestiones como la salida de Reino Unido de la Unión Europea y las disputas comerciales entre Estados Unidos y China y su impacto en los intercambios globales de bienes y servicios. En ese contexto, el referido servicio de estudios vaticina que el crecimiento regional estará liderado este año por Madrid y varias comunidades del sur: Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía. Las previsiones sitúan a Asturias con el quinto avance más bajo del país (1,7%), por delante de un grupo de regiones en las que están Galicia y Castilla y León, territorios del Noroeste que comparten con el Principado problemas como el envejecimiento. El País Vasco, con un alto perfil industrial, avanzará a la misma velocidad que Asturias, según el BBVA. La desaceleración continuará en 2020, con un crecimiento nacional del 1,6% y con Madrid como única región por encima del 2% (2,2%). Asturias (1,3%) figura como la tercera comunidad con un resultado más modesto, por delante de Baleares y Canarias, comunidades damnificadas por un bache en el turismo. Las predicciones del BBVA dan a entender que las dificultades de la industria seguirán lastrando el crecimiento asturiano en 2020.
Supongo que el nuevo gobierno habrá tomado nota de ello. Para eso se asumen los cargos, para asumir también sus cargas y sus obligaciones, no para pasear una cartera gubernamental ni garantizarse un sueldo los siguientes cuatro años. O no solo por eso, ¿verdad?
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.