Contagios crecientes y peores datos económicos

Ha sido la pasada una semana de alzas generalizadas de la renta variable europea, dejando al Ibex 35 al borde de los 7.000 puntos (+3% semana) y siendo el índice con mejor comportamiento, apoyado en los repuntes de la banca doméstica por los continuos rumores de fusión. Los mercados financieros globales también encontraban alivio en la salida del presidente Trump del hospital y su reincorporación a la campaña electoral, al tiempo que su oponente Biden se consolidaba en las encuestas como vencedor. Adicionalmente, la vuelta a las negociaciones por el nuevo paquete de estímulos fiscales en EE.UU. centraba la atención de los inversores, y servía de nuevo impulso para los mercados. Durante la semana, los sectores más cíclicos presentaban avances muy destacados, mientras en los mercados de deuda, las TIR de los periféricos europeos registraban nuevos descensos, con el español a 10 años ofreciendo una rentabilidad <0,2%. El brent repuntaba más del +10% en la semana, apoyado en algunos eventos que están afectando la producción de forma coyuntural.

En lo relativo al coronavirus, la FDA alertaba a los desarrolladores que exigirá datos de seguridad de la vacuna de dos meses, lo que echaba por tierra las expectativas de disponer de vacunas antes de las elecciones del día 3 de noviembre para los casos de más riesgo.

A nivel de política monetaria del BCE, la publicación de las actas de la reunión de septiembre, muestran un Consejo de Gobierno mucho más preocupado por la fortaleza del euro y la evolución de la inflación, de lo que Lagarde dejó ver esta semana. Entre los riesgos que pesan sobre la Zona Euro están el Brexit, elecciones USA, dificultades políticas para aprobar el Plan de Recuperación y la propia fortaleza del euro. En cualquier caso, también dejan ver la necesidad de contar más datos, con lo que las expectativas de más acción del BCE siguen puestas en el mes de diciembre, con ampliaciones bien del PEPP o del programa de compras anterior.

El coronavirus no respeta la autoridad, como bien sabemos. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ha dado negativo esta pasada semana en el test de coronavirus al que se ha sometido tras estar en contacto con un positivo, pero tuvo que seguir en cuarentena. La presidenta aludía al Consejo de Estado portugués de la pasada semana en Cascais, cuyos asistentes están siendo analizados después de que un participante diera positivo. La alerta surgió cuando uno de los miembros del Consejo, António Lobo Xavier, informó de que estaba contagiado y se aplicó el protocolo sanitario, que implica avisar a las personas con las que mantuvo contacto reciente, a pesar de que, según las imágenes del encuentro, todos llevaron mascarillas siempre y se sentaron a considerable distancia los unos de los otros. También los vicepresidentes ejecutivo de la Comisión Europea para Economía, Valdis Dombrovskis, y del Pacto Verde, Frans Timmermans, así como la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, tuvieron que respetar una cuarentena preventiva tras haber estado en contacto estrecho con casos positivos.

Como sabe, amable lector, las cifras de contagios se disparan por toda Europa. París es declarada en alerta máxima por la expansión del coronavirus y Nueva York pide el cierre de barrio. Con esto, París ha entrado en alerta máxima por la expansión del coronavirus, tras haber rebasado todos los límites impuestos por el Gobierno y presentar una degradación notable de la situación sanitaria. Nueva York también ha cerrado barrios en los que el porcentaje de positividad supera el 3% durante los últimos siete días. París ha entrado en la lista de ciudades francesas en alerta máxima por la expansión del coronavirus, lo que supone nuevas restricciones durante un período mínimo de quince días que afectarán sobre todo a las universidades, restaurantes y bares. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, la Prefectura de Policía y los responsables regionales de Educación, Sanidad y geriátricos dieron a conocer todas las disposiciones aprobadas entre las que se prevé una reducción del aforo de clases en universidades al 50% y el cierre de bares. En paralelo, los restaurantes se mantendrán abiertos aunque con mayores limitaciones. Los bares han hecho también sus propuestas al Ejecutivo pero la situación para ellos se mantiene en el aire a la espera de las precisiones de las autoridades, y consideran muy probable que  deban echar el cierre. En las universidades de zonas en alerta reforzada o máxima deberán reducir su aforo a la mitad, aunque los responsables aseguran que los contagios no se producen en las clases sino en los encuentros privados, cuando un tercio de los focos de contagio activos se registran en el medio escolar.

A nivel doméstico, Sanidad notifica 11.898 positivos y la cifra de fallecidos se sitúa en máximos de la segunda ola. El Ministerio notifica 261 fallecidos más, la cifra más elevada desde que finalizara el estado de alarma.  Los datos de la evolución del Covid-19 en España vuelven a mostrar un repunte. La cifra de nuevas muertes es la cifra más elevada desde que finalizara la primera ola. Así, el total de contagiados desde el inicio de la pandemia en España asciende a 825.410 y el de defunciones, a 32.486. El 43% de los nuevos casos, en concreto 5.217 se han producido en la Comunidad de Madrid, que vuelve a la cabeza en número de nuevos positivos, tras registrar 1.690 en las últimas 24 horas, después de que  solo informara de 207 y bajara al quinto lugar de la lista. De esta forma, la tasa de incidencia en la región vuelve a subir por encima de los 710 positivos por cada 100.000 habitantes. En segundo lugar se encuentra el País Vasco, con 323 nuevos contagios confirmados, seguida de Aragón, con 280, Navarra, con 272, y Andalucía, con 261.

Las cosas se siguen poniendo feas a nivel económico, porque es sabido que la restauración perderá más de 15.000 millones en 2020. El sector cerrará el ejercicio con una caída de su facturación de entre el 40 y el 47%, lo que supone una merma de entre 15.000 y 17.000 millones de euros. Así lo estima la patronal Marcas de Restauración basándose en las proyecciones elaboradas por una empresa de investigación y que apuntan también al cierre de unos 90.000 de los cerca de 300.000 bares y restaurantes que hay en España.  De acuerdo con sus cálculos, todo ello supondrá la destrucción de aproximadamente 400.000 puestos de trabajo, empleados que actualmente no engrosan las listas del paro gracias a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) pero que acabarán haciéndolo. Durante la presentación del anuario de 2019 del sector de la restauración organizada, Pérez Tenorio ha precisado que ya auguran un 2021 complicado, por lo que en ventas se registrará un «efecto acordeón» que permitirá volver a los niveles de ingresos precrisis a partir de 2022. En 2019 el sector de la restauración facturó 37.400 millones de euros, un 1,7 % más que un año antes, de los cuáles 27.300 millones procedieron de los establecimientos independientes (-1,2 %) y 10.100 de las cadenas organizadas (+8,4 %). Es evidente, amable lector, que esta travesía por el desierto será más larga de lo que parecía inicialmente, por lo que la recuperación se demorará como poco dos años.

Parece claro que en esta situación lo más importante es tratar de recobrar la confianza del consumidor, cosa que resulta difícil en un escenario de contagios crecientes. ¡Ánimo para todos!

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.