Ha sido la pasada una semana de subidas de las bolsas europeas donde la atención ha estado en la reunión del miércoles de la Reserva Federal, que mantenía intactos sus estímulos y dejaba entrever que quiere ver una recuperación sólida de empleo y precios antes de empezar a neutralizar la política monetaria. Por sectores, predominaban las subidas destacando el buen comportamiento de autos y de ocio-turismo. A nivel de deuda, las TIRs soberanas mantenían su tendencia alcista viéndose de nuevo repuntes. El petróleo cerraba la semana con caídas, ante un incremento superior al esperado de los inventarios semanales de EE.UU.
A nivel de política monetaria, cabe destacar que la Reserva Federal cumplía con las expectativas y mantiene todos los estímulos a pesar de revisar al alza las previsiones macro, pero, dejando entrever que quiere ver una recuperación solida de empleo y precios antes de empezar a neutralizar la política monetaria. Los mensajes de contención de la Fed apenas enfriaban en un principio la escalada en los intereses de la deuda de EE. UU. a diez años, aunque la tensión en los mercados de deuda persiste. En lo relativo al BCE, la autoridad monetaria, en declaraciones de Philip Lane contendrá el repunte de yields visto en las últimas semanas antes de que la golpeada economía del bloque pueda digerir mayores costes de financiación. A su vez, el economista jefe defendía la lógica de tolerar que la inflación supere temporalmente el objetivo del 2% del BCE, dado que ha estado sometida durante mucho tiempo, al igual que ocurre con la FED.
Por su parte, De Guindos destaca el mayor efecto de las compras antipandemia del BCE en la deuda de España. El anuncio del Banco Central Europeo (BCE) a mediados de marzo de 2020 del lanzamiento de su programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP) tuvo un efecto inmediato y sustancial sobre el riesgo de fragmentación de los rendimientos de la deuda soberana de la zona euro, con una disminución «claramente más fuerte» en el caso de los bonos soberanos de España e Italia, según el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos. En un artículo incluido en el ‘Anuario del Euro 2021’, elaborado por la Fundación ICO y la Fundación de Estudios Financieros (FEF), el vicepresidente del BCE repasa la respuesta del banco central de la zona euro durante la pandemia, subrayando que el paquete completo de medidas del BCE demostró ser muy eficaz para flexibilizar la política monetaria, atenuar las primas de riesgo y salvaguardar los préstamos a las empresas. «Estas fueron condiciones previas para que la economía se recuperara del colapso de la primera mitad de 2020 y redujera los riesgos deflacionarios», defiende Guindos, para quien, debido a la incertidumbre predominante, se necesitará un apoyo continuo que preserve las condiciones financieras favorables hasta que se pueda dar por terminada la crisis de la pandemia. En su análisis, el exministro español de Economía y Competitividad presta especial atención al lanzamiento del PEPP, el programa de compras de emergencia contra la pandemia anunciado por el BCE el 18 de marzo de 2020, cuyos efectos sobre las tensiones del mercado de deuda fueron inmediatos al permitir contrarrestar de manera decisiva los riesgos de fragmentación y revertir el endurecimiento de las condiciones de financiación registrado en los primeros días de la crisis. En este sentido, destaca que las compras de activos anunciadas en marzo de 2020, incluyendo el PEPP y la extensión del programa APP, contribuyeron a reducir la prima de riesgo de los bonos soberanos de la zona euro, con una bajada de entre 45 y 70 puntos básicos del rendimiento de la deuda soberana de la eurozona. «Este impacto ha diferido entre países, con los rendimientos italianos y españoles mostrando una disminución claramente más fuerte», subraya Guindos, señalando que el efecto estimado se aproximaría al doble del registrado para la media de la zona euro. El rendimiento de los bonos españoles a diez años en el mercado secundario llegó a escalar el 18 de marzo de 2020, antes del anuncio del BCE, hasta el 1,384%, reduciéndose en los días posteriores de manera sustancial, hasta llegar a entrar en diciembre en terreno negativo. Actualmente, la rentabilidad exigida al bono español a diez años es del 0,302%. En el caso de la deuda italiana a diez años, el interés exigido en el mercado secundario se situaba el viernes en el 0,604%, muy por debajo del 2,992% que llegó a alcanzar antes del anuncio del lanzamiento del PEPP por parte del BCE. Según las últimas cifras publicadas por la institución, el BCE había destinado entre marzo de 2020 y el final de enero de 2021 un total de 123.636 millones de euros a la adquisición neta de deuda soberana española a través de sus distintos programas de compra de activos, incluyendo 89.846 millones en compras de emergencia contra la pandemia (PEPP) y otros 33.790 millones mediante el programa de adquisición de deuda soberana PSPP.
En lo que hago referencia en el titular del blog del día de hoy, el Ibex pone fin a la racha alcista y pierde los 8.500 lastrado por la banca. La Bolsa española corta la racha alcista y tras cuatro semanas consecutivas de ascensos, el Ibex 35 retrocede un 1,75%, en una semana en la que los bancos centrales han centrado la atención de los inversores. Las promesas de la Reserva Federal de continuar con la era de los tipos cero al menos hasta finales de 2023 no bastó para devolver la tranquilidad al mercado de deuda. Los inversores siguen mirando con temor el repunte de las rentabilidades, un ascenso que cogió impulso en la recta final de la semana. Un día después de que el bono de EE UU recuperara la cota el 1,7%, niveles no vistos desde enero de 2020, el viernes los ascensos se prolongaron, unas subidas que tuvieron su réplica en Europa. La decisión de la Fed de no extender una de las medidas puestas en marcha tras el estallido de la crisis y según la cual los bancos no necesitan un capital adicional para absorber pérdidas por tener bonos en su balance dejará de estar activa a partir del 1 de abril. Este cambio es interpretado por el mercado como catalizador que puede acelerar la venta de bonos, todo ello en un momento en el que las expectativas de inflación ya presionaban a la deuda. Nada más conocerse la noticia, los inversores optaron por deshacer sus posiciones en la renta variable, con la banca en la diana, un sector que en las últimas semanas se había beneficiado de los ascensos de los rendimientos, impulsado a las principales Bolsas a máximos de un año como en el caso del Dow Jones a cotas nunca antes alcanzadas. El viernes, una sesión marcada por vencimiento trimestral simultáneo de los contratos de futuros y opciones sobre índices y acciones, algo que en la jerga financiera se conoce como cuádruple hora bruja, las pérdidas se impusieron a un lado y otro del Atlántico. El Ibex 35 no fue una excepción a esta corriente. El rojo fue la corriente imperante desde el inicio de la jornada, pero las caídas se agudizaron tras la apertura bajista de Wall Street. La Bolsa española concluyó la jornada con un descenso del 1,53%. En apenas cuatro días el selectivo español ha pasado de poner los 8.700 puntos en la diana a perder los 8.500, después de haber recuperado el jueves la barrera de los 8.600, nivel que es considerado clave para que el Ibex 35 prolongue el rally y recupere los niveles precovid. Los bancos fueron los valores más castigados. Sabadell retrocedió un 5%; BBVA, un 3,8%; Bankia, un 3,48%; Santander, un 3,18%; CaixaBank, un 3% y Bankinter, un 2,9%. Junto a los descensos del sector financiero también fueron destacadas las caídas de las firmas turísticas como IAG (-3,78%) y Amadeus (-3.94%) e Inditex (-2,76%). El grupo textil se aleja de los máximos de 12 meses registrados tras la presentación de resultados cuando sus acciones tocaron los 30 euros.
Es evidente que en la situación actual, será inevitable que las titulares de Trabajo y Asuntos Económicos vuelvan a medir sus fuerzas en cuestiones como el alza del salario mínimo o la contrarreforma laboral. En realidad, era muy poco probable, por no decir imposible, que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz fuera a quedar por encima de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en el organigrama del Consejo de Ministros. Sería la primera vez en la historia del país que una titular de Trabajo mandara sobre la persona encargada en último término de decidir sobre la política económica del Gobierno. Y, en este caso, la situación habría sido especialmente problemática debido a los conocidos encontronazos que han vivido en el último año Díaz y Calviño. El pulso por una nueva subida del salario mínimo interprofesional en 2021 ha sido el más reciente y el más sonado. Lo perdió, en un primer round, la Ministra de Trabajo, porque Calviño respaldada por el la mayoría de ministros socialistas consiguió imponer las quejas de los empresarios, azotados por la pandemia, en el Consejo de Ministros y convencer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que pospusiera este incremento. Si bien, Díaz no ha renunciado a que esa subida del salario mínimo se produzca en la segunda mitad del año, si la economía remonta, y ha anunciado en numerosas ocasiones que dará la batalla. Pero ahora esta pugna estará entre dos vicepresidentas.
Ayuso por su parte anuncia un plan de ayudas que afectará a 78.000 empresas y 230.000 empleados. El consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, explicó en la misma rueda de prensa que «vamos a remediar esto» y destacó que este plan afectará a más de 78.000 empresas y a unas 230.000 personas. Señaló que el Gobierno autonómico compensará económicamente con ayudas de hasta 200.000 euros a los autónomos y empresas de sectores que «han quedado excluidos por el Ejecutivo central» a la hora de recibir apoyo tras las consecuencias de la pandemia. Ayuso manifestó que «queremos estar junto a los madrileños, junto a aquellas personas que con su esfuerzo y trabajo levantan todos los días Madrid». Indicó que estas compensaciones van dirigidas a los negocios que han quedado fuera de las ayudas aprobadas por el Consejo de Ministros y que, afirmó, suponen casi la mitad del sector comercial. Se trata de peluquerías, centros de estética, tiendas de souvenirs, autoescuelas, talleres, academias, ferreterías, tiendas de muebles, de iluminación, establecimientos de electrodomésticos o librerías, entre otros. La Comunidad de Madrid concederá hasta 3.000 euros a los autónomos que tributan por módulos en la región, y desde 4.000 hasta 200.000 euros al resto de trabajadores y empresas que se hayan visto más afectadas por la pandemia y que hayan sufrido una caída en la facturación de, al menos, un 30%. En este sentido, la presidenta regional criticó que se haya tenido que esperar más de tres semanas para conocer el Plan del Gobierno. Señaló que el Gobierno regional también ha pedido que el Ejecutivo central aclare cuanto antes todos los detalles del mecanismo de estas ayudas con la publicación de la orden correspondiente y la firma del convenio con todas las comunidades autónomas. El objetivo es poder acelerar la concesión de las mismas. «Madrid, y sobre todo España, lo que necesita es estabilidad y seguridad jurídica, y certidumbre», dijo Ayuso, quien afirmó que la comunidad, gracias a las medidas puestas en marcha, ha conseguido crear más de 82.000 puestos de trabajo y ha seguido siendo el motor económico nacional.
A nivel local, cabe destacar que el Principado pide a Liberbank y Unicaja mantener empleo y arraigo en Asturias. El Gobierno asturiano pide a Liberbank y Unicaja que respeten el empleo en Asturias y su vinculación con la región, señaló esta semana la consejera de Hacienda del Principado, Ana Cárcaba, a una pregunta del diputado de Podemos Daniel Ripa. Ripa expresó su sorpresa de que “el Gobierno asturiano no tenga nada que decir sobre una fusión que llevará la sede a Málaga, cerrará oficinas, hará despidos y en la que se perderá el control del banco”. La Consejera dijo que la sorpresa era suya por el hecho de que un diputado interrogue al Gobierno por la fusión cuando quien participa en la Fundación Bancaria Cajastur (accionista de Liberbank) es el parlamento del que forma parte Ripa.
A mí me sorprende que los diputados asturianos no sepan y no entiendan lo que es la libertar empresarial. Eso, todavía me sorprende mucho aunque me voy acostumbrando. Es lo que hay.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.