En esta semana hemos visto un nuevo salto en la escalada de tensión, con las maniobras militares que Rusia iniciaba en Bielorrusia y el Mar Negro, que llevaban a Occidente a alertar de «el momento más peligroso», aunque se siguen aferrando a la vía diplomática, a pesar del nulo avance en las 9 horas de negociación mantenidas para revivir los acuerdos de Minsk. Todo ello tiene influencia obviamente en los mercados.
A nivel de política monetaria, el BCE se desmarcaba del sesgo hawkish que parecía haber tomado en la última reunión, al declarar que un aumento de los tipos de interés no será efectivo en moderar precios, al ser las principales fuerzas que lo impulsan los costes energéticos y categorías relacionados con el shock en suministros, y de lo contrario, podría dañar la recuperación económica de los países miembros.
Puede decirse que la Fed y el BCE están tras la curva de la inflación. Ambas autoridades monetarias han tardado demasiado en corregir su lectura de la subida de los precios. En las últimas dos semanas se ha esclarecido mucho más cómo y por qué los dos bancos centrales más influyentes del mundo están intentando recuperar el control de la narrativa sobre la inflación y evitar más daños a su credibilidad política.
A nivel empresarial, Twitter perdió 221 millones de dólares en 2021, cinco veces menos que en 2020. La red social ingresó 5.077 millones de dólares, un 37% más que los 3.716 millones del ejercicio anterior. La empresa anunció esta pasada semana que presentaba unas pérdidas netas para el conjunto de su ejercicio fiscal 2021 de 221 millones de dólares, lo que supone una mejora significativa para las cuentas de la empresa, que el año anterior había perdido cinco veces más dinero, pese a seguir todavía en números rojos. Entre enero y diciembre del año pasado, la firma de San Francisco (California, EEUU) ingresó 5.077 millones de dólares, un 37% más que los 3.716 millones de 2020, provenientes fundamentalmente de su negocio publicitario online. Casi la totalidad de estos ingresos, por encima del 90%, provienen de la venta de espacios publicitarios en la red social, mientras que el 10 % restante lo gana vendiendo datos a terceros. Los accionistas de Twitter, por su parte, perdieron durante el pasado ejercicio 28 centavos de dólar por título, frente a las pérdidas de 1,44 dólares registradas en 2020. La empresa que dirige Parag Agrawal cuenta en la actualidad con 217 millones de usuarios diarios activos, es decir, aquellos que se conectan a la red social por lo menos una vez al día, por encima de los 192 millones con que cerró 2020.
Las hoteleras presionan a Sanidad para eliminar las trabas al turismo británico. Exigen test de antígenos en lugar de doble vacuna para menores de 12 a 18 años. Alertan de la fuga a Portugal, Grecia o Turquía. La euforia que ha levantado entre las grandes hoteleras la decisión del Reino Unido, el primer mercado emisor de viajeros a España antes de la pandemia, de exonerar a los ciudadanos vacunados con doble pauta de hacerse PCR o guardar cuarentena tras viajar a otro país, ha quedado diluida parcialmente, ya que Sanidad exige ese mismo requisito para los menores de 18 años. Una condición que apenas cumple un porcentaje mínimo de los menores, puesto que la política de vacunación de Reino Unido para esa población ha sido muy diferente a la de España. En principio se optó por una sola dosis y solo a finales de 2021 se incluyó un segundo pinchazo en el calendario vacunal. Este retraso provocó que en la actualidad, según los últimos datos del Ejecutivo británico, haya tan solo 1,1 millones con dos dosis, apenas un 13% de los nueve millones de ciudadanos cuya edad varía entre 12 y 18 años en Reino Unido.
También a nivel doméstico, y según titulo en el blog en el día de hoy, el órdago económico de López Obrador amenaza a 6.500 empresas españolas. Pidió pausar la relación con España, aunque luego matizó la amenaza. Es el segundo mayor suministrador de crudo, solo superado por Nigeria. La petición del presidente de México, Andres Manuel López Obrador, de pausar las relaciones con España ha sembrado el desconcierto entre las 6.500 empresas españolas con intereses en el país latinoamericano, que a su vez es el primer comprador de bienes españoles en Latinoamérica, el quinto más importante fuera de la Unión Europea y el decimocuarto del mundo. En su intervención diaria en la televisión pública mexicana, López Obrador lanzó esta pasada semana el órdago y acusó de expolio y de saqueo a las empresas españolas, entre las que citó a Iberdrola, OHL o Repsol. “Era un contubernio de arriba, una promiscuidad económica y política en la cúpula de los gobiernos de México, pero como durante tres sexenios seguidos. Y México se llevaba la peor parte, nos saqueaban. Entonces vale más darnos un tiempo, una pausa. A lo mejor ya cuando cambie el Gobierno ya se establecen las relaciones”, aseguró. Solo 24 horas después matizó sus críticas al asegurar que no hablaba de ruptura, sino de una «protesta fraterna». Pero si hay un dato preocupante, en un contexto nacional e internacional en el que los precios de la energía están disparados y están comprometiendo los presupuestos públicos y el gasto de hogares y empresas, es la fuerte dependencia energética de España con México. Este último país es el responsable del 13% del crudo que se consume en España, que tan solo produce el 0,2% de lo que gasta. La balanza comercial entre España y México , tradicionalmente deficitaria para España por las elevadas compras de crudo, muestra que los tres sectores más perjudicados por una interrupción momentánea del comercio bilateral serían los bienes de equipo, las semimanufacturas y la industria de la automoción, que suman más de dos terceras partes de las exportaciones españolas. Pero si finalmente, López Obrador pasa de las palabras a los hechos y paraliza la relación con las empresas españolas, aunque sea de forma momentánea,el verdadero quebranto se produciría en el caso de las 6.500 firmas con intereses en México, entre las que destacan la intermediación financiera, comunicaciones y transportes, turismo, inmobiliario, y generación y distribución de energía y gas. El stock de inversión extranjera española en los últimos 21 años (de 1999 a 2020) en México se eleva a 63.911 millones de euros, lo que supone el 12% de los flujos de capital en ese período y lo que le sitúa como el segundo mayor inversor del mundo, tan solo por detrás de EE UU. Por su parte, México es el sexto inversor en España y segundo fuera de la UE, por detrás sólo de EE UU, con un stock de 88.656 millones.
Cambiando de tercio, las grandes sicavs esquivan el cambio fiscal y siguen tributando al tipo mínimo. La gran parte de los pequeños entramados familiares serán liquidados. Sandra Ortega rectifica y opta por la disolución y por crear una SL Las sicavs españolas con más patrimonio bajo gestión mantendrán el statu quo previo a todo el ruido político que ha sobrevolado a este tipo de vehículos de inversión en los últimos años y que ha acabado, por ahora, en una modificación de la ley antifraude según la cual solo pueden acogerse al régimen impositivo de los fondos de inversión –con un tipo del 1% en el Impuesto sobre Sociedades– aquellas sicavs que tengan al menos 100 socios con una inversión mínima de 2.500 euros cada uno. Un cambio fiscal que sí que ha puesto patas arriba a las sicavs más pequeñas, pertenecientes mayoritariamente a entramados familiares que no cumplen las condiciones exigidas y que durante años se han beneficiado del uso de inversores mariachis para lograr una fiscalidad menos gravosa. Gesprisa, la sicav del fundador de Pronovias, Alberto Palatchi, convertida tras la fusión con Herprisa en el vehículo de capital variable con mayor patrimonio en España – 990,2 millones– mantendrá su tributación al 1% gracias al incremento en su número de socios: 342, si bien hay accionistas con más del 20% del capital. También lo seguirán haciendo las tres sicavs de la familia March– Torrenova, Cartera Bellver y Lluc Valores– y abiertas al público general, que suman un patrimonio total de más de 1.500 millones de euros. La mayor de todas, Torrenova, cuenta con 4.364 socios.
A nivel local destacar que las empresas asturianas ensanchan mercados: 621 exportan de forma regular. Es una buena noticia para la economía del Principado de Asturias. El número de empresas asturianas que venden en el extranjero ha crecido en los dos últimos años, a pesar de las dificultades asociadas a la pandemia del covid. Durante el pasado año, más de 2.800 compañías exportaron y 621 de ellas alcanzaron la condición de “exportadoras regulares”. Se trata de aquellas empresas que han vendido fuera durante al menos cuatro años consecutivos, y su número y evolución están entre los indicadores más valorados por los expertos al evaluar el grado de apertura del tejido productivo de un territorio. Los avances del comercio exterior asturiano se pusieron de manifiesto durante la apertura de la 22ª. edición del llamado Punto de Encuentro Internacional, un foro donde la sociedad de promoción exterior del Principado, Asturex, pone en contacto a los empresarios con consultores que les facilitan información sobre un total de 44 mercados extranjeros. Continuar en esta línea será, evidentemente, algo muy positivo para la economía asturiana.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.