Atención bancaria mejorada a los mayores

La semana ha estado marcada por los miedos de la escalada del conflicto. A nivel de Bancos Centrales, la otra inquietud sigue estando en la retirada de estímulos monetarios. En el BCE hablaba el economista jefe Lane, y sentaba las bases para un cambio de paso en la próxima reunión, viendo que la economía de la zona euro había dejado atrás las presiones de baja inflación que había vivido en los últimos años.

Por su parte, la Reserva Federal ve justificada una subida de tipos más rápida que en 2015. Con la inflación en máximos de 40 años, los miembros de la Reserva Federal concluyeron en la pasada reunión que se daban las condiciones para proceder a un repunte de los tipos «pronto». Desde el pasado 25-26 de enero ha cobrado fuerza la idea de que en marzo el banco central de EE UU acabara la era de los tipos cero. Es decir, dos años después de que Jerome Powell tomara las riendas y anunciara en una reunión extraordinaria que baja el precio del dinero al 0-0,25%, el mercado se prepara para la normalización monetaria. «La mayoría de los participantes señalaron que si la inflación no baja como esperan, sería apropiado que el comité ajustara las decisiones y procediera a una normalización monetaria más rápida de lo previsto», recogen las actas de la pasada reunión. El aumento de los precios ha llevado a los funcionarios de la institución a revisar al alza sus expectativas de subida de tipos para este año. De hecho, la mayoría de sus miembros se mostraron a favor de subir los tipos a un ritmo más acelerado que en 2015, cuando Janet Yellen acabó con la era del dinero barato, años después del estallido de crisis financiera. Lo que todavía sigue sin conocer es la intensidad de la primera subida.

El FMI bendice la reforma laboral de España y pide un nuevo marco fiscal.  El organismo multilateral mantiene su previsión de crecimiento del 5,8% para el país este año.  El FMI está satisfecho con la reforma laboral aprobada por el Gobierno y considera que las medidas anticovid, como los créditos ICO, las ayudas de la SEPI, entre otras, han surtido efecto. El organismo que dirige Kristalina Georgieva mantiene la previsión de crecimiento de España en el 5,8% para este año, aunque advierte de que la «política fiscal debe seguir siendo de apoyo a corto plazo y ser cada vez más selectiva para apoyar a las personas vulnerables» e insta a «la pronta formulación de un plan creíble de consolidación fiscal», según su último análisis de la situación económica en España. La economía española creció un 5% el año pasado y recuperó niveles de empleo precovid, pero la producción continúa muy por debajo de su nivel anterior a la pandemia y la inflación está desbocada, en el 6,1% interanual en enero, sus niveles más altos de los últimos 30 años ante la escalada de los precios de la energía, que, tacita a tacita, se traspasan al resto de bienes y servicios. Este es el análisis que hace el Fondo de la situación de España, para después evaluar las medidas que se han tomado y las que deben adoptarse. El organismo considera que «las políticas de apoyo han desempeñado un papel fundamental en la protección del empleo, los ingresos de los hogares y los balances de las empresas, y los riesgos del sector financiero han evolucionado de forma favorable». El crecimiento económico previsto para este año se apoyará en el consumo privado robusto, en un impulso de la inversión pública financiada en parte por los fondos de la UE de nueva generación y en una normalización gradual de los flujos turísticos internacionales. Con todo, lanza un aviso a navegantes: «Las perspectivas son muy inciertas y dependerán de la evolución de la pandemia y de la persistencia de los cuellos de botella de la oferta mundial». El grado de eficacia en el uso de los fondos europeos (hasta 140.000 millones, al 50% entre ayudas directas y préstamos blandos) será clave en la recuperación, de ahí que el FMI inste a  «establecer un marco que garantice un uso transparente y eficiente» de ese dinero. Los analistas del FMI también aplauden la reforma laboral, que trata de atajar la temporalidad y que preserva el equilibrio entre la protección de los trabajadores y la de la flexibilidad de las empresas.

A nivel doméstico, como señalo en el titular del blog en el día de hoy, hay algunos bancos que han ampliado el horario de caja para mejorar la atención a los mayores. Las personas de edad avanzada son quienes más recurren a esta vía para hacer sus operaciones.

 

El BBVA y el Banco Sabadell han seguido los pasos del Banco Santander y han optado también por ampliar el horario de caja de buena parte de sus oficinas con la intención de mejorar la atención a los clientes, en especial a los mayores, que son quienes más recurren a esta vía para hacer sus operaciones. El Santander alargó desde esta semana tres horas el horario de caja de sus sucursales, hasta las 14 horas, y se convirtió en la primera entidad en aplicar una medida tras la polémica de las últimas semanas para que el sector mejore la atención presencial a los mayores. Y esta semana también el BBVA ha replicado la estrategia y ha alargado el horario de caja de sus sucursales exactamente hasta la misma hora, aunque en este caso en 630 oficinas en las que ha «detectado» que hay una mayor necesidad de una red de 1.895 sucursales. Lo mismo ha hecho el Sadadell, que extenderá a partir del próximo lunes 28 de febrero también hasta las 14 horas el horario de caja de 237 oficinas, donde considera que esta medida puede tener mayor impacto para las personas mayores o poblaciones en las el banco cuenta con una sola sucursal. Al ampliar el horario de caja de las sucursales, estos grandes bancos dan mayor flexibilidad a todos los clientes que necesiten hacer una operación en ventanilla, algo que en otras entidades como Bankinter se puede hacer en cualquier momento porque no tiene establecido ningún horario de caja en sus oficinas. De este modo, casi toda la gran banca española ha allanado el camino para facilitar estas operaciones de caja, con la excepción de CaixaBank que trabaja en una batería de nuevas medidas pensando en los mayores pero que no desvela sus planes hasta que las patronales bancarias y el Gobierno consensúen un protocolo de actuación. Por el tamaño de la entidad, que es la primera en España y la que cuenta con una red de sucursales más extensa, cualquier medida que adopte para mejorar la atención al cliente tendrá un importante impacto y más si va dirigida al colectivo de mayores. El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, dijo recientemente que este es un tema que les ocupa y les preocupa y ha desvelado que solo el 25 % de los clientes mayores de 70 años utiliza los canales digitales. Esto supone que uno de cada tres recurren a la oficina para hacer sus gestiones. Al margen de ampliar los horarios de caja en las sucursales, el Banco Sabadell ha querido ir varios pasos más allá y ha comunicado ya a toda su plantilla que renovará 400 cajeros durante este año, al tiempo que mantendrá el compromiso de resolver incidencias y averías en menos de 7 horas en el 98 % de los casos. Además, establecerá desde el lunes 21 de febrero un teléfono gratuito de atención personal para clientes mayores de 70 años entre las 8h y las 19h y un servicio de incidencia las 24 horas de cualquier día del año. Y ampliará en las próximas semanas un programa de voluntariado, formado principalmente por prejubilados del banco, de 650 a 800 personas, para prestar especial atención a la formación financiera y digital de los mayores.

Por su parte, a nivel de mercados, la ola de las salidas a Bolsa canceladas deja 13.000 millones en el aire en Europa. Ibercaja se une a Cheplapharm, WeTransfer o Mishcon de Reya en la lista de operaciones aplazadas. Estados Unidos, Canadá, Corea o India también retrasan sus OPV. La ola está empezando a alcanzar la altura de un tsunami. Casi cada día hay una empresa en el mundo que cancela su salida a Bolsa en busca de un momento mejor que el actual para estrenarse en el parqué y España no se ha quedado al margen.

Cambiando de tercio, el plan de Escrivá para los autónomos sube de 4.200 a 15.200 euros la cuota anual máxima en nueve años.  Investigadores del Ivie alertan de las inequidades del nuevo modelo y proponen usar los rendimientos fiscales como base de cotización pero un único tipo para todos. El Colegio General de Economistas calificó esta semana de “inviable” la propuesta de reforma hecha por el Gobierno para el sistema de cotización a la Seguridad Social. A esta crítica se han sumado también desde el mundo académico a través de un documento analítico elaborado por los investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). En este documento, alertan de que el nuevo modelo de cotización ideado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tiene “importantes deficiencias de equidad”. Es más, según su análisis, dichas inequidades se registran en distintos ámbitos: dentro del propio régimen de autónomos entre aquellos que más ganan y los que menos; respecto al Régimen General de asalariados”; y, especialmente, estas deficiencias se acrecientan en el sistema transitorio de implantación entre 2023 y 2031. La primera inequidad que plantean estos expertos surge del hecho de abandonar la elección de la base de cotización y que se pase a cotizar por los rendimientos fiscales declarados fiscalmente. Pero, además, la cuota a pagar se fijará en función de una serie de tramos de rendimientos, en lugar de ser la resultante de aplicar un mismo tipo único a la base de cotización, como ocurría hasta ahora. Esto quiere decir que “no todos los afiliados van a estar sujetos al mismo tipo de cotización, lo que implica una quiebra respecto a lo que ocurría hasta ahora en el Régimen Especial de  Autónomos (RETA) y en el General de asalariados”, indican los investigadores del Ivie. Con ello –añaden– se genera una inequidad.

Según advierten, las distintas variaciones de cuotas no parecen seguir ningún patrón “razonable”. Si se comparan las cuotas que se pagarán en 2023 con las que se abonarán en 2031, algunas como las de los ingresos más bajos (menos de 600 euros al mes) bajarán un 35% mientras que aquellas que pagarán la cuota máxima se verán incrementadas cerca de un 250%. Concretamente, estos tipos “implícitos” en las futuras cuotas son muy diferentes según el volumen de rendimientos.  Los economistas que han elaborado el documento del Ivie sobre la nueva cotización del Régimen de autónomos –Enrique Devesa, Mar Devesa, Borja Ecinas, Inmaculada Domínguez, Miguel Ángel García y Robert Menu– destacan que la cotización por rendimientos fiscales, pese a ser más equitativa que la actual, “aumentará la complejidad de la gestión”. Su argumento es que los pagos dependerán, por un lado, de los datos que los propios autónomos suministren a la Agencia Tributaria; y, por otro, el hecho de que se puedan cambiar hasta seis veces al año de tramo de rendimientos fiscales. A esto hay que añadir una regularización anual que deberán hacer para abonar o recibir la diferencia entre lo cotizado y lo que tenían que haber cotizado.

Como conclusión, estos economistas hacen una propuesta alternativa: usar los rendimientos fiscales como base de cotización pero seguir aplicando un tipo único para todos los autónomos (y que este sea similar al de los aslariados).

A nivel empresarial, las agencias de viajes ultiman ajustes laborales para 8.600 empleados. El mayor ERTE afectará a Viajes El Corte Inglés, con 4.300 trabajadores. Es la única que apuesta por despedir a 620 personas. El optimismo cunde en el sector turístico tras dos años de travesía por el desierto. Hoteles, aerolíneas y hostelería descuentan de forma mayoritaria que la recuperación de la demanda arrancará en Semana Santa y están empezando a sacar a sus trabajadores de los ERTE ante las buenas perspectivas de negocio, que invitan a pensar en la posibilidad de regresar a niveles precrisis al cierre de 2022 si no hay otro episodio de pandemia. La única actividad que no comparte esas buenas perspectivas entre las ramas ligadas al turismo es la de las agencias de viajes, la más golpeada por la crisis. De los 24.942 empleados en ERTE que tenía a prinicipos de 2021,  el sector de agencias de viajes solo logró desafectar a 14.150 trabajadores a finales de enero y aún cuenta con 11.358 personas (un 43,2% del total) fuera del mercado laboral. Y el fin de los ERTE de fuerza mayor, que vencen el 28 de febrero sin posibilidad de nueva prórroga si el Gobierno no lo remedia, hará que esa cifra crezca de forma exponencial a principios de marzo. Tres de los mayores grupos de agencias de viajes (Ávoris, Viajes El Corte Inglés y Nautalia) se han adelantado a ese escenario pesimista y ya están negociando con los sindicatos nuevos ajustes que afectarán a 8.600 personas, entre despidos y suspensiones de empleo. El mayor recorte corresponderá a Viajes El Corte Inglés, en el que de los 4.500 trabajadores, un 95,5% del total (4.300) se verán afectados por algún tipo de ajuste. En la negociación, de la que apenas han transcurrido dos jornadas, la firma ya ha planteado 620 despidos en el área de negocios, que  han sido rechazados por las organizaciones sindicales, y un ERTE por causas productivas, técnicas y económicas (Etop) para el resto de la plantilla, con la excepción del área de tecnología. El porcentaje de suspensión oscilaría entre el 40% y el 60% de la jornada. Tras dos jornadas de negociaciones, los sindicatos han mostrado su rechazo a las propuestas de la filial de viajes de El Corte Inglés y exigen renegociarlas desde el principio. Tanto desde SPV como desde CC OO, los dos sindicatos presentes en la negociación de los ajustes, se han rechazado los despidos al considerarlos “injustificados” e incluso han ido más allá al exigir paralizar los ERTE por causas productivas a la espera de certificar si finalmente los ERTE por fuerza mayor decaen. Incluso ambas centrales sindicales instan a esperar para comprobar el encaje que tiene la nueva figura de ajuste aplicada en la nueva reforma laboral.

 A nivel bancario, el euríbor escala a máximos de 20 meses y anticipa la subida de hipotecas y depósitos.  El indicador se sitúa en el -0,285% mientras crece la tensión en el mercado. Las subidas de tipos a medio y largo plazo, aunque el Banco Central Europeo (BCE) aún no ha tocado los oficiales, que permanecen en el 0%, ya son una realidad indiscutible. El bono español a diez años paga el 1,298% frente al 0,2% de hace un año. Además, el euríbor, referencia clave para las hipotecas en España, se ha disparado en cuestión de dos semanas y se sitúa en máximos desde julio de 2020, en el -0,285% en tasa diaria, lo que no solo anticipa un aumento del precio de los préstamos para comprar vivienda sino también de los depósitos. La anómala situación de los tipos a cero a casi todos los plazos que perduraba en la zona euro —desde 2016, cuando en marzo de ese año el euríbor a 12 meses entró en negativo— se revierte con mucha rapidez. Y esto tendrá un doble efecto, aunque no a la misma velocidad. Por un lado, los hipotecados con alrededor de 400.000 millones en créditos vinculados al euríbor pagarán más por sus créditos a medida que se revisen sus cuotas. De hecho, la media provisional de febrero marca el -0,341% frente al -0,501% del mismo mes de hace un año. Así, para una hipoteca media de 150.000 euros a un plazo de 25 años con un diferencial del 1% añadido al euríbor, la letra mensual pasará de 531 euros a 542 euros, lo que supone una subida de 10,5 euros al mes o 126 euros al año. Por otro, es de esperar que los 960.266 millones en depósitos o cuentas bancarias vayan mejorando su rentabilidad, aunque no demasiado y muy lentamente. Lo deseable es que esto se vaya se produciendo sin afectar al desarrollo de la actividad económica.

 SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.