Esta pasada semana se han producido caídas generalizadas en las bolsas europeas tras la confirmación del BCE de finalizar el programa de compra de activos (QE) e iniciar la subida de tipos de interés en julio. En esta línea, Lagarde se ha mostrado contundente en la «tendencia de tipos», con una primera subida de 25pb en julio y una segunda subida en septiembre que podría ser mayor en caso de que las tensiones de inflación no se moderen. Asimismo, el BCE comunicaba un proceso gradual y sostenido de subidas a partir de septiembre. El sector bancario lideraba los descensos, del -6,0%, mientras que el sector de Oil&Gas resistía los fuertes desplomes reduciendo sus caídas al -1,0%.
Las decisiones de esta semana del BCE se alienaban con el movimiento de expectativas que se había generado tras los datos de inflación de mayo. El BCE fijará un camino tan marcado en la «tendencia de tipos», frente a la otra posibilidad que sería guardarse más flexibilidad para sortear los riesgos que acechan a la economía europea, vinculados a la guerra y a China. Así, anunciaba la subida de 25pb en julio, dejaba claro que si las tensiones de inflación no se moderan en septiembre la subida será mayor, y que tras la subida de septiembre seguirá con un proceso de subidas gradual y sostenido. En todo caso, siguió dando un mensaje firme para actuar contra la fragmentación, si bien, decepcionaba en expectativas a aquellos que esperaban ya un instrumento especifico.
A nivel de geopolítica, la semana ha estado marcada por el ataque de Rusia a Kiev tras más de un mes de «paz». Putin anunciaba su intención de atacar nuevos objetivos en caso de entrega del suministro de misiles por parte de EE. UU. a Ucrania. Estas noticias se dejan sentir nuevamente en los precios de commodities de alimentación, en particular en el trigo.
A nivel bancario, y en clave nacional, señalar que la gran banca pierde 77.000 accionistas desde la crisis del Covid pese al alza en Bolsa. Todas las entidades se revalorizan por encima del 50% entre marzo de 2020 y marzo de 2022. Superada la crisis del Covid-19, la gran banca española ha salido de la pandemia con fuerzas renovadas y ha disparado tanto sus resultados, como la rentabilidad y la cotización en Bolsa. Sin embargo, no ha despertado de igual forma el apetito de los accionistas. A cierre del primer trimestre del año los cinco bancos del Ibex 35 sumaban 5.714.768 inversores, frente a los 5.791.683 con los que contaba a finales de marzo de 2020, justo en los inicios de la pandemia. Aunque se trata de un dato que fluctúa, en comparación ha perdido casi 77.000 accionistas. Durante el primer año de crisis sanitaria y económica por el virus, el sector bancario se vio especialmente penalizado en los mercados, ya que las provisiones milmillonarias para hacer fernte a posibles impagos llevaron a mínimos los resultados y la rentabilidad. Además, los accionistas encontraban pocos motivos para invertir durante un periodo en el que el BCE prohibió el reparto de dividendos y las recompras de acciones para preservar el capital. Sin embargo, en 2021, el año que ha supuesto la vuelta al dividendo, la gran banca española ha repartido más de 7300 millones entre los accionistas. Además, han anunciado sus planes para aumentar el pay-out en los próximos ejercicios. En ese sentido, Santander repartirá este año un 40% del beneficio, aunque a medio plazo prevé elevarlo al 50%. BBVA se encuentra en una situación similar. El banco presidido por Carlos Torres Vila anunció una lluvia de 7000 millones para sus accionistas entre 2021 y 2022. Por su parte, Sabadell ha subido un 72,5% en Bolsa entre marzo de 2020 y marzo de 2022. A cargo de 2021 distribuyó 168 millones (el 31,8% del beneficio) y anunció la intención de elevar el pay-out a medida que aumente la rentabilidad. El banco cuenta con 12.367 accionistas menos (-5,3%) que a cierre del primer trimestre de 2020 Igualmente, Bankinter ha disparado su acción un 129% entre marzo de 2020 y marzo 2022. El banco liderado por María Dolores Dancausa repartió el 50% del beneficio en 2021. Aun así, cuenta con 608 accionistas menos que en el primer trimestre de 2020.
A nivel empresarial, destacar que Naturgy se libra del bloqueo bancario argelino porque realiza pagos directos a Sonatrach. El contrato con el grupo argelino tiene vigencia hasta 2030 pero la crisis perjudica las negociaciones para revisar los precios. La decisión de Argelia de romper el tratado de buena amistad suscrito en 2002 y congelar las transacciones bancarias para las operaciones de comercio exterior de productos procedentes de España no afectará al suministro ni a los pagos por el gas que España importa del país magrebí, lo cual es una gran noticia para la empresa. El principal contrato, el del combustible que circula por el gasoducto Medgaz, con una capacidad de 8.400 millones de metros cúbicos, es el que mantiene la energética estatal Sonatrach con Naturgy.
La medida no afecta a sus transacciones con Argelia, pues el pago se realiza “de manera directa”. Por otro lado, el contrato con Argelia tiene una validez de ocho años, hasta 2030. Incumplirlo resultaría muy oneroso para Argelia, pues perdería importantes ingresos y se enfrentaría a una arbitraje internacional por romper unilateralmente el acuerdo. La propia vicepresidenta para la Transición Ecológca, Teresa Ribera, advirtió que si la situación acabara afectando al suministro España “acudirá a los tribunales y a mecanismos de arbitraje internacional”. No obstante, Ribera descarta, en principio, “tensiones en el suministro”. En su opinión, las malas relaciones entre Marruecos y Argelia no deberían afectar a la buena relación entre España y cada uno de ellos”. Otra cuestión es que el ambiente enrarecido desde que el Gobierno español reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, perjudica claramente a las negociaciones que desde octubre del año pasado mantiene Naturgy con Sonatrach para revisar al alza el precio de los contratos. Estos se revisan de manera ordinaria cada tres años y extraordinariamente siempre que se produzca algún cambio importante en el mercado y lo solicite una de las partes. De hecho, en el primer año de la pandemia, en 2020, Argelia se avino a bajar el precio debido al hundimiento de la demanda de gas. La situación dio un vuelco a mediados del año pasado, lo que llevó a Sonatrach a pedir una revisión de precios que, según fuentes del sector, podría implicar una subida de entre el 25% y el 30%. La compañía española ya se enfrentó hace más de una década a un arbitraje con Sonatrach, que se resolvió en el tribunal arbitral de París con un laudo condenatorio de unos 1.300 millones de euros, parte de los cuales, los abonó mediante una ampliación de capital por la que la argelina tomó en 2014 cerca de un 3% de las acciones (en estos momentos, tiene un 4,1%).
Yendo a lo que destaco en el titular del blog en el día de hoy, que podría ser el título de una novela pero no lo es. Es la constatación de la hegemonía económica en la península de Madrid y Cataluña dado que concentran el 40% de las empresas y el 65% de ingresos por Sociedades.
Las dos grandes regiones económicas del país suman 12.650 empresas nuevas en el último año y superan ya la recaudación societaria obtenida antes de la crisis en un 14% en el caso catalán y en un 12% en el madrileño. Los ingresos siguen un 48% por debajo del nivel precrisis en Canarias y un 34% en Baleares.
A nivel local destaco que el grupo dueño de Trefilerías ofrece inyectar 400 millones para salvar el rescate. Recuerdo bien esta empresa porque fue de las primeras que audité allá por el año 1994, cuando trabajé para una gran multinacional de auditoría. Celsa, la mayor compañía siderúrgica de capital español, propietaria de la empresa gijonesa Moreda Riviere Trefilerías, ha hecho una contrapropuesta, consistente en inyectar 400 millones en la compañía, para intentar llegar a un acuerdo con sus acreedores. El pacto para reestructurar la deuda es condición imprescindible para que la SEPI y el Consejo de Ministros aprueben antes del día 30 (fecha límite) el rescate del grupo con 550 millones de aportación temporal pública. La familia Rubiralta, dueña del 100% del grupo, se brindó a ampliar capital por 50 millones y demanda de sus acreedores una quita de la deuda. La banca es proclive pero los fondos de inversión exigen capitalizar deuda para tomar el 49% de la sociedad, además de crear un instrumento de participación con sede en el extranjero. Los Rubiralta lo rechazan. Ayer ofrecieron una inyección de 400 millones sin precisar cómo se haría.
Otro dato económico en Asturias: las ventas de coches usados caen el 11,5% en Asturias hasta mayo. Asturias sumó entre enero y mayo la compraventa de 15.286 coches de ocasión, cifra que supone un descenso del 11,57% respecto al mismo periodo del pasado año, según los datos publicados ayer por la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove). Sólo en mayo, las ventas cayeron un 15,45%, hasta 3.119 unidades, de acuerdo a los datos de la patronal.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.