¿Tesis liberales de boquilla?

En esta pasada semana, los índices de renta variable europeos y americanos presentaban comportamientos mixtos, con ligeras subidas en los índices europeos (EuroStoxx +0,4%) pero con bajadas en el Ibex35 (-0,4%), bajadas en el Dow Jones (-0,2%) y subidas en el S&P500 (+1,3%). Cabe destacar la posible relajación en las medidas Covid19 en China que resultaría en un cambio sustancial y demuestra la fuerte presión a la que se encuentra sometida el gobierno tras las múltiples protestas por todo el país. Por otro lado, la FED confirmaba la moderación en el ritmo de subidas de los tipos de interés para diciembre, que probablemente será de 50pbs. El dato de empleo de EE.UU. se ha enfriado en noviembre, pero mucho menos de lo esperado (desempleo 3,7%) En cuanto al comportamiento de Alemania, se observaban mejores datos de IPC y empleo si bien los datos de ventas minoristas y exportaciones se presentaban más negativos.

Muy destacable (y preocupante) todo lo sucedido en torno al bitcoin. De hecho,  el BCE cree que el bitcóin ha puesto rumbo a la «irrelevancia».

Los expertos del banco central consideran que su evolución lateral es «el último suspiro inducido artificialmente antes del camino hacia la irrelevancia». Hace poco más de un año el bitcóin  rozaba los 69.000 dólares y tocaba máximos históricos. La subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales se antojaba aún muy lejana y la euforia por los criptoactivos crecía entre pequeños ahorradores y llamaba a la puerta de los grandes inversores. Todo esto queda muy lejano.  El criptoactivo por excelencia se sitúa ahora sobre los 16.000 dólares, barrera que ha llegado incluso a perder por el estallido de la crisis de FTX, la cuarta plataforma de compraventa de criptoactivos más importante que ha acelerado las dudas sobre este mercado y está presionando a los reguladores para acelerar la puesta en marcha de regulaciones. Los expertos del Banco Central Europeo (BCE) consideran que la aparente estabilización de bitcóin es probablemente «un último suspiro inducido artificialmente antes del camino hacia la irrelevancia». Un camino que era previsible antes de la quiebra de FTX, pese a que los defensores de este activo consideran que esta evolución lateral podría impulsarle hacia nuevos máximos. Así, frente a la opinión del BCE, firmes defensores del activo digital como Cathie Wood, fundadora de la gestora Ark Investment, creen que bitcóin podría alcanzar el millón de dólares. Los expertos del BCE comentan que el bitcoin nunca se ha utilizado de forma relevante para realizar transacciones legales y apuntan que tampoco es un activo adecuado para la inversión. Así, añaden que «no genera flujo de caja (como los bienes inmuebles) ni dividendos (como las acciones), no puede utilizarse productivamente (como las materias primas) ni proporciona beneficios sociales (como el oro). Por lo tanto, la valoración de mercado de bitcóin se basa únicamente en la especulación», añaden. Más allá, los expertos del BCE se muestran muy críticos con cómo los trabajos en materia de regulación del mercado cripto en los distintos países «han tentando a la industria financiera convencional a facilitar a los clientes el acceso a bitcoin». En su opinión, la entrada de las instituciones financieras lleva a pensar a los pequeños inversores que las inversiones en bitcóin «son sólidas».

Más allá, cuestionan el papel de los bancos y apuntan que «la industria financiera debe tener cuidado con el daño a largo plazo de promover las inversiones de bitcóin, a pesar de las ganancias a corto plazo que podrían obtener. El impacto negativo en las relaciones con los clientes y el daño a la reputación de toda la industria podría ser enorme una vez que los inversores de bitcóin hayan sufrido más pérdidas»

En esta argumentación abunda la CNMV tras la caída de FTX: las cripto están «vacías» y son «inútiles». El supervisor avisa del «efecto aura» de los grandes magnates mundiales defensores de las criptomonedas. Si las criptodivisas son para jóvenes, la CNMV es el padre que les avisó de lo que estaba por venir. El presidente del supervisor del mercado, Rodrigo Buenaventura, ha realizado esta semana su primera intervención pública desde la caída del operador FTX y no ha ahorrado calificativos al valorar el «criptoinvierno» y la «criptoglaciación» en la que han caído las monedas virtuales. Las criptodivisas son «inútiles», están «vacías de contenido» y han brillado con el «aura» de algunas de las mayores fortunas mundiales, de la que es mejor no fiarse, ha asegurado. A diferencia de los productos de inversión complejos que tanto disgusto ocasionaron en la crisis de 2008, las criptodivisas llevan tiempo provocando advertencias de supervisores y reguladores, y el presidente de la CNMV ha insistido en ello. «Desde 2018 hemos ido advirtiendo año a a año de los riesgos de las criptomonedas» y de la «pérdida de valor intrínseco de estos productos que no están regulados ni supervisados, que carecen de la mínima red de inversión», ha afirmado en una jornada celebrada esta semana.

«Pueden desaparecer de la noche a la mañana»

«De la noche a la mañana, la criptomoneda, el custodio, las claves y la propia entidad pueden desaparecer», como acaba de apreciarse en el último episodio en torno a FTX, que ha dejado «un rastro muy doloroso» entre los inversores, ha señalado. La CNMV obliga a los anunciantes del producto a que adviertan de sus riesgos y se encuentra a la espera de la nueva regulación europea sobre criptoactivos, conocida como MiCA. Buenaventura ha asegurado que se tardará tiempo en conocer lo ocurrido realmente en FTX, aunque no cree que detrás de la plataforma haya mucha sofisticación, sino un esquema mucho más «mundano y tradicional», como el que suele encontrarse detrás de estos casos: «ausencia total de controles, gobernanza inexistente, uso de contabilidades imaginativas, utilización indebida de los recursos de los inversores y contabilidades opacas». «Si esta debilidad se produce en FTX, una de las firmas más grandes, no es difícil imaginar lo que estará ocurriendo en firmas más pequeñas».

El aura de los «supuestos gurús con una fortuna de 30.000 millones»

También ha lanzado un dardo al entusiasmo de algunos magnates internacionales con las criptomonedas. Las criptomonedas «ha puesto de manifiesto el peligro del efecto aura que rodea a veces a supuestos gurús empresariales, bien sea por tener un Nobel o por tener 30.000 millones de fortuna personal». No ha dado nombres, pero el fundador de Tesla y propietario de Twitter, Elon Musk, ha sido un gran entusiasta de estos productos, hasta el punto de anunciar compras milmillonarias de bitcoins en su momento de máxima cotización y retirar después su apoyo a esta cripto para apostar por otra, la dogecoin.

«Mejor fiarse de empresas reguladas, solventes y profesionalizadas, aunque parezca aburrido», ha afirmado Buenaventura. El presidente de la CNMV también ha celebrado que los bancos españoles no hayan adoptado las criptomonedas en su oferta de productos para clientes: «Viendo el panorama, me alegro de haber sido conservador y de que las entidades españolas hayan salido indemnes de esta criptoglaciación».

¿Cómo pierden su valor las criptomonedas?

Se lo explico, amable lector: CUANDO NADIE LAS USA.

Estas cuatro palabras resumen cómo pueden desaparecer las criptomonedas. Pese a todo, el viaje es más interesante que el destino. La muerte de FTX, una plataforma de compraventa de activos digitales declarada en quiebra el 11 de noviembre tras un espectacular estallido, animará a algunos a dirigir su atención hacia otra parte. ¿Qué tendría que suceder para que todo el mundo hiciera lo mismo? La respuesta requiere cierto conocimiento de cómo funciona el sector. En la base de las criptomonedas hay cadenas de bloques, como Bitcoin y Ethereum, que registran transacciones verificadas por ordenadores, un proceso incentivado por la emisión de nuevos tokens. La cadena de bloques de Ethereum valida líneas de código, lo que ha hecho posible que la gente emita sus propios tokens o cree aplicaciones. Como, por ejemplo, stablecoins, que están vinculadas a monedas del mundo real, y tokens como Uniswap, que gestionan protocolos de finanzas descentralizadas (DeFi). Las principales cadenas y un puñado de tokens basados en Ethereum, como las stablecoins, representan alrededor del 90% del valor de las criptomonedas. Sobre este mundo se han construido grandes negocios, como plataformas de intercambios, fondos de inversión y préstamo.

Cadenas de bloques

Acabar por completo con las criptomonedas exigiría eliminar las capas subyacentes de cadenas de bloques. Podrían derrumbarse las primeras, lo cual haría desaparecer el zócalo sobre el que sustenta todo. O, también, el sector podría ir desmoronándose desde arriba a abajo y deshacerse capa tras capa, inexorablemente. Derribar el zócalo es extraordinariamente difícil, y el alto valor actual del bitcoin y el ether hace que eso sea aun más difícil. Atacar una cadena de bloques y cerrarla requiere obtener el control del 51% de la potencia de cálculo o del valor de los tokens apostados para verificar las transacciones. Cuanto más valiosos son los tokens, más energía se necesita para atacar una cadena de prueba de trabajo, como Bitcoin, y más dinero para atacar una cadena de prueba de participación, como Ethereum. La seguridad de esas cadenas (medida con la suma que habría que invertir para atacarlas) se sitúa hoy entre los 10.000 y los 15.000 millones de dólares. Sólo un gobierno o un individuo extraordinariamente rico podrían urdir un ataque así. Y, por más que Musk se mostrara dispuesto a emprenderlo, ahora parece ocupado en otros asuntos. Por lo tanto, el desmoronamiento es el camino más concebible. Los acontecimientos de este año han puesto de manifiesto la propensión de las criptomonedas a una eventualidad de ese tipo.

A nivel doméstico, una noticia tristemente destacable sobre absentismo laboral: 1,2 millones de personas faltan al trabajo a diario en España. El fenómeno tiene un mayor impacto en País Vasco y Canarias que en Madrid y Baleares. El absentismo laboral continúa en niveles elevados. Es cierto que el impacto de este fenómeno se ha moderado con respecto al primer trimestre del año, que alcanzó su mayor cota desde la pandemia de coronavirus, pero el dato del segundo trimestre es, a mi juicio, preocupante y llamativo.

Por otro lado, Cataluña, se encuentra a la cabeza de los concursos de acreedores en 2021. La comunidad autónoma concentró la mayor parte de los procedimientos concursales con un total de 2.446. En los últimos nueve meses del año, el número de concursos de acreedores ha aumentado un 14,17% hasta situarse en 3.618, una cifra superior incluso a la registrada en niveles pre-pandémicos (3.383 en 2019). La previsión de los economistas es que este número continúe su ascenso durante 2023. Sin embargo, no todas las comunidades autónomas reflejan esta subida. Según el Atlas Concursal elaborado por el Consejo General de Economistas, cuatro comunidades autónomas acumulan 3 de cada 4 concursos de acreedores en España. Casi el 74% de los procedimientos concursales que han tenido lugar durante el 2021 se concentraron en Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía. En total suman 5.234 concursos en 2021 de los 7.062 registrados en todo el territorio español. De ellas, Cataluña se alza con el mayor número de concursos con 2.446 frente a los 1.253 celebrados en 2020. Por detrás le sigue a mucha distancia la Comunidad de Madrid con 1.259 concursos en 2021 frente a los 859 del año anterior.

Otro tema polémico de la semana, el relativo a que Escrivá plantea aumentar de 25 a 28 años el período para calcular la pensión. También propone subir un 29% las cuotas más altas a lo largo de 26 años.

Después de semanas en que los interlocutores sociales expresaron su inquietud y un punto de impaciencia ante la falta de propuestas del ministerio de Inclusión y Seguridad Social para afrontar la última fase de la reforma de las pensiones, esta semana finalmente llegaron. Por un lado, el ministro José Luis Escrivá plantea ampliar el período de años cotizados para calcular la pensión de los actuales 25 hasta 30, con la importante salvedad que se permitirá elegir los mejores 28. Es decir, que se descartan las peores 24 mensualidades. Además, también se incorporan mejoras en el tratamiento de las lagunas de cotización para las mujeres y también para los varones cuya carrera de cotización se haya visto minorada después de tener un hijo. Esto se hace en línea con el funcionamiento del complemento de brecha de género. También hay un tratamiento específico para las lagunas de cotización de los autónomos. Por otro lado, la segunda gran propuesta es destopar las pensiones más altas. Es decir, se les aumentará las bases de cotización un 30% en un proceso gradual, a lo largo de 26 años. En concreto, a partir del 2025, la base máxima se aumentará de acuerdo con el IPC, más un aumento anual del 1,154 puntos, y esto hasta el año 2050. Por supuesto, que este aumento de cotización también irá acompañado de un incremento de la pensión una vez que estos trabajadores se jubilen.

En el entorno de Yolanda Díaz se señala que la solución no va por ahí. Es una propuesta ahora sujeta a la negociación, pero que de entrada ha encontrado una fuerte contestación, que ha llegado tanto del socio de Gobierno como de CC.OO., que se han manifestado en contra del aumento del período de tiempo para calcular la pensión. Fuentes próximas a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, han manifestado que “las soluciones no pasan por recortar, y un incremento del cálculo constituye un recorte que dificulta acceder a la jubilación”.

Por su parte, desde CC.OO. han indicado que “no es una medida necesaria en este momento, cuando acabamos de culminar el desarrollo de la extensión anterior, ni tenemos la certeza de que cuente con apoyo parlamentario suficiente”.

Según la CEOE: «No vemos que pueda dar lugar a un acuerdo». En concreto, la CEOE dice que “hemos recibido por fin una propuesta en firme para la segunda fase de la reforma de pensiones que estudiaremos, pero que de entrada no vemos que pueda dar lugar a acuerdo. Además, llega tan tarde que no se entiende bien el papel de los agentes sociales si se quiere aprobar en los plazos previstos y sin que haya un acuerdo político”.

A nivel local, destaco un par de noticias y una declaración sorprendente. Por un lado, las ayudas al vehículo eléctrico se elevan en la región hasta 18,5 millones. El IDAE transfiere al Principado otros 10 millones tras agotarse los 8,5 iniciales.

La Consejería de Industria, ha elevado hasta 18,5 millones las ayudas destinadas a impulsar el vehículo eléctrico y la movilidad sostenible. La financiación recibida en un primer momento al amparo del Programa de Movilidad Eléctrica y Sostenible Moves III ha tenido que ser ampliada debido a que las solicitudes recibidas han superado la partida inicial. Por ello, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE), que había asignado al Principado 8,5 millones para la convocatoria de este programa, ha transferido ya 10 millones más. Asturias es, junto con Canarias, Cantabria y Madrid, una de las cuatro comunidades autónomas que ya ha comprometido la totalidad del presupuesto de origen, por lo que solicitó la ampliación de los fondos. El éxito de este programa mantiene la tendencia de las anteriores ediciones, en las que la consejería había agotado todo el presupuesto asignado: 1 millón en el Moves I y 2,06 millones en el Moves II. Según un estudio difundido por el Banco de España en octubre, Asturias había sido la comunidad donde las ayudas han tenido un mayor impacto en el aumento del parque de vehículos sostenibles sobre el total de matriculaciones.

¿TESIS LIBERALES DE BOQUILLA?

Por su parte, la sociedad asturiana de capital riesgo Arturgar ha ampliado capital por un importe de un millón de euros, que ha sido totalmente suscrita por tres de las entidades financieras que participan en su capital desde su fundación, hace ahora cuarenta años, y que son socios protectores: Unicaja Banco (sucesor de Caja de Ahorros de Asturias), Banco Sabadell Herrero (continuador del Herrero) y Caja Rural de Asturias. Con esta ampliación, ya desembolsada, el capital de Asturgar se sitúa en más de 12,31 millones, por encima de los 10 millones que exige la norma regulatoria. La última ampliación se hizo en 2015 para cumplir con esta disposición y garantizar la asturianía de la sociedad, dado que, de no haberlo hecho, hubiese tenido que dejarse absorber por otra mayor. La nueva ampliación reforzará su capacidad de aval para futuros proyectos inversores de pymes, autónomos y emprendedores. El 53,68% del capital de Asturgar lo suscriben 42 socios protectores (Principado, entidades financieras, Cámaras de Comercio, asociaciones empresariales y ayuntamientos), y el 46,32% restante se reparte entre 1.561 empresas. Asturgar opera como una cooperativa porque las empresas avaladas por esta sociedad (lo que facilita y abarata su acceso al crédito, y garantiza a las entidades financieras el cobro del préstamo) se integran en su capital. En sus 40 años de existencia (que se celebraron con un acto en Oviedo) Asturgar concedió 7.481 avales por 372 millones, lo que generó una inversión inducida de 482 millones que contribuyó a crear 23.874 empleos.  El Principado es el mayor accionista individual (36,79%), aunque la mayoría absoluta del capital está en manos privadas. Representantes bancarios y empresariales destacaron ayer la relevancia de Asturgar para la economía regional. El  presidente Adrián Barbón, elogió la fundación de Asturgar en octubre de 1982 (un impulso público tras la aprobación del estatuto de autonomía y la constitución del primer Gobierno autonómico) y esgrimió su hacer como ejemplo de la necesaria intervención en la economía frente a las tesis «liberales de boquilla».

Anonadada me hallo ante tal afirmación y me pregunto qué tendrá que ver que exista tal entidad con aportación pública y que las tesis liberales sean válidas en economía y que funcionen. O que sean las que mejor funcionan de las que se conocen.  Me deja en shock nuestro presidente. Totalmente en shock con sus conocimientos de economía.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.