Estamos en recesión técnica

A nivel bursátil, lo más destacable es que la Bolsa se ha vuelto complaciente y la volatilidad cae a mínimos pre-pandemia.  El pacto sobre el techo de deuda en EE UU instala al mercado en una calma a la espera de los bancos centrales. Y es que la calma impera en los mercados. Superado el temor a un impago de EEUU, los inversores respiran aliviados. El acuerdo entre republicanos y demócratas fue celebrado por las Bolsas en las dos primeras sesiones de junio, pero transcurrida la alegría los leves movimientos que imperaban durante el mes de mayo vuelven a primera línea. A la espera de nuevas pistas sobre los tipos de interés, la volatilidad se mantiene bajo estricto control. No obstante, la ralentización económica es la gran preocupación. Una semana después de que Alemania confirmara que entró en recesión en el primer trimestre, le ha llegado el turno a la zona euro. Y es que ha entrado en recesión técnica tras caer el PIB del primer trimestre un 0,1%

El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro se contrajo un 0,1% en el primer trimestre de 2023, lo que supone la entrada en recesión técnica de la economía de la región, después de la caída del 0,1% en el cuarto trimestre de 2022, según el dato definitivo publicado esta pasada semana por Eurostat que corrige a la baja dos décimas el dato adelantado el mes pasado. Las previsiones de crecimiento del mercado laboral contrarrestan este mal dato. Eurostat ha revisado dos décimas a la baja su anterior estimación, publicada a mediados de mayo, que adelantó una subida del 0,1% del PIB la eurozona entre enero y marzo: es la primera recesión registrada en la economía de la zona euro desde que el PIB se contrajera consecutivamente en el primer y el segundo trimestre de 2020 fruto del impacto las restricciones impuestas por la pandemia. En el conjunto de la Unión Europea (UE), la economía sí consigue sobreponerse y avanza un 0,1% tras contraerse un 0,2% el trimestre anterior. Según las cifras desestacionalizadas de Eurostat, los volúmenes del PIB en la zona euro y la UE fueron un 2,2% y un 2,9%, respectivamente, superiores al nivel registrado en el cuarto trimestre de 2019, antes de la pandemia de Covid-19. Entre los países de la UE cuyos datos estaban disponibles, el mayor crecimiento del PIB en el primer trimestre del año correspondió a Polonia (+3,8%), por delante de Luxemburgo (+2%) y Portugal (+1,6%). La peor evolución económica se observó en Irlanda (-4,6%); Lituania (-2,1%), y Países Bajos (-0,7%). Con la revisión a la baja del PIB del primer trimestre, la zona euro acumula dos trimestres negativos, por lo que queda en recesión técnica. Esta caída del -0,10 por ciento  cuando se esperaba una leve subida de un +0,10 por ciento ha invertido la tendencia inicial positiva de las bolsas europeas y ha empujado de nuevo al alza a los bonos, si bien en el cierre de sesión los movimientos en la renta variable han vuelto a ser mínimos y mixtos.

No parece compartir esta idea, o mejor dicho, este dato, el  presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu: «No estamos en crisis, todo lo contrario. Es un año bueno para las empresas». Esa es su visión y será porque a él y a su banco le va bien. Obviamente. El banquero asegura que “afortunadamente” para el sector financiero “se ha acabado la etapa de tipos de interés en negativo” y confía en que el precio del dinero alcance un “nuevo suelo” en 2024 para así reactivar el flujo de inversiones, que ahora está “contenido”. «Obviamente no estamos en crisis —en España—, sino todo lo contrario. Estamos en un año relativamente bueno para los empresas, en general, salvando los casos particulares». Así lo aseguró esta semana en Zaragoza Josep Oliu Creus, uno de los principales banqueros del país. El presidente del Sabadell puso de relieve que en 2023 se esperaba que el factor de crecimiento «fuera peor», pero «nos hemos sorprendido» y las previsiones del país se han ido actualizado al alza, del 0,9% al inicial al 2%. «La demanda ha tirado más de lo que podíamos esperar», subrayó. Sobre la espiral inflacionista, dijo el «primer pulso» fue provocado por la crisis de las cadenas de suministro y el segundo por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania. Ante esta situación, aseveró, «poca cosa puede hacer los bancos centrales». «La política monetaria está ahí pero la inflación es como la caja de Pandora, es fácil que se genere pero muy difícil devolver a la bruja a la caja, cuesta tiempo», explicó.

Por su parte, el Gobierno da largas a Bruselas y ahora plantea mantener el escudo anticrisis en 2024 si hace falta.  La Comisión Europea ve controlada la crisis energética por la moderación de los precios de la luz y el gas y apuesta por que los estados vayan retirando las medidas extraordinarias. Tras los grandes picos de precios de la energía, del último año, Bruselas ve controlados los vaivenes de los mercados energéticos y ha empezado a perder el miedo a que se repitan el próximo invierno episodios de volatilidad extrema. Y ante esta situación de calma relativa, el Ejecutivo comunitario anticipa que los estados miembros pueden ir retirando las medidas de emergencia activadas para paliar el impacto de la subida de la luz y el gas. “Las condiciones actuales y previsibles para el suministro y los precios de la electricidad en la UE no muestran que sea necesaria o aconsejable una prórroga de las medidas”, recogía la Comisión Europea en un informe de análisis de la situación remitido esta semana a la Euro-cámara, en línea con mensajes lanzados ya en las últimas semanas por Bruselas.  Tras los máximos históricos de los precios de la electricidad y el gas natural alcanzados el año pasado en lo peor de la crisis energética y aupados por el impacto de la invasión rusa sobre Ucrania, ahora los mercados energéticos acumulan varios meses de moderación, y analistas e inversores no anticipan que se produzcan nuevos picos de precios. Frente a las peticiones preliminares de la Comisión Europea, el Gobierno español mantiene la cautela sobre la evolución de los mercados a medio plazo y advierte ahora de que la decisión sobre la retirada y prolongación de la mayoría de las medidas para frenar las subidas de la luz y gas se adoptará a final de año. Una decisión que, en cualquier caso, corresponderá al Ejecutivo que salga de las próximas elecciones generales del 23 de julio. “Contamos con un paquete de medidas en vigor, muchas de ellas hasta final de año, que nos dan tranquilidad, que nos dan cobertura, y por tanto ya iremos viendo de cara a final de año si es necesario seguir las recomendaciones de la Comisión y dejar sin efecto esas medidas para 2024, o si por el contrario tenemos que reivindicar y plantear la necesidad de prórroga”, subrayó esta semana  la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en declaraciones a la prensa tras las recomendaciones de Bruselas de retirar las medidas intervencionistas.

Y una noticia sobre un colectivo laboral peculiar: Gobierno y controladores pactan el nuevo convenio colectivo tras más de una década de choques. El acuerdo tendrá una vigencia de cinco años prorrogables por otros cinco, una vez concluya su tramitación reglamentaria y se publique en el BOE. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) a través de Enaire, ha acordado con los controladores aéreos el III Convenio Colectivo de los Controladores de Tránsito Aéreo para facilitar «la estabilidad laboral y la paz social» durante los próximos años. La ministra del Mitma, Raquel Sánchez, ha destacado que este acuerdo permitirá aumentar la eficiencia, la calidad, la flexibilidad y la robustez de los servicios de Enaire, «disipando el fantasma de la conflictividad en un colectivo que presta un servicio crucial para un sector tan importante en nuestra economía como es la aviación». El acuerdo tendrá una vigencia de cinco años prorrogables por otros cinco, una vez concluya su tramitación reglamentaria y se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Así, durante la reunión, Lucas ha señalado que el nuevo convenio cumple con el Acuerdo de Bases de 2018 y permitirá a Enaire aumentar su competitividad, reducir sus costes de funcionamiento y cumplir con los objetivos fijados para España por la Comisión Europea en sus Planes de Rendimiento. «El acuerdo establece unas condiciones laborales que harán posible aumentar la eficiencia y la productividad operativa de Enaire y la calidad, flexibilidad y robustez de los servicios que presta, a la que vez que se mejora la carrera profesional y la conciliación de los controladores«. En concreto, mejorará la eficiencia de los servicios al reducirse paulatinamente el coste unitario por controlador mientras se mantiene la jornada laboral en 1.615 horas. Además, Lucas ha agradecido a los sindicatos mayoritarios «su altura de miras» y ha hecho extensivo este reconocimiento a la dirección de la empresa. El acuerdo alcanzado este lunes para este convenio colectivo contó con 10 votos a favor de los sindicatos USCA y OCCA, que representan a más del 80% de los controladores aéreos de Enaire, y sólo 2 votos en contra de los sindicatos SPICA y SNCA. El convenio normaliza el modelo de masa salarial en línea con las existentes en el sector público empresarial y establece una productividad de referencia anual sujeta al cumplimiento de objetivos y a la evolución del tráfico aéreo. Este tercer convenio de los controladores aéreos de Enaire se produce 24 años después de la firma del primero y tras más de una década en que las relaciones laborales del colectivo las dictara un laudo arbitral en 2011.

Malas noticias para quienes vivan o quieran vivir en estas dos ciudades: Madrid y Barcelona se sitúan entre las 100 ciudades más caras del mundo. Hong Kong, Singapur y Zúrich lideran la lista de las urbes con costes más altos para residir. En el otro extremo se encuentran La Habana, Karachi e Islamabad, según la consultora Mercer.- Si le dejasen trabajar desde cualquier punto del mundo, ¿cuál elegiría? A priori, parece fácil contestar que en un lugar donde el coste de vida sea barato. Pero como el tiempo, esta cuestión también es relativa. Y entran en juego condicionantes tales como la calidad de vida o, incluso la gastronomía. Conocer el coste de vida de las ciudades puede ayudar a decantarse por una localidad y otra. En este caso, la consultora Mercer ha publicado una clasificación que incluyen 227 urbes de todo el mundo ordenadas de las más caras a las más baratas y las compara con los resultados del año anterior. Madrid y Barcelona se han situado entre los cien primeros puestos, la capital está en el número 83 mientras que la Ciudad Condal es el 75. Ambas suben puestos respecto al ranking de 2022, tres y siete respectivamente. Hong Kong, Singapur y Zúrich encabezan la clasificación de las más caras, mientras que La Habana, Karachi e Islamabad son las más baratas. «Madrid y Barcelona siguen teniendo un gran potencial. Como el resto de las ciudades europeas, se han visto afectadas por la inflación, pero han conseguido desde el inicio de año controlar la escalada de precios. España es uno de los países de la UE con la inflación más baja y en mayo se moderó hasta el 3,2%. Otras de las ciudades más caras de Europa son Londres (17), Viena (25), Ámsterdam (28), Praga (33), que sube 27 puestos desde el año pasado, y Helsinki (34).

Y una noticia relevante sobre el mercado laboral español: Más de la mitad de los trabajadores españoles está buscando un nuevo empleo. Los trabajadores más cualificados priorizan la salud mental y el equilibrio personal y profesional sobre los salarios o la posibilidad de ascenso. El mercado laboral se encuentra en constante cambio y las empresas se ven obligadas a adaptarse a nuevos contextos. Dos estudios diferentes realizados por las consultoras Michael Page y Great Place to Work indican que más de la mitad de los trabajadores están descontentos con su entorno laboral, bien porque estén buscando activamente empleo, o bien porque creen que no reciben un salario justo.  Según el estudio ‘Talent Trends 2023‘ de Michael Page, consultora de selección de talento cualificado, un 55% de los trabajadores españoles está buscando de forma activa un nuevo empleo. Una cifra que asciende hasta el 92% cuando se trata de trabajadores que están abiertos a escuchar nuevas oporturnidades laborales. Esto significa que tan sólo uno de cada diez personas de los 4.000 profesionales entrevistados en España seguirán formando parte de las plantillas de sus empresas. Este cambio de paradigma se debe a tres factores. Primero, el empleo se entiende de una manera más flexible, tanto en cuanto al horario como al lugar desde donde trabajamos, gracias a la proliferación del teletrabajo y modelos híbridos. El segundo factor es que nos encontramos en “un mundo cada vez más cambiante”. La pandemia, la guerra y la gran subida de la inflación han provocado que la prudencia que reinaba en el mercado laboral ante el riesgo de incertidumbre ya no exista. El tercer factor es el sentimiento de inmediatez que domina en el mundo actual. Si el empleado no consigue un ascenso o un incremento salarial rápido, sale a buscar en el mercado laboral una nueva empresa. Según el estudio de Great Place to Work, más de la mitad de los trabajadores españoles no considera que perciba un pago justo (un 52% de los encuestados), ni tampoco creen que los ascensos sean siempre merecidos (un 54%). Estos datos indican que la mayoría de los empleados está buscando de forma activa un nuevo empleo, principalmente porque no sienten que su trabajo esté siendo bien recompensado. El poder del talento antes estaba en manos de las empresas, pero actualmente es el empleado quien se pone en valor. “Antes, determinadas organizaciones podrían considerar a las personas de manera un tanto transaccional, si venía una crisis y no las necesitaban, hacían un ERE o las despedía. Hoy el trabajador hace la lectura a la inversa. Ve más a la organización como una empresa transaccional, donde si no consiguen lo que quieren, sienten que pueden cambiarlo”, explica Jaime Asnai. Actualmente, las personas pueden cambiar al cabo de uno o dos años de trabajo si no son capaces de encontrar un ecosistema que les resulte cómodo en su propia organización. En este sentido, el talento prioriza su salud mental y un equilibrio entre la vida personal y laboral sobre la satisfacción laboral. Para el 59% de los trabajadores, encontrar ese equilibrio es el factor más importante, por delante del salario (54%), las relaciones con sus compañeros (44%), la formación (35%) y el desarrollo profesional (34%). Cuando antes un trabajador podía incluso prescindir de sueño o de la conciliación familiar para conseguir éxito profesional, ahora no renuncia a pasar tiempo con sus familiares, para sus hobbies o para hacer deporte.

Para finalizar, señalar que Yolanda Díaz propone un impuesto global a los ricos para paliar la crisis climática. La líder de Sumar reclama también un nuevo gravamen a los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se mostró esta semana partidaria de implantar un impuesto internacional a las grandes fortunas con el fin de proteger «a las principales víctimas de la crisis climática». «Creo humildemente que no solamente es posible, sino que urge hacerlo», apuntó la líder de Sumar, quien aprovechó su presencia en unas jornadas sobre fondos europeos para abogar también por introducir un gravamen extraordinario a las empresas de combustibles fósiles –como defiende António Guterres, secretario general de Naciones Unidas–. Díaz subrayó que en el informe de desigualdad climática de este mismo año se apunta a la viabilidad de establecer un gravamen de entre el 1,5% y el 3% en el patrimonio del 0,001% de la población adulta mundial, es decir, «poco más de 60.000 personas» cuyo patrimonio supera los 100 millones de dólares. Y criticó que tanto las instituciones europeas como sus Estados miembros promoviesen hace diez años una política de recortes sociales que «destrozó» el futuro de España. La líder de Sumar también destacó que, a su juicio, el actual gobierno de coalición ha demostrado que se puede gestionar de manera distinta a los recortes, haciendo hincapié en los buenos datos de empleo que, sostiene Díaz, está ayudando a generar la reforma laboral.

Además está el tema del estatuto del becario y lo que propone Yolanda Díaz, que ha puesto a todo el mundo en contra.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.