Empiezo por lo que ha sido lo más destacado de la semana y que tendrá importantes consecuencias sobre el crecimiento económico y esperemos que también en la parte positiva del asunto si se logra: el control de la inflación. En efecto, el BCE sube los tipos de interés hasta el 4% pese a la recesión en la eurozona. La entidad cree que la inflación va a permanecer «demasiado alta durante demasiado tiempo». Mientras la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) esta semana entró en modo pausa al suspender el aumento del precio del dinero después de 15 meses, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a subir los tipos de interés, de un cuarto de punto, hasta llegar al 4%. En el comunicado, el BCE repitió la frase que ya pronunció de que la inflación está destinada a permanecer «demasiado alta durante demasiado tiempo». Pero, para justificar la enésima subida, el texto hace una específica referencia a la tasa de inflación subyacente. «Los expertos han revisado al alza sus previsiones de inflación excluidos la energía y los alimentos, especialmente para este año y el próximo, debido a las sorpresas alcistas del pasado y a las implicaciones de la solidez del mercado laboral para la velocidad de la desinflación. Ahora prevén que alcance el 5,1% en 2023, antes de descender al 3% en 2024 y al 2,3% en 2025.»
En resumen , este componente sigue siendo todavía demasiado alto. Y hay otro elemento que invita a la reflexión: las proyecciones del BCE sobre el descenso que vivirá la inflación (general) apuntan a que se alcanzará el 2,2% en el 2025. El objetivo debería ser una tasa cercana al 2%. Con este horizonte temporal de dos años por delante de crecimiento de precios superior a lo deseado, se entiende mejor la decisión tomada esta semana por el BCE, que con toda evidencia, no quiere sorpresas. A la institución que preside Christine Lagarde no le tembló el pulso a la hora de seguir con una política monetaria restrictiva. De poco sirvió el hecho de que, desde un punto de vista técnico, la eurozona ha entrado en el primer trimestre de este año en recesión técnica (dos trimestres seguidos de crecimiento negativo del PIB de una décima). Todo vale, con el objetivo de vencer a la inflación.
Cambiando de tema, la primera ley europea sobre inteligencia artificial se amplía para incluir a ChatGPT y entra en su recta final. El Parlamento Europeo aprueba la regulación modificando el borrador que elaboró la Comisión Europea para aumentar el control sobre la IA generativa y prohibir los sistemas de vigilancia biométricos. Esta semana, el Parlamento Europeo ha dado luz verde a esta legislación con 499 votos a favor, 28 en contra y 93 abstenciones. Ahora, deberá pasar por el Consejo Europeo para atender las diferentes consideraciones de los países miembros. El documento aprobado por la cámara es una versión más dura de la propuesta inicial que esbozó la Comisión Europea en 2021 e incluye bajo vigilancia a los sistemas de IA generativa como ChatGPT. Además, manteniendo la clasificación de distintos niveles de peligro en los usos de esta tecnología que ya incluía la propuesta inicial, los europarlamentarios han impulsado una prohibición adicional sobre el uso de la IA para sistemas de vigilancia biométrica. La norma distingue principalmente tres niveles de riesgo. De un lado estarían las IAs, cuyo uso no representan una gran amenaza para los ciudadanos. En este grupo, los responsables de la IA estarían sometidos a unas obligaciones generales de transparencia. En segundo lugar, están las IAs de riesgo alto para los derechos fundamentales o para la seguridad, entrando en este grupo, por ejemplo, las asociadas con la conducción autónoma o los sistemas que empleen las entidades financieras para evaluar la solvencia y establecer la calificación crediticia de una persona. También se cataloga de alto riesgo los que emplee la policía de control de fronteras para controlar, vigilar o procesar datos para predicción de movimientos migratorios. Estos sistemas estarán sometidos a una mayor vigilancia que garantice la seguridad e integridad en su uso En un tercer grupo, se encuentran las IAs de riesgo inaceptable, que pasarán a estar prohibidas en el territorio de la Unión Europea una vez la norma entre en vigor. Es en esta última categoría donde ahora se ha incluido oficialmente a los sistemas biométricos de vigilancia.
La presidencia española de la UE trabajará para fijar un tipo mínimo a las empresas digitales
Sánchez presentó frente a los embajadores de la Unión los cuatro ejes sobre los que pivotará el semestre español. La presidencia española del Consejo de la Unión Europea trabajará para establecer una tributación mínima empresarial en el conjunto de la Unión, “en especial en el ámbito digital”, según ha destacado esta pasada semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de presentación del semestre de la presidencia. Sánchez remarcó este punto como uno de los ejes sobre los que pivotará la presidencia española -que comenzará el 1 de julio- y ha asegurado que la delegación trabajará por acabar “con todas las vías de elusión y evasión fiscal de las grandes fortunas y de las grandes corporaciones”. El líder del Ejecutivo ha cuantificado en un 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) europeo anual, lo que le cuesta a la Unión las elusiones fiscales, “lo mismo que se gasta en viviendas protegidas”, comentó Sánchez. Sánchez evitó referirse a cuestiones de política nacional y, al ser preguntado sobre las elecciones del 23 de julio y el posible cambio de rumbo del Gobierno de España, se ha limitado a comentar que la presidencia sirve para que España sea “un puente” para sacar adelante pactos que ya están en el disparadero de Bruselas. “No imponemos nada a nadie”, aclaró.
La cesta de la compra modera su subida de precios pero sigue en el 12%. El indicador armonizado, que se utiliza para comparar con el resto de países comunitarios, se sitúa en el 2,9%, lo que hace que España sea uno de los países con menos inflación de la UE. El encarecimiento de la cesta de la compra se volvió a ralentizar en mayo, con un descenso de entorno a un punto, si bien se mantienen en el 12%, todavía en nivel de los dos dígitos. Como consecuencia de esta evolución y el descenso de los carburantes y la electricidad, la tasa anual bajó al 3,2%, la cota más baja desde hace casi dos años, y el indicador armonizado, que es el que se utiliza para comparar con el resto de países comunitarios, se ha situado en el 2,9%, lo que sitúa a España entre los países con menos inflación de la UE. Esto ha permitido una corrección a la baja de la inflación subyacente, la más estructural, que excluye los precios más volátiles como los de la energía y los alimentos no elaborados, hasta el 6,1%. En la evolución de la cesta de la compra influyen la bajada de los precios de la leche, el queso y los huevos. También disminuyen los precios del pescado y el marisco, cuyo efecto se acentúa porque aumentaron en mayo de 2022. La estabilidad del pan y cereales también influye negativamente porque crecieron el año pasado. Cabe señalar, aunque en sentido contrario, la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas, menor que en mayo del año anterior. Lo cierto es que la escalada de los tipos de interés, además de repercutir en el euríbor a 12 meses, la principal referencia de las hipotecas de interés variable, ha empezado a afectar al crecimiento económico.
Por su parte, el Banco de España afirma que el ahorro acumulado no impulsará el consumo en lo que queda de año. El 80% de los recursos adicionales embalsados hasta el cierre de 2022 se han destinado a vivienda, pago de deudas, depósitos y fondos de inversión. El ahorro embalsado durante la pandemia ha sido uno de los factores que han explicado el buen comportamiento del PIB en el último año, según el consenso de los expertos. Pese a la invasión de Ucrania, el endurecimiento de los tipos de interés o la carestía energética, la economía española seguía revisando al alza. El Banco de España estima que, solo en depósitos bancarios, los españoles aún conservan 50.000 millones de euros en ahorro extraordinario. Sin embargo, la institución afirma que “no cabe esperar que esta bolsa de ahorro proporcione un impulso muy significativo al consumo en los próximos trimestres”. El supervisor augura que, debido al aumento de los tipos de interés que la encarece, gran parte de esos recursos adicionales se destinarán al pago de deuda. El Banco de España ha publicado esta pasada semana un informe que indica que el aporte que dio esa balsa al consumo de bienes y servicios fue mínimo. De hecho, la institución estima que casi todos los recursos adicionales se han destinado a fondos de inversión, depósitos bancarios, la compra de vivienda y el pago de deudas hipotecarias.
Las bases de crecimiento económico amenazan con agotarse tras el verano
En concreto, el 80% del exceso de ahorro extraordinario generado entre principios de 2020 y finales de 2022 se destinó a la adquisición de activos financieros (fundamentalmente en fondos de inversión por valor de un 6% de la renta bruta disponible y en depósitos en un 6,2%) y, sobre todo a partir de 2021, la formación bruta de capital (lo que incluye la compra y rehabilitación de vivienda) y al pago de los préstamos hipotecarios, estima el informe.
Cierro con noticia bursátil. Ferrovial debuta en la Bolsa de Ámsterdam a 28,92 euros, en sus máximos históricos. A pesar de la polémica suscitada, la compañía ha recibido el espaldarazo de sus inversores, que no solo aprobaron la operación en la junta de accionistas casi al completo, sino que han empujado su cotización a máximos históricos. Ferrovial se estrenó este pasado viernes en la Bolsa de Ámsterdam a un precio de 28,92 euros por acción, lo que supone una zona de máximos históricos para la compañía, tras revalorizarse un 10,1% desde que anunciase su intención de trasladar su sede a Países Bajos. Con la fusión, efectiva, la matriz española Ferrovial se fusionará con la filial neerlandesa y surgirá una nueva sociedad con sede en Países Bajos llamada Ferrovial SE, que también cotizará en España, continuando en el Ibex 35 a partir de este pasado viernes. El único fleco pendiente ahora, al margen de la admisión en la bolsa estadounidense, es la posible factura fiscal que la fusión le podría acarrear y de la que el Gobierno de España ya le advirtió, delegando la última palabra en la Agencia Tributaria. Si Hacienda encuentra motivos económicos a este traslado, extenderá una exención fiscal que el Impuesto de Sociedades baraja para estos casos. Si no, Ferrovial tendrá una factura más que pagar, al margen de los 20 millones de euros que le ha costado todo este proceso.