Poco más se puede decir esta semana de todo lo que representa Trump y sus decisiones arancelarias. Las bolsas se han llevado un buen ‘trumpazo’ después de que el presidente estadounidense hiciera un anuncio esperpéntico de los aranceles. La reacción fue inmediata en los mercados nocturnos de derivados y en las bolsas asiáticas y tuvo su continuación en las bolsas europeas que, a pesar de algún intento tímido de rebote, han acabado sucumbiendo.
Con lo sucedido, Trump declara la guerra comercial al mundo con un arancel universal del 10% y castigos mayores a sus principales socios. El presidente de Estados Unidos anuncia los impuestos a la importación más altos en un siglo con un recargo del 20% a los productos de la UE. De hecho, la historia de la economía mundial dio un giro esta pasada semana en la Rosaleda de la Casa Blanca, en el exterior del Despacho Oval. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiso conceder una solemnidad especial al anuncio de los aranceles en la tercera fecha bautizada por él como “Día de la Liberación” en los últimos meses. En una tarde primaveral fresca y con el cielo cubierto, Trump llenó de nubarrones el horizonte económico con los aranceles más altos en un siglo. Con esto, la UE admite las «consecuencias inmensas» de los aranceles de Trump: «Millones de ciudadanos pagarán más en sus facturas», asume la Presidenta.
Estas fueron las palabras de la jefa de la Comisión Europea llegan después de que el presidente estadounidense cumpliera sus amenazas de los aranceles y anunciara desde la Casa Blanca uno universal del 10% a todas las importaciones de su país y, además, una tasa específica del 20% para todos los productos que adquiera de la Unión Europea.
Pasando a nivel doméstico y bancario, el test de la CNMC apunta a que la opa de BBVA sobre Sabadell se vaya al otoño. La opa de BBVA sobre Sabadell tiene visos de extenderse aún varios meses en el tiempo. Se esperaba que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tuviese una resolución en la primera parte de abril con remedios asumibles para BBVA, pero el organismo habría pedido un esfuerzo adicional en algunos de los compromisos presentados susceptible de retrasar el desenlace final de la operación a la vuelta del verano y llegar, incluso, a noviembre.
Con todos los focos encima por la hostilidad de la transacción y la movilización en contra de diferentes organizaciones empresariales, el organismo presidido por Cani Fernández está enfrascado en un análisis donde el trabajo técnico sea amparado por sus consejeros y no reciba enmienda fuera sobre su escrupulosa elaboración. Además, la solicitud a BBVA abriría dos escenarios alternativos: el banco opta por volver a negociar los compromisos, como ha hecho hasta ahora, o descarta entrar en nuevas conversaciones, algo que no se espera.
Tambien en el entorno doméstico, malas noticias para la economía española y sumergida: España es el tercer país europeo con más peso de economía sumergida, el 24% del PIB. España se cuela en el top 3 de países con una mayor tasa de economía sumergida. Empatada con Portugal, el dinero se mueve en negro en España representa el 24% del Producto Interior Bruto (PIB), solamente por detrás de Grecia (36%) e Italia (31%), según se desprende de un informe del Centro para la Investigación Económica y sobre Políticas (CEPR) elaborado por los autores Francesco Pappadà, profesor de la Universidad de Venecia, y Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard. A pesar de que la economía sumergida tiene un gran peso en la economía, para los expertos es y ha sido complicado medirla, ya que les ha resultado «prácticamente imposible» dar cifras exactas sobre el dinero efectivo que circula en el mundo. Así, los datos más aproximados certifican que ésta tiene un peso del 17% del PIB en las economías avanzadas y de un 33% en las economías en desarrollo y los mercados emergentes. Hasta ahora, todas las mediciones que se han realizado de la economía informal han sido muy irregulares; algunas utilizan diversos insumos, como el dinero en circulación o el consumo de electricidad; y otras analizan cifras macroeconómicas para tratar de deducir la producción y el consumo que faltan.
En todo caso, es una pésima noticia estar en un lugar tan negativo, en algo tan importante como es la transparencia fiscal. Es algo que, evidentemente, ha de mejorar en una economía desarrollada como es la nuestra.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR ACREDITADA PARA CÁTEDRA DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE