El período vacacional en el que nos encontramos trae consigo la ausencia de comunicación de datos relevantes que puedan incidir en Bolsa. No obstante, estos días se han producido importantes caídas, superiores al 2% en algunos casos, que con toda seguridad tienen que ver con el conflicto geopolítico surgido entre los líderes de EE.UU y Corea del Norte y las amenazas entre ellos. Corea del Norte ha detallado su capacidad de lanzamiento de misiles sobre territorios donde EE.UU. tiene posiciones militares y Trump respondía a ello señalando la mejorada capacidad militar de la primera potencia mundial.
Este cara a cara entre Trump y el líder norcoreano ha traído consigo la intensificación de la caídas en las Bolsas y la afluencia de dinero a los tradicionales refugios. El interés de los títulos estadounidenses a diez años retrocedía desde el 2,25% hasta el 2,22%. El de los alemanes, desde el 0,43% hasta el 0,41%. Pero las rentabilidades de los bonos de la periferia subían, aunque muy ligeramente: la del español, desde el 1,40% hasta el 1,43%. Ello ha provocado una ampliación de las primas de riesgo: la de España volvió a situarse sobre los 100 puntos básicos. Por su parte, el precio del oro ganaba posiciones por tercera sesión consecutiva a lo largo de la pasada semana: se anotaba un 0,57%, para superar los 1.280 dólares la onza por primera vez desde principios del mes de junio. Antes del estallido de la actual crisis geopolítica entre Estados Unidos y Corea del Norte se cambiaba por menos de 1.260 dólares.
Respecto al movimiento de divisas estos días, el euro rebasaba a lo largo de la semana la barrera de los 1,18 $/€ mientras que la libra sigue cediendo, lo cual es siempre buena noticia para los que estamos viviendo en territorio inglés, que comprobamos el reforzado poder adquisitivo de la moneda europea cada día. No ha sido una semana fácil para el Gobierno de May que no ha conseguido los apoyos de sus socios en Escocia para aprobar la ley de trasposición de regulación europea a Reino Unido (Repeal Bill) dado que consideran que podría implicar una elevada concentración de poderes en Westminster. Por ello, se esperan nuevas negociaciones a partir de finales de agosto y una votación complicada para septiembre. Por su parte, el banco escocés Royal Bank of Scotland emitirá su primer billete de polímero de 10 libras (al cambio actual, unos 11 euros) el próximo 4 de octubre, según anunció la pasada semana la propia entidad financiera. El nuevo billete mostrará el retrato de la matemática y astrónoma escocesa Mary Somerville, así como imágenes de su ciudad natal Burntisland, en Fife, y dos nutrias.
Es evidente, en general, amable lector, que las incertidumbres que trae consigo el Brexit siguen afectando a los mercados financieros y, en mi opinión, nos van a acompañar hasta que el proceso haya concluido. A nivel doméstico, las empresas españolas están muy preocupadas por Venezuela.
A mi juicio, hay razones sobradas para ello porque el grave conflicto político y social que vive Venezuela, con un Gobierno enrocado en despreciar a la oposición, que tiene mayoría en el Parlamento, está degenerando y el país parece dirigirse hacia el precipicio, con un alto riesgo de impago de la deuda. Desde el punto estrictamente económico, las empresas españolas, cuya exposición a Venezuela ha ido disminuyendo en los últimos años conforme se deterioraba la situación, siguen los acontecimientos de cerca, con una mezcla de preocupación y cautela, ya que la contribución a sus resultados, de momento, es más bien testimonial. Este deterioro del país se ha reflejado en el comercio bilateral. El valor de las exportaciones españolas alcanzó 1.540 millones de euros en 2012 y bajó hasta 219 millones en 2016. Las importaciones de productos venezolanos (especialmente hidrocarburos), que suponían 1.348 millones en 2012, descendieron hasta 252 millones en 2016 debido, sobre todo, a la caída de los precios del petróleo. Y lo peor es que el panorama no da indicios para el optimismo. BBVA, Telefónica, Repsol son ejemplos de empresas que empiezan a dar cuenta del efecto que esta situación tiene sobre sus negocios en el citado país.
Como noticia positiva, creo que cabe destacar a nivel nacional que la gran banca ha registrado un beneficio neto atribuido de 7.697 millones de euros en los primeros seis meses del ejercicio, lo que supone un avance del 21,2% con respecto al primer semestre de 2016, aunque tan solo se contabilizan los resultados obtenidos por Banco Popular desde su adquisición por Banco Santander, aportando 11 millones de euros al resultado del banco cántabro desde el pasado 7 de junio.
Lo que, en mi opinión, no es tan positivo es que JP Morgan ha avisado de que el ‘procés’ está disparando la prima de riesgo de la deuda catalana. El banco de inversión señala que el diferencial se está elevando en exceso al rondar los 200 puntos básicos. Pero esto, a los catalanes, les da exactamente igual. Rectifico, a los catalanes no. Quiero creer que el “seny” del que tanto presumen no se ha perdido por completo en la sociedad catalana. Les da igual a los políticos nacionalistas que tienen en esta derivada independentista su única razón de ser. Y todo lo demás, incluido el bienestar económico de la población a la que dicen defender, les trae sin cuidado. El que por su gusto corre…..
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.