Las bolsas llegaban ayer viernes con un balance semanal muy positivo al mejorar el sentimiento sobre las negociaciones tanto del Brexit como de los nuevos estímulos en EE.UU., así como por el anuncio de la cercanía de la aprobación de la vacuna de Moderna en EE.UU. y de la de Pfizer en Europa. En cualquier caso, también ayer viernes aparecían nuevos obstáculos en el frente político, con lo que las dudas resurgían y pesaban en los mercados. Sin embargo, el sentimiento de los inversores era más positivo, quedando patente en el repunte de las yields de la deuda ante la rotación. En lo relativo al coronavirus, mientras continúa la preocupación por la presión de contagios que están sufriendo EE.UU. y Alemania, se publican avances en los procesos de aprobación de las vacunas. Así, la vacuna desarrollada por Moderna estaría a punto de recibir la autorización de emergencia de la FDA, tras conocer la opinión favorable (20 votos a favor, cero en contra y una abstención) del panel de expertos que asesora al regulador. Con la misma tecnología que la de Pfizer, con la necesidad de aplicarse en dos dosis y con la ventaja de que tiene una logística más fácil. Por su parte, se espera que la Agencia Europea del Medicamento apruebe pronto la vacuna de Pfizer-BioNTech, autorizando su distribución desde el mismo día (agilizando tres pasos institucionales en un mismo día), lo que permitiría empezar con la campaña de vacunación justo antes de la Navidad. A diferencia de la FDA estadounidense, Reino Unido y Canadá que han autorizado un uso para emergencias, la EMA ha optado por un proceso de revisión más largo, para conceder una autorización «condicional».
A nivel de política monetaria, cabe comentar que en la Reserva Federal, Jerome Powell trasladaba una nota de optimismo tras la última reunión del año. La Fed prometía seguir apoyando a los mercados financieros hasta que la recuperación sea segura. Anunciaba que mantendría su actual volumen de compras y que esta durará hasta que haya un «sustancial» progreso en la inflación y el empleo y. A su vez, la Fed mejoraba notablemente sus proyecciones económicas, para 2020 situaban la contracción en un 2,4% (-3,7% ant) y para 2021 las elevaban al 4,2% (4% ant). Por la parte del empleo, rebajaban sus niveles de paro en 2021 del 5,5% al 5%.
Por su parte, el Comité de Supervisión del BCE decidía esta semana hacer ajustes en su recomendación de no pago de dividendo en el sector. Por un lado, mantiene esta recomendación hasta septiembre 2021 (momento en el que revisará la situación), aunque permitirá el pago tras un proceso de evaluación ‘caso a caso’ con ciertas limitaciones. El BCE exige que el pago de dividendo no supere el 15% de los beneficios acumulados o el 0,2% del ratio de capital CET1. Para las entidades que ya hayan pagado dividendo sobre 2019, el porcentaje del 15% aplicará solo sobre los beneficios de 2020. Para aquellas que no hayan pagado, el porcentaje se aplica sobre los beneficios acumulados 2019-2020. Adicionalmente, el supervisor permite realizar pago en acciones (por encima del 15%), aunque exigiendo que esto no afecte a la cantidad y/o calidad del capital ni incremente el pago de dividendos de próximos ejercicios. De esta explicación entendemos que, si el pago se realiza en acciones de nueva emisión, deberá ser neutralizado para evitar que el aumento del número de acciones suponga en los años siguientes un aumento de la potencial salida de caja para hacer frente al dividendo.
Cambiando a la economía de Japón, es sabido que no se recuperará al menos hasta principios de 2022. El PIB de Japón experimentará este año una contracción menor de lo inicialmente estimado pero no recuperará los niveles de los indicadores macroeconómicos previos a la pandemia de Covid hasta al menos principios de 2022. La tercera economía del mundo se contraerá este año un 5,3% en este ejercicio fiscal que acaba en marzo, tres décimas menos que las predicciones anteriores. La mejora se debió en gran parte a los datos revisados del producto interno bruto (PIB) que mostraron que la economía creció un 22,9% interanual en el periodo de julio a septiembre, un dato mucho mejor que la estimación inicial, gracias al impulso de consumo. Los analistas esperaban que la economía se recuperara un 3,4% el próximo año fiscal, sin cambios desde la encuesta de noviembre, pero un reciente resurgimiento de casos de coronavirus podría ralentizar la recuperación. Algunos analistas esperaban que la economía de Japón volviera a niveles prepandémicos en el año fiscal que comienza en abril de 2021, otros esperaban que esto sucediera en el año fiscal 2022 y otro grupo dijo que esto sucedería en el año fiscal 2023 o más allá. Los analistas se muestran divididos respecto a la política de nuevos estímulos del Banco de Japón (BOJ) pese a las consecuencias de la pandemia, lo que pone de manifiesto las reservas de los expertos cada vez más amplias respecto a que el banco central puede haber agotado sus municiones para apuntalar el crecimiento, ya que el nuevo paquete de estímulo económico de 708.000 millones de dólares, que sigue a dos planes de gasto masivo para combatir la pandemia, también apuntalará una frágil recuperación.
A nivel doméstico, algo destacable, también en el titular del blog en el día de hoy. Madrid mantendrá el sorpasso económico a Cataluña pese al mayor impacto de la pandemia. La región lideró los avances de 2019 con un alza del 2,6%. Aunque su caída será la mayor de la península en 2020, su peso en el PIB se mantendrá. La Comunidad de Madrid culminó 2019 encabezando el avance económico del país, con un crecimiento del 2,6% frente a la media nacional del 2% o el 1,8% de Cataluña, lo que le permitió reforzar el sorpasso sobre el PIB catalán que ya logró en 2017. Gracias a este avance, publicado esta semana por el Instituto Nacional de Estadística, la región central se garantiza además que cerrará 2020 conservando el título de primera economía autonómica del país, pese a que la pandemia la ha golpeado más que la Generalitat. Así se infiere, al menos, cruzando los datos de contabilidad regional del INE con las proyecciones económicas territoriales presentadas esta misma semana por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). Dicho estudio, en concreto, apuntaba que el PIB de Madrid retrocederá este año un 13,6%, frente al 13,5% que caería el catalán, siendo la economía más golpeada del país tras las de Baleares (-22%) y Canarias (-17,9). Así, aunque la Generalitat ha impulsado restricciones más duras para tratar de contener la segunda ola de Covid-19, Madrid habría partido de un peor punto de partida al verse menos beneficiada por el rebote del verano.
Así, según la información oficial, al cierre de 2019 la Comunidad de Madrid suponía el 19,3% del PIB nacional, por delante de Cataluña (19%), y a larga distancia de otras comunidades, como Andalucía (13,3%) o Comunidad Valenciana (9,3%), mientras que La Rioja fue que menos aportaba (0,7%). Siguiendo las proyecciones de Funcas, al término de 2020 Madrid seguirá ostentando el mayor peso relativo en la economía nacional, un 18,94% del PIB, aunque Cataluña le recortaría distancia situándose en el 18,7%. Andalucía, por su parte, seguiría tercera con el 13,43%, la Comunidad Valenciana supondría el 9,46% y, de nuevo, La Rioja sería la menor, con un 0,74% del total. Por el camino, eso sí, el conjunto de la economía nacional se habría dejado un 12% como consecuencia de la pandemia y las medidas de contención desplegadas. A falta de ver cuantificado el impacto de la crisis en este aspecto, Madrid culminó 2019 renovando su liderazgo en riqueza por habitante. La renta disponible per cápita en la región fue entonces de 35.913 euros, un 36% superior a la media nacional, de 26.426 euros, y por encima incluso de la media de la UE (31.160 euros). País Vasco (34.142 euros) y Navarra (32.141 euros) también superaban esa media, mientras que Cataluña la igualó (31.119 euros). Los niveles más bajos se dieron en Extremadura (19.454 euros) y Andalucía (19.633 euros), que no llegan al 75% de la media estatal. No obstante, si se tiene en cuenta la renta disponible por habitante, que incluye el efecto de las transferencias corrientes y los impuestos, con datos de 2018 las diferencias regionales se reducen a una horquilla entre los 20.243 euros de País Vasco y los 12.249 de Extremadura. La deuda pública cerró octubre en 1.306.028 millones de euros, una cifra que equivale al 118% del PIB actual, tras registrar una pequeña reducción frente a septiembre, la primera desde noviembre de 2019. De confirmarse el dato avanzado por el Banco de España, la deuda pública se habría incrementado en 115.051 millones con respecto a octubre de 2019, un repunte que se explica por el aumento de gasto público y la caída de ingresos asociados a la pandemia. El Banco de España solo ofrece la ratio de deuda cuando publica los datos trimestrales, no el avance mensual, y para calcularla usa el PIB de los últimos cuatro trimestres, de forma que tomando los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) –el cuarto trimestre de 2019 y los tres primeros de 2020– el PIB sería de 1.146.859 millones de euros, lo que situaría el nivel de deuda de octubre en el 113,9% del PIB. Sin embargo, dado que este sistema computa un trimestre de 2019 que es previo a la crisis derivada de la pandemia, cuando la economía era mayor, los expertos prefieren utilizar como base la previsión del PIB para el conjunto de 2020, lo que dejaría la deuda en torno al 118 % del PIB. De hecho, si se toma el PIB estimado por el Gobierno para el conjunto de 2020 en el plan presupuestario remitido a Bruselas (1.105.359 millones de euros), la deuda de septiembre equivaldría al 118,1% del PIB, rozando el objetivo del Gobierno del 118,8% para el conjunto del año a falta de computar dos meses de deuda.
En lo relativo al avance del coronavirus a nivel nacional, las alarmas se encienden de nuevo: España registra un repunte de casos. La incidencia acumulada sube ligeramente y Sanidad comunica 21.309 positivos y 389 fallecidos desde el viernes. Con la Navidad a las puertas, la incidencia acumulada de coronavirus en España ha vuelto a subir ligeramente, hasta los 193,65 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 189,46 del viernes. A lo largo del fin de semana, se han diagnosticado 21.309 nuevos positivos. Esto supone una cifra superior a los 17.681 del mismo día del fin de semana anterior y la más elevada de los últimos cuatro fines de semana. La cifra total de contagios en España se eleva ya a 1.751.884 desde el inicio de la pandemia, según las estadísticas oficiales. Además, Sanidad ha sumado 389 nuevos fallecidos desde el viernes, en comparación con los 280 del viernes y 394 del lunes pasado. Hasta 48.013 personas con prueba diagnóstica positiva han fallecido desde que el virus llegó a España.
Un tema controvertido. Trabajo garantiza que subirá el salario mínimo en 2021 y abre una negociación. UGT plantea un alza entre el 1,5% y el 5%; CC OO, demanda alrededor de un 1,8% y la patronal pide que no suba nada. Volverán a reunirse. El Ministerio de Trabajo pilló con el pie cambiado a los representantes de la patronal y los sindicatos. Estos acudieron a una reunión con el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, para conocer la postura del Gobierno en torno a la subida del salario mínimo interprofesional, y sus cifras, pero se encontraron con una oferta de negociación que no esperaban. Así, Pérez Rey en lugar de desvelar en qué cantidad tiene previsto el Ejecutivo elevar esta renta de cara a 2021, pidió escuchar las propuestas de los interlocutores sociales y volver a convocarles a una suerte de negociación. Con ello, Trabajo convierte en una mesa del diálogo social una cuestión en la que, según la ley, el Gobierno puede decidir por su cuenta tras escuchar a los representantes de empresarios y de trabajadores. Aunque Pérez Rey, que es la mano derecha de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no quiso en ningún momento cifrar en cuánto está dispuesto el Ejecutivo a subir el salario mínimo, sí garantizó a la patronal y a los sindicatos, y luego reiteradamente de manera pública en una rueda de prensa, que el Gobierno no va a congelar el salario mínimo el año que viene. Esta falta de una propuesta concreta por parte de Trabajo “extrañó” a los representantes sindicales, según dijo el responsable de CC OO, Carlos Gutiérrez. El hecho de que Trabajo no acudiera a la cita con una cifra concreta y abriera la cuestión a una negociación, fue achacado por otras fuentes a la posibilidad de que en el seno del Gobierno aún no esté decidido si subir este salario mínimo; o, en cualquier caso, a que no se haya determinado aún la cantidad. De hecho, en los últimos días se ha sabido el rechazo de la vicepresidenta económica y ministra de Economía, Nadia Calviño a subirlo, debido a las dificultades que atraviesan las empresas por la pandemia. Las garantías dadas ayer por Trabajo de que el salario mínimo subirá podrían sugerir que nuevamente, la ministra de Unidas Podemos, al frente del Ministerio habría ganado esta batalla. Sin embargo, al mismo tiempo que Pérez Rey daba una rueda de prensa anunciando que “para el Gobierno la congelación del SMI no es una variable”, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lejos de confirmar que no habrá congelación pidió “prudencia (…) ante una crisis económica de la que los ciudadanos son conscientes”, tras un alza del 29% en dos años. Es más, Montero defendió que “el Gobierno siempre busca el apoyo del el diálogo social, hay que escuchar a agentes sociales y hacerlo con la prudencia que aconseja este momento”. Y añadió que la decisión que se tome no puede perjudicar al empleo ni a la actividad.
Parece ser que el objetivo es llegar a superar los 1.100 euros en la legislatura
- En 2023. Uno de los compromisos del pacto de Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos es subir el salario mínimo hasta el equivalente del 60% del salario medio al final de la legislatura. Para ello, tendría que saltar de los 950 euros mensuales actuales en 14 pagas al entorno de entre 1.100 y 1.200 euros al mes a finales de 2023. Esta promesa es la que exhiben continuamente los sindicatos para reclamar que la senda de incremento no puede interrumpirse si se quiere llegar al objetivo final en tres años. Pero este compromiso también fue el principal argumento dado por los responsables del Trabajo para no congelar esta renta, ya que, según dijo, Joaquín Pérez Rey, el número dos del departamento, no solo forma parte del pacto de Gobierno, sino que “es un compromiso de España con los organismos internacionales”.
- Otros argumentos. Para el responsable de Trabajo, congelar el salario mínimo “sería una anomalía desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores”, dijo Pérez Rey. “Esto solo ha ocurrido dos veces, en 2012 y 2014, y fue una señal nítida de la respuesta de austeridad a la crisis. Esta crisis es distinta y las soluciones son netamente distintas”, remarcó.
A nivel regional, una mala noticia: el Principado fue la segunda región que menos creció el año pasado.
Un informe de la Universidad ve urgente ampliar la especialización productiva y aprecia fortalezas en agroalimentación, metal y servicios. Asturias está bien posicionada para afrontar la transición energética, una de las grandes apuestas europeas, porque cuenta con un sector energético regional de alta productividad relativa y con fuerte capacidad de arrastre y empuje sobre otras actividades. Y aunque por sí mismo el sector de la energía, muy intensivo en capital, es capaz de generar poco empleo, sí puede contribuir a ello por sus encadenamientos productivos y consiguiente efecto sobre otros ámbitos de actividad. Sin embargo, la situación actual de la economía asturiana es de extrema fragilidad porque, de los sectores en los que se ha especializado en relación con los 27 países de la UE, sólo cinco pueden considerarse sólidos, entendiendo por tal alta especialización con elevada productividad relativa. Y ninguno de esos cinco sectores presenta una destacada ventaja comercial exterior. Así lo apunta el informe “Análisis sectorial de la economía asturiana para desarrollar proyectos de apoyo a la innovación”. El estudio sobre las potencialidades y debilidades sectoriales asturianas, planteado como orientación para enfocar programas de impulso o proyectos de apoyo a la innovación que contribuyan a una óptima estrategia regional de especialización inteligente, dictamina por ello la imperiosa necesidad de ampliar la especialización productiva de Asturias en actividades y sectores con alta productividad, elevada competitividad comercial y mayor capacidad de liderazgo sobre el resto. El estudio abre expectativas para atender esta demanda y visualiza la existencia de múltiples sectores con una buena posición en términos de productividad y competitividad.
Y nada más por este año, tan complicado a nivel sanitario y económico. Le deseo una Feliz Navidad, con todas las debidas precauciones en la situación que nos ocupa, y todo lo mejor para el año 2021. Mucha salud y esperemos que sea más llevadero el año 2021, gracias a la llegada de la vacuna.
Muchas gracias por seguir mi blog económico, amable lector.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.