EE.UU. al pleno empleo; España, de capa caída.

La pasada semana ha sido de continuación del rally del sector tecnológico y de las empresas de materiales básicos en Europa. Por el contrario, se ha producido debilidad en utilities, confirmando el ligero cambio de sesgo hacia sectores más cíclicos, con los financieros repuntando ligeramente también por unos resultados mejores de lo esperado. El petróleo repuntaba en la semana, superando la barrera de los 60$, aunque no así el sector petrolero en Europa, mientras que en EE.UU. esta industria lideraba las subidas semanales. En lo relativo al coronavirus, era la semana en la que la OMS confirmaba el origen animal del virus, sigue latente la preocupación por las nuevas variantes del coronavirus y la capacidad de las vacunas para frenar la transmisión, así como hacer frente a sus efectos (AstraZeneca confirmaba que su vacuna no es efectiva para la variante sudafricana, pero que trabaja en un nuevo desarrollo). Cada vez hay un mayor número de voces que apuestan por un escenario de vacunaciones anuales. Por su parte, Alemania comienza su estrategia de desescalada, a pesar de que no se ha alcanzado el objetivo de incidencia del virus que exigía Merkel, ante las numerosas críticas de la oposición. Así, empezaría con la vuelta a los colegios este mismo mes y la reapertura de comercios no esenciales a partir de primeros de marzo.

Yendo al titular de mi blog en el día de hoy, buena noticia nos anuncia la señora Yellen pero para EE.UU. claro. Ella cree que su país puede volver al pleno empleo en 2022 si hay un nuevo rescate. Esto es un concepto, el pleno empleo, con el que los españolitos no podemos ni soñar. La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, auguró esta semana que el país regresará al pleno empleo en 2022 si se aprueba el nuevo paquete de estímulo económico que impulsa el presidente Joe Biden por valor de 1,9 billones de dólares. No obstante, la titular del Tesoro advirtió, citando un análisis reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense, que si no se aprueba «un apoyo adicional» a la economía, la tasa de desempleo permanecerá elevada en los próximos años y tomará hasta 2025 para conseguir que ese índice baje al 4% de nuevo. Según datos difundidos el viernes por el Gobierno, el índice de desempleo en EE.UU. bajó 0,4 puntos porcentuales hasta el 6,3 % en enero, el nivel más bajo desde antes del inicio de la pandemia, cuando la desocupación era del 3,5 %.

Cambiando de continente, la Eurocámara aprueba las normas para acceder y gastar el fondo de recuperación. El Parlamento Europeo dio esta semana luz verde a la regulación para la mayor parte del Fondo de Recuperación de la Unión Europea, el histórico instrumento para hacer frente a la reconstrucción pospandemia del que a España le llegarán unos 140.000 millones de euros. Los diputados dieron su apoyo a las normas sobre el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia por 582 votos a favor, 40 en contra y 69 abstenciones, en un nuevo paso en la puesta en marcha de este pilar principal del fondo que canalizará 672.500 millones de euros del total de 750.000 millones. Este dinero, sin embargo, no estará disponible hasta que todos los Estados ratifiquen la legislación que permitirá a la Comisión emitir la deuda para financiar el Fondo, algo que hasta ahora solo han hecho seis países. La Eurocámara confirma con este voto el compromiso al que llegaron sus negociadores con los del Consejo el pasado diciembre, que recoge que, para recibir las ayudas, los países tienen que presentar planes de reformas e inversiones destinadas a impulsar el crecimiento, la creación de empleo y las transiciones ecológica y digital. Estos planes deben abordar una parte importante de las recomendaciones económicas que les hace anualmente la Comisión y ser aprobados por el Ejecutivo comunitario y el Consejo. Los desembolsos de fondos, con una regularidad de dos veces al año, estarán condicionados a que se cumplan los objetivos y el calendario pactado con Bruselas. Los fondos podrán utilizarse hasta 2026 y los países recibirán un adelanto del 13% de su asignación nada más contar con el aprobado de Bruselas a su plan.

A nivel doméstico, el Banco de España advierte que el 40% de las empresas españolas tienen problemas financieros. El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, destacó esta semana que ante la crisis del Covid-19 «todas las palancas de política económica se han utilizado de manera ágil, certera y potente» tanto en el plano nacional como en el europeo, pero advirtió que en torno al 40% de las empresas españolas tienen dificultades para cubrir sus gastos financieros con sus resultados de 2020″. Así lo señaló durante su participación en la presentación del ‘Informe Económico y Financiero» de Esade, en la que centró su intervención en el impacto que la epidemia ha tenido sobre la liquidez, la rentabilidad y la solvencia de las empresas españolas. Para Arce, las actuaciones tanto en España como en el seno de la UE en materia fiscal para hacer frente a la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19 han funcionado «de manera ágil, certera y potente», con medidas, apuntó, como los ERTE o los avales ICO. En este sentido, aseguró que desde Europa se han dado «ciertos pasos sin precedentes», y subrayó que «la política monetaria ha permitido tener unas condiciones de financiación holgadas». En cuanto a los efectos de la crisis económica en el tejido empresarial español, indicó que el deterioro de la rentabilidad ha sido especialmente intenso en el caso de las pymes, de forma generalizada, pero especialmente en los sectores de hostelería, restauración y ocio y vehículos de motor». En lo relativo a la insolvencia, Arce explicó que el Banco de España prevé un escenario más benigno en el que los efectos de la crisis no son permanentes para la mayor parte del tejido empresarial, en el que las empresas en insolvencia se situarían en torno al 14%, cuatro puntos por encima del 10% en el que este indicador se situaba en 2019; y un escenario más perverso, con efectos persistentes a futuro, en el que este porcentaje alcanzaría el 18%. En cuanto al impacto de este aumento de las empresas insolventes en otros indicadores como el empleo o la deuda, Arce destacó que en cualquiera de los dos escenarios previstos es «más modesto» que en relación al número total de empresas, ya que «la mayor parte son empresas pequeñas que no arrastran demasiado empleo ni demasiada deuda». Entre las conclusiones del Banco de España sobre estas cuestiones, Arce afirmó que las políticas económicas han contribuido a mitigar los riesgos de liquidez, pero advirtió que la presión sobre la solvencia empresarial es uno de los principales retos, de forma que las medidas llevadas a cabo «han permitido que ese shock inicial de liquidez se sortease relativamente bien», pero que «conforme la crisis está siendo más larga y profunda», el foco de preocupación se desplaza de la liquidez a la solvencia.

A nivel empresarial español, más malas noticias.  Las ventas totales de las grandes empresas y pymes societarias disminuyeron en 2020 un 11%, mientras que el empleo en estas compañías se redujo en un 9,3% y los salarios lo hicieron en un 6,9%, según el dato de ‘Ventas, Empleo y Salarios en las Grandes Empresas’ publicado esta semana por la Agencia Tributaria. En lo que se refiere exclusivamente al cuarto trimestre del año, el descenso de las ventas fue del 7,4%, por lo que la Agencia Tributaria resaltó que «el dato se mantiene en la senda de la recuperación tras el excepcional descenso sufrido en el segundo trimestre, en el momento de las restricciones más severas a la actividad» a causa de la pandemia de Covid-19. Sobre el descenso del 11% en todo el año, la Agencia Tributaria apuntó que «es mayor en este colectivo que el limitado al de las Grandes Empresas como consecuencia del mayor peso de las pymes en aquellas actividades que están atravesando más dificultades». En concreto, las ventas interiores retrocedieron un 6,9% respecto al mismo trimestre del año pasado (-7,6% en el tercer trimestre, -10,5% en el año), con diversidad por destinos tanto en la intensidad de la caída como de la recuperación. Por una parte, las ventas dirigidas al consumo se redujeron un 7,3%, tasa ligeramente mejor que la del trimestre anterior (-7,9%). Por otra, en las ventas de bienes y servicios de capital el retroceso fue del 2% (-2,3% en el tercer trimestre), como resultado de una moderación del descenso en el equipo y software y una recaída de la construcción. Por su parte, las exportaciones disminuyeron un 9,4% en el cuarto trimestre, moderando el descenso del 12,2% registrado en el tercero, mientras que en el año la pérdida fue del 13%. Por destinos, en el cuarto trimestre se mantuvo la divergencia entre las ventas con destino en la UE (-1%) y las que se dirigen a terceros países (-18,4%).

En lo relativo a la vacunación, que es un tema sanitario pero con fuerte impacto económico, el ritmo actual de vacunación retrasaría la inmunidad de rebaño en España hasta 2022. España tiene que pisar el acelerador de la inmunidad frente al coronavirus si quiere alcanzar el objetivo de la Unión Europea: tener al 70% de la población vacunada en verano.  Concretamente, esa velocidad debe aumentar en 57.000 personas inmunizadas cada día. Con un ritmo diario como el actual de, aproximadamente, 85.000 personas que completan la pauta de vacunación cada jornada, la meta de la inmunidad de rebaño se alcanzaría en España en un poco más de un año, lo que retrasaría la recuperación económica. El próximo 14 de marzo se cumplirá un año desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez decretó el primer estado de alarma sobre todo el territorio nacional para detener un virus que comenzaba a causar estragos en la salud pública después de extenderse durante semanas. Como consecuencia, España sufrió la mayor caída del PIB desde la Guerra Civil.  Desde entonces, el ir y venir de las restricciones impuestas por las autonomías, que condicionan la vida y la economía, solo parece tener fin con la vacunación. Recientemente, Reyes Maroto, ministra de Industria y Turismo, señaló la Semana Santa como posible fecha para reactivar el turismo de interior, pero incluso otros miembros del Gobierno han descartado esta posibilidad. Hasta el jueves, 682.909 personas se cuentan entre los inmunizados en España, mientras que el Ejecutivo ha distribuido a las autonomías 2.218.755 viales. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras reiterar esta semana que “en verano” se alcanzará el objetivo de la inmunidad de rebaño, aseguró que, durante los próximos dos meses, se recibirán otros 6,7 millones de vacunas de los fabricantes Pfizer, Moderna y Astra Zeneca. Es decir, el Gobierno tiene asegurados 8,9 millones de dosis hasta marzo. Sin embargo, en España se deben recepcionar e inocular alrededor de otros 50 millones de viales de cara al objetivo. Esta suma supone que, desde abril hasta septiembre, de media, deben entrar 8,3 millones de dosis cada mes, un hito complejo si a los fabricantes con los que ya se trabaja no se les añaden otros. Europa está, desde esta semana, estudiando incluir la vacuna rusa, Sputnik V, entre las que se puedan usar dentro de la Unión. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell calificó la Sputnik V como una “buena noticia para la humanidad”, durante un acto esta semana en Moscú. Borrell espera que la Agencia Europea del Medicamento apruebe pronto esta vacuna. No obstante, el papel de la farmacéutica Janssen, filial belga de la norteamericana Johnson & Johnson, será clave en todo el proceso: su vacuna consta de una dosis, mientras que del producto de los otros fabricantes hay que recibir dos pinchazos. Janssen ha pedido este viernes autorización a la FDA para comercializar su preparado en los Estados Unidos. La Unión Europea tiene firmado con Janssen un contrato de 200 millones de dosis ampliable a otros 200 millones. Además, según un estudio de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai de Nueva York, las personas que ya han superado el coronavirus pueden obtener una inmunidad completa con una sola dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna. La investigación, que tiene que ser revisada, concluye que las nuevas vacunas de ARN, las de estas dos farmacéuticas, provocan un aumento muy significativo de anticuerpos con el primer pinchazo en aquellas personas que han pasado el virus, por lo que las dosis disponibles aumentarían.

En mi opinión, es vital lograr la mayor inmunidad lo antes posible, no solo por una cuestión de salud pública sino por recuperar la actividad económica y, a la postre, también nuestras vidas.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.