Desconfianza del BCE

En esta pasada semana, el BCE ha hecho lo esperado y confunde con la comunicación. Sube los tipos 50pb, llevando el tipo depo al 3%, en línea con las expectativas. Modula la comunicación. Primero porque hace un «pre-commitment» para la reunión de marzo, anunciando que subirá otros 50pb. En esa reunión tendrá  lugar la revisión de previsiones económicas y abre la puerta a modular. En este modular con las previsiones, el mercado entiende cuasi-fin de las subidas, siguiendo con sus expectativas de pico de tipos en el 3,25% y empezar a bajar a fin de año, ignorando los otros mensajes que lanzaba Lagarde: en marzo el trabajo no estará hecho, hará falta tener los tipos en niveles restrictivos por un largo tiempo. Todo esto nos lleva a pensar, ni más ni menos, en que lo que señalo en el titular del blog en el día de hoy: que el BCE desconfía del descenso de la inflación en la eurozona y vuelve a subir tipos un 0,50% El Banco Central Europeo afirma que volverá a incrementar en marzo medio punto el precio del dinero.

Tal como estaba previsto, el Banco Central Europeo (BCE) continúa apretando las tuercas. El organismo que preside Christine Lagarde ha decidido subir el precio del dinero otro medio punto. Tras este incremento, el tipo de interés de la liquidez bancaria no crediticia se queda  en el 2,5% y el de las operaciones de financiación a corto plazo en el 3%, el más alto desde noviembre de 2008. Es decir, que el precio del dinero vuelve a estar cerca de los niveles de la Gran Recesión.  El banco dice que «mantendrá el rumbo de subir los tipos de interés de forma significativa a un ritmo constante». El banco también seguirá adelante con su progresiva reducción de compra de activos. «La disminución ascenderá a 15.000 millones de euros al mes de media hasta finales de junio de 2023 y su ritmo posterior se determinará con el tiempo», reza el comunicado.

El Banco de Inglaterra ya ha llevado los tipos hasta el 4%

Por su parte, el Banco de Inglaterra ha elevado su tipo de interés oficial en 0,50 puntos porcentuales, hasta el 4%, el nivel más alto desde 2008, para contrarrestar una inflación que sigue por encima del 10% en el Reino Unido. Había duda de si el BCE habría levantado un poco el pie del freno ante el descenso de la inflación en la eurozona, que lleva tres meses seguidos a la baja. Pero la persistencia de la inflación subyacente (la que no tiene en cuenta los componentes más volátiles como la energía), que se ha enrocado en el 5,2%, ha hecho caer la balanza hacia un alza de tipos más decidida.

Al otro lado del charco, la ‘moneda común’ entre Brasil y Argentina genera dudas. Una divisa común para Brasil y Argentina ayudaría a la región a avanzar hacia la integración, pero la dispar situación económica que atraviesan ambos países genera dudas sobre si será factible. El execonomista jefe del FMI, Olivier Blanchard, solo necesitó tres palabras para calificar la noticia de que Brasil y Argentina habían comenzado a trabajar en un proyecto para crear una moneda común: «Es de locos». Todo dicho.

Por otro lado, Bruselas propone flexibilizar los límites a las ayudas de estado para impulsar la industria verde. La UE pretende competir con Estados Unidos y China en las tecnologías limpias y ha presentado esta pasada semana su plan para fomentar la industria de las tecnologías limpias y así reaccionar al llamado IRA (Inflation Reduction Act) de EE.UU., que, al establecer unas medidas proteccionistas valoradas en 360.000 millones de euros, amenaza con cerrar su mercado a las empresas europeas. El objetivo es que Europa esté en condiciones de lanzar su desafío competitivo no sólo a Washington, sino reducir su dependencia de China.

Al permitir más ayudas de Estado, hay riesgos que algunos países se aprovechen con más gasto

El plan, que deberá discutirse la semana que viene con los gobiernos comunitarios, está articulado en varios capítulos y diferentes medidas. En primer lugar, menos burocracia. Será más fácil obtener permisos para construir plantas de producción en Europa. Pero además, se toca uno de los tabúes: las limitaciones a las ayudas de Estado. Según el derecho comunitario, éstas deben ser limitadas para no alterar la unidad de mercado y evitar discriminaciones. Pues bien, a la hora de invertir en el sector verde, Bruselas aceptará que puedan haber más subvenciones, si éstas sirven para fomentar una reconversión del tejido empresarial europeo centrada en la transición sostenible, flexibilizando las normas actuales con carácter temporal hasta finales de 2025.

Pasando al sector bancario, la gran banca pagará 1.100 millones por el impuesto extraordinario del Gobierno. Los resultados conjuntos de Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja se disparan en 2022 por la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo y alcanzan los 20.849 millones, un 21,69% más que en el ejercicio anterior. La gran banca española, conformada por Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, ha conseguido unos beneficios de 20.849 millones de euros en 2022. Esta cifra supone un 21,69% más de lo que ganaron el año anterior, si se incluyen los extraordinarios de 2021, y se produce en un contexto de elevado ruido político ante las críticas de los sectores más radicales del Gobierno, que critican lo que consideran un exceso de ganancias y reclaman que se congelen las subidas en las hipotecas. Por este motivo, el Ejecutivo gravará un 4,8% el margen de intereses y comisiones netas del negocio bancario en España y espera recaudar 3.000 millones en los dos próximos ejercicios. Las seis grandes entidades abonarán en 2023 por este concepto más de 1.100 millones, según estimaciones que han publicado los propios bancos. El incremento de los tipos de interés en Europa contribuyó notablemente al avance de los beneficios de la banca, principalmente en la segunda mitad del año, que es cuando comenzó a trasladarse al balance de las entidades, cuya rentabilidad, sin embargo, sigue siendo baja, pues no cubre el coste de capital del sector. Este es uno de los principales argumentos de la banca para rechazar el impuesto creado por el Gobierno para aplicar una tasa al sector que grave los nuevos ingresos que el sector obtiene por la subida de los tipos en Europa y que Bankinter ya ha avanzado que recurrirá ante los tribunales.

LOS MEJORES RESULTADOS DE LA HISTORIA

CaixaBank ha sido el último banco en presentar resultados y ha seguido la senda positiva de sus predecesores. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha anunciado un beneficio neto de 3.145 millones de euros en 2022, un 29,8% más que el año anterior, cuando obtuvo 2.359 millones. Además, es la entidad que más parte de sus ganancias destinará en retribución al accionista. Sin embargo, la nota discordante de sus resultados aparece si sumamos los impactos contables extraordinarios por la fusión con Bankia: el resultado del grupo descendió un 39,8% desde los 5.226 millones de euros registrados en 2021. Tanto el BBVA como Banco Santander han registrado los mejores beneficios de su historia en 2022. En el caso de la entidad presidida por Carlos Torres, se han obtenido unas ganancias de 6420 millones en 2022,  lo que representa un 39% más que un año antes. Para el Santander, las ganancias han sido de 9605 millones de euros, un 18% superiores al año anterior y los mejores desde la fundación de la entidad en 1857. El Banco Sabadell, éste se apuntó unos beneficios de 859 millones de euros en 2022, lo que supone un 61,9% más que en 2021 y el mayor resultado desde la burbuja inmobiliaria, que fueron los 908,39 millones de 2006. 

La banca española prepara contra reloj su argumentario para intentar tumbar en los tribunales el impuesto temporal al sector diseñado por el Gobierno.  Las entidades sujetas al gravamen deberán afrontar el primer pago antes del próximo 20 de febrero. Y nada más liquidarlo, los bancos presentarán una reclamación ante los tribunales alegando inconstitucionalidad, doble imposición e incompatibilidad con la normativa propia a la que están sujetos. Tras la decisión del Ejecutivo de imponer una tasa temporal a la banca, todo el sector alzó la voz ante lo que considera un impuesto injusto y mal diseñado. La ley que regula el gravamen prevé que las entidades que en 2019 obtuvieran más de 800 millones entre margen de intereses y comisiones netas deban abonar un 4,8% entre ambos conceptos en 2022 y 2023. El Gobierno justificó esta medida al considerar que los bancos obtendrán beneficios extraordinarios en estos dos ejercicios debido a la acelerada subida de tipos de interés. Pero las entidades ya han puesto en movimiento su maquinaria jurídica para anularlo. Se trata de una decisión que deben tomar en primer lugar los consejos de administración de cada entidad. El sector da por descontado que todos los bancos o la gran mayoría lo recurrirán. Incluso la patronal CECA ha contratado a un despacho de primera línea para estudiar la forma de presentar también algún recurso.

Como hemos señalado previamente, el Santander eleva su beneficio el 18% hasta el máximo de su historia: 9.605 millones. La mejora del resultado responde al aumento de ingresos, la rebaja fiscal en Brasil, la recompra de participaciones. El Banco de Santander ganó 9.605 millones de euros el año pasado, un 18,2% más que el año pasado y el máximo desde su fundación en 1857. El incremento se debió a la mejora de los ingresos por el aumento del crédito y la subida de los tipos de interés, así como al menor pago del impuesto de sociedades por la bajada de la tasa fiscal en Brasil y a la mayor retención de beneficio fruto de la recompra de participaciones de accionistas minoritarios en algunas filiales del grupo.

Cambiando de tercio a otros sectores menos favorecidos que la banca, cabe señalar que el fin de la campaña navideña deja en enero 215.047 empleos menos y 70.744 parados más. Hostelería y consumo se llevan la peor parte de un mes tradicionalmente malo para el mercado laboral. El fin de la campaña navideña se deja sentir en los datos de empleo y paro de enero. La afiliación media a la Seguridad Social cayó en el primer mes del año en 215.047 personas, mientras que el paro aumentó en 70.744 personas, según los datos publicados por el ministerio de Trabajo y el de Seguridad Social. Tras el alza de enero, la cifra total de desempleados supera los 2,9 millones (en concreto, 2.908.397 parados). Si bien la subida del paro refleja un dato peor que en enero de 2022, está en línea con otros meses de enero anteriores. El incremento de parados es cuatro veces superior a la de igual mes de 2022 (el desempleo aumentó entonces en 17.173 personas), pero está por debajo de la registrada en el año 2021 (76.216 parados más), en 2020 (incremento de 90.248 parados) y en 2019 (alza de 83.464). El número total de afiliados medios se sitúa en 20.081.224 (de los que 10.638.367 son hombres y 9.442.857 mujeres) a cierre de enero, la cifra más alta en la serie histórica para el primer mes del año. Son 454.063 afiliados más que hace un año. El número de trabajadores en ERTE se sitúa por debajo de los 16.000, «en línea con el comportamiento de los últimos meses».

Para terminar, quiero destacar que la oleada de despidos marca el final de una era en el sector tecnológico. Los recortes de las ‘big tech’ suponen un punto de inflexión al crecimiento de la última década. Los despidos masivos de las grandes tecnológicas de Estados Unidos marcan el fin de la era dorada del sector digital. Los recortes que en las últimas semanas han anunciado Microsoft, Meta, Alphabet y Amazon han sentenciado el final de los años de crecimiento desenfrenado y el inicio de una etapa marcada por una mayor contención. La tendencia se inició a mediados del año pasado, cuando grandes startups de Estados Unidos y Europa empezaron a anunciar recortes de la plantilla del orden del 5, el 10 o el 25%. Los casos más destacados fueron los de Klarna, Cazoo, Gorillas, Cazoo, Caravana, Snap, Shopify, Peloton, Groupon, Bird… La lista es muy larga. Está claro que el sector vive un cambio de etapa pero en ningún caso comparado con la burbuja de las puntocom de principios de los 2000. Es obvio que los negocios están mucho más consolidados.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.