Lo más destacado de la semana es que el BCE mantenía sin cambios los tipos de interés tal y como se esperaba y anuncia que reinvertirá únicamente el 50% de los vencimientos del PEPP a partir del segundo semestre del 2024, reduciendo así el balance a un ritmo mensual medio de -7.500 Mill. €. No obstante, matizaba que los tipos de interés continúan siendo la principal herramienta de transmisión de política monetaria y que al no ver riesgos de fragmentación proceden a anticipar el tapering del PEPP. Lagarde continuaba aferrándose al discurso de que mantener los tipos de interés en niveles suficientemente restrictivos durante un periodo prolongado de tiempo asegurará que la inflación converja al objetivo del 2% en el medio plazo. Desmarcándose del mensaje de Powell, sentencia que la normalización de política monetaria no se ha discutido en el seno del Consejo y que el enfoque continuará siendo data-dependent en función del análisis de los tres «famosos» criterios: perspectivas de inflación, dinámicas de inflación subyacente y fortaleza de transmisión de política monetaria. En este contexto, las señales que dan los indicadores son positivas salvo la tensión en la inflación doméstica (sueldos y márgenes empresariales), por no haber moderado al ritmo de otras métricas de inflación subyacente y por la falta de datos para interpretar sus dinámicas.
Es importante subrayar que el BCE prevé un descenso de la inflación más rápido en 2024 y acelera la reducción de balance. Deja los tipos sin cambios en el 4,5% y prevé que la inflación se acerque a su objetivo del 2% en 2025. Lagarde advierte que no es momento en absoluto de bajar la guardia y que no se ha debatido para nada un recorte de tipos. Continuarán en el 4,5% máximos de 2001. La institución ha dado indicaciones evidentes de que los tipos de interés no van a subir más en la zona euro. De hecho, ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento e inflación, con un especial recorte para 2024, y acelerará la reducción de su balance poniendo punto y final definitivo a la reinversión de la deuda del programa antipandemia (PEPP) al término de 2024. Pero Christine Lagarde también ha advertido de que en absoluto es momento de bajar la guardia y ha asegurado que no ha habido ninguna discusión sobre rebajas de tipos. El BCE también ha revisado ligeramente a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euro. Para este año espera un alza del PIB del 0,6%, una décima menos de lo estimado en septiembre, del 0,8% para 2024, frente al 1% de su previsión anterior, y del 1,5% en 2025 y 2026. “Las anteriores subidas de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a la economía. El endurecimiento de las condiciones de financiación está frenando la demanda, lo que está ayudando a reducir la inflación. Los expertos del Eurosistema prevén que el crecimiento económico continúe siendo débil a corto plazo”, añade el comunicado del banco central.
Por su parte, el Banco de Inglaterra, en la misma línea que el BCE, se desmarcaba de la senda abierta por parte de la FED, y mantenía su posición, a la espera de tener más confianza en que la inflación cede hasta los niveles de su objetivo. De hecho, hasta 3 miembros de su comité votaron a favor de realizar una subida en la reunión de esta pasada semana.
Al otro lado del charco, la Fed mantiene sin cambios las tasas y prevé un recorte más agresivo para 2024. Mantiene las tasas en máximos de 22 años y no espera más alzas por primera vez desde 2021. Powell alerta que no se puede “cantar victoria” y que estará listo para actuar si fuera preciso. Los inversores aguardaban con expectación la reunión de la Reserva Federal, la última del año y la más trascendental de los últimos meses, y no ha defraudado. En sintonía con lo descontando por la deuda y la Bolsa en las últimas semanas, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) acordó mantener sin cambios los tipos de interés en Estados Unidos en la horquilla del 5,25%-5,5%, máximos de 22 años. Después de haber acometido el mayor endurecimiento monetario en 40 años, el banco central estadounidense considera que es hora de esperar y ver los efectos de la agresiva subida tipos ejecutada en los últimos 17 meses. Con la de esta semana son ya tres las reuniones en las que la Fed no realiza modificaciones. Más que la decisión de este mes, que se daba por hecho, los inversores tenían puesta la mirada en las proyecciones de cara a los próximos trimestres. Por primera vez desde marzo de 2021 los funcionarios no prevén más subidas para los próximos años. El comité espera recudir las tasas en 75 puntos básicos en 2024, un cuarto de punto más que lo estimado en septiembre, pero ligeramente por debajo de los 100 puntos básicos que proyectaba el mercado. Para 2025 el precio del dinero se reduciría otros 100 puntos básicos hasta el 3,5%-3,75%. Ya en 2026 bajarían unos 70 puntos básicos más, situándose en el entorno del 3%. La idea que venía proclamando el presidente de la Fed, Jerome Powell, de tipos altos durante más tiempo empieza a resquebrajarse y la cita del próximo mes de junio es vista como el momento clave para dar un giro a la política monetaria en EE UU. Las probabilidades de un recorte para esa fecha rozan el 85%, ligeramente por encima del 74,4% de mayo. No obstante, los operadores van un paso más allá. Los swaps de la Fed muestran ahora recortes de 128 puntos básicos, por encima de los 113 previos a la decisión. Powell intentó rebajar el entusiasmo y señaló que, aunque la inflación ha disminuido, sigue siendo demasiado alta. “No se puede cantar victoria”, subrayó. El responsable de la institución remarcó que están preparados para endurecer los tipos aún más si fuera necesario.
Wall Street celebra la decisión
Subidas. Los inversores no dudaron en celebrar la noticia de una rebaja de los tipos más agresiva para los próximos meses. Aunque las Bolsas ya han subido mucho en el año, especialmente en el último mes y medio, Wall Street prolongó el rally. Así se registraban ganancias del 1,2%.
Deuda. Más acusada fue la reacción del mercado de deuda. Aunque la caída de las rentabilidades fue generalizada, los plazos cortos, los más sensibles a los tipos, lo recogieron con mayor intensidad. La rentabilidad de la deuda con vencimiento en 2025 bajó 28 puntos básicos, hasta el 4,46%, mínimos de junio. Se trata de la mayor caída desde marzo, un periodo en el que el temor generado por la banca regional estadounidense llevó a los inversores a buscar refugio en la deuda y a descontar que la Fed haría una pausa para calmar los nervios, un escenario que no se produjo. Por su parte, el bono de EE UU a 10 años cayó 17 puntos básicos y se sitúa al filo del 4%.
Balance. Como era de esperar, la Fed acordó mantener sin cambios el calendario de reducción del balance, que se mantiene en los 95.000 millones de dólares al mes.
Siguiendo en Estados Unidos, la tasa de inflación se situó en Estados Unidos en el 3,1% en noviembre, una décima por debajo de la registrada en octubre, según ha publicado esta semana la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Por su parte, la inflación subyacente se mantiene en el 4% en el penúltimo mes del año. Ambas cifras van en línea con lo previsto por los analistas, que veían un leve repliegue en el IPC desde el 3,2% previo hasta el 3,1% y no esperaban cambio alguno en la tasa subyacente (en el 4%). En los últimos doce meses, los precios de la energía han bajado un 5,4%, y los de los alimentos han crecido un 2,9%. El dato se conoció justo un día antes de que la Reserva Federal informe de su decisión en materia de tipos de interés y esta contención de los precios podría dar alas al organismo para adelantar los recortes. De momento, el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó hace unos días que es «prematuro» concluir que la Fed ha subido los tipos «lo suficiente» como para contener de manera firme los precios.
Cambiando de tema, la UE pacta normas históricas sobre la IA. Así Europa fija líneas rojas para aplicaciones de IA que quedan prohibidas. EE UU pone el foco en la seguridad nacional, no en las personas. Y Reino Unido, Japón y Singapur apuestan por guías en vez de regulaciones específicas. Se ha aprobado así la primera ley integral del mundo para limitar el uso de la inteligencia artificial, una tecnología en rápida evolución con implicaciones sociales y económicas de amplio alcance. “Es un momento histórico”, celebraron las autoridades europeas, conscientes de que “Europa se convertía en el primer continente en establecer reglas claras para el uso de la IA”.
En otro ámbito, Abu Dabi se convierte en el nuevo paraíso fiscal de los multimillonarios.
El centro financiero de Abu Dhabi Global Market en la isla de Al Maryah.La capital de Emiratos Árabes se ha estrenado este año como nuevo miembro de la lista de paraísos fiscales del mundo de Tax Justice Network, tras convertirse en uno de los destinos preferidos de los multimillonarios para ocultar su patrimonio. El dinero se mueve más rápido que los inspectores. El interés de los ricos por los distintos territorios con ventajas fiscales varía a medida que aumentan los controles. Si durante décadas los países preferidos de los evasores fueron Suiza, Luxemburgo o Liechtenstein, después las islas caribeñas o Panamá, la ingeniería fiscal ha encontrado un nuevo centro de operaciones en el país del golfo Pérsico. En los últimos siete años, las sociedades instrumentales llamadas SPV, siglas en inglés de Vehículo de Propósito Especial, inscritas en el centro financiero Abu Dhabi Global Market, la zona franca situada en la isla de Al Maryah, han pasado de un total de 46 a más de 5.000, según los datos recopilados por la firma de gestión de patrimonio M/HQ y recogidos por Bloomberg. Entre sus propietarios figuran algunos de los hombres más ricos del mundo. Como Zhao Changpeng, hasta hace poco director ejecutivo y fundador de la plataforma de criptomonedas Binance. El empresario indio Gautam Adani y su familia, propietarios de la multinacional que controla todos los puertos de la India. Así como el magnate del acero ruso Vladimir Lisin, accionista mayoritario de Novolipetsk. Son solo algunos de los nombres que aparecen en los papeles. Como corresponde a la privacidad que ofrecen los territorios offshore, no se sabe desde dónde movieron los activos ni por qué lo hicieron o qué cantidades contienen cada una de las sociedades que poseen. Lo que está claro es que el constante flujo de riqueza hacia la ciudad persa refleja la nueva ruta que han tomado las grandes fortunas para proteger su dinero. El aumento del tráfico financiero hacia los Emiratos Árabes Unidos está modelando una nueva realidad económica mientras la familia gobernante Al Nahyan intenta diversificar sus negocios más allá del petróleo. Una industria que le da al país un Producto Interior Bruto (PIB) anual de alrededor de 509.000 millones de dólares (473.000 millones de euros).
Tal vez decidan llevar a Abu Dabi su dinero, los dos codirectores ejecutivos de Netflix que ganarán 37 millones de euros cada uno en 2024.
El trabajo de los codirectores ejecutivos de Netflix, Ted Sarandos y Greg Peters, será retribuido en 2024 con un pago total de 40 millones de dólares (unos 37 millones de euros), que incluye su salario, bonos y compensaciones en acciones de la propia empresa de entretenimiento. La plataforma de streaming presentó un informe esta pasasa semana a la Comisión de Bolsa de Valores (SEC) en el que se cifraba el salario de Sarandos y Peters en 3 millones de dólares cada uno, más una bonificación individual de otros 6 millones y 31 millones de dólares en compensaciones en forma de acciones. Además, el escrito detalla que la empresa ha decidido eliminar este año la posibilidad de que los ejecutivos puedan elegir si prefieren cobrar este último concepto en efectivo o en participaciones de la empresa. Netflix también fijó el salario del director financiero Spencer Neumann, quien en total será remunerado con 15 millones de dólares en 2024.
Yendo a lo doméstico, Hacienda prevé elevar los ingresos tributarios en 24.000 millones para cuadrar el déficit. El Consejo de Ministros aprueba un techo de gasto de 199.120 millones y da el pistoletazo de salida a los Presupuestos de 2024. Montero abre la puerta a prorrogar algunas de las medidas anticrisis. El Gobierno dio esta semana el pistoletazo de salida para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, al aprobar en Consejo de Ministros los objetivos de estabilidad presupuestaria y el límite de gasto no financiero de 2024. Según anunció la vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero, el comúnmente conocido como techo de gasto se elevará hasta los 199.120 millones de euros, una subida del 0,5% respecto a 2023.
Por su parte, el INE también ha confirmado un descenso de siete décimas, hasta el 4,5%, en la llamada inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de energía y alimentos no elaborados. El proceso de desinflación sigue poco a poco adelante, con ayuda del descenso de precios de carburantes, electricidad y gas, y a pesar de que la cesta de los alimentos aún se mantuvo en noviembre el 9% más cara que en 2022, casi el triple que la tasa general de inflación del 3,2%. Según la estadística del Índice de Precios de Consumo (IPC) que ha publicado este semana el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio del aceite de oliva volvió a encarecerse respecto a octubre (el 4,7%), pero como lo hizo con algo de menor intensidad que en noviembre de 2022, la subida anual se queda en el 66,7% (en octubre la variación anual llegó al 73,5%). En concreto, la inflación general se situó en noviembre en el 3,2%, tres décimas por debajo de la tasa de octubre y lejos del máximo anual del 6% anotado en febrero, según los datos del INE, que confirman lo que adelantó el propio organismo el pasado 29 de noviembre. La ratificación del dato de inflación del 3,2% en el mes de noviembre confirma que las pensiones contributivas subirán el 3,8% en 2024, que es la media de las tasas del IPC encadenadas en los 12 últimos meses.
Yendo a lo que destaco en el titular del blog en el día de hoy, el supervisor ha señalado que la banca española afronta 2024 con los niveles de capital más bajos de Europa. Las entidades españolas registran una ratio del 12,64%, muy inferior a la media europea del 15,98%. La banca española se sitúa a la cola de Europa en nivel de capital. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha presentado esta pasada semana los resultados de su ejercicio anual de transparencia, en que monitorea los riesgos del sistema financiero europeo, y las entidades españolas, en conjunto, registraron una ratio de solvencia del 12,64%, muy inferior a la media europea del 15,91% y también alejada de países como Italia (15,79%), Francia (16,02%), Países Bajos (16,11%) y Alemania (16,4%). Es un dato incluso alejado de Grecia, penúltimo clasificado, con un 14,22%. La ratio de solvencia se expresa a través del indicador CET1, que refleja el porcentaje de capital de un banco. Cuánto más elevado sea ese número, más garantías de solvencia tiene la entidad. Cada año el Banco Central Europeo (BCE) establece un requisito mínimo, y los propios bancos se marcan objetivos que están muy por encima de esas exigencias (en el caso de las entidades españolas, sobre el 12%). No obstante, los bancos buscan un equilibrio porque una ratio demasiado alta puede ser ineficiente en términos de rentabilidad. Pero con los niveles actuales se sitúan muy por debajo de sus pares europeos. De los 10 bancos españoles que participan en el ejercicio de la EBA (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Kutxabank, Ibercaja, Abanca y Cajamar) , Kutxabank destaca como la entidad con mayor nivel de solvencia, como viene siendo habitual en este tipo de ejercicios. La entidad vasca acumulaba un ratio de capital de máxima calidad CET1 fully loaded del 17,61% a cierre de junio, siendo el único banco que se sitúa por encima de la media de la UE. El resto de entidades situaron su nivel de capital entre el 12% y el 14%. En realidad, en los últimos años, la banca española siempre aparece en las últimas posiciones de la UE en cuanto al nivel de capital. Sin embargo, esto no significa que su solvencia sea más débil que los bancos de otros países. El regulador bancario determina unos niveles mínimos de capital en función de los riesgos de cada entidad y de su modelo de negocio. Cuanto más bajo es este requisito, menos riesgo tiene. Por ello, para cada entidad el requisito es diferente. El objetivo es que los bancos cuenten con suficientes fondos propios para absorber potenciales pérdidas. Se da la circunstancia de que en las últimas semanas los bancos han ido comunicando las nuevas exigencias para 2024, y todos los bancos que cotizan en el Ibex (salvo Unicaja) han visto elevados los requisitos. Más allá de reflejar los niveles de capital de las entidades europeas, el informe alerta de que la EBA ha detectado focos de riesgo para los bancos derivados de las continuas subidas de tipos de interés, que han llevado las tasas desde el 0% al 4,5% actual en apenas año y medio. “La rentabilidad podría desacelerarse en medio de una baja demanda de préstamos y un crecimiento moderado de los activos, y a medida que la financiación se encarece, afectará negativamente a los ingresos. Los ya elevados gastos administrativos también crecerán en medio de la presión sobre los salarios y los deterioros podrían aumentar potencialmente”, indicar el organismo supervisor. También destaca que hasta ahora los bancos europeos se han beneficiado de la política monetaria, logrando más ingresos y en muchos casos beneficios históricos. Pero alerta de que el precio más alto del crédito frenará esa dinámica. “Los bancos han ralentizado notablemente su actividad crediticia. Este efecto fue más pronunciado en los préstamos hipotecarios, ya que la demanda de compra de viviendas disminuyó y los bancos endurecieron sus estándares crediticios. La desaceleración del crédito podría crear un círculo vicioso negativo sobre las dinámicas de crecimiento”, apunta en su informe. En cualquier caso, la EBA detalla que los bancos europeos afrontan 2024 con el nivel de solvencia más alto jamás registrado desde que inició su ejercicio de transparencia. Igualmente, destaca los bajos niveles de morosidad (1,8%, de media, a cierre de junio). Del mismo modo, las entidades de la UE registraban en junio de 2023 los niveles de rentabilidad más altos desde la crisis económica, con un 11% frente al 7,9% del año anterior.
Pasando a nivel empresarial, destacar que Vivendi estudia dividirse en tres empresas cotizadas y se dispara en Bolsa.
La cotización de las acciones del conglomerado francés del ocio y la comunicación Vivendi llegaban a subir esta pasada semana más de un 12% en la Bolsa de París después de que la compañía haya confirmado que estudia la viabilidad de dividirse en tres empresas cotizadas con el fin de impulsar la revalorización de sus negocios. En este sentido, la multinacional gala considera que, desde la colocación para la salida a Bolsa de Universal Music Group en 2021, «ha soportado un descuento de conglomerado significativamente alto», reduciendo sustancialmente su valoración y limitando así su capacidad para llevar a cabo transacciones externas para impulsar el crecimiento de sus filiales. En este sentido, el grupo francés, que controla el 11,795% de Prisa, ha señalado que actualmente Canal+, Havas y Lagardère están experimentando un fuerte crecimiento en un contexto internacional caracterizado por numerosas oportunidades de inversión. De tal modo, para aprovechar plenamente el potencial de desarrollo de todas sus actividades, el consejo de administración de Vivendi propuso al consejo de supervisión, que dio su aprobación al asunto, explorar la viabilidad de un proyecto para dividir la empresa en varias entidades cotizadas. Estas sociedades se estructurarían alrededor de tres pilares como Canal+, que gestiona los negocios de televisión y cuenta con más de 25 millones de suscriptores en 50 países; su negocio de comunicación alrededor de Havas; y una sociedad de inversión que incluiría la participación mayoritaria de Vivendi en Lagardère y que apoyaría activamente el desarrollo estratégico de las empresas de su cartera centrándose en la creación de valor y la rentabilidad del capital para sus accionistas. No obstante, Vivendi ha señalado que, si bien este proyecto de escisión dotaría a todas las entidades de los recursos humanos y la agilidad financiera necesarios para su desarrollo, deberá demostrar su valor añadido para todos los interesados e incluir un análisis de las consecuencias fiscales de las distintas operaciones contempladas. Las acciones de Vivendi, que comenzaron la sesión bursátil con una revalorización del 12,2% en la Bolsa de París, hasta los 10,06 euros por título, cotizaban un par de horas después en torno a 9,76 euros, con una subida del 9,25%.
Cambiando de tercio, cabe hablar del enorme cambio en la pensión en 2024 con una subida de más de 1.000 euros. La segunda reforma de las pensiones del Ministerio de José Luis Escrivá traerá un aumento considerable en la pensión por incapacidad permanente. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de José Luis Escrivá apuntan a que las pensiones por incapacidad permanente alcancen el 20% de la renta media en 2024. Por otro lado, las pensiones no contributivas de invalidez, también disfrutarán de un aumento. Para la subida de las pensiones, el Gobierno toma como referencia la evolución de la pensión mínima para mayores de 65 años con cónyuge a cargo. El objetivo de esta es que, entre 2024 y 2027, alcance el 60% de la renta media para un hogar de dos adultos. Además, cabe mencionar que la subida no solo afectará a las pensiones por incapacidad permanente, sino también al resto de pensiones contributivas, como la jubilación o la pensión de viudedad.
Actualmente, la pensión mínima por incapacidad permanente absoluta o total con cónyuge a cargo está en 966,20 euros mensuales (13.526,80 euros al año) y se pretende que en 2024 pasen a los 1.178,50 euros al mes (16.499 euros anuales). Es decir, experimentarán un incremento del 22% en la pensión mínima según las estimaciones del citado Ministerio.
A nivel local, destacar que las acciones de Duro repuntan el 3,40% tras el desembolso de los mexicanos Logo de Duro Felguera en la Bolsa de Madrid. La razón es el desembolso de la totalidad de los 90 millones del préstamo concedido por los futuros accionistas dominantes, los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil México. El Sindicato de Accionistas Minoritarios de Duro (SAM), que declara aglutinar a más del 8% de los inversores, volvió a reclamar un puesto en el consejo de la sociedad en virtud de su representatividad y como «premio» por su contribución a la viabilidad de la compañía al haber apoyado al consejo en las juntas generales de la sociedad «aprobando los acuerdos que eran necesarios». Este colectivo reprocha que estén presentes en el consejo representantes de los acreedores (en referencia a la SEPI tras el rescate estatal del grupo) y que no haya vocal por los 14.000 accionistas. SAM considera que el desembolso de la totalidad de los 90 millones del préstamo concedido por los futuros accionistas dominantes deja «despejadas las dudas sobre la viabilidad de Duro» y da por hecho que la operación cumple «el supuesto legal para obtener la exención de OPA» que solicitarán los inversores a la CNMV para transformar los préstamos en capital.
Y esa es la situación de una de las más importantes empresas de esta región.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.