La empresa más valiosa del mundo

En esta semana ha destacado el hecho de que el ministro francés de Economía ve riesgo de crisis financiera «en las próximas semanas». Bruno Le Maire, recurrió esta pasada semana a mensajes alarmistas para movilizar a un electorado que le ha dado la espalda y dijo que en caso de triunfo de la extrema derecha o de la izquierda en las legislativas hay riesgo de crisis financiera las próximas semanas. En una larga entrevista a la emisora pública France Inter, Le Maire afirmó que, pese a que todas las encuestas desde la convocatoria anticipada de elecciones legislativas dan como gran perdedora a la mayoría saliente del Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, cree que se puede invertir la tendencia: «Podemos ganar». Una victoria que sería posible con «una toma de conciencia de la gravedad del momento, de a lo que nos llevarían los proyectos de la extrema derecha y de la extrema izquierda de forma inexorable», en concreto «a la destrucción metódica de la economía de nuestro país» con «un paro masivo». Para ilustrarlo, se refirió a las reacciones de los mercados financieros durante toda la semana, que a su juicio «no se han equivocado». En particular, hizo hincapié en el aumento de la prima de riesgo, es decir, el diferencial de interés entre la deuda francesa y el de la deuda alemana que sirve de referencia, con un aumento de una treintena de puntos básicos, cuando había permanecido estable desde 2022. Señaló que eso supone un aumento del coste de financiación de la deuda pública francesa de unos 1.000 millones de euros anuales, así como un incremento de los tipos que tendrán que pagar los particulares y las empresas cuando contraten un préstamo.

Yendo a lo que destaco en el blog en el día de hoy por su singularidad es que Nvidia adelanta a Microsoft y se convierte en la empresa más valiosa del mundo. La compañía se revaloriza un 173% en lo que va de año y su capitalización alcanza los 3,33 billones de dólares. La inteligencia artificial ha aupado a la compañía Nvidia por encima de Microsoft y se ha convertido en la más valiosa de Wall Street y del mundo. El fabricante de tarjetas gráficas ha conseguido superar la valoración de la empresa fundada por Bill Gates esta pasada semana tras varias sesiones tratando de superar esa barrera. Con una subida del 173% en lo que va de año, la tecnológica ha alcanzado los 3,33 billones de dólares en capitalización, por encima de los 3,32 que vale la empresa dirigida por Satya Nadella. La presentación de resultados del primer trimestre ha sido muy positiva para esta compañía, que ha incrementado un 262% sus ingresos. Los beneficios de la firma han crecido hasta un 628%. Sus títulos llegaron a superar los 1.000 dólares antes de desdoblar sus acciones, lo que significa que se han multiplicado por nueve desde 2022. El auge de la inteligencia artificial le ha otorgado a Nvidia una posición de ventaja frente a sus competidores. Cerca del 80% del mercado de los chips de la inteligencia artificial utilizados en los centros de datos corresponden a la empresa. La compañía fue fundada en 1991 y en sus primeras décadas se dedicó a las ventas de chips para los juegos 3D. La empresa cuenta con la cuota más grande en el universo de los chips de IA y también ha empezado a explorar los chips de minería de criptomonedas y suscripciones de juegos en la nube.

Pasando al ámbito doméstico, cabe comentar que España retrocede cuatro puestos en el ránking de competitividad de IMD ante la dificultad de incorporar talento a las empresas.

El país se sitúa en la posición 40 debido a la peor puntuación en dos de los cuatro factores analizados: eficiencia del sector público y eficiencia empresarial. Hay que remontarse hasta el año 2013 para encontrar una posición inferior de España en esta clasificación. España retrocede cuatro puestos en la 36.ª edición del índice de competitividad que elabora anualmente la escuela de negocios suiza Institute for Management Development (IMD). El país se sitúa en el puesto 40 de una clasificación que analiza 67 naciones. El retroceso en este ránking se debe a la peor puntuación obtenida en dos de los cuatro grandes factores analizados: la eficiencia del sector público y la eficiencia empresarial. En concreto, en este último apartado, la competitividad española retrocede un punto motivada por una caída de cinco puntos en «productividad y eficiencia» y en «mercado laboral», que mide la facilidad de las empresas para acceder a los profesionales con la cualificación requerida, así como el coste de la mano de obra. En toda la historia del ranking, la posición 40 de España en este 2024 es la segunda peor que ha obtenido el país, en niveles similares a los registrados en el año 2013, cuando España ocupó la posición 45. Desde entonces se había mantenido en los puestos 39 y 34 con ligeras oscilaciones año a año. Tanto en 2022 como en 2023, el país se situó en la posición 36. Los autores del informe concluyen que entre los principales desafíos para la economía española se concentran en la necesidad de reducir la presión fiscal, generar un marco normativo estable para las empresas, invertir eficientemente los fondos europeos fortaleciendo el sistema, invertir eficientemente los fondos europeos para que la economía española sea más resiliente, impulsar la digitalización de las empresas (especialmente las pymes), así como aumentar la inversión en I+D (tanto en el sector público como en el privado) para reforzar la coordinación entre los distintos agentes y promover la transferencia de conocimientos.

Continuando en el ámbito doméstico pero, a nivel bancario, Cuerpo insiste en rechazar la opa sobre el Sabadell pero evita instar al presidente del BBVA a retirarla. Torres afirma que seguirá adelante con la compra de su rival aunque el Gobierno no le deje realizar la fusión posterior. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha participado esta pasada semana en una rueda de prensa conjunta con el presidente del BBVA, Carlos Torres, por primera vez desde que el banco lanzase una opa hostil sobre el Sabadell y el Gobierno expresase de forma contundente su «rechazo» ROTUNDO A LA OPERACIÓN. Y lo han hecho en un debate de guante blanco, en el que ambos han mantenido sus discrepancias, pero sin acritud e incluso con algunos guiños de complicidad. Cuerpo, de hecho, ha evitado instar al banquero a desistir de la integración de su rival: «No soy yo quién para darle un consejo a alguien tan experimentado en su papel como es Carlos. Nada más lejos de mi intención». En un curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, el ministro incluso ha afirmado que tiene una «relación personal estrecha, con contactos recurrentes incluso antes de la opa», con el banquero. Sin embargo, ha precisado que hay que diferenciar esa buena relación personal del «rol institucional» de cada uno. Y es sobre la base de ese rol institucional, ha continuado, que él como ministro de Economía rechaza la fusión del BBVA con el Sabadell. «No tenemos información nueva y nuestra valoración no ha cambiado», ha remachado. Torres, por su parte, ha evitado criticar al Gobierno por oponerse públicamente a la operación y también ha rechazado instar al Ejecutivo a no interferir en la valoración de la misma que tendrá que hacer la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). «Nada más lejos que pedir nada al ministro, y menos a alguien con quien tengo buena relación como es Carlos. Está en su derecho a expresar sus preocupaciones», ha sostenido. De hecho, ha vuelto a dar la «enhorabuena» al Gobierno por el «extraordinario crecimiento» de España, como ya hizo la semana pasada en presencia del presidente del Gobierno y del propio Cuerpo. El banquero, eso sí, ha aprovechado para lanzar algunos mensajes relevantes. Cuerpo ha insinuado en las últimas semanas que su ministerio, en el caso de que la opa tuviera éxito, podría vetar la fusión posterior entre el BBVA y el Sabadell. Por primera vez en público, Torres ha asegurado que ello no le haría desistir de la compra de su rival: «Nuestras estimaciones son que podríamos optimizar en gran medida los ahorros en gastos generales y gastos de tecnología (750 millones con la fusión) y por tanto la operación tendría un enorme atractivo incluso en ese escenario, que vemos como mucho menos probable». En esta línea, ha asegurado que la opa elevaría un 27% el beneficio por acción de los accionistas del Sabadell. Torres ha dedicado largo tiempo a tratar de desmontar las preocupaciones que ha esgrimido el ministro para oponerse a la operación. Entre otros argumentos, ha asegurado que el «grueso» del ahorro de costes no vendrá por la reducción de plantilla sino de los gastos generales; ha afirmado que el nuevo banco «no abandonará ninguna población o barrio donde sea relevante»; ha negado que la concentración bancaria en España sea la causa de la baja remuneración de los depósitos; y ha rechazado que la operación vaya a perjudicar a Catalunya y la Comunidad Valenciana, los territorios donde el Sabadell tiene más presencia.

A nivel doméstico pero de otra índole, España activa el plan para traer de Francia sus residuos nucleares con más de una década de retraso. La empresa pública Enresa sella el primer contrato para impulsar la repatriación de los desechos radiactivos de la central Vandellós I, que cerró tras un accidente hace más de tres décadas. Inicialmente estaba previsto hacer regresar los residuos en 2010, luego se fijó la vuelta para 2015 y posteriormente iba a ser en 2017. Al final no volverán a España hasta 2028. España guarda en Francia desde hace más de tres décadas residuos radiactivos procedentes de la centrar nuclear de Vandellós I, que tuvo que cerrar de manera precipitada en 1989 tras sufrir el peor accidente nuclear de la historia por un incendio. España está obligada a traer de vuelta esos desechos nucleares pero lleva años acumulando retrasos y sin cumplir el compromiso firmado (inicialmente estaba previsto repatriar los desechos en 2010, luego en 2015, el último plazo fijado era para mediados de 2017…). El nuevo objetivo es tener los residuos de vuelta en 2028, y el Gobierno ha puesto en marcha el proceso para conseguirlo aunque sea con más de una década de retraso.

Cambiando de tercio, comentar que el absentismo por incapacidad temporal crece un 43% en España desde 2018, según un estudio. La tasa aumenta en todos los sectores de actividad, según un informe de Umivale Activa y el Ivie. La tasa de absentismo por incapacidad temporal (IT) ha crecido en España un 43% de media desde 2018 y en 2023 se perdieron el 5,9% de las jornadas laborales respecto al total de las jornadas potenciales, debido a las bajas laborales, un porcentaje casi dos puntos superior al 4,1% registrado cinco años antes. En el caso del absentismo por contingencias comunes, que supone un 91% del total, el porcentaje de jornadas perdidas ha crecido un 47%, mientras que la tasa por contingencias profesionales se ha elevado mucho menos, el 13%. La cifra global de absentismo esconde importantes diferencias en función del sector de actividad, según advierte el informe. Por un lado, el sector de actividades administrativas y servicios auxiliares alcanza una tasa global de absentismo del 9,2% en 2023 y el sector de actividades sanitarias, del 7,7%; mientras que en el sector de información y comunicaciones y las actividades profesionales, científicas y técnicas no llegan al 3% de jornadas perdidas. Todos los sectores muestran incrementos importantes de este indicador de absentismo por motivos de salud en los últimos cinco años, desde el 19% en el sector de información y comunicaciones hasta un crecimiento del 54% en el caso del sector comercio y el sector de la agricultura. En conjunto, las actividades sanitarias y el comercio representan el 30% del total de procesos de incapacidad temporal iniciados en 2023, seguidos de la industria manufacturera y las actividades administrativas y servicios auxiliares, que suponen el 12,6% y el 11,8% de las bajas, respectivamente.

En mi opinión, en un país con una tasa de desempleo como la nuestra, estas cifras son muy mejorables. Esperemos que se logre.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.