En esta semana el BCE ha alertado del riesgo que suponen las ‘stablecoins’ para los bonos del Tesoro de EE UU. El banco central advierte de que estas criptomonedas estables se emplean sobre todo para operar con criptoactivos y afirma que una retirada masiva podría tener “un impacto». Las stablecoins o criptomonedas estables están disparando su valor de mercado y convirtiéndose en un actor de primer nivel para el sistema financiero, merecedor sin duda de la atención de los bancos centrales. En un avance del informe de estabilidad financiera, el Banco Central Europeo avisa de su rápido crecimiento y de cómo estas criptodivisas estables figuran entre los mayores tenedores de letras del Tesoro de Estados Unidos. En caso de una retirada masiva en estas stablecoins, se activaría una venta precipitada de sus activos de reservas, “lo que podría afectar significativamente al funcionamiento de los mercados del Tesoro estadounidense”, apunta el BCE. Las stablecoins replican al dinero tradicional usando la misma tecnología que bitcoin, la blockchain, y vinculan su valor al de una divisa que suele ser, de forma abrumadora, el dólar estadounidense. A diferencia de bitcoin, sí cuentan mayoritariamente con un respaldo financiero. Es decir, están apoyadas por reservas, de forma que una parte se guarda en depósitos bancarios y otra en activos muy líquidos, con el fin de que sus emisores —entidades privadas— tengan liquidez disponible con la que hacer frente a retiradas masivas en un corto espacio de tiempo. Están sujetas al reglamento europeo MiCAR en la zona euro y al Genius Act en EE UU. Pero, tal y como advierte el BCE, su principal vulnerabilidad es que los inversores pierdan la confianza en que puedan canjearse a su valor nominal. Es decir, que un USDT o un USDC —las stablecoins más populares, emitidas por Tether y Circle respectivamente y ambas vinculadas al dólar— se desestabilicen y se alejen del valor de un dólar. En ese escenario de riesgo, el impacto podría ser “generalizado”, según advierte el BCE, con la deuda soberana de EE UU a más corto plazo como protagonista de las turbulencias. El mercado de las stablecoins ha alcanzado en poco tiempo un nivel récord en los 280.000 millones de dólares, el equivalente al 8% del mercado total de los criptoactivos. Y, de este modo, se han convertido en uno de los mayores tenedores de letras del Tesoro de EE UU: según detalla el BCE, tienen reservas de activos comparables a las de los 20 fondos del mercado monetario más importantes. Además, han sido uno de los mayores compradores netos de bonos. “Una retirada masiva de estas monedas estables podría desencadenar una venta precipitada de sus activos de reserva, lo que podría afectar al funcionamiento de los mercados del Tesoro estadounidense. Esto podría suponer un riesgo significativo si las stablecoins y sus correspondientes reservas de activos siguen creciendo rápidamente, ya que algunas previsiones apuntan a que la capitalización bursátil podría alcanzar los dos billones de dólares estadounidenses en 2028″, explica el análisis del BCE.El supervisor europeo apunta además al riesgo que supone la elevada concentración del mercado de criptomonedas estables, donde solo dos emisores representan alrededor del 90% de todas las stablecoins en circulación. Así, “la quiebra de una sola entidad podría tener un impacto generalizado, incluso en ausencia de una crisis sistémica de las monedas estables”, según el BCE.

Los bancos centrales advierten de una crisis financiera en el gran pilar del sistema: las ballenas de deuda se vuelven salvajes. Las principales instituciones financieras del mundo están lanzando advertencias sobre la sombra de un lobo para el sistema financiero. Aunque no supone un riesgo inmediato, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en que las aseguradoras están empezando a gestar en sus cuentas un importante peligro para el sistema financiero global, inducido por los bancos centrales. Según las mismas, durante los años de tipos muy bajos y, especialmente, de grandes programas de compras por parte de las instituciones monetarias, las aseguradores, que son las estabilizadoras del mercado de deuda, se han lanzado hacia activos de mayor riesgo. Sus balances cada vez son menos estables y están expuestos a movimientos, algo que puede generar gran volatilidad y agresivos movimientos en el sistema financiero. Hasta ahora los analistas señalaban repetidamente como el mayor peligro el crecimiento de las instituciones de crédito no financieras. Firmas que no son entidades financieras al uso, como son las fintech, y que cada vez ofrecen más crédito. Estas empresas, cada vez más presentes en este segmento, tienen vulnerabilidades significativas, usan prácticas financieras más arriesgadas y, además, tienen una supervisión mucho más limitada. Este peligro ha entrado en el foco con quiebras ilustres en EEUU como son los casos de Tricolor o First Brands. Sin embargo, ahora los expertos ponen el foco en otro frente, parecido, pero muy diferente. Las aseguradoras, que también son intermediarias financieras no bancarias (IFNB, por sus siglas en inglés), están viviendo un cambio de paradigma que está haciendo que el mismo BCE arquee una ceja. Este tipo de empresas a menudo son gigantes que operan con enormes carteras de activos y que buscan una revalorización pero con el riesgo más bajo posible. Esta naturaleza convirtió a estas ‘ballenas’ en la gran argamasa de los mercados. Su demanda constante de bonos y su gran estabilidad son elementos que aportan calma y certeza a un entorno donde la mayor amenaza es el pánico y la incertidumbre. Ahora las instituciones creen que esa naturaleza está cambiando poco a poco y que ahí se podría fraguar una crisis si no se actúa a tiempo. El último informe del BCE liderado por el economista Stefano Corradin define a las aseguradoras como los «gigantes dormidos del sistema». Sus activos son un tercio de todo el sector bancario europeo, según sus estimaciones. «Su volumen, unido a su perspectiva a largo plazo, los convierte en los inversores clave en los mercados de bonos, con un impacto significativo en la economía real». Sin embargo, el BCE cree que sus políticas expansivas durante la última década han asalvajado a estos gigantes tranquilos que sostienen el sistema.

Retomando el tema de las criptomonedas, Bitcoin se encamina a su peor desplome mensual desde el colapso de Terra Luna en 2022. La criptomoneda se deja más de un 20% en el noviembre. Desde mediados de octubre, se esfumaron alrededor de 1,5 billones de dólares de capitalización del mercado. El hundimiento de bitcoin no tiene freno. En lo que va de mes la criptomoneda principal se deja más de un 25%, y se encamina a registrar su peor desplome mensual desde junio de 2022, cuando retrocedió un 41,07%, sacudida por el colapso de Terra/Luna y un contagio generalizado en el mercado que culminó con la quiebra del exchange FTX de Sam Bankman-Fried. Ha estado a punto de perder la cota de los 80.000 dólares, aunque, al cierre de los mercados europeos, logra resistir en torno a los 83.000, niveles del pasado abril cuando la furia arancelaria de Donald Trump desató el pánico en los mercados. Las caídas son generalizadas en el mercado. En los últimos siete días las principales criptomonedas del mercado no escapan de las caídas de doble dígito: bitcoin retrocede un 14%, ether un 15%, XRP se hunde un 17%, mientras solana un 12%. En las últimas 24 horas la presión vendedora se ha intensificado, con otros 2.000 millones de dólares en posiciones apalancadas liquidadas, según datos de CoinGlass recogidos por Bloomberg. Aunque la fuerte fluctuación de precios es típica del mercado cripto, sorprende el cambio de ánimo repentino entre los inversores. Desde mediados de octubre, se han esfumado alrededor de 1,5 billones de dólares de capitalización total del mercado, que ha caído por debajo de los 3 billones. Y las principales criptomonedas han borrado todas las ganancias del año. Bitcoin retrocede un 11%, ether se deja un 20% y XRP, más de un 9%. Las ventas de los últimos días han acelerado también la sangría de los fondos cotizados de bitcoin: los 12 ETF de la criptomoneda en EE UU registraron salidas netas por 903 millones de dólares el jueves, su segunda mayor salida diaria desde su debut en enero de 2024.
Desde el derrumbe del mercado el pasado 10 de octubre, cuando se evaporaron 19.000 millones de dólares en horas, tras un tuit de Donald Trump, que amenazó con imponer unos aranceles del 100% a China, el mercado no ha levantado cabeza. A esto, se sumó la tensión en los mercados tradicionales por las elevadas valoraciones de las acciones tecnológicas y el miedo a una burbuja de la IA, que ha desatado una ola de aversión al riesgo y puesto en alerta a los inversores, que han optado por recoger beneficio y buscar refugio en activos menos volátiles. Y la incógnita sobre el recorte de tipos de la Reserva Federal alimenta aún más la incertidumbre en el mercado. Ante el debilitamiento de los flujos hacia los ETF, la venta continua de tenedores a largo plazo y la escasa participación del inversor minorista, varios analistas coinciden en que el mercado cripto ha entrado en un régimen bajista. Así, se pone fin a un año que se esperaba dorado para este mercado: la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca sirvió de impulso a los activos digitales en la primera parte del año, gracias a la postura más abierta de la administración estadounidense, la aprobación de la legislación del sector y el respaldo institucional hacia la industria. Pero el cambio de ánimo de los inversores está modificando el rumbo del mercado. No es la primera vez que el mercado cripto atraviesa una sacudida de esta magnitud. Si bien las causas detrás de las caídas son diferentes, la herida provocada por el desplome de 2022 sigue viva en la memoria de los inversores. Aquel año las expectativas estaban altas para los criptoactivos: a finales de noviembre de 2021 tocaron máximos históricos de aquel entonces y las grandes gestoras ya analizaban no tanto si tener o no en cartera estos activos, sino cuánto peso debían asignarle. Pero la caída en mayo de 2022 de Terra/Luna, una stablecoin algorítmica que no sobrevivió a la crisis de confianza y que provocó una avalancha de ventas masivas, desató el pánico. Este activo colapsó en tres días, llevándose consigo unos 35.000 millones de euros de inversores, y provocó la quiebra de un buen puñado de plataformas de intercambio de criptoactivos, entre ellas FTX, uno de los mayores fraudes financieros de la historia del sector, que llevó al mercado a caer en un profundo criptoinvierno.

Cambiando de tercio, la lección de Noruega para Europa en el impuesto de patrimonio: de los 400 más ricos, 105 no viven en el país. Los defensores argumentan que la tasa actúa como un mecanismo redistributivo, mientras los detractores lo consideran un obstáculo a la inversión Sentado en su villa junto al lago en la ciudad suiza de Lucerna, Borger Borgenhaug echa de menos a sus nietos y el aroma del mar nórdico en una clara noche de verano. El carpintero convertido en empresario inmobiliario afirma que ese es el precio que tiene que pagar para escapar del impuesto reforzado sobre el patrimonio de Noruega, un gravamen anual que ha llevado a cientos de millonarios a vivir al extranjero, al tiempo que ha apuntalado una de las sociedades más igualitarias del mundo. El clima político en Noruega se ha vuelto cada vez más hostil hacia los empresarios”, dice Borgenhaug, quien dejó su país en 2022. Con un impuesto sobre el patrimonio que data de 1892 y una cultura de transparencia que permite a los ciudadanos consultar las declaraciones de impuestos de otros, Noruega tiene más experiencia que la mayoría de las economías en exprimir a los ricos. Su modelo ofrece lecciones para países que debaten medidas similares, desde Gran Bretaña, hasta Francia e Italia, o incluso una ciudad como Nueva York. En resumen: un impuesto sobre el patrimonio ahuyentará a algunos millonarios, pero si se establece de forma lo suficientemente amplia, los ingresos aún pueden merecer la pena. Los contribuyentes pagan el 1% sobre un patrimonio neto entre 1,76 millones y 20,7 millones de coronas (entre 149.000 y 1,75 millones de euros) y, desde 2022, el 1,1% par fortunas por encima de esa cifra. En 2023, exactamente 671.639 personas, aproximadamente el 12% de la población, pagaron el impuesto. Las viviendas principales disfrutan de un descuento del 75% sobre el valor catastral; las acciones y los inmuebles comerciales obtienen un 20%. Los activos en el extranjero están incluidos, pero la deuda es deducible. Salir de Noruega también es costoso, ya que se aplica un impuesto de salida del 37,8% sobre las ganancias de capital no realizadas superiores a 3 millones de coronas (253.000 euros), así como las ganancias latentes de las acciones, que han aumentado de valor pero aún no se han vendido. Las lagunas legales que permitían a los emigrantes aplazar el pago indefinidamente se eliminaron en 2024. Los cambios convirtieron un goteo de salidas en un torrente. Datos del centro de estudios conservador Civita muestran que 261 residentes con activos superiores a 10 millones de coronas (846.000 euros) se marcharon en 2022 y 254 en 2023, más del doble de la tasa habitual antes del aumento. La clasificación de las 400 personas más ricas de Noruega, elaborada por la revista de negocios Kapital, muestra que 105 viven ahora en el extranjero o han transferido su patrimonio a familiares que lo hacen. Algunas de sus fotos cuelgan de un “muro de la vergüenza” en las oficinas del pequeño partido opositor de la Izquierda Socialista. El impuesto sobre el patrimonio fue un tema decisivo en la elecciones noruegas de septiembre, que devolvieron al Partido Laborista al poder. El partido ya había aumentado el impuesto y endurecido las normas de salida durante su mandato anterior.
Argumentos a favor
Los defensores argumentan que el impuesto actúa como un mecanismo de protección redistributiva en un país que eliminó el impuesto de sucesiones en 2014 y se encuentra entre los más ricos del mundo gracias al petróleo, el transporte marítimo y la pesca. Noruega canaliza todos los ingresos de su industria petrolera y gasística a un fondo soberano de riqueza y limita las retiradas anuales al 3% del valor del fondo en virtud de una regla fiscal autoimpuesta. Esto significa que necesita encontrar otras fuentes de ingresos. Una encuesta realizada por la agencia Response para el diario Aftenposten justo antes de las elecciones de septiembre, mostró que el 39% de los noruegos deseaba que se mantuviera o aumentara el impuesto sobre el patrimonio, mientras que el 23% quería una reducción y el 28% abogaba por su abolición. El gobierno laborista de Noruega busca un gran acuerdo sobre la reforma fiscal en los próximos dos años, invitando a todos los partidos a la mesa. ¿El truco? El impuesto sobre el patrimonio se mantiene, de una forma u otra.
Argumentos en contra
Los críticos afirman que el modelo penaliza la propiedad nacional y corre el riesgo de socavar la base empresarial de Noruega.“El sistema de impuesto sobre el patrimonio dificulta que las empresas compitan con el resto del mundo”, afirmó Knut-Erik Karlsen, quien amasó su fortuna con suplementos de aceite de pescado y se mudó recientemente a Suiza. Noruega grava las ganancias de capital, a diferencia de Suiza, e impone gravámenes más altos sobre la mano de obra que el promedio de la OCDE. Alrededor del 40% de los emigrantes son dueños de negocios, según la investigadora de Princeton Christine Blandhol, quien estima que los últimos cambios fiscales reducirán la producción de Noruega en un 1,3% a largo plazo. Otros consideran que el impuesto perjudica el rendimiento de las empresas. Un impuesto sobre el patrimonio es especialmente perjudicial para los fundadores de empresas emergentes, quienes pagan el capital mucho antes de que lleguen las ganancias.
A nivel doméstico, el Financial Times pone en duda el boom de España: la economía vuelve a tropezar con las ‘piedras’ de siempre. La economía de España es la que más crece de toda la Unión Europea (solo por detrás de Polonia) y la que más empleo crea de todo el bloque comunitario con mucha diferencia. La fuerte expansión del sector servicios (turismo y hostelería, sobre todo) ha generado esta dinámica que impresiona a aquellos que solo tienen ojos para las grandes métricas (PIB o empleo). Sin embargo, detrás de estas portentosas cifras se encuentra un país fracturado que sigue presentando los problemas de siempre, con una burocracia y sistema fiscal que hace muy difícil emprender con éxito, una educación mediocre, en el mejor de los casos, y una productividad que no avanza. Las piedras que siempre se topan en el camino de la economía española hacia la convergencia siguen ahí. La diferencia es que con la ‘marea alta’ de turismo y servicios, esas piedras no se ven, pero lo cierto es que siguen en el mismo lugar que hace décadas. Aunque esto sea algo evidente, es algo que pocos españoles se paran a pensar. Cuanto más tiempo se dedica en el Congreso a debatir sobre cuestiones del pasado, corrupción, etc. el tiempo que queda para el debate de políticas que pueden cambiar la economía de España es menor. Es decir, si las horas del debate político y de telediarios se centran en las decenas de casos de corrupción o en el cambio de nombres de calles, lo que queda para hablar de productividad, educación, emprendimiento, impuestos… es nada y apenas tiene hueco en los espacios informativos. Si ese debate no existe, la economía seguirá cayendo en las mismas trampas de siempre una y otra vez, aunque la economía se encuentra ahora mismo en un momento cíclico espectacular.»España se enorgullece de ser la economía avanzada que más crece en mundo por segundo año consecutivo. Pero detrás de ese vigoroso auge se esconde una debilidad que aún pesa mucho: la fragmentada política española», apunta un reportaje publicado por el prestigioso diario Financial Times.
España crece rápido, pero ‘mal’
Aunque la economía se expande, hay indicios de que no está evolucionando con la suficiente rapidez como para mantener el impulso. La tóxica política interna sigue obstaculizando el proceso, reza el artículo del Financial Times. La polarización no es exclusiva de España, pero su brutalidad visceral en el país es evidente. Otro problema potencialmente más grave: la preocupante falta de debate sobre políticas públicas. En otras economías importantes, la polarización política puede coexistir con debates más sólidos sobre cómo abordar preocupaciones apremiantes en ámbitos tan diversos como la educación y la vivienda, la burocracia y la inteligencia artificial. Miquel Roca, de 85 años, uno de los dos últimos redactores supervivientes de la Constitución española de 1978, culpa tanto al Partido Socialista del presidente Pedro Sánchez como al conservador Partido Popular (PP) del vacío intelectual. «Se sienten muy cómodos siendo enemigos», afirmó. «Cuando tengo un enemigo, no necesito una discusión», explica en declaraciones al FT. Los vacíos políticos y la polarización política se retroalimentan. Cuando un gobierno carece de mayoría parlamentaria, como ocurre con Sánchez, el debate político puede actuar como puente. Es la búsqueda de ideas la que puede atraer votos de todos los partidos y producir reformas legislativas. Pero con propuestas que rara vez se consideran algo más que dogmas, resulta casi imposible sacar a los políticos españoles de sus escondites. La polarización del país se afianza cada día, lo cual supone un serio problema para avanzar en las políticas que de verdad importan para lograr un crecimiento económico prolongado, sostenible y que incremente la prosperidad de la mayoría de los habitantes del país. A pesar del estancamiento político, la economía española está creciendo más rápido que la de sus pares, con un avance de un 3,5% en 2024 y un 2,9% este año. Esto marca un cambio notable respecto a los tiempos difíciles del desplome inmobiliario que comenzó en 2008 y la crisis financiera de la eurozona.
Los obstáculos de siempre
Sin embargo, otros obstáculos estructurales no se han abordado, ni siquiera han sido debatidos seriamente por los políticos. La productividad ha aumentado ligeramente en los últimos años, pero sigue siendo preocupantemente baja, un problema atribuible en parte a la escasa inversión empresarial. La educación es otro factor clave en la productividad. Los colegios españoles obtienen malos resultados según los estándares europeos y, en general, sus universidades no se centran en convertir a los estudiantes en los trabajadores que la economía necesita. En España se habla a menudo del desastre de la educación por la tendencia que ha seguido esta rama que es la que debería guiar el crecimiento. Su tasa de desempleo, del 10,5%, es la más alta de la UE. La burocracia sigue dificultando el acceso a los emprendedores en España, a pesar de algunas reformas parciales. Y los economistas afirman que la rigidez del gobierno le ha impedido aprovechar al máximo los 71.000 millones de euros en subvenciones y préstamos de la UE recibidos hasta la fecha del programa pospandemia NextGenerationEU. «La intención era impulsar la recuperación económica y también transformarla», declara Raymond Torres, director de análisis macroeconómico de Funcas, una fundación de cajas de ahorros. «Es difícil encontrar ese componente transformador», asegura este experto en declaraciones al Financial Times. Para la gente, el problema más acuciante en España es el acceso a la vivienda, ya que el agravamiento de la escasez eleva los precios del alquiler y la compra a un ritmo muy superior al del crecimiento salarial.
A nivel local destacar que Asturias retiró casi un centenar de anuncios ilegales de pisos vacacionales el último año
El Gobierno de Asturias ha multiplicado por cuatro el número de inspecciones y por diez las actuaciones específicas sobre viviendas de uso turístico (VUT) en dos años. En el último, se han retirado casi un centenar de anuncios ilegales de pisos vacacionales. El objetivo es «blindar la calidad de Asturias como destino y garantizar que el crecimiento turístico sea compatible con la vida en los concejos y en los barrios». En el transcurso de la comisión de Presidencia existió cierta discrepancia entre los datos proporcionados por el Ejecutivo en una solicitud de información del PP y los ofrecidos hoy por Gimena Llamedo. Por ello, la vicepresidenta se comprometió a revisar con el servicio las cifras para ver dónde está el error. Llamedo ha confirmado que las inspecciones han pasado de 1.230 en 2023 a 3.366 en 2024, hasta alcanzar las 4.957 en lo que va de año. El incremento es especialmente significativo en las viviendas de uso turístico, que han pasado de 248 inspecciones en 2023 a 1.825 en 2024 y a 2.622 en este ejercicio. También se ha registrado un aumento en los expedientes sancionadores: de 552 en 2023 a 646 este año. Además, el crecimiento ha sido notable en los relacionados con las VUT y viviendas vacacionales (de 62 expedientes en 2023 a 253 en 2025). Por primera vez, el Principado ha actuado frente a la publicidad ilegal de alojamientos en plataformas digitales. En lo que va de año, se ha solicitado la retirada de 151 anuncios irregulares en Airbnb y Booking, de los que 89 ya han sido eliminados. Para ello, entre 2024 y 2025, el Ejecutivo autonómico ha creado tres nuevos puestos de inspección y disciplina, ha sumado otro puesto administrativo y ha reorganizado servicios para adscribir a once profesionales más del área de ordenación. En total, hay 16 personas destinadas al control y disciplina turística. La Dirección General de Estrategia Digital ha desarrollado una herramienta que permite rastrear anuncios online. Además, puede identificar alojamientos no inscritos en el registro y planificar inspecciones con mayor precisión. Durante su comparecencia, Llamedo también ha informado sobre el estado del decreto modificativo del Decreto 48/2016, que regula las viviendas vacacionales y las viviendas de uso turístico. El trámite de información pública ha permitido «mejorar el texto» y constatar que la mayoría de alegaciones se concentran «en unos pocos artículos».
Y cierro con una noticia muy triste: uno de cada cinco comercios de Asturias cerró en la última década. El sector pide «acciones urgentes» al encabezar la desaparición de autónomos desde 2015. Uno de cada cinco comercios cerró sus puertas en Asturias en los últimos diez años, según los datos publicados esta pasada semana por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) y que reflejan la pérdida de 3.615 negocios entre octubre de 2015 y el pasado mes. En concreto, a tenor de las cifras de ATA, frente a los 17.498 autónomos que hace una década estaban dados de alta en el sector del pequeño comercio de Asturias, al cierre del pasado mes la cifra se había reducido a 13.883. En términos porcentuales, el retroceso es del 20,7%. Solo en este año 2025 se han dado de baja 523 comerciantes en la región, y desde 2010 no ha habido ni un solo ejercicio en el que no se haya registrado pérdida de autónomos . Los datos recopilados por la asociación indican que el comercio ha sido el sector de la economía asturiana que más autónomos ha perdido en los últimos diez años, seguido por la agricultura, con 2.826 afiliados menos; la hostelería, que ha perdido 1.209, y la construcción, con 850 menos. Por contra, en las actividades relacionadas con la informática y la comunicación han aumentado en 764 (un 82,1% más); en 308 (un repunte del 46,4%) en las vinculadas al sector inmobiliario; y en 496 (un 41%) en el apartado de actividades artísticas y de entretenimiento.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD ACREDITADA PARA CÁTEDRA DE UNIVERSIDAD E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.