Los más ricos controlan más de la mitad de la riqueza

Los mercados de renta variable europeos cerraban la semana con descensos generalizados, los cuales contribuían en gran medida a los descensos acumulados de todo el mes en los que, tras la incertidumbre generada en torno a la situación política italiana, finalmente con la aprobación del presidente Mattarella Guissepe Conte se convertía en el primer ministro de Italia, después de que La Liga y M5S renunciaran a proponer como candidato a ministro de economía al euroescéptico Savona.

En el ámbito político europeo, se han producido notables movimientos que han alterado las primas de riesgo notablemente.

Como sabe, amable lector, en España, después de conocer la sentencia por corrupción de la trama Gurtel, relacionada con el PP, el PSOE proponía una moción de censura contra el PP, la cual finalmente era aprobada y por lo tanto convertía a Pedro Sánchez en presidente del gobierno, gracias a los apoyos de Podemos, ERC, PdeCat, PNV, Compromis, Bildu y Nueva Canarias.

En EE.UU. destacaban los impuestos al acero y al aluminio proveniente de Europa, México y Canadá. A nivel de mercados de deuda, destacaban los repuntes que se producían en la deuda italiana y española. En términos sectoriales, destacaban el sector energético y el de industria básica, mientras que el sector bancario y telecoms sufrían los mayores descensos.

A nivel de bancos centrales, el mes se encontraba marcado por la reunión de la Fed, en la que tal y como se esperaba, mantenía sin cambios los tipos oficiales a la vez que optaba por una postura de tranquilidad y no precipitación hacia los recientes repuntes en la inflación. En cuanto al BCE, distintos miembros del comité intentaban reducir la preocupación sobre la reciente moderación en los datos económicos de la Eurozona. Además, algunos miembros como Francois Villeroy señalaban que el BCE finalizará los APPs este año y que la primera subida de los tipos oficiales llegará trimestres después, nunca años después.

Me parece importante estar muy pendientes de si los riesgos políticos en Italia y España tienen algún impacto en los planes de la autoridad monetaria.

A nivel empresarial llama mi atención que Microsoft supera a Google por valor en Bolsa. El gigante de Internet baja al cuarto puesto en el ránking de las mayores empresas de capitalización del mundo. Primero fue Amazon y ahora es Microsoft. En apenas dos meses, el gigante de Internet Google ha pasado del segundo al cuarto puesto en la clasificación de las mayores empresas del mundo. El grupo informático Satya Nadella acaba de arrebatarle ahora la tercera posición, con una capitalización de casi 753.000 millones de dólares que se queda por encima de los cerca de 738.000 millones en los que se valora Alphabet, la matriz de Google.  Google adelantó a Microsoft en Wall Street en 2012 y, desde entonces, los caminos de las dos compañías han sido dispares. Sin embargo, su evolución ha dado un vuelco en los últimos meses. Mientras Microsoft se ha revalorizado un 13% desde enero, las acciones de Alphabet permanecen planas. La estrategia de crecimiento de los servicios en la nube emprendida por Microsoft parece que está convenciendo a los inversores.

A  nivel doméstico, además del ya mencionado cambio en el escenario político, me parece muy relevante reseñar que España recibirá un 5% más en fondos de cohesión europeos. Ingresará 4.004 millones de euros para el período 2021-2027 y se convierte en el tercer mayor beneficiario de estas ayudas en términos absolutos, por detrás de Polonia e Italia. En efecto, España recibirá 34.004 millones de euros de la política de cohesión europea para el período 2021-2027, un 5% más que en el marco financiero 2014-2020, según la propuesta presentada esta semana por la Comisión Europea (CE) para regular la distribución de esta partida dentro del próximo presupuesto plurianual.  España se llevará en concreto el 10,2% del total de los 330.624 millones de euros (en precios constantes de 2018, sin tener en cuenta la inflación) con que cuenta en total la partida, que ha sufrido un recorte del 5% en comparación con el marco precedente. Esto convierte al país en el tercer mayor beneficiario de estas ayudas en términos absolutos, sólo por detrás de Polonia, que recibirá 64.396 millones, e Italia, que se beneficiará de 38.564 millones. El Ejecutivo comunitario presentó las propuestas legislativas que rigen la atribución de estos fondos, divididos entre Fondos Estructurales y Regionales (200.629 millones para el conjunto de la UE), el Fondo de Cohesión (41.349 millones) y el Fondo Social Europeo (88.646 millones). Bruselas propone introducir nuevos criterios para otorgar estos fondos, destinados a paliar las diferencias socioeconómicas entre los países y regiones de la Unión Europea (UE), que hasta ahora se han otorgado en función del producto interior bruto (PIB), teniendo en cuenta la diferencia entre la media europea y la cifra de la región en cuestión.

A partir de 2021, el PIB seguirá siendo el factor predominante pero se tendrán también en cuenta nuevos criterios ligados a la tasa de paro, en particular el juvenil, la recepción e integración de inmigrantes, el cambio climático y el bajo nivel educativo. Esto explicaría el aumento de los fondos para España, que ha sufrido los efectos de la crisis económica más que otros países comunitarios.

Especial atención me merece el hecho de que el riesgo de la banca española se dispara hasta un 110% en dos semanas. Santander y BBVA son las entidades más penalizadas. La posición en deuda soberana italiana y española y la inestabilidad son indudablemente factores clave. La limpieza acelerada de los activos tóxicos de la banca, las apelaciones al mercado para reforzar los colchones anticrisis o los esfuerzos para apuntalar la solvencia han quedado en nada. La percepción del riesgo del sector financiero nacional ha vuelto a primera línea; no como en el pasado, pero lo suficiente como para enjugar los avances conseguidos durante meses. Así lo piensan los grandes inversores internacionales, que en las dos últimas semanas han puesto a la banca española en la lista de recelos. Los CDS (siglas de credit default swap) están lanzando el mensaje. El coste que tienen en el mercado los seguros para protegerse contra un impago de la deuda de una entidad es la principal medida del riesgo que los inversores atribuyen a las compañías, y los CDS a cinco años de la banca española se han disparado. Lo han hecho sobre todo en las dos últimas semanas, aunque desde finales de enero la tendencia es un hecho. En poco más de cuatro meses, el coste frente al impago de la deuda sénior de Santander y BBVA se ha más que triplicado. En quince días, la subida supera el 100% para el banco vasco y llega al 112% para el cántabro.  Los dos principales bancos españoles han sido los más perjudicados por la nueva percepción de riesgo que está generando el sector financiero nacional y la huida de él que están emprendiendo los inversores. Son las dos mayores entidades del país, las que tienen unos CDS con una negociación más líquida y una mayor exposición a los inversores internacionales, que son los que están protagonizando los movimientos.

Pero no son los únicos damnificados. Los CDS sobre la deuda sénior de Sabadell, Bankia y CaixaBank también han escalado. La subida va del 40% para el primero de estos bancos al 25% del tercero.

Retomo el tema de la distribución de riqueza para comentar que los españoles más ricos controlan más de la mitad de la riqueza. Así, un informe del Banco de España señala que la desigualdad en la riqueza «creció de forma significativa durante la crisis». Los españoles más ricos -aquellos que se encuentran en el 10% más alto de la escala- pasaron de acumular el 44% de la riqueza de los hogares españoles en 2008 al 53% en 2014, según el informe La desigualdad de la renta, el consumo y la riqueza en España recientemente publicado por el Banco de España. Este informe aborda cómo ha afectado la crisis económica a la renta y la riqueza de las familias y cómo esto ha influido en la desigualdad. El documento concluye que la desigualdad en la riqueza «creció de forma significativa durante la crisis», ya que mientras los activos reales, que es donde concentran la riqueza los hogares más pobres, perdieron un 30% de su valor en estos años, los activos financieros, que es donde invierte la población más acaudalada, aumentaron su valor. Esta evolución de la riqueza también supuso una caída del porcentaje de hogares con menor renta que invirtió en activos inmobiliarios, ya que la propiedad de vivienda de este colectivo cayó del 78% al 67% en esos años. El Banco de España apunta que el salario por hora se mantuvo estable durante la crisis, aunque aumentó el paro y se redujeron las horas trabajadas, lo que repercutió en el salario real, que cayó un 30% entre el 10% de la población con menor renta y solo un 5% entre la población con mayor renta. La fuerte destrucción de empleo afectó especialmente a jóvenes con poca formación y antigüedad, tres factores que se dan entre la parte baja de los salarios, el mismo colectivo que más acusó la reducción de las horas trabajadas. El Banco de España constata que entre 2006 y 2014 se redujeron las diferencias salariales por edad y antigüedad, si bien puntualiza que se debe a que los salarios se acercaron a los mínimos establecidos en los convenios colectivos. Frente al aumento de la desigualdad en la renta salarial individual, esta disminuyó en la renta bruta de los hogares, debido fundamentalmente a que las pensiones evolucionaron mejor que los salarios y los hogares con pensionistas están sobrerrepresentados entre los hogares más pobres. La destrucción de empleo incrementó la desigualdad aunque su efecto se vio mitigado por las prestaciones, que pasaron de suponer el 8% de la renta de los hogares más pobres antes de la crisis al 30% en 2014. En cualquier caso, el 20% de hogares con menores ingresos perdió más del 15% de su renta per cápita en estos años, frente al 5% de los más ricos. Aun así, el Banco de España detalla que la crisis económica derivó en una serie de sucesos socioeconómicos: aumento de la tasa de actividad femenina, caída de la tasa de natalidad -los nacimientos pasaron de 44,7 a 39,1 niños por cada 1.000 mujeres-, emigración -casi se duplicó entre extranjeros y se triplicó entre españoles-, retraso en la emancipación de jóvenes o reagrupación familiar por estabilidad de las pensiones. En cuanto al consumo, mientras la población con menor renta lo redujo casi un 15%, la de mayor renta apenas lo hizo en un 5%. El Banco de España también avanza que la desigualdad se ha reducido desde el inicio de la recuperación económica, especialmente en rentas salariales, si bien apunta que la evolución de las horas efectivamente trabajadas ha sido más lenta que la del empleo, por lo que podría constituirse como elemento «persistente».

Los asturianos debemos felicitarnos porque el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa) ha sido reconocida como la mejor agencia de desarrollo regional en Europa. El organismo recibe el premio por su programa para acelerar «start ups» y su apuesta por la I+D. El Idepa ha recibido el premio a la mejor agencia de desarrollo de 2017, un galardón que concede la European Association of Development Agencies (Eurada). Este organismo engloba a las entidades de promoción económica regional que operan en suelo europeo. El jurado ha distinguido al organismo, que depende de la Consejería de Empleo e Industria, entre las 16 candidaturas presentadas por sus buenas prácticas y su orientación innovadora.

Les felicito sinceramente por ello y espero que lleguen muchos premios más para instituciones de nuestra comunidad.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.