DÃa 20. Noche y dÃa
Archivado en (Sin categorÃa) por admin el 11-07-2012
Una marcha nocturna y otra diurna. Pero ambas repletas de ciudadanos que quisieron acompañar a los mineros en su propósito: llegar, primero a Sol, como meta fÃsica del fin de la marcha, y pocas horas después, a la sede de Industria, como objetivo simbólico. En las dos, los mineros contaron con un apoyo que en ningún momento se esperaban mientras hacÃan la marcha. La sensación de que en Madrid no encontrarÃan nada parecido a los recibimientos de Ciñera o La Robla se vino abajo. La entrada en Sol solo puede definirse como triunfal. Las lamparas mineras alumbraron una capital a oscuras.
A las once de la mañana, Colón era un hervidero. La minerÃa era la protagonista, pero muchos colectivos afectados por recortes (sanidad, educación, bomberos, parados), asà como los autobuses procedentes de las cuencas mineras, abarrotaron la Castellana. La marcha negra ya no caminaba sola. Madrid se aprendió el ‘Santa Bárbara bendita’ y lo coreó noche y dÃa.
Sin embargo hubo una cara negra de la marcha, y fueron los enfrentamientos entre manifestantes y policÃas, que se simultanearon con los discursos de los lÃderes sindicales. Como indica Concepción Alonso, minera del Pozo Carrio “yo no me vi afectada, a los de la marcha nos llevaban a todos juntos”. Y los disturbios se produjeron muchos metros atrás.
Ahora, a cada integrante de la marcha minera le queda reposar en su hogar y esperar a que Soria mueva ficha.