El Sporting inicia una nueva temporada que se presenta complicada, sobre todo por cuestiones económicas. Los riesgos asumidos en los dos últimos ejercicios provocaron que sea preciso recaudar por ventas de jugadores en torno a cinco millones de euros. En estos casos, los equipos vienen a por los mejores, por lo que parece claro que la plantilla se debilitará. Sin embargo, el cuadro técnico tiene una confianza plena en que los refuerzos buscados suplan con más garantías a los que se van, aunque los que llegan sean aparentemente más baratos.

Las limitaciones económicas afectarán a la plantilla de jugadores, aunque sea el motor de la sociedad. Para otras parcelas no hay problemas. Parece insólito que el primer equipo, en las circunstancias, actuales, tenga dos entrenadores de porteros, con una incorporación procedente del Avilés. Los responsables explican que el objetivo es aprovechar un mayor número de efectivos en una de las nuevas áreas de Mareo, con un trabajo de tecnificación especial, aunque no hay guardametas en la casa en los que se tenga confianza a corto o medio plazo. Después de Juan Carlos Ablanedo, el portero canterano que más jugó fue Juanjo y el mejor traspasado, Sergio Sánchez.

La nueva temporada comienza con una nómina de 31 técnicos en los equipos de Mareo, más el cuadro técnico del club y los de las dos primeras plantillas. Aparentemente, hay puestos de difícil explicación, sobre todo cuando hay más personal que en la última etapa de Primera División. El anunciado ajuste de gastos sólo es para jugadores.

En el club se observan algunos sectores que tienen gastos superfluos. Es un buen apartado para presentar en la próxima junta de accionistas los costes que ocasionan los prescindibles. Un ejemplo es el funcionamiento del departamento de comunicación, cuyo principal objetivo es tener controlados a los medios. El último patinazo del director de la sección fue desmentir la noticia de la oferta a Casquero, publicada por El Comercio y admitida por el propio futbolista, para lo que utilizó medios afines, a los que dejó con las posaderas al aire. Ahí está el talaverano, de vuelta, tras haberse marchado de vacaciones con la propuesta. Hay más casos que no dejan en buen lugar la imagen del club, pero eso entra dentro el proteccionismo del sector más joven del consejo. Para eso están los amigos.

En este Sporting parece que hay limitaciones sólo para la primera plantilla, con orden de vender todo lo que se pueda. Para lo demás da la sensación de que es Mareo Palace. A ver si entra el balón, que es lo que se necesita.