Brexodus

En esta pasada semana se puede decir que, en los mercados bursátiles, ha habido de todo, como en botica. En EE.UU los datos macroeconómicos publicados parecen reforzar el escenario de una aceleración económica. Tras unos días de publicación de resultados empresariales tanto en EE.UU. como en Europa, las circunstancias, en general, parecen más favorables en EE.UU que en territorio europeo. En Europa, este trimestre está siendo menos espectacular que el anterior. En suelo británico, en el que me encuentro por una buena temporada, el Brexit sigue sin dar alegrías. De hecho, se habla de “Brexodus”, o éxodo de compañías para instalarse en otros lugares, con la que está cayendo. Este Brexodus amenaza con diezmar la City y Fráncfort podría ser el destino de las plantillas de los bancos tras la salida de Reino Unido de la UE. Todos hemos oído hablar de la City. Los que hemos pasado por aquí no podemos olvidar la imagen de los cientos de miles de personas todos los días en Liverpool Station. De las 702.000 personas que trabajan en el sector financiero en Londres, en la City lo hacen 240.000, 77.000 en Canary Wharf y 385.000 en el resto. Unas 143.000 trabajan en más de 500 bancos, 250 extranjeros. El resto, en firmas legales (105.000), consultoras contables y management (254.000), seguros (70.000), fondos de inversión (25.000) y oficinas auxiliares (105.000). Con estos datos y ante un cada vez más confuso resultado de las negociaciones del Brexit, es natural que dentro y fuera del Reino Unido, su impacto sobre el sector financiero sea un tema diario de discusión y sobre todo de decisiones estratégicas a medio y largo plazo de los protagonistas.

¿Es Fráncfort el mejor candidato para el Brexodus? En 18 meses, Deutsche Bank pasará a contabilizar gran parte de sus operaciones de trading y activos de banca de inversiones a su centro contable de Francfort y trasladará unos 4.000 empleos. Aunque se entiende la excitación, soy de las que creo que el impacto real será limitado. Fráncfurt no tiene ni el ambiente internacional y multicultural, ni la flexibilidad y apertura mental e idiomática de Londres. La reubicación del Brexit yo creo que será un goteo, en el que cada banco moverá unos pocos cientos, como mucho. Y se hará poco a poco. Mientras tanto, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, ha reiterado que los bancos no solo deben tener planes de contingencia ante el Brexit sino que deben activarlos. Y piensa incrementarles los requerimientos de capital, insistiendo en que Reino Unido continúa siendo la mejor localización para los inversores en servicios financieros y atrajo 99 inversiones directas extranjeras en 2016.

No solo en el sector bancario, sino también en la aviación, el Brexit está dando pocas alegrías. Ryanair amenaza con irse del Reino Unido si el Brexit rompe el cielo único europeo. O sea, hacer su propio Brexodus. Estos días, Ryanair ha anunciado una oferta de 500.000 asientos de su red europea de vuelos para viajar entre septiembre y enero. La oferta coincide con la presentación de resultados de la mayor aerolínea europea por capitalización bursátil y ha avisado de que abandonará el Reino Unido en el caso de que el Brexit rompa el cielo único europeo. La compañía cuenta con al menos 90 aeronaves instaladas en aeropuertos británicos, que viajan a docenas de destinos dentro del paraguas europeo. Su presidente, Michael O’Leary, ha establecido otoño de 2018 la fecha límite en la que dejará de operar en el Reino Unido en caso de que no haya acuerdo. El magnate ha confirmado además su interés en Alitalia, pero ha matizado que solo la concretaría si se reestructura la aerolínea para hacer frente a varias dificultades y se elimina la influencia del gobierno italiano. A pesar de los buenos resultados de Ryanair, ha sufrido caídas en Bolsa. En general,  el sector en Europa ha experimentado caídas. Por otro lado, la británica Easyjet abre filial en Austria para asegurar su negocio en la UE tras el Brexit. La sede central y la cotización bursátil del grupo se mantendrán en Londres. Easyjet es la única de las grandes compañías aéreas europeas que consolida sus resultados en libras y una de las que mayor dependencia tiene del mercado británico. Con esta decisión, comienza a escapar de los posibles efectos del Brexit sobre el sector aéreo europeo, anunciando una especie de petición de asilo a Austria, con la solicitud del Certificado de Operador Aéreo (AOC por sus siglas en inglés) a Austro Control y de la licencia de operador en el país al Ministerio austriaco de Transporte, Innovación y Tecnología. Con la luz verde de Austria, la low cost británica lanzará una nueva aerolínea, Easyjet Europa, con sede en Viena. La dirección del grupo aéreo puntualiza que este nacimiento supondrá la creación de puestos de trabajo en Austria, pero descarta la deslocalización de empleos de Reino Unido.

A nivel nacional yo destacaría, amable lector, un par de noticias positivas. La primera es la mejora del déficit, dado que la evolución del mismo mantiene su senda positiva en las grandes cifras y sigue sin despejar dudas en algunos detalles. Así, el desfase entre ingresos y gastos del Estado se situó en el primer semestre en los 13.252 millones, lo que supone una mejora del 38% respecto al mismo periodo del año pasado gracias a la fortaleza de los ingresos tributarios. Esto supone que el déficit representa el 1,14% del PIB, una reducción de 0,79 puntos porcentuales sobre 2016, según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda. Una mejora que, sin embargo, no impide que la administración central ya haya superado el objetivo del 1,1% contemplado en el Plan de Estabilidad. Sin embargo, el propio Ejecutivo ya había previsto este desfase y en un comunicado posterior a Bruselas elevó el margen al 1,5%.

Por otro lado, me ha parecido relevante que la agencia de calificación Fitch mantenga la nota de España en aprobado alto (BBB+), pero mejorando la perspectiva. La agencia de calificación de riesgo abre la puerta a una subida de nota en futuras revisiones. Fitch justifica el cambio de perspectiva en la buena evolución de la economía, cuya recuperación sigue siendo sólida, y de la creación de empleo, lo que le ha llevado a elevar su previsión de crecimiento para este año hasta el 3,1 %. En el plano político, Fitch contempla que la tensión con Cataluña crezca en los próximos meses sin que eso derive en cambios significativos para la economía española, y duda de que la consulta independentista vaya a celebrarse, lo que cree que traerá consigo un adelanto de las elecciones autonómicas. A más largo plazo, la agencia asume que terminará habiendo un acuerdo con Cataluña que dará más autonomía a esta comunidad dentro de España, aunque reconoce que esta negociación será un reto.

A nivel bancario, creo que merece mención que la Unión bancaria europea, lanzada en 2012 para la eurozona, que despierta cada vez más el interés de países de fuera del bloque, está siendo sometida a la mayor transformación desde la crisis financiera, no solo en lo que respecta a la estructura económica de Europa, sino a su economía política. En cuestión de semanas, hemos asistido a la rápida intervención de los bancos fallidos en España e Italia. La actuación pone de manifiesto cuánto ha transformado la unión bancaria el sector financiero europeo.

La unión bancaria se aprobó durante una cumbre que tuvo lugar en junio de 2012, y se basa en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, el requisito de que los acreedores de los bancos asuman las pérdidas de sus inversiones para proteger a los contribuyentes frente a los riesgos asumidos por los banqueros. Y, en segundo lugar, elevar los poderes reguladores de un nivel nacional a un nivel europeo. Estos poderes centralizados quedaron en evidencia en la resolución del caso de Banco Popular y de las dos pequeñas entidades del Veneto en Italia. En ambos casos, el BCE obligó a las autoridades de España e Italia a permitir la caída de los bancos. Otra institución supranacional, el Comité Único de Resolución, ordenó a España dejar a Popular en manos de la legislación europea. En el caso de los bancos del Veneto, ordenó que las entidades se liquidasen conforme a las normas de insolvencia italianas. En el caso de España, el problema del banco se resolvió sin que los contribuyentes se vieran en ningún modo involucrados. España ha demostrado estar mucho más dispuesta a asumir los cambios culturales que representa la unión bancaria que Italia. Las reformas no están exentas de repercusiones. Por suerte,  espero que veamos lo que significará para bien de todos, la unión europea en todos los sentidos: bancaria, financiera, fiscal y política con todas sus consecuencias. En el mundo actual y futuro sólo hay una manera de ser competitivos y, a mi juicio, estimado lector, es estar unidos como un estado único.

Por último y en relación con la intervención del Popular, o como consecuencia de ella, me alegro sinceramente de que Santander haya  cerrado con absoluto éxito la ampliación de capital con la que asumirá la compra de Popular. Ha logrado una demanda de 8,2 veces el importe colocado. En total, la cuantía solicitada en acciones ha ascendido a 58.000 millones de euros, cuando la ampliación ha sido de 7.072 millones de euros, gracias a la venta de 1.458 millones de acciones nuevas que comenzarán a cotizar el próximo lunes 31 de julio. La respuesta del mercado, tanto nacional como internacional, ha sido espectacular y esto no es más que el reflejo de la confianza que existe en su equipo gestor. La ampliación se ha hecho a 4,85 euros por acción, y para acceder a ese precio con descuento se necesitaban 10 derechos. El precio suponía una rebaja del 17,75% respecto a la cotización a cierre del 3 de julio. A los accionistas les fue entregado un derecho por cada título el pasado 10 de julio. Fuentes conocedoras de la operación indican que además de inversores de Reino Unido, Europa y Estados Unidos, han entrado institucionales de Asia y Oriente Medio.

A mi juicio, todo esto son buenas noticias no sólo para el Santander, sino para el sector bancario nacional.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.