Jaleo bancario y legal: mi humilde opinión

La semana comenzaba con la entrada en vigor de las sanciones a Irán por parte de EE.UU., las cuales tensionaban al Brent hasta los 89 $/barril la semana previa. Si bien el permiso temporal que Trump concedía a los ocho mayores importadores de petróleo iraní, la mayor oferta rusa y saudí y la intención de Iraq de incrementar su output para el próximo año, eran factores que presionaban al precio del crudo a la baja hasta situarlo en los 70 $/barril al final de semana. A su vez, el presidente americano perdía el control del congreso en favor del partido demócrata tras las elecciones del pasado martes, hecho esperado por el mercado.

En lo relativo a la política monetaria y bancos centrales, se celebraba la reunión de la Fed, que tal y como se esperaba mantenía sin cambios las políticas monetarias, apuntando a diciembre de cara a una nueva subida del tipo oficial apoyada en el sólido crecimiento económico y mercado laboral. En efecto, La Fed deja los tipos sin cambios y prepara nuevas subidas. La Reserva Federal ha dejado los tipos de interés de Estados Unidos en la horquilla de entre el 2% y el 2,25% en el que quedaron fijados el pasado septiembre. No estarán ahí, sin embargo, por mucho tiempo. La Fed ha subrayado la fortaleza de la economía del país, lo que anticipa un nuevo incremento antes de que acabe el año. El siguiente encuentro de la Fed está programado para el 18 y el 19 de diciembre. De aplicarse la subida, como parece probable sería la cuarta del año y la octava desde diciembre de 2015, cuando Janet Yellen, expresidenta del banco central americano, comenzó a encarecer el precio del dinero. Desde entonces, las tasas no se habían incrementado a un ritmo tan intenso. Sin embargo, el equipo que ahora lidera Jerome Powell tiene pocas excusas para no seguir subiendo los tipos. La economía crece por encima del 3%, el mercado laboral sigue creando empleo, la tasa de paro se sitúa en el nivel más bajo en casi medio siglo, los salarios están aumentando al mayor ritmo desde 2009 y la inflación se encuentra consolidada en el entorno del 2%. Además, la incertidumbre de las elecciones de mitad de mandato ya se han despejado y los mercados están recibiendo con tranquilidad la división del Congreso de Estados Unidos, cuya Cámara de Representantes estará a partir de enero controlada por los demócratas y el Senado, por los republicanos. Los miembros de la Fed que han decidido los incrementos más recientes han aprobado las alzas por unanimidad, y no parece que el consenso vaya a romperse. Ni siquiera por la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha criticado abiertamente la estrategia monetaria de la Fed ante el temor de que implique una ralentización del crecimiento. Tras las elecciones de mitad de mandato, Trump necesita más que nunca el viento favorable de la economía para facilitar su reelección en 2020, por lo que es muy probable que los ataques al equipo de Powell se intensifiquen. A medio plazo, la Fed podría encontrarse también con presiones del mercado. Nick Watson, gestor de fondos de Janus Henderson, pronostica que «la división entre la Cámara de Representantes y el Senado puede contribuir a un enfriamiento de la tasa de crecimiento, lo que podría reducir lentamente las presiones generadas por mayores expectativas de tasas de interés, el aumento de los rendimientos de los bonos y la reciente fortaleza del dólar».

Por su parte, el FMI advierte del riesgo de contagio de Italia a las economías europeas. El Fondo Monetario Internacional ha mostrado su preocupación ante el riesgo de contagio «notable» de la crisis italiana a aquellas economías europeas en peores condiciones macroeconómicas y menor margen fiscal. Hasta ahora, los efectos indirectos en otros mercados han estado bastante controlados, pero hay una apreciable incertidumbre y el contagio de futuras tensiones podría ser notable, especialmente para las economías con fundamentales macroeconómicos más débiles y limitados colchones fiscales». En su análisis sobre la evolución de la economía de la UE, la institución internacional ha advertido de que los riesgos para las expectativas «se han incrementado», señalando que, en el corto plazo, la escalada de las tensiones comerciales y un marcado endurecimiento de las condiciones financieras globales podrían socavar la recuperación. Asimismo, en el medio plazo, el FMI apunta que los riesgos derivan del aplazamiento de los ajustes fiscales y de las reformas estructurales, así como de los retos relacionados con la demografía, la desigualdad creciente y el debilitamiento de la confianza en las políticas tradicionales. En el caso de Italia, los últimos pronósticos de crecimiento del FMI prevén un ritmo de expansión del 1,2% este año y del 1% en 2019, que se relajaría al 0,9% un año después, frente a los pronósticos del pasado abril, cuando anticipaba un crecimiento del 1,5% y del 1,1% para 2018 y 2019, respectivamente.

En cuanto al BCE, el ex vicepresidente Constancio señalaba que Bruselas no tiene poder ante los presupuestos italianos, hasta que haya una crisis de deuda forzada por los mercados.

En el ámbito doméstico, Felipe VI haciendo su trabajo y pujando por su país, al afirmar que  nuestra economía  «sigue mostrando signos de fortaleza suficientes». El Rey ha afirmado que «los distintos ritmos del crecimiento, el euroescepticismo y otros factores» representan «elementos de incertidumbre» en la actualidad, pero ha subrayado que la economía española «sigue mostrando signos de fortaleza suficientes». El jefe del Estado ha presidido la Noche de la Economía Valenciana, en el Palau de les Arts después de haber participado en la entrega de los Premios Rey Jaime I en la capital valenciana.»El rigor y el pragmatismo son siempre buenos consejeros a la hora de encarar un futuro forzosamente complejo. Los distintos ritmos del crecimiento, el euroescepticismo y otros factores son, sin duda, elementos de incertidumbre que no pueden obviarse», ha afirmado don Felipe. No obstante, se ha congratulado de que España siga «liderando el crecimiento entre las principales economías europeas» y exhibiendo «signos de fortaleza suficientes». De igual modo, ha subrayado que el empresariado español ha demostrado «con creces su capacidad para compensar con esfuerzo y audacia circunstancias a veces adversas» y ha calificado a la clase empresarial valenciana como «una de las más dinámicas y que de un modo más decisivo» contribuyen al desarrollo del país. Junto a don Felipe han estado el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y el máximo responsable de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata.

También a  nivel doméstico, lo más destacado que cabe comentar es que el TS fallaba a favor de la banca sentenciando que será el cliente quien tenga que seguir pagando el impuesto sobre los AJD, pero dos días más tarde, Pedro Sánchez aprobaba un decreto ley que obligaba al sector bancario a correr con el coste. En este contexto, los principales índices europeos retrocedían al final de la semana, registrando pérdidas muy destacadas, que oscilaban entre el 2% y el 7%. Me parece totalmente comprensible esta reacción porque la situación es indeseable desde todos los puntos de vista: por la parte de la falta de seriedad que parece mostrar algo que yo considero muy serio, que es la justicia, y la necesaria seguridad jurídica en una democracia y una economía de mercado; también por la parte de la intervención del Estado en este tema del modo que lo ha hecho, y finalmente porque al final, aunque las entidades bancarias vayan a correr con el coste, lo repercutirán de otra manera y, a la postre, lo pagará el cliente, e incluso hasta puede que saquen más los bancos. Toda una cadena de errores, uno detrás de otro que creo que perjudica muchísimo la imagen de nuestro país, y dice muy poco de la necesaria seguridad jurídica en un estado de derecho y la solvencia del sistema judicial.

Siguiendo con este tema, que va para largo, hay cálculos que señalan que los españoles se ahorrarán más de mil millones con el cambio de la ley hipotecaria. Estimaciones realizadas llevan a pensar que la banca deberá hacerse cargo del pago de cerca de cien millones al mes. No cabe duda que la decisión del Tribunal Supremo de liberar a la banca del pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), un giro que cogió por sorpresa a las distintas partes implicadas, y el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que sea el sector financiero el que se haga cargo desde ahora del abono tributario, suponen un episodio más en la controversia que vive el mercado hipotecario español desde hace una década, cuando estalló la crisis que sacudió los cimientos de la economía nacional.

El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calcula que los nuevos firmantes de hipotecas se ahorrarán cada año más de 1.100 millones de euros una vez se apruebe el decreto ley del Gobierno sobre los cambios en el IAJD, cifras que coinciden con las que manejan otros expertos. Se calcula que el nuevo cliente hipotecario podría ahorrarse algo más de 2.000 euros. Teniendo en cuenta que el ritmo mensual de firma de hipotecas es de 40.000 nuevos contratos, se estima que la banca deberá hacerse cargo del pago de cerca de cien millones al mes. En la firma de una hipoteca, el IAJD supone el 70% de los gastos de constitución de la misma, que también incluyen otros conceptos como notaría, registro, tasación y gestoría. Lo paga el cliente y lo recaudan las haciendas autonómicas, ya que actualmente estos tributos están transferidos a las comunidades. La cantidad, que se abona de una sola vez cuando se rubrica el contrato, depende de cada territorio, ya que los gravámenes son distintos. Por ejemplo, para una hipoteca media de 100.000 euros a 25 años, el IAJD supone en la Comunidad de Madrid – una de las que aplican un tipo impositivo más bajo – un desembolso inmediato en Madrid de 1.200 euros, mientras que en Andalucía, donde está en vigor el porcentaje más alto, alcanza los 2.250 euros.

Como siempre, divergencias en los pagos fiscales según donde se tribute y, como siempre, a pesar de los cálculos anteriores, yo creo que lo acabará pagando el cliente porque se repercutirá por otro lado. Y si no, al tiempo.

Tengo que terminar, amable lector, con una mala noticia a nivel local: el sueldo medio de los asturianos queda estancado por segundo año. La región es la quinta del país con el promedio más alto de la retribución bruta del trabajo. De hecho, el salario medio de Asturias es de 1.958,3 euros brutos al mes, el quinto más alto entre las comunidades autónomas, frente a una media nacional de 1.889 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuyos datos reflejan que el sueldo medio de los asturianos se ha mantenido estancado durante los dos últimos años: fue de 1.957 euros en 2015 y 2016 y subió sólo unos céntimos en 2017. El País Vasco, con un salario medio bruto de 2.208 euros, es la comunidad en la que los sueldos fueron más altos, seguida de Madrid (2.191 euros) y Navarra (2.177 euros). A escala nacional, el 30% de los asalariados (4,7 millones) ganaron menos de 1.230,9 euros brutos al mes en 2017, mientras que el 40% (6,2 millones) obtuvo remuneraciones de entre 1.230,9 y 2.136,3 euros brutos mensuales y el 30% restante (4,7 millones de asalariados) cobró un sueldo superior a 2.136,3 euros al mes. De acuerdo con esta estadística, un total de 3,1 millones de asalariados (el 20%) ganaron menos de 1.001,8 euros brutos al mes durante el año 2017. De ellos, en torno a 1,57 millones de trabajadores ganaron menos de 717,2 euros mensuales. Por sexos, el 15,1% de las mujeres ganaron menos de 717,2 euros y el 13% percibió un sueldo bruto de entre 717,2 y 1.001,8 euros al mes. En los hombres, estos porcentajes descienden hasta el 5,3% y el 7,3%, respectivamente.

Nuevas malas noticias para nuestra tierra asturiana que me duelen especialmente por ser asturiana.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.