Mujeres enmendando la plana

Los principales selectivos de renta variable europeos caían durante la semana afectados por las tensiones derivadas de la guerra comercial, el impeachment a Trump y la incertidumbre sobre el Brexit. En lo relativo a la guerra comercial, Trump agitaba la semana con un duro mensaje sobre las prácticas comerciales de China, así como su objetivo de conseguir cambios estructurales en unas relaciones que considera abusivas. Sin embargo, las declaraciones de ambas partes a final de semana invitaban al optimismo, con EE. UU. alabando las señales que estaba dando el país asiático, en relación con la relajación de China sobre los aranceles de soja, y con China declarando su intención de realizar más compras en EE.UU. En la actualidad, las miradas están puestas en las reuniones de primer nivel que podrían darse entre el 10 y 11 de octubre en Washington. En lo relativo a la política de EE.UU, lo más destacable es que  el Congreso de EE UU baraja iniciar un ‘impeachment’ contra Trump.

«El presidente debe rendir cuentas; nadie está por encima de la ley», afirma la líder de la Cámara Nacy Pelosi. La oposición demócrata anunció que abrirá una investigación de juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por haber traicionado la seguridad nacional, tras la revelación de que bloqueó fondos de asistencia a Ucrania y de que habría coaccionado a Kiev para que se investigase al ex vicepresidente Joe Biden y a su familia. La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, fue la encargada desde el Congreso de anunciar y justificar la polémica medida tomada por los legisladores liberales. Se necesitaría contar con 218 votos, la mayoría simple, de la Cámara de Representantes, controlada por los progresistas, para iniciar el procedimiento. No obstante, el predominio republicano en el Senado, que debe también aprobarlo, supone que la iniciativa no saldría adelante. A pesar de que hasta ahora Pelosi se había mostrado reticente al juicio político por considerarlo «extremadamente divisivo», la líder demócrata consideró que los «hechos» acreditan la decisión tomada.

En cuanto a la Reserva Federal,  la vicepresidenta de la FED ve que las expectativas de inflación están ahora en línea con los objetivos de precios de la autoridad monetaria, de ahí que vea que no hay una necesidad inmediata a proceder con mayores bajadas de tipos.

No olvido por supuesto el Brexit para comentar que Londres retomaba la actividad parlamentaria tras la decisión judicial de levantar la suspensión y reabrir el funcionamiento de las cámaras. En esta línea, el Primer Ministro Boris Johnson retaba al parlamento a que presentara una moción de censura de no confianza y convocar elecciones, o dejarle hacer al gobierno en la gestión del Brexit. Mientras, Juncker advertía que acuerdos de libre comercio como los que Reino Unido persigue han llevado años de negociación. En lo que compete al BCE tenemos mujeres enmendando la plana.  Botín ha dicho en la City que las medidas del BCE no están funcionando, como refiero en el título del blog, en el día de hoy.

Así, la presidenta del banco español afirma que la política de tipos bajos o negativos, además de dañar la rentabilidad de las entidades, no estimula la economía europea.

Tras varios años de ausencia, Ana Botín acudió a la conferencia anual con inversores del sector financiero europeo que Bank of America Merrill Lynch organiza cada año en Londres.

Durante su intervención, la presidenta de Santander fue directamente a responder las preguntas de los analistas de la entidad estadounidense y de los doscientos inversores de la City londinense, sin exponer inicialmente la presentación que el banco distribuyó en su página web. Uno de los gestores de fondos interrogó a la presidenta de Santander sobre las últimas medidas del Banco Central Europeo (BCE), que sigue bajando los tipos de interés y lanzando programas de compra de deuda para estimular la economía. En su respuesta, Botín afirmó que las medidas del organismo que preside Mario Draghi no están funcionando. En su opinión, no solo están dañando la rentabilidad de los bancos al bajar el precio de los créditos. Además, tampoco están favoreciendo el conjunto de la economía ni la estabilidad financiera. La presidenta de Santander señaló que una prueba de que esta política monetaria no está logrando su objetivo, y falla su transmisión a hogares y empresas, es que sigue sin crecer la demanda de crédito en Europa. Dijo que incluso los consumidores están ahorrando más en lugar de endeudarse pese a los tipos ultrabajos, quizá porque estas medidas envían una señal de débil situación económica que reduce la confianza. Ana Botín advirtió de que respeta la labor de las autoridades monetarias, y sugirió que quizá haya otros motivos que justifican sus decisiones, pero reclamó a los inversores presentes que también manifiesten a los reguladores sus dudas sobre la efectividad de las herramientas que utilizan el BCE y otros organismos. Ante este entorno de tipos bajos, que estrechan los márgenes de los bancos, Botín recordó en la charla que Santander ya no es un banco español, es medio europeo y medio americano, con una diversificación geográfica que le da más resistencia ante los cambios de ciclos económicos y monetarios. La presidenta mostró más confianza en el crecimiento de América que en el de Europa, donde el principal foco de la entidad es reducir costes. Una de las ideas que tiene Santander para crecer en Latinoamérica es expandir el negocio de financiación al consumo desde Brasil hacia Perú y Colombia, pese a que el banco no tiene redes de sucursales para el público en estos dos países. Se trata de un modelo de expansión similar al que desarrolla OpenBank en el área de banca minorista digital en Europa, con su reciente entrada en Alemania. En la conferencia, Ana Botín no quiso entrar a hablar de las circunstancias macroeconómicas o políticas de Reino Unido generadas por el proceso del Brexit. Pero sí comentó que las últimas normativas, que obligan a tener más capital en el negocio minorista a las entidades británicas, han dado una clara ventaja competitiva a los cuatro grandes grupos del mercado (Lloyds, RBS, Barclays y HSBC), que están siendo más agresivos y estrechando los márgenes del sector. Las autoridades deberían mirar esta situación, comentó. Pese a este difícil entorno, Ana Botín manifestó su compromiso por seguir en el mercado británico. Buena parte de los mil millones de euros anuales en ahorros que quiere obtener Santander en Europa deben llegar de Reino Unido. El banco acaba de provisionar 1.500 millones de euros para reflejar las peores perspectivas de rentabilidad de su filial.

Además de esto, de estas afirmaciones de Botín, se ha producido la dimisión de una consejera alemana del BCE crítica con el rumbo de Draghi.

La alemana Sabine Lautenschläger ha decidido dimitir de su cargo en el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), según confirmó la autoridad monetaria. La banquera central, de 55 años, que tenía un mandato vigente hasta enero de 2022, ahora abandonará su cargo el mismo día que acaban los mandatos del presidente del BCE, Mario Draghi y su compañero en el Comité Ejecutivo Benoît Coeuré. Lautenschläger había sido uno de las voces críticas del BCE contra el paquete de estímulos que aprobó la entidad en su reunión de enero. «Me preocupa fijar incentivos equivocados a los gobiernos si reiniciamos el programa de compra de activos y adquirimos más bonos soberanos. Lo que hace falta son reformas estructurales que fomenten el crecimiento sostenible», aseguró dos semanas antes de que el BCE decidiera nuevos estímulos.

Cambiando de tercio, del bancario al empresarial, se dice que torres más altas cayeron pero para la historia de las quiebras empresariales, queda Thomas Cook que va a la bancarrota y deja en el aire siete millones de viajes anuales a España. Los gobiernos británico y alemán deberán repatriar a 600.000 turistas del grupo de destinos como Canarias . El consejo de administración de Thomas Cook, el grupo turístico más antiguo de Reino Unido, ha decidido iniciar un proceso de administración concursal de la compañía con vistas a su liquidación, al no poder afrontar las demandas de sus acreedores para reforzar su liquidez de manera urgente. La compañía informó de su entrada en insolvencia, y del nombramiento de la firma Alix Partners como administradora del grupo durante el proceso de liquidación. De manera inmediata, la empresa ha cancelado sus reservas, sus tiendas han sido cerradas y sus aviones han quedado aparcados. «Pese a un esfuerzo considerable», dijo la empresa, «no queda otro remedio que ir a una liquidación voluntaria con efecto inmediato».

La insolvencia de la compañía obligará a los reguladores de Reino Unido, Alemania y otros países a organizar la repatriación de unos 600.000 clientes que Thomas Cook tiene en diferentes destinos turísticos, entre ellos las islas Canarias. Además, salvo que algún inversor decida comprar los activos del grupo durante el concurso, quedan en el aire unos siete millones de viajes que el grupo organiza cada año a España desde el norte de Europa, a través de su agencia de viajes y su aerolínea. Cientos de hoteles españoles en las costas mediterráneas, Canarias y Baleares venden cada año parte de su capacidad a Thomas Cook.  La mayoría de los contratos para el verano de 2020 no están firmados, con lo que los hoteleros tendrán tiempo para encontrar otras alternativas. Muchos de los clientes de Thomas Cook optarán por competidores como TUI, o bien por organizar sus viajes a través de Internet. El impacto a más corto plazo, en la temporada invernal, lo pueden notar los alojamientos en Canarias que sí tienen ya reservadas habitaciones para Thomas Cook. La empresa británica también gestiona de forma directa algunos hoteles en España. La bancarrota se produce después de que la empresa no encontrara los 200 millones de libras (226 millones de euros) de liquidez que le pedían sus acreedores para suscribir un plan de reestructuración del grupo. Esos 200 millones se sumaban a los 900 millones de libras que ya había aceptado aportar Fosun, primer accionista de Thomas Cook, junto a otros acreedores. A cambio, Fosun iba a quedarse con el control del touroperador del grupo y un 25% de la aerolínea, con el resto del capital pasando a manos de los bancos y bonistas. Fosun, igual que los bancos y algunos fondos de inversión, no han querido poner esos 200 millones adicionales, y tras una reunión celebrada en Londres, en las oficinas del bufete Latham & Watkins, la empresa ha optado por ir al concurso de acreedores, que hizo oficial en la madrugada del pasado lunes. El Gobierno británico tampoco quiso rescatar al grupo, al entender que se trata de un negocio privado. En todo caso, el coste de la repatriación de los 150.000 clientes británicos que ahora están de vacaciones puede exceder esos 200 millones de libras, que según algunos medios podría incluir pagos pendientes a hoteles. El regulador aéreo de Reino Unido está en alerta para organizar el regreso de los viajeros, en un plan que ha sido bautizado como Operación Matterhorn. Se espera que los accionistas de Thomas Cook pierdan toda su inversión. Los acreedores podrán recuperar parte de su deuda con los posibles ingresos por la venta de activos. La aerolínea alemana Condor especialmente podría interesar a algunos competidores. El Brexit y la depreciación de la libra, el auge de las reservas de viajes por Internet y la fuerte competencia en destinos como España ha hecho tambalearse el negocio tradicional de Thomas Cook, que arrastra 1.700 millones de libras de deuda y tiene 563 agencias en las calles británicas. La empresa fue fundada hace 178 años emplea a unos 22.000 trabajadores. Entre los principales acreedores figuran los bancos británicos RBS y Lloyds. A principios de este año, CaixaBank acordó prestar 51 millones de euros a Thomas Cook para invertir en hoteles en España.

A nivel doméstico, es destacable que los bancos españoles se sitúan entre los que más cobran por sus depósitos a empresas en la UE. El supervisor desvela que el sector aplica tipos negativos desde enero. La banca advierte de que la información sobre préstamos corporativos es «errática». Los bancos españoles cobraron el pasado mes de julio un tipo de interés negativo del 0,09%, de media, por aceptar los depósitos de empresas y sociedades no financieras en general. Así lo indican las cifras del último Boletín Estadístico del Banco de España, que muestran también que las entidades bancarias españolas ya llevan al menos desde enero cobrando unos intereses medios que van desde el -0,02% hasta el -0,16% por depositar los ahorros y excesos de liquidez del sector corporativo. El pasado 30 de agosto, el departamento de análisis de la institución gobernada por Pablo Hernández de Cos llevó a cabo una actualización de su estadística sobre tipos de interés aplicados a los depósitos corporativos debido a la entrada de «nuevos flujos de información que obligaron a revisar la serie», que hasta el Boletín Estadístico de julio venía reflejado unos tipos positivos por los depósitos de las empresas en España. Por el momento, la revisión retrospectiva de esta estadística por parte del Banco de España solo se ha remontado hasta enero, pero fuentes del supervisor bancario advierten de que a la luz de la nueva información recibida podría haber futuras actualizaciones yendo más atrás en el tiempo. Con estos tipos publicados por el supervisor, la banca española se sitúa a la cabeza de la Unión Europea, solo por detrás de la de Luxemburgo, como el sector bancario que mayores intereses está cobrando a las empresas, según reflejan las estadísticas oficiales agrupadas por una de las principales entidades en España. Desde la banca española reconocen que las empresas grandes llevan meses pagando por sus depósitos, sobre todo cuando se trata de puntas de tesorería.  Sin embargo, se tratan de matizar estos datos, ya que consideran que los tipos de interés medios en el segmento de crédito a sociedades no financieras no reflejan de forma adecuada la realidad de estos préstamos. La información es muy errática y se basa en medias con una deficiente ponderación, lo que en la práctica provoca que una sola gran operación de una entidad pueda desdibujar toda la estadística», según alguno de los principales bancos españoles, que añaden que existe además una fuerte heterogeneidad en los datos aportados por cada entidad, de forma que ni su comparabilidad ni su agregación son perfectas.

Ante la aparente paradoja de que los tipos aplicados al stock de depósitos suben mientras están cayendo los de las nuevas operaciones, soy de los que piensan que los tipos negativos aplicados en realidad a la mayoría de empresas en España no son tan bajos como indica la media sectorial publicada por el supervisor.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.