Bienvenido Sr. Amazon a la Patria Querida

Esta semana se han producido fuertes subidas de las bolsas europeas apoyadas en los buenos resultados empresariales que hemos conocido en la semana y en las expectativas sobre el positivo impacto que el plan de estímulos de EE.UU. pueda tener en la economía americana. Por su parte, se acogían con optimismo las nuevas noticias sobre Italia, donde Mario Draghi aceptaba el mandato de intentar formar un nuevo gobierno y evitar un adelanto electoral. Por otro lado, tras la fuerte volatilidad provocada con el squeeze de las posiciones cortas la semana pasada, esta semana veíamos menos movimiento. A nivel macro, el informe de empleo de EE.UU. dejaba datos mixtos, con menor ritmo de creación de empleo del esperado. En los mercados de deuda, veíamos un repunte de las TIRs de deuda del núcleo y una caída de la prima de riesgo de Italia. En empresas, subidas sectoriales generalizadas con foco en la temporada de resultados, que está sorprendiendo al alza. El Brent acumula una subida en la semana del 6% (y de 14% en el año), situándose por encima de 59 $/b apoyado en la confianza en la disciplina de la OPEP+ para ir logrando la reducción de stocks.

En el inevitable tema del coronavirus, con el aliento que está dando el control de la pandemia en EE.UU. tras tres semanas de reducciones de contagios desde el pico de primeros de enero, hay mucha expectación en las próximas semanas por la celebración de este fin de semana de la Super Bowl. Mientras en Europa, Francia descarta nuevos confinamientos, pero advierte que no se pueden levantar restricciones, en la misma línea en la que se pronuncian Alemania e Italia, y con el foco puesto en poder agilizar el ritmo de suministro de vacunas. Reino Unido arranca un estudio para ver la inmunidad y los efectos adversos que tendría la combinación de vacunas de distintos fabricantes, una práctica que daría mucha mayor flexibilidad a los sistemas sanitarios para acelerar el proceso. Se espera que el estudio aflore resultados para el mes de junio.

Pasando al tema bancario, le comento la cara y la cruz del euríbor en negativo durante cinco años. El 5 de febrero de 2016 bajó del umbral del cero por primera vez al marcar el -0,002% y ahora se sitúa en el -0,5%, beneficiando a hipotecados y perjudicando los márgenes de la banca También era viernes el 5 de febrero de 2016. Hace justo cinco años, el euríbor a 12 meses, el que se utiliza para el cálculo del grueso de las hipotecas variables en España, entró en negativo por primera vez en su historia. Marcó el -0,002% y cerró el mes en el -0,008%. Sorprendió a propios y extraños en un movimiento que iba a anticipar otro hecho sin precedentes: la rebaja de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) al mínimo histórico del 0% apenas un mes después. No ha vuelto el euríbor a tasas positivas desde entonces y no se han movido las tasas rectoras. La evolución del índice hipotecario ha ido prácticamente en paralelo a las medidas de estímulo económico del BCE, dirigidas sobre todo a fomentar la financiación a familias y empresas y reactivar la inflación, y su trayectoria descendente le ha llevado a registrar mínimos históricos casi a diario hasta anclarse actualmente en niveles del -0,5%, algo que también ha dejado asombrados a los analistas. Durante este lustro, el euríbor ha beneficiado claramente a los tenedores de hipotecas a tipo variable, que han visto cómo sus préstamos se han abaratado, salvo repuntes puntuales. Mientras, la banca ha sido la gran perjudicada, al reducirse notablemente su margen de intereses. La solución del sector fue rescatar y hacer más atractivas las hipotecas fijas, así como vincular más al cliente para arañar rentabilidad. Son la cara y la cruz del euríbor en negativo durante los últimos cinco años. La tendencia a la baja del euríbor refleja el laxo equilibrio del mercado interbancario tras varios años de tipos de interés negativos y amplios paquetes de expansión monetaria en la eurozona.  Se han producido caídas sin freno que han situado al euríbor por debajo incluso de la barrera del -0,5% que marca la tasa de depósito del BCE, que es el interés que cobra la institución a los bancos por aparcar sus reservas de liquidez. La gran incógnita es si el euríbor ha encontrado ya su suelo.

A nivel doméstico, todo malas noticias empresariales. 

El Covid se llevó por delante 204.000 empresas y 323.000 autónomos hasta final del verano. La crisis originada por la pandemia del Covid se llevó por delante 204.830 empresas con al menos un trabajador en plantilla y 323.778 trabajadores autónomos entre el primer y tercer trimestre de 2020, según una estadística experimental sobre demografía de empresas publicada esta semana por el Instituto Nacional de EstadíStica (INE). En concreto, de las 1.190.870 empresas con empleados que había a principios de 2020, el 17,2% (204.830 empresas) no logró sobrevivir a finales del tercer trimestre. En el caso de los autónomos, de los casi 3 millones que se contabilizaban a 1 de enero del año pasado, el 10,8% se quedó por el camino pasados nueve meses. Estadística constata que el recurso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) contribuyó a mejorar la supervivencia de las empresas. De las empresas existentes a 1 de abril, lograron sobrevivir el 98,7% de las que se habían acogido a un ERTE en el primer trimestre, frente al 95,3% de las que no recurrieron a esta medida. De las existentes a 1 de julio, el porcentaje de supervivencia de las empresas que utilizaron un ERTE fue del 97,7%, frente al 94,6% de las que no se acogieron a esta herramienta. Así, según el INE, la contribución de los ERTE a la supervivencia de las empresas ha representado un diferencial de al menos tres puntos respecto a la población no acogida a este instrumento. La incidencia más importante de los ERTE se produjo en el primer trimestre, cuando el 22,7% de las empresas tenían al menos un asalariado en ERTE. Este porcentaje se redujo hasta el 15,6% en el segundo trimestre y subió hasta el 16,3% en el tercero.

Cambiando de tercio, Escrivá fija el complemento de maternidad de la pensión en 378 euros por hijo al año y lo generaliza. Las mujeres con un hijo podrán acceder a esta mejora de sus pensiones pero quienes hayan tenido tres o más hijos y se jubilen recibirán menos que en la actualidad. El Gobierno ha aprobado esta semana un Real Decreto en el Consejo de Ministros que incluye tres medidas del ámbito de la Seguridad Social. La primera de ellas consiste en una reforma del actual complemento de maternidad. La nueva figura, establece una cantidad lineal de 378 euros anuales  por cada hijo (hasta cuatro) y lo generaliza de forma que lo cobrará el progenitor (hombre o mujer) que más perjudicada vea su carrera de cotización tras tener o adoptar a sus hijos. En el caso de que ningún progenitor vea dañada su vida laboral, se abonará a la madre. Asimismo, este nuevo diseño también permitirá que accedan a este complemento quienes se jubilen de forma anticipada voluntariamente. Solo no cobrarán esta mejora quienes se jubilen de manera parcial. Así, lo ha anunciado  el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tras el Consejo de Ministros, que también ha explicado que este cambio propiciará que en 2021 cobren este complemento 30.000 personas más (el 98% mujeres) que solo han tenido un hijo y que no podían acceder ahora a este complemento que estaba limitado a situaciones a partir de dos hijos. Además, Escrivá ha dicho que en el caso de los dos hijos, el nuevo diseño del complemento de maternidad elevará su cuantía un 6% en el caso de las pensiones medias y del 8% en las mínimas. Sin embargo, la cuantía del nuevo complemento será menor que el actual para las madres y padres que hayan tenido tres o más hijos con pensiones medias y altas, ya  que en la actualidad se incrementaba su pensión un 10% y hasta un 15%.

Más malas noticias empresariales. Más de la mitad de las empresas en ERTE tendrán que cerrar. Una vez que concluya la moratoria de los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTEs), el 31 de mayo, más de la mitad de las empresas que han solicitado este procedimiento tendrán que cerrar o se verán abocadas a realizar severos ajustes de personal mediante despidos individuales. Los datos  reflejan el negro panorama económico que se cierne sobre el tejido empresarial español debido a la crisis económica aparejada a la pandemia de la covid-19. El 25 % de las empresas españolas en situación de ERTE no podrán continuar con su actividad más allá del próximo 31 de mayo, y la mitad se verán en la tesitura de llevar a cabo severos ajustes de su plantilla, ya sea a través de despidos individuales o mediante un ERE. Se ha detectado que en los últimos meses muchas empresas se han visto obligadas a recurrir a un ERE para reducir gastos mediante la reducción de personal, engrosándose así la cola del paro. Los sectores que en mayor medida han acudido a estas medidas han sido el financiero, telecomunicaciones, el turístico y la hostelería, como reflejan los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) correspondientes a diciembre. Ese mes, la cifra de parados creció en 36.825 personas, hasta sumar 3.888.137 personas inscritas en situación de desempleo, al borde de los 4 millones de parados.  Todos los indicadores económicos apuntan a que durante 2021 se seguirá destruyendo empleo mediante la activación de ERE, y las previsiones apuntan a que la tasa de desempleo puede superar con creces el 17 %. La prórroga de los ERTE supone un balón de oxígeno para aquellas empresas que se encuentran al borde de su cierre debido a la crisis económica derivada de la pandemia, y dicha prórroga retrasa la solución del problema y no pone fin al mismo.

Desde el comienzo de la pandemia, se han producido más de 300.000 despidos, y cerca de 700.000 trabajadores están actualmente en situación de ERTE, por lo que hay una altísima probabilidad de que, a partir del 31 de mayo, se alcance la terrible cifra de 400.000 despidos efectivos desde marzo de 2020.

 

La pandemia deja en riesgo inmediato de insolvencia a una de cada cinco empresas. A pesar de que 2021 puede ser un año de recuperación económica debido a la vacunación contra el Covid-19, quedan meses muy duros para las empresas y, en especial, para las pymes. El Consejo General de Economistas prevé que el índice de insolvencia se dispare en España este año hasta el 40% a consecuencia de la falta de actividad derivada de la pandemia. Lo cierto es que el problema afectaría ya al 15% del tejido empresarial español, en el mejor de los escenarios, o al 19%, una de cada cinco, si se admite que los efectos de la crisis sanitaria son permanentes sobre sus resultados, según estima provisionalmente el Banco de España a falta de los datos de cierre de 2020. Cierre que empeorará el panorama a la vista de lo ocurrido con los concursos de acreedores. Durante todo el ejercicio 2020, el número de empresas que acudió a concurso fue de 3.428, un 5,6% menos que en 2019. Sin embargo, las peticiones se concentraron en el cuarto trimestre, cuando solicitaron concurso más de un tercio de las mismas, 1.231, un 19,5% más que en el mismo periodo del año anterior, según datos de Registradores de España. Lo más negativo de este dato es que hasta el próximo 14 de marzo está en vigor la moratoria aprobada por el Gobierno el pasado abril, por la cual los acreedores de una compañía no pueden presentar concurso y las sociedades insolventes no están obligadas a solicitarlo.

Otro gran problema es que cae la creación de compañías. 

El vicedecano de Registradores de España, José Miguel Tabarés, considera que el dato de constitución de empresas es “más fiable que el de extinciones para medir la situación económica”. En 2020 se constituyeron en España 80.134 sociedades frente a las 94.840 de 2019, lo que supone una disminución anual del 15,5%. En el cuarto trimestre, sin embargo, hubo un alza ya que se registraron 22.838, un 0,8% más que en los mismos meses del año anterior. Los últimos datos del INE, correspondientes a noviembre de 2020, son también preocupantes. Ese mes ampliaron capital 2.039 empresas, un -1,8% respecto a octubre y un -13% de variación anual. El concurso de acreedores es un instrumento que puede ayudar a refinanciar una empresa. Sin embargo, en España el 90% acaba en liquidación.

Cepyme pide condonar préstamos ICO y quitar impuestos a las pymes con problemas

La patronal de la pequeña y mediana empresa Cepyme ha presentado esta pasada semana una batería de medidas ante la situación «límite» que viven estas compañías en mitad de las nuevas restricciones por la pandemia y que incluyen, entre otras, la condonación de préstamos ICO, con lo que pasarían a ser ayudas directas, o «vacaciones fiscales» durante 2021. En una rueda de prensa para presentar sus propuestas, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha señalado que la pyme está «al límite» y vive un «momento gravísimo» ante el que urgen al Gobierno a tomar nuevas medidas centradas en los sectores que más lo necesitan para salvar el tejido productivo y el empleo. Cuerva ha expuesto estas medidas en dos bloques, por un lado, las destinadas a empresas con problemas de liquidez y, por otro, para las que afrontan ya problemas de solvencia. En el primer caso, piden la ampliación del plazo de devolución y las cuantías de los préstamos ICO, el pago de ayudas directas en los límites que establece Europa o ventajas fiscales como reducir el recargo por retraso a Seguridad Social y Hacienda del 20 % al 5 % o no pagar impuestos, unas «vacaciones fiscales», durante 2021. También reclaman el pago inmediato de todas las deudas del conjunto de las administraciones públicas con las pymes. En el segundo, las empresas con riesgo ya de insolvencia, piden condonar préstamos ICO, es decir convertirlos en ayudas directas también con los límites que establece la UE, así como diversas medidas para garantizar su supervivencia como incentivos y ayudas fiscales para la fusión de microempresas o la aportación de recursos públicos en fondos mixtos destinados a la inversión en pymes, es decir habilitar préstamos participativos. La pyme necesita una «inyección de liquidez», nuevas medidas «quirúrgicas», para ayudar a las que peor lo están pasando y evitar «una sangría» de cierres.

A nivel regional y lo que destaco como cabecera de este blog en el día de hoy, es esta gran noticia para Asturias. NO es buena noticia, al menos para mí, que el desarrollo de Amazon haya acabado con muchas empresas. Pero la instalación aquí en Asturias, va a traernos empleos y eso es cosa buena. Las expectativas creadas alrededor de la construcción de un gran centro logístico de Amazon en Siero son muy ambiciosas. No es para menos si se tiene en cuenta el efecto tractor ejercido en los puntos de España donde se ha instalado la multinacional de Jeff Bezos. Según los cálculos de la compañía, los puestos indirectos generados multiplican por más de diez los directos. En el caso de Asturias, donde se prevén hasta 2.000 empleos, significará que dicho centro dará lugar a la creación de más de 20.000 adicionales. La propia vicepresidenta y directora general de Amazon en España e Italia, Mariangela Marseglia, reveló este efecto en el mercado laboral el pasado julio. «Nuestras operaciones en España están teniendo un efecto dominó significativo, no son solo las oportunidades directas que proporcionamos», señaló la alta ejecutiva, al tiempo que puso el ejemplo de cómo cuando Amazon erige una nueva instalación «no solo hay inversiones directas para construir y operar el centro. Las empresas que suministran bienes y servicios también pueden ampliar su producción e invertir en su propio desarrollo. Estimamos que nuestras actividades en España están generando más de 80.000 empleos indirectos».  Evidentemente, para los asturianos, con un tejido empresarial tan debilitado, esta es una gran noticia. Sin duda.

Y así ha sido la semana. Con muchas malas noticias empresariales a nivel nacional pero con ese pequeño alivio empresarial a nivel local. Como asturiana y como economista, no puedo hacer otra cosa que alegrarme y confiar en que Amazon no nos falle, se instale aquí y no cambie de planes respecto a esta tierra.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.