Pesimismo generalizado en Davos

Ha sido esta una semana en la que BCE, China y la inflación del Reino Unido pasan factura a las bolsas. Las Bolsas han tenido varios frentes abiertos, con las declaraciones de los miembros del BCE sobre los recortes de tipos, la inflación del Reino Unido y los datos de China en el punto de mira. El BCE ha desmontado las agresivas apuestas de los inversores, que esperaban un primer recorte de tipos en abril. Christine Lagarde aplaza la decisión, como muy pronto, hasta el verano. Los datos de un IPC en el Reino Unido sorprendiendo al alza, al salir un 4 por ciento cuando se esperaba un +3,8 por ciento, han provocado tensiones en los bonos.

Yendo a lo que destaco en el titular del blog en el día de hoy, el Foro de Davos se reúne bajo el peso de las guerras y las tensiones geopolíticas. La invasión rusa de Ucrania, el conflicto entre Israel y Palestina, las crecientes fracturas sociales o las condiciones climáticas extremas fueron algunos de los temas candentes.

Más de 2.800 líderes políticos, económicos, empresariales, científicos y sociales de 120 países estuvieron convocados  al 54º encuentro anual del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés), que desde 1971 se reúne en la pequeña estación de esquí de Davos, en los Alpes suizos, que se convierte en estas fechas en la capital mundial del capitalismo. Desde hace más de 50 años, los debates de Davos buscan la manera de ir adaptando el modelo capitalista a los desafíos globales que han ido mutando en las últimas décadas. Y todo ello bajo la llamada ‘teoría stakeholder’, que busca integrar a empleados, proveedores, clientes, comunidad y medio ambiente en el propósito de la empresa, y que tanta desconfianza aun despierta en oenegés que promueven la lucha contra la desigualdad y el cambio climático.  Borge Brende confió en que, al menos, la reunión de líderes políticos y económicos sirva para “ver cómo evitar un mayor deterioro de la situación y mirar hacia el futuro”. A este propósito obedece el lema elegido por el Foro Económico para esta edición: “Reconstruir la confianza”. Se ha de reconstruir la confianza en el futuro yendo más allá de la gestión de crisis, analizando las causas fundamentales de los problemas actuales y construyendo juntos un futuro más prometedor. En todo caso, la línea general ha sido de pesimismo.

Presencia española

Además, tuvo lugar la asistencia de 1.600 líderes empresariales entre los que, habitualmente, se encuentran representantes de grandes multinacionales españolas como Ana Botín (Santander), Carlos Torres (BBVA), Josu Jon Imaz (Repsol), Francisco Reynés (Naturgy), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), José María Álvarez Pallete (Telefónica) o Rafael del Pino (Ferrovial). En general, los resultados de la encuesta evidencian una visión predominantemente negativa del mundo a corto plazo, que se prevé que empeore a largo plazo. El 30% de los expertos mundiales considera que, en los próximos dos años, la probabilidad de que se produzcan catástrofes globales será mayor, y cerca de dos tercios esperan que esto ocurra en los próximos diez años.

A nivel doméstico, el tono bursátil cambia un poco. El Ibex rompe la racha bajista, pero no puede con los 9.900 puntos. La Bolsa española ha roto la racha de sesiones de caídas, pero ha chocado con el nivel de los 9.900 puntos.

Y una noticia de calado para nuestro país: La productividad en España acumula una caída del 7,3% desde el año 2000. España, Italia y Estonia son los únicos países de la zona euro que no han creado todavía un Consejo Nacional de Productividad, como recomendó la UE en 2016. La productividad total de los factores (PTF) acumula en España un retroceso del 7,3% desde el año 2000 hasta 2022, dato que contrasta con los avances, de dos dígitos, registrados en Estados Unidos o Alemania, donde la productividad creció en este mismo periodo un 15,5% y un 11,8%, respectivamente. Así lo refleja un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) publicado esta semana, en el que se constata también que tras la recesión de 2007, la productividad en España registró una “modesta mejora” acumulada del 1,2% entre 2013 y 2019. Este cambio de tendencia se vio alterado por la irrupción de la pandemia, pues en 2020 la productividad de todos los factores cayó un 5,1%. No obstante, tras la pandemia, este indicador volvió a crecer, un 2,8% acumulado entre 2021 y 2022, “recuperándose más rápidamente que tras la crisis anterior”, según el estudio. En todo caso, pese a este “positivo” cambio de tendencia, el retroceso de la productividad desde principio de siglo contrasta con las cifras de la Unión Europea y se explica por una evolución “poco favorable” de la productividad del trabajo y del capital en España.

Por otra parte, la facturación de la industria desciende un 2,2% en noviembre respecto al mismo mes de 2022, según los datos hechos públicos esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con este descenso, más acentuado que el 0,1% registrado en octubre, la facturación industrial suma ocho meses ininterrumpidos en tasas anuales negativas. Una vez corregidos los efectos estacionales y de calendario, los ingresos industriales cayeron un 2,3%, cuatro décimas menos que en octubre. Por destino geográfico de las ventas, se observaron tasas anuales negativas en dos de los tres mercados analizados en noviembre. Destacó el descenso del 4,7% en la zona no euro del mercado exterior. En cuanto al destino económico de los bienes, cuatro de los cinco sectores presentaron tasas mensuales positivas. Entre ellas destacaron los aumentos de Bienes de equipo (+2,7%) y Bienes de consumo duraderos (+2,1%). El único sector que descendió fue Energía (3,5%) Las ventas industriales aumentaron respecto a noviembre de 2022 en cinco comunidades autónomas y disminuyeron en 11. Por su parte, los mayores descensos se produjeron en Principado de Asturias (16,5%), en La Rioja (+10,4%), Castilla y León (+7,0%) y Castilla-La Mancha y Baleares (+3,2% en ambas). Cantabria (13,4%) y País Vasco (8,4%).

La  mala noticia empresarial que continua estos días: Accionistas de Grifols preparan una demanda por daños y perjuicios contra los administradores.  Accionistas minoritarios de Grifols valoran reclamar en España daños y perjuicios a los administradores de la empresa ante la sospecha de que familiares y directivos vinculados a la compañía supuestamente les «perjudicaron». En concreto, «preocupa que se vacíen recursos de la compañía y se los queden unos y no todos». La idea de estos minoritarios es utilizar las leyes de sociedades de capital para emprender una acción social de responsabilidad. También bufetes estadounidendes (Grifols cotiza en Estados Unidos a través de ADRs) demandarán a la farmacéutica catalana basándose, según ellos, en que trasladó «información falsa» al mercado. Estos despachos, de hecho, han puesto formularios a disposición de los inversores que quieran emprender acciones legales contra la farmacéutica y también piden colaboración para recopilar la información que pueda ayudar a demostrar que se han infringido las leyes estadounidenses del mercado de valores. Grifols ha sido acusada por parte del fondo bajista Gotham City Research de mantener una deuda respecto a EBITDA  mucho mayor de la que en realidad tiene, lo que en su opinión hace que las acciones «valgan cero». Esto ha provocado una abrupta caída de las acciones en el Ibex, que ya acumulan un desplome cercano al 50%.

Reclamar indemnizaciones

Los accionistas minoritarios en España, que también valoran sumarse a la demanda de los bufetes en Estados Unidos, encaminarían su demanda por la vía civil con el objetivo de reclamar indemnizaciones (la empresa ha perdido más de 4.000 millones de euros de su valor en bolsa en unos días). «Los perjuicios se causan a la empresa», «y se reclama a los administradores que paguen a la sociedad, lo cual acaba beneficiando al accionista. El enfoque americano es pagar directamente al accionista» según el descalabro en la bolsa.

Desafortunadamente este tipo de actuaciones directivas desincentivan, en mi opinión, la inversión en Bolsa y, una vez más, nos encontramos con que viene del exterior, en concreto de EE.UU. el descubrimiento de una fraudulenta situación contable en una empresa cotizada.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE