Las bolsas europeas cerraron la última sesión de la semana con signo mixto, sin reflejar los avances registrados en Wall Street, donde los índices alcanzaron máximos históricos de manera simultánea. En Europa, solo los valores tecnológicos impulsaron levemente la sesión, mientras que la amplitud del mercado permaneció negativa. El comportamiento menos positivo responde a varios factores: (I) el discurso del BCE tras mantener los tipos de interés, dejando poco margen para recortes inmediatos, (ii) Las tensiones geopolíticas en Europa y (iii) La menor ponderación del sector tecnológico en los índices europeos. En EE. UU., las expectativas sobre el inicio de un nuevo ciclo de recortes por parte de la Fed continúan siendo el motor de los avances recientes, a la espera de que se materialicen la semana próxima.
Por su parte, el banco Central Europeo (BCE) cambia el ciclo de su política monetaria. La entidad mantuvo la pasada semana los tipos de interés en el 2% por segunda reunión consecutiva. Su presidenta, Christine Lagarde, dejó claro que en la entidad se sienten cómodos con ese nivel, que el proceso de desinflación ha concluido y anunció, también, una mejora de las previsiones de crecimiento para este año. La decisión de la entidad tiene impacto directo en los hipotecados, pero también en los ahorradores. El euríbor, el índice de referencia para las hipotecas, repuntó la pasada semana en tasa diaria, hasta el 2,168%, situando la media mensual de septiembre en el 2,172%, por encima de la de agosto. Este indicador suele adelantarse a la evolución de los tipos de interés, por lo que sus movimientos recogen las expectativas de mercado sobre el precio del dinero. Pese a ello, se mantiene en su nivel más bajo desde septiembre de 2022, cuando el BCE acababa de arrancar el proceso de subidas después de once años. Este alivio en el coste de financiación se ha trasladado en un abaratamiento tanto de las hipotecas variables en curso como de las nuevas contrataciones. Los menores intereses a pagar han animado a muchas familias a hipotecarse en medio de la batalla comercial que ha impulsado la banca para reactivar el crédito destinado a vivienda. De cara a la recta final de 2025, se anticipan nuevas rebajas en el precio de los préstamos, factor que puede impulsar todavía más el apetito de los consumidores. Con datos recopilados por el Banco de España (BdE), el tipo medio al que se concedieron hipotecas se situó en julio -último dato disponible- en el 2,68%, mínimos desde finales de 2022. Este escenario abona el terreno para un impulso aún mayor de la demanda después de que la concesión de hipotecas venga de experimentar unos meses récord con casi 50.000 millones en operaciones, un 23,8% más en comparativa interanual. Solamente en julio los bancos españoles han aprobado financiación por valor de 8.397 millones, un dato inédito desde diciembre de 2010 y su mejor séptimo mes desde 2008, justo antes de la quiebra de Lehman Brothers. En este contexto, los depósitos – que han pasado por este ciclo alcista sin pena ni gloria- también han sufrido recortes en la remuneración. Desde el pico alcanzado en el 2,65% en julio de 2024, el interés ha ido aflojando el paso paulatinamente hasta cerrar el pasado julio en el 1,69%, mínimos desde abril de 2023. Todo apunta a que el ritmo de desaceleración se mantendrá si el precio de las hipotecas sigue a la baja, presionando el interés ofrecido en el pasivo. En general, más aún tras el discurso de Lagarde, analistas y gestores dan por hecho que el ciclo de flexibilización o bajada de los tipos de interés ha llegado a su fin.
Por su parte, el Ibex mantiene los 15.000 puntos en jornadas de dudas tras la crisis en Francia. En el mercado de divisas, el euro se deprecia un 0,2% hasta los 1,1741 dólares.
El dinero disponible para invertir sube un 8% en 2025 y extiende la fiesta alcista de la bolsa. Lo que se conoce como la oferta monetaria M2 de todo el mundo sube un 8,3% en 2025 y alcanza los 114 billones de dólares. La liquidez del mercado marca sus propios máximos históricos de la mano de los grandes índices de Wall Street y esto establece un seguro anticatástrofes para los mercados financieros, porque el incremento del dinero destinado a rentabilizar el ahorro es un viento de cola para los inversores que buscan más rendimiento y esto impulsa a los activos de riesgo. Es decir, la fiesta de la bolsa tendría continuidad mientras no se produzca una rápida reducción de la liquidez global. El M2 mundial incluye el efectivo en circulación, los depósitos a la vista, de ahorro a corto plazo y fondos monetarios minoristas a escala global. Es decir, todo aquel dinero que puede pasar en cualquier momento de efectivo o de un producto de ahorro a uno de inversión como puede ser un bono soberano, fondos cotizados (ETFs) ligados al oro, por ejemplo, o acciones de compañías en la bolsa. Este indicador de oferta monetaria está en máximos históricos tanto en el mercado europeo como en el estadounidense. Y el índice que recoge estos datos a escala planetaria, el Proxy Global Money Supply, está también en zona de máximos en los 114 billones de dólares (el techo a cierre de mercado de una sesión está en los 114,3 billones de dólares anotados en julio de este año). Después de años de flexibilidad en las políticas monetarias y de un rápido ajuste al alza de los tipos de interés de las economías dominantes, las condiciones del mercado siguen favoreciendo la abundancia de liquidez tanto en países desarrollados como en regiones emergentes. Como ejemplo, la Reserva Federal de Estados Unidos está a punto de retomar sus ajustes de tipos a la baja, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) ya redujo la tasa de facilidad de depósito en 200 puntos básicos desde el año pasado.
A nivel doméstico señalar que la reducción de la jornada laboral caerá pero Moncloa no desiste. La negativa del Congreso al texto con el que el Gobierno buscaba reducir la jornada laboral en 2,5 horas no representa el fin del debate para el Ministerio de Trabajo. En los últimos días, la vicepresidenta segunda del Gobierno ha preparado el terreno para el veto de Junts y ha marcado la hoja de ruta a seguir en próximas semanas. Su departamento tiene previsto volver a llevar al Consejo de Ministros el acuerdo alcanzado con los sindicatos en diciembre para que se envíe de nuevo a la Cámara Baja. No obstante, ante la perspectiva de que su tramitación en esta segunda ocasión tampoco vaya a ser sencilla y que el debate vuelva a demorarse varios meses, el departamento tiene previsto desgranar algunos aspectos referidos al registro de jornada para aprobarlos a través de un reglamento. Es una materia en la que CCOO y UGT llevan meses insistiendo al no entender por qué la mejora de la norma de 2019 tenía que ir ligada al recorte del tiempo de trabajo. Sin embargo, por esta vía solo puede introducir la obligación de que el registro sea digital. Si bien, el endurecimiento de las sanciones por incumplir estas obligaciones quedaría fuera de su marco de actuación con esta fórmula. Yolanda Díaz necesitaría el aval del Congreso de los Diputados tanto para elevar la sanción máxima como para establecer que las multas se pongan por cada trabajador y no por cada compañía, como sucedía hasta ahora. En el corto plazo, también está previsto que Trabajo convoque a la Comisión de Expertos del SMI para pedirles que hagan una recomendación de subida para que este umbral mínimo se mantenga en el 60% del salario medio, un hito que dieron por alcanzado en el año 2023. Este sería el primer paso para la elaboración del informe en el que se basará el Ministerio de Trabajo para elaborar su propuesta de actualización del SMI en las consultas a los representantes de la patronal y los sindicatos. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ya ha instado a la titular de Trabajo a convocar la primera reunión del grupo de expertos la próxima semana. Los sindicatos han situado que el incremento del próximo año debe superar a la inflación (2,7% en agosto) aunque todavía no han hecho pública qué cifra demandarán a Trabajo. Lo habitual es que tomen como referencia cuánto están creciendo los salarios pactados en convenio (por encima del 3%), aunque UGT también quiere introducir el precio de la vivienda como una variable a tener en cuenta de cara a la fijación del SMI. La remuneración mínima para cualquier trabajador que desarrolle un empleo a tiempo completo quedó fijada en 1.184 euros al mes en 14 pagas a comienzos de 2025, lo que hace más que probable que esta cifra supere la barrera de los 1.200 euros con el próximo incremento. Los empresarios, por su parte, suelen proponer el porcentaje comprometido en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), pero para el año 2026 no hay acuerdo. El Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS) del Consejo de Europa emitió dos dictámenes en los que daba la razón a las demandas presentadas por CCOO y UGT contra España y señalaba que la indemnización por despido improcedente, tasada en 33 días por año de salario con un máximo de dos años no puede resarcir el daño causado al trabajador cesado. Posteriormente, el Supremo cerró la puerta al establecimiento de indemnizaciones adicionales por lo que el Ministerio de Trabajo se ha comprometido a llevar a cabo una reforma legal que vaya en la línea del conocido como despido a la carta. Si bien, esta iniciativa tendrá que esperar, dado que el departamento pospuso esta iniciativa hasta que se resolviera el debate de la reducción de jornada –que buscan mantener abierto– y se aprobara el Estatuto del Becario, el acuerdo alcanzado con los sindicatos antes de las elecciones de julio de 2023 y que todavía no ha llegado al Consejo de Ministros. De esta forma, la mesa de diálogo social que aborde estos cambios no se constituiría hasta el comienzo de 2026. El acuerdo de coalición con el PSOE hacia referencia a la aprobación de cambios en la regulación del despido y se hablaba de hacerla acorde a los establecido en la Carta Social Europea en la que se basó el organismo europeo para hacer sus juicios sobre la ley española. No obstante, no hay consenso dentro del Ejecutivo para estipular que la indemnización que se aplique en cada caso dependerá de la situación personal del despedido, si tiene o no una hipoteca, hijos a cargo o su edad, ya que esta puede condicionar sus opciones de encontrar un nuevo empleo
Respecto al inevitable tema de la OPA en curso, Sabadell recomienda no acudir a la oferta de BBVA: «La opa nació muerta y queda que la entierren los accionistas», es lo que declara el presidente del Sabadell. David Guzmán, uno de los principales inversores de la catalana, se abstiene en la aprobación del documento, pero rechazará la oferta si no hay una mejora de precio. Banco Sabadell recomienda a sus accionistas no acudir a la opa de BBVA. Tras una reunión del consejo de administración celebrada la pasada semana, la entidad ha hecho público el informe motivado sobre la oferta del banco vasco en el que, por ley, debe exponer sus observaciones a favor o en contra de la operación. Y el documento depara pocas sorpresas tras más de 16 meses de firme oposición a los planes de la entidad presidida por Carlos Torres. El consejo del Sabadell concluye que «el precio de la oferta no recoge adecuadamente el valor intrínseco de las acciones» de la entidad, «infravalorando muy significativamente el proyecto de Banco Sabadell y sus perspectivas de generación de rendimientos para el accionista en solitario». En este sentido, Sabadell estima que el valor fundamental del banco está entre un 24% y 37% por encima del valor de la oferta. Y es que el precio se ha convertido en el principal escollo para el éxito de los planes del banco presidido por Carlos Torres ya que, incluso los accionistas que ven favorable una posible fusión, no están dispuestos a ceder posiciones tal y como está ahora mismo planteada la oferta. Es el caso de David Martínez Guzmán, el principal inversor de la catalana con un 3,8% del capital, que ha sorprendido al ser la única nota discordante en la opinión del consejo del Sabadell en torno a la oferta de BBVA. El máximo órgano de la entidad ha rechazado «por unanimidad» la opa. Pero el informe en el que basa sus razones se hace constar la abstención del empresario mexicano. «Considero imperativo que el sistema bancario español y europeo continue en un proceso de consolidación, y esta operación ofrece a sus accionistas ese camino», apunta en un escrito en el documento remitido este viernes a la CNMV. Esta posición es, sin duda, un punto a favor para BBVA. Sin embargo, el magnate manda un mensaje claro al banco de Carlos Torres: «La operación presentada por BBVA constituye la estrategia acertada para las dos instituciones, aunque a un precio que hoy la hace irrealizable». Por eso mismo, el empresario asegura su adhesión «al rechazo de la oferta y he decidido no participar en ella con las acciones que represento, ni con las mías propias ni con las gestionadas a través del fondo Fintech Europe». En resumen, se muestra a favor de la fusión, pero no bajo las condiciones actuales. «Con respecto al precio, solicito respetuosamente a BBVA que lo reconsidere y presente una oferta competitiva, a un precio que permita alcanzar la aceptación de, al menos, el 50% de los accionistas del Banco Sabadell. Con respecto al contenido del informe, dado que no comparto algunas de las opiniones y argumentos expresados, prefiero abstenerme», sentencia Martínez Guzmán, quien también confía en un cambio de Gobierno para adelantar el proceso de fusión.
Por su parte, Carlos Torres, presidente del BBVA, señala que la oferta es inamovible. El presidente del BBVA defiende la opa presentada por el Sabadell en la apertura del periodo de aceptación que se alargará hasta el 7 de octubre. Los 200.000 accionistas de Banc Sabadell pueden decidir desde esta pasada semana y hasta el próximo 7 de octubre si aceptan o no la oferta presentada por el BBVA. Es el desenlace de una dura pugna entre las dos entidades que se desató en mayo del pasado año y se ha alargado hasta ahora. Carlos Torres, presidente de la entidad de origen vizcaíno, preguntado por la operación en la histórica sede barcelonesa de Caixa Catalunya (integrada en la CatalunyaCaixa que pasó a manos del BBVA en 2014) se muestra convencido de que logrará convencer a los inversores. El futuro próximo dirá en qué queda esta operación.
Desde que BBVA destapó la letra pequeña de su opa la cotización de Banco Sabadell se ha ido despegando más. El vallesano cerró la pasada semana un 9,20% por encima de la oferta planteada por el vasco -un título propio de nueva emisión más 0,70 euros por cada ramillete de 5,5483 del catalán-, con un gap todavía superior al 8,38% marcado la víspera de que la CNMV autorizase el folleto. La prima negativa recibe el último empujón después de que Torres enfriase una segunda oferta, ya en efectivo. El parqué da por cierto que subirá la actual y los analistas hablan de un alza mínima del 10-15%
A nivel local, destacar dos noticias: la primera que las últimas térmicas de carbón encadenan casi dos meses sin ninguna producción. El abaratamiento del gas saca a las centrales de la dieta eléctrica. Aboño 1 está a un paso del cierre y Soto de Ribera podría ser reconvertida para robustecer la estabilidad de la red de alta tensión. Las últimas térmicas de carbón de España, dos de ellas asturianas (los grupos generadores denominados Aboño 1 y Soto de Ribera 3), han encadenado casi dos meses (55 días) sin producción, algo inédito desde que, a partir de los años 40 del pasado siglo, este tipo de centrales comenzó a cobrar protagonismo en el sistema eléctrico nacional. Tal inactividad tiene causas coyunturales, vinculadas a la situación del mercado, pero es también el anticipo de un hito del proceso de transición energética que está cada más cerca: la desaparición definitiva del carbón de la dieta eléctrica de los españoles. Según datos de Red Eléctrica de España (REE), compañía operadora del sistema, entre el 15 de julio y la pasada semana las térmicas no participaron en la cobertura de la demanda nacional. Esto supone que ninguna de las tres centrales peninsulares en activo –las dos asturianas citadas más de Los Barrios, en Cádiz– entraron en el proceso de casación de la oferta y la demanda que se realiza a través del llamado «pool» (mercado diario), presumiblemente porque en las condiciones actuales no son competitivas en precio frente a otras tecnologías. Al mismo tiempo, ninguna de esas instalaciones fue requerida por REE para reforzar la garantía de suministro a través del mecanismo denominado de «restricciones técnicas». La térmica de Alcudia, perteneciente a Endesa, tampoco tuvo aportación alguna en el sistema insular de Baleares, donde las contribuciones de cada tecnología se deciden sin que medie un mecanismo de mercado.
Y finalmente, lo que destaco en el titular del blog en el día de hoy y que es un orgullo y una suerte para la industria asturiana. Indra tendrá hasta 800 empleados en El Tallerón de Gijón, busca terrenos en las Cuencas y sondea una nave en Oviedo. La compañía de defensa aspira a que la planta gijonesa empiece a fabricar blindados en un plazo máximo de ocho meses y estudia instalar un centro tecnológico de movilidad en La Vega. Hunosa ofrece suelos mineros en Mieres y Langreo para que la empresa instale una pista para probar vehículos militares La multinacional española de defensa Indra aspira a concentrar en el plazo de un año hasta 800 profesionales en El Tallerón de Gijón, las instalaciones adquiridas a Duro Felguera que la compañía presidida por Ángel Escribano convertirá en la sede de todas sus actividades en Asturias, entre las que destaca una fábrica de vehículos blindados dentro de su nueva división de defensa terrestre, Indra Land Vehicles. Además, la empresa está estudiando la instalación de un centro tecnológico en una de las naves de la fábrica de armas de La Vega, en Oviedo. Ángel Escribano avanzó la pasada semana estos planes en la capital asturiana, donde mantuvo reuniones con el presidente del Principado, Adrián Barbón, dirigentes políticos y un centenar de empresarios de la región. El máximo responsable de Indra adelantó que su plan es que la nueva factoría de El Tallerón comience a producir en un plazo de entre seis y ocho meses, con la previsión de que funcione a pleno rendimiento en un período comprendido entre los 18 y 24 meses. La primera tarea de la planta será el ensamblaje final de los blindados 8×8 «Dragón» del Ejército español, que actualmente construye Santa Bárbara Sistemas en Trubia (Oviedo), dentro del consorcio Tess Defence. Indra prevé incorporar a la factoría gijonesa entre 300 y 500 empleados, a los que se sumarán 300 del centro de investigación de sistemas de tráfico aéreo que la empresa de defensa trasladará desde su actual ubicación en el Parque Tecnológico de Gijón. Ese centro ya cuenta con 230 trabajadores y la compañía quiere fichar a un centenar más. En total, por lo tanto, Indra estima que dentro de un año podría haber hasta 800 personas trabajando en El Tallerón si sus planes se cumplen en plenitud. La planta gijonesa ya cuenta con los 155 trabajadores procedentes del taller de calderería pesada de Duro Felguera, los cuales ya han iniciado la formación para la producción de vehículos militares. Contando con esos empleados, Indra quiere que, cuando la fábrica esté a plena capacidad, su plantilla tenga entre 300 y 500 profesionales.
Sin duda, todas estas son excelentes noticias para Gijón y para el Principado de Asturias, que representan una inyección de optimismo. Por otro lado, el directivo madrileño dejó caer algunas de sus impresiones sobre Asturias, a la que definió como una región «de gente normal» y «llena de talento cualificado». También confesó que le gusta el cachopo, la sidra y la gaita. Un clima agradable y favorable que esperemos que ayude a crear lo que nuestro Principado necesita: empleo, riqueza y subidón de autoconfianza en nuestras capacidades para nosotros y generaciones futuras y que nuestro horizonte no sea el de un geriátrico que viva de subvenciones sino el de una comunidad capaz de atraer empleo.
SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD ACREDITADA PARA CÁTEDRA DE UNIVERSIDAD E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.