Autónomos: no me lloren, por favor

Esta semana, las bolsas europeas cerraban en positivo (Stoxx 50 +0,8%). No obstante, Italia era una de las excepciones lastrada por el riesgo político del país, que impactaba sus bolsas y la prima de riesgo de su deuda. El viernes pasado se conocía el acuerdo de gobierno definitivo entre La Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas.

Me parece muy destacable, amable lector, el hecho de que la prima de riesgo de Italia duplique ya la de España. De hecho, la deuda española refuerza su primacía en la periferia europea, en medio de los recelos que genera el nuevo Gobierno italiano. Desde el estallido de la crisis financiera, España e Italia se han relevado en varias ocasiones al frente del ránking de la deuda periférica ‘más segura’. Dos años atrás, en 2016, el país transalpino mantenía un diferencial favorable de deuda respecto a España. A día de hoy, no sólo se queda muy lejos de la prima de riesgo de España. También se aleja de la de Portugal. La heterodoxa alianza de Gobierno en Italia entre el Movimiento Cinco Estrellas, liderado por Luigi di Maio, y la Liga Norte, encabezada por Matteo Salvini, pone en guardia a los mercados financieros. La alianza ‘populista’ y euroescéptica ha agravado las alertas con las filtraciones de las medidas planteadas en las negociaciones para formar el Ejecutivo. Entre estas medidas recogidas en un documento de 39 páginas destacan iniciativas para desmantelar la reforma de las pensiones aprobada en 2011 para retrasar la edad de jubilación, la exigencia de una renegociación de las aportaciones de Italia al presupuesto de la Unión Europea, y la petición al Banco Central Europeo para que perdone una deuda de 250.000 millones de euros.

Con todo esto, lo que quiero subrayar es la importancia que tiene para la estabilidad y crecimiento económico de un país, su estabilidad política y un gobierno que transmita confianza, porque los dineros son muy miedosos. De hecho, los inversores temen un descontrol en las cuentas públicas en el segundo país de la eurozona con una mayor deuda, sólo por detrás de Grecia, con un endeudamiento superior al 130% del PIB. Esta desconfianza se traduce en una desbandada de la deuda pública italiana. Las ventas borran las tasas negativas de interés en sus bonos a dos años por primera vez desde mayo de 2017, y la rentabilidad exigida al bono italiano a diez años supera la barrera del 2% por primera vez en dos meses después de sufrir las mayores ventas desde julio de 2017. El resultado es un drástico deterioro en su prima de riesgo. Roza por momentos los 150 puntos básicos, sus cotas más elevadas desde el día posterior a las elecciones celebradas el pasado 4 de marzo. La subida del riesgo país de Italia hasta el entorno de los 150 puntos básicos supone duplicar la prima de riesgo de España, próxima a los 75 puntos básicos. El diferencial a favor de España es el más elevado desde el inicio de 2012. Dos años antes las primas de riesgo de ambos países cotizaban a la par, y a comienzos de 2013 la deuda española mantenía aún un diferencial negativo respecto a la italiana superior a los 100 puntos básicos. La prima de riesgo de Italia cotiza ahora en línea con los niveles con los que cerró 2017. Un comportamiento mucho más favorable registran en el mismo periodo otras deudas periféricas como la española y la portuguesa.

Me parece muy importante fijar la atención en el hecho de que, desde el inicio del año, la prima de riesgo de España se ha desinflado en cerca de 40 puntos básicos. La fortaleza del crecimiento económico, el menor impacto de lo esperado del desafío independentista en Cataluña y las sucesivas mejoras de ráting han reforzado la confianza de los inversores en la deuda pública española. Esta confianza ha permitido reducir la rentabilidad exigida al bono español a diez años en cerca de 20 puntos básicos desde que comenzara 2018, un comportamiento que contrasta con la subida generalizada de los intereses de la deuda.

Portugal, al igual que España, también se ha ganado el favor de los inversores, a contracorriente incluso del mercado. La fiebre compradora en la deuda portuguesa propició que en diciembre de 2017 su prima de riesgo se situara por debajo de la de Italia por primera vez desde 2010. El deterioro en la deuda italiana amplía ahora el diferencial favorable a Portugal por encima incluso de los 30 puntos básicos.

Retomando el tema de la evolución bursátil de la semana, comentar que nuestro Ibex 35 también terminaba en negativo, penalizado por la evolución de la banca. A nivel macro, el PIB del primer trimestre de Alemania se situaba por debajo de lo esperado (+0,3 vs +0,4% e intertrimestral). A nivel político, al margen de Italia, merecen ser destacadas las negociaciones en materia de política comercial entre Estados Unidos y China. Con respecto a las referencias macro de la semana, en Europa, los datos más significativos venían de Alemania, donde el PIB trimestral se encontraba por debajo de lo esperado (0,3% vs 0,4% e), mientras que el dato del IPC para el mes de abril no sufría variaciones con respecto a marzo y situaba el dato anualizado en el nivel del 1,6% cumpliendo con las previsiones del mercado. En Estados Unidos, conocíamos datos muy positivos sobre la producción industrial.

Quisiera pasar a comentar que, en cuanto a los bancos centrales, el vicepresidente Victor Constancio admitía que el comité está siguiendo de cerca el aumento de la prima de riesgo de Italia, derivada del acuerdo de gobierno entre La Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas. Además, Francois Villeroy señalaba que el BCE finalizará los APPs este año y que la primera subida de los tipos oficiales llegará trimestres después, nunca años después. En cuanto a la Fed, James Bullard (Fed de St Louis) advertía que la Fed no tiene que subir más los tipos oficiales ya que han llegado a su valor neutral donde las expectativas de inflación están en el nivel objetivo o ligeramente por debajo. Por el contrario, John Williams, que se mostraba muy positivo en cuanto al outlook económico, señalaba que la Fed deberá subir entre tres y cuatro veces el tipo oficial en 2018. En los mercados de deuda, la semana ha tenido dos protagonistas. Por un lado, la TIR del Treasury a diez años llegaba a niveles de 3,12% (máximo desde 2011), mientras que en Italia, el riesgo político llevaba la prima de riesgo a niveles de 163 pbs, ampliando 32 pbs en la semana.

A nivel doméstico nacional, evidentemente no puedo obviar los riesgos que desde el punto de vista económico se perciben con el nuevo gobierno catalán. De hecho, CaixaBank, Bankinter, Ibercaja, Bankia, Colonial, Realia, Colonial, Quabit, Azora y un fondo de titulización de Volkswagen han advertido a sus inversores del riesgo para la economía y para sus respectivos negocios que suponen la incertidumbre y las tensiones políticas en Cataluña. Estas entidades alertan del peligro catalán en folletos de emisiones y OPV registrados en la CNMV entre febrero y esta pasada semana con la toma de posesión del nuevo presidente catalán. La mayoría de los avisos se presentaron entre finales de abril y principios de mayo, cuando se despejaba el camino para la formación de un govern independentista. Así lo señalan folletos registrados hasta el nombramiento del nuevo presidente, en medio de las dudas por el proceso de formación de Gobierno. Muchos de estos prospectos advierten de que la inestabilidad en Cataluña puede impactar en la economía, como viene sucediendo desde el incremento del desafío independentista desde el pasado octubre, pero ahora de forma incrementada. Así, CaixaBank alerta a sus inversores de que «las tensiones políticas entre el Gobierno central y el catalán podrían empezar a pesar sobre la confianza empresarial y en la inversión y podrían debilitar las buenas perspectivas de crecimiento de España». En esta línea, Realia explica a sus inversores: «Los acontecimientos recientes en Cataluña están afectando negativamente a la economía catalana y a la española en general, y pueden seguir haciéndolo en el futuro, incluso de una manera más aguda si la situación no se corrige». En la misma línea se expresa Ibercaja, que avisa de que la incertidumbre «puede ralentizar el ritmo de reformas y ajustes fiscales o resultar en cambios en leyes, regulaciones y políticas o impactar en el crecimiento económico, lo que podría tener un efecto adverso en el negocio del grupo».

Las empresas que ven un riesgo catalán centran su preocupación en el impacto en la compraventa de vivienda y en el turismo. Bankinter es la empresa que más veces alerta sobre el impacto que puede tener la inestabilidad política en su negocio, la última, el 3 de mayo, y en más de diez folletos registrados en la CNMV desde febrero: «La inestabilidad política en Cataluña podría conllevar una disminución de la inversión y una ralentización del crecimiento económico, lo que podría afectar negativamente a los negocios y clientes del grupo». Cataluña representa en torno a un 10% del negocio de Bankinter en España.

Y un tema que nunca podemos olvidar es el relativo a las pensiones, por la dificultad de su sostenimiento. En este caso, quiero mencionar a los autónomos, y su tratamiento en lo relativo a la cotización para su pensión, que no creo que merezca ninguna queja por parte de este colectivo y, sin embargo, se oyen con excesiva frecuencia. Evidentemente, todos podemos quejarnos y pedir más, pero creo que no pueden permitirse ninguna queja si comparan lo que representa su cotización en relación al resto de cotizantes. Y es que los autónomos reciben hasta dos euros de pensión por cada euro cotizado. De hecho, el sistema de protección de este colectivo es el más avanzado de Europa y uno de los de menor coste para estos trabajadores, según ATA (Asociaciones de Trabajadores Autónomos). Contrariamente a la opinión generalizada, el sistema de protección social que hay en España para los trabajadores autónomos es el más avanzado de Europa y, a la vez, de los que menos se paga. De hecho, por cada euro que cotiza un empleado por cuenta propia recibe de pensión entre 1,7 y dos euros, es decir, casi el doble. Así concluye un informe elaborado por el economista José Antonio Herce para la Federación Nacional de (ATA). En él se realiza, por primera vez, una comparativa de los sistemas de protección social de este colectivo en los distintos países de Europa. «España es el país europeo que más protege a los autónomos. Es la verdad», aseguró el presidente de ATA, Lorenzo Amor, que resaltó que esto se ha conseguido a raíz de las diferentes reformas adoptadas a lo largo de las dos últimas décadas, que han ido encaminadas a aproximar la protección social de los trabajadores por cuenta propia a la de los asalariados. De esta forma se ha creado un marco de protección que se encuentra entre los más avanzados de la UE en la equiparación de derechos sociales nominales con respecto a los asalariados y que podría ser un buen punto de partida para la futura directiva europea que protegerá las nuevas formas de trabajo no convencionales.

Debe saber usted, amable lector, que los autónomos españoles tienen hoy infinidad de prestaciones que no existen en el resto de Europa, y desde el año 2010 el régimen de trabajadores por cuenta propia es el que más ha asimilado la protección social al del resto de asalariados. Así, disfrutan de derechos sociales especialmente avanzados en relación con el resto de la UE como son el acceso a la jubilación, la incapacidad temporal, la baja por maternidad y paternidad o la cobertura por desempleo. El avance desde 2003 ha sido tremendo. Seguramente pueden quedar lagunas, como  la protección por cese de actividad (que dista del paro del que se benefician los trabajadores por cuenta ajena) o la imposibilidad de acceder a la jubilación parcial.

En cambio, me parece muy reseñable el hecho de que hay otros aspectos en los que este colectivo sale ganando, como que puedan cobrar el 100% de la pensión si lo compatibilizan con el trabajo cuando son autónomos societarios o que, cuando están de baja, la Seguridad Social les pague a partir del cuarto día de ausencia, frente al asalariado, que se le empieza a abonar desde el día 16. De igual manera hay que desmontar otra «leyenda» que existe en este ámbito y es el de que España es el país donde más se cotiza a la Seguridad Social, porque no es cierto.

En este sentido, me parece muy claras las declaraciones del líder de ATA que explicó que un autónomo que se jubile mañana lo hace con unos 35 años cotizados (entre 400 y 420 meses) a una media de 220 euros al mes, por lo que a lo largo de toda su vida laboral habrá pagado unos 90.0000 euros a la Seguridad Social. Ese trabajador por cuenta propia se retirará con 65 años y seis meses y viene a cobrar una pensión media de unos 750 euros al mes durante 18-19 años, por lo que recibirá entre 160.000 y 170.000 euros de prestación. Esto significa que por cada euro que paga a la Seguridad Social, el sistema le devuelve entre 1,7 y dos euros, dependiendo del nivel de cotización que tenga. O dicho de otra forma, a los diez años de la jubilación, la Seguridad Social ya habría devuelto todo lo contribuido y -si la esperanza de vida se sitúa en 87 años- seguiría percibiendo otros 12 años de pensión gratis.

Si usted es autónomo, amable lector, este escenario considero que no es para quejarse, ni mucho menos.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.