Correcciones presupuestarias

En esta semana, en la Reserva Federal, el presidente de la FED de Chicago, Charles Evans, se suma al discurso hawkish de las últimas declaraciones, insistiendo que la autoridad monetaria continuará con las subidas de tipos de interés hasta llevar la referencia al rango de 4,5-4,75% de cara a primavera del 2023 con el objetivo de estabilizar la inflación. En cuanto al BCE, se muestra nuevamente la división: algunos consejeros quisieron subir los tipos solo en 0,5 puntos. El creciente riesgo de recesión les hizo abogar por un alza inferior a la de 0,75 puntos aprobada. Los 25 miembros del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) aprobaron el pasado septiembre por «unanimidad» -según subrayó su presidenta, Christine Lagarde– la mayor subida de los tipos de interés oficiales de la zona euro en sus 23 años de vida: 0,75 puntos porcentuales, hasta el 1,25%. Pero pese a ese consenso, «algunos» de sus miembros «expresaron su preferencia» por un incremento de 0,5 puntos ante «acechantes riesgos de recesión», según se ha desvelado esta semana con la publicación de las actas de la reunión. Se trata de la segunda muestra consecutiva de la discusión interna que se vive en la autoridad monetaria sobre el ritmo y la intensidad que debe aplicar al encarecimiento del precio del dinero para combatir la espiral inflacionista. Ya en julio, sorprendió con un alza de tipos de 0,5 puntos, la primera en 11 años y el doble de grande de lo que había anticipado en su reunión de junio. También entonces, «algunos miembros» de su consejo apostaron por ceñirse a la subida de 0,25 puntos que el propio organismo había adelantado.

Otra noticia importante relativa al BCE es que éste reclama conocer los planes de fusión de los bancos antes que el mercado. 

El Banco Central Europeo ha pedido a los bancos que le presenten los planes de fusión antes de comunicárselos al mercado para poder hacer una evaluación previa. Así se recoge en la Guía sobre el enfoque supervisor de la consolidación en el sector bancario, que pretende asegurarse de que la combinación de negocios cumpla con los requisitos prudenciales y garantice una gestión eficaz y prudente de los riesgos. “Se anima a las partes implicadas en una operación de consolidación bancaria a ponerse en contacto lo antes posible con la supervisión del BCE para obtener información preliminar sobre el proyecto”, explica el documento. “Siempre que sea posible, se anima a las partes involucradas a ponerse en contacto con el BCE antes de informar públicamente a los participantes del mercado”, añade. Según explica el BCE en la guía, los procesos de fusión bancaria deberán seguir tres fases: comunicación temprana, presentación de la propuesta formal de fusión e implementación. En la primera de las fases, pide que los bancos proporcionen al supervisor información con las claves de la operación. “Se espera que los bancos presenten las características clave de la combinación de negocios y que proporcionen un plan de integración sólido, creíble e informativo para toda la empresa o para todo el grupo, de modo que la supervisión Bancaria del BCE pueda llevar a cabo una evaluación preliminar, precisa y exhaustiva”, explica. La guía se aprobó en enero de 2021, pero recientemente el propio BCE la ha recuperado, ya que acaba de sacar a consulta pública un documento que lo complementa. Se trata de una guía para procedimientos de participaciones cualificadas (accionistas que controlan una participación del 10% o superior en el capital de un banco) y que complementará a la guía de las fusiones bancarias, ya que según indica el BCE en el documento “las adquisiciones de participaciones cualificadas suelen obedecer a proyectos de fusión o adquisición”.

A nivel doméstico, se ha dado vueltas estos días, al planteamiento de los nuevos presupuestos.  En especial por las quejas de la CEOE. El ministro Escrivá replica que 2013 y 2014 subió un 5%  y » no recuerdo haber visto ningún comunicado de nadie «El aumento de un 8,6% de las bases máximas de cotización incluido en los Presupuestos Generales del Estado del próximo año ha provocado las iras de la patronal, que ha reaccionado calificando la iniciativa de inadmisible y unilateral. En un duro comunicado, la CEOE afirma que esta decisión se ha tomado “a espaldas del diálogo social”, porque el tema no se había mencionado en las reuniones de la mesa social centradas en este tema, incluida la que tuvo lugar esta pasada semana. A partir de ese punto, la CEOE advierte que “aumentar las cotizaciones sociales y depositar una carga aún mayor sobre las empresas es un grave error, pues tendrá efectos nocivos sobre el empleo”. En este sentido, recuerdan que ya se contempla también un aumento general del 0.6% de las cotizaciones sociales a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), destinado a asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones.

La patronal ha cargado tanto por el fondo como por la forma en que se ha tomado esta medida, que incrementa la base de máxima de cotización de los 4.139,40 euros mensuales ahora en vigor a los 4.495,50. Se queja por el aumento que supone en las cargas de las empresas y porque, según manifiesta, se ha hecho sin informarles ni consultarles. “Existe una mesa específica con los interlocutores sociales para tratar este tema, y se reunió sin que se nos trasladase nada sobre este asunto, con lo que la decisión adoptada es impresentable y devalúa el diálogo social”, dice su comunicado. Tanto el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social  como los sindicatos se han declarado sorprendidos por este comunicado de la patronal.  Desde el Ministerio niegan que se actúe de manera unilateral, insistiendo que es lo habitual que cada año suban las pensiones máximas y que no tiene relación directa con la mesa de diálogo social en que se discute el futuro destope de estas pensiones. Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha respondido a la patronal que para actualizar las pensiones es imprescindible subir las bases de cotización. «La CEOE tiene que ser consciente que las pensiones en nuestro país tienen que subir porque hay una ley que lo mandata», una norma que ellos «apoyaron y firmaron». » Si las pensiones suben las bases de cotización tienen que subir para poder pagarlas», ha añadido. Respecto a las críticas de la patronal de subir las cotizaciones al margen del diálogo social, Álvarez ha recordado que la CEOE  «tendrá la opción de hacer propuestas» en la tramitación parlamentaria de la ley de presupuestos. En la situación en la que están las empresas y la economía española, el presidente de ATA ha criticado que se hable de un incremento de costes laborales del 9%. «Es la peor noticia y una decisión que toma el Gobierno de forma unilateral que es un daño terrible al diálogo social, que lo devalúa y que indudablemente va a tener consecuencias muy graves en las empresas que crean empleo», ha alertado.

Lo que destaco como titular del blog en el día de hoy es que el Banco de España cuestiona los Presupuestos al prever un crecimiento del 1,4% y una inflación del 5,1%. El organismo calcula que la economía avanzará siete décimas menos de lo previsto por el Gobierno y que la recuperación del nivel pre-pandemia no llegará hasta 2024. Solo 24 horas después de que el Gobierno aprobara sus Presupuestos Generales para 2023 en Consejo de Ministros, el Banco de España publicó sus previsiones económicas para este año y el siguiente alertando de un posible descuadre en dichas cuentas. Y es que el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos calcula que la economía española crecerá en 2023 siete décimas menos de lo que ha presupuestado el Gobierno, lo que supondrían alrededor de 8.000 millones de euros menos. Y no son los únicos que calculan un crecimiento menor que el Gobierno para el año que viene. La Autoridad Fiscal (Airef) avala las previsiones macroeconómicas del Ejecutivo pero advierte de que la estimación de crecimiento para 2023 plantea «riesgos a la baja» con una estimación por su parte del 1,5%. Bajo este cálculo, la recuperación del nivel de PIB previo a la pandemia se retrasará hasta el primer trimestre de 2024, año en el que la economía avanzará un 2,9% según el supervisor. Será en la primavera de 2023, a medida que las elevadas presiones inflacionistas comiencen a relajarse, cuando la actividad económica española recobrará un «vigor creciente», dice el informe del organismo, que apuntan a un crecimiento de solo el 0,1% en este tercer trimestre (julio a septiembre) pese al tirón del turismo en verano, frente al avance del 1,5% del segundo.

Inflación disparada al 5,6% en 2023

Y las previsiones de inflación tampoco son optimistas. Según el Banco de España, los precios finalizarán el año en el 8,7%, lo que indica que la curva de IPC podría haber tocado techo este verano después de que en septiembre ya se haya moderado ligeramente al 9% desde el 10,4% de agosto. Son 1,5 puntos más de lo vaticinado en sus previsiones de hace tres meses. Para el año que viene el supervisor calcula una inflación que seguirá anclada en niveles muy elevados, concretamente en el 5,6%, lo que significan 3,1 puntos más que lo previsto en junio. Será ya en 2024 cuando la inflación comience a dar un respiro a la economía y se modere al 1,9%, según los cálculos del Banco de España. Esta elevada inflación llevará a un frenazo del consumo privado más intenso que el vaticinado por el Gobierno en la elaboración de sus cuentas públicas. Mientras que el Ejecutivo considera que el consumo de los españoles crecerá este año un 1,6% y el que viene un 1,3%, el Banco de España prevé que sea del 1,2% y 1,3%, respectivamente.

Y una noticia muy relevante a nivel europeo es que el Eurogrupo urge a los gobiernos europeos a evitar ajustes fiscales perjudiciales. La advertencia llega tras la decisión de Alemania de poner en marcha un plan de ayudas públicas de 200.000 millones para rebajar la factura energética | «Hemos podido evitar el riesgo de la fragmentación en las semanas más oscuras de la pandemia y debemos hacer lo mismo ahora”, avisa el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni El bazooka de 200.000 millones de euros en ayudas públicas anunciado esta pasada semana por Alemania para rebajar la factura energética de hogares y empresas en 2023 y 2024 ha caído como un jarro de agua fría entre algunos socios del Eurogrupo como Francia que han alertado del riesgo de “fragmentación” del mercado único ante la posibilidad de que tamaño blindaje termine distorsionando la competencia. Aunque Berlín ha lanzado un mensaje de calma, calificando de “proporcionado” y “razonable” el macropaquete de ayudas, el aviso del Eurogrupo es claro: dado el gran riesgo de contagio en los mercados energéticos europeos los gobiernos deben coordinarse y evitar poner en marcha ajustes fiscales que puedan ser perjudiciales.

En mi opinión, si realmente queremos formar un área integrada, una auténtica Unión Europea, el consenso en materias claves como esta es, indiscutiblemente, algo fundamental.

 SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.