Los ojos de la SEC

Todos estamos obligados a hacer un uso adecuado de las redes sociales y el grado de responsabilidad ha de ser tanto mayor, cuando mayor sea la responsabilidad que uno ostente. El actual presidente de los EE.UU. no me parece el mejor ejemplo en el uso de Twitter y no sé si le costará el puesto un día de estos, pero hay alguien que le hace una seria competencia en las meteduras de pata por Twitter y ya ha pagado con su puesto de trabajo: el señor Elon Musk. No ha quedado en el paro, precisamente, sino que ha pactado con el regulador de Wall Street para conservar el cargo de consejero delegado, renunciando durante tres años a la presidencia del consejo de administración, debiendo nombrar además dos nuevos consejeros independientes. Musk además es sancionado con 20 millones de dólares, a los que se suman otros 20 millones que abonará la compañía. Lo más triste del asunto es que él es el fundador de Tesla y, tras haber demostrado que es capaz de usar la compañía como si se tratara de su juguete, ahora le toca aprender la lección. Sus excesos con Twitter no son nuevos (llamó pedófilo a una persona que trabajó por rescatar a los niños en la cueva de Tailandia) pero es que este exceso afecta al valor de la empresa y ahí es donde pone la SEC sus ojos. La SEC (Securities and Exchange Commission) es el equivalente de la CNMV española y cuando Musk salió un día twitteando que “estaba considerando excluir Tesla de bolsa a 420 dólares la acción, asegurando la financiación” saltaron todas las alarmas.

El comportamiento errático de Musk en los dos últimos meses ha tenido consecuencias para la compañía y ahora las tiene para él. Se comenta además la singularidad del número, 420 que, al parecer, se utiliza para referirse a la marihuana en EE.UU. No sé si el ex presidente de Tesla es consumidor habitual pero, desde luego, la serenidad y el sentido común tienen que estar presentes en alguien que dirige una compañía tan importante y que, por el hecho de haberla fundado, no puede convertirla en su juguete particular. La obligación de nombrar independientes es como decirle a Musk “te estás portando como un niñato, así que te ponemos vigilantes”. Los términos del pacto fueron anunciados el pasado sábado y de esta manera se evita que la demanda, con la que la SEC buscaba haberle privado del título de consejero delegado, tenga que ser litigada en un tribunal. Elon Musk seguirá liderando las operaciones del fabricante de coches eléctricos pero debe dimitir como presidente. Un rato en el rincón de pensar, amable lector, le vendrá bien. Y a la empresa y sus empleados mucho mejor.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.