¿Apertura estelar en 2019?

Los mercados de renta variable europeos cerraban la semana con subidas generalizadas, impulsadas por el positivismo en torno a la reunión que mantendrán EE.UU. y China la semana que viene para avanzar en las negociaciones de la guerra comercial. Se puede decir, amable lector, que no hay noticias importantes relativas a bancos centrales, en esta apertura anual, salvo por el hecho de que el BCE ha intervenido el banco italiano Carige, en caída libre y ha dispuesto el nombramiento de tres administradores extraordinarios para gestionar esta banca italiana, que afronta momentos de dificultad al no prosperar una ampliación de capital de 400 millones de euros. La medida se produce tras la dimisión de la mayoría de los miembros del consejo de administración. El banco genovés se enfrenta a un duro momento financiero y en los últimos meses ha arrastrado graves pérdidas en la Bolsa de Milán de hasta del 18 % de su valor, cuya cotización ha quedado suspendida. El miedo de los inversores al futuro del banco se disparó tras rechazar la junta de accionistas, el pasado 22 de diciembre, la puesta en marcha de una ampliación de capital por 400 millones de euros.

En lo que respecta a la macroeconomía, se publicaban los datos de empleo de EE.UU., los cuales continúan demostrando la solidez de la economía estadounidense, rebajando levemente los temores a una desaceleración. Así, el número de nuevos empleos creados llegaba hasta los 312.000, superando los 182.000 esperados. En China, luces y sombras en los PMIs, esta vez, con el manufacturero cayendo por primera vez desde 2016, mientras que el de servicios batía lo esperado.

A nivel político, veíamos como en Brasil, tanto la bolsa como el real brasileño acogían de manera favorable la toma de posesión de Jair Bolsonaro como nuevo presidente del país, en la cual, el recién nombrado daba un discurso enfocado a poner coto a la corrupción, al crimen, a la mala gestión económica, así como en la reducción del peso del estado y la reforma de las pensiones. Adicionalmente, la administración estadounidense permanecía cerrada, debido a que demócratas y republicanos continuaban sin llegar a un acuerdo para aprobar los presupuestos de 2019, con la financiación del muro con México como principal escollo.

Quisiera poder decir que la apertura de este nuevo año 2019 es estelar, desde el punto de vista económico, pero me temo que no es así.  Tampoco disponemos los economistas de una bola de cristal para la economía, aunque con frecuencia se nos pidan predicciones de posible evolución. Puestos a hacerlas, estas apuntan a una recesión en EE UU a final de año y una convergencia de las Bolsas mundiales. En efecto, es un buen momento para revisar los acontecimientos más importantes del pasado año, y también para mirar hacia el futuro y tratar de anticipar las tendencias que dominarán en 2019. Los economistas somos mejores explicando que prediciendo, pero tiene su justificación. Algunos hechos –como la Bolsa de valores– no son predecibles y responden a hechos sobrevenidos. A lo más que llegamos es a anticipar cómo responderán los distintos agentes económicos ante un suceso determinado no predecible. Desde hace bastantes años la revista británica The Economist publica, por estas fechas, un número especial al que titula El mundo en… seguido del número del año que se inicia. El recién publicado –El mundo en 2019– presenta las tendencias económicas, y también sociales, para el próximo año.
Como es fácil imaginar, su aproximación no tiene nada que ver con la de la bola de cristal. Lo que hace es tomar como referente el pasado, lo conocido, para proyectarlo hacia el futuro. Por eso, su primera apuesta es la ralentización de la economía. Eso es bien conocido porque todos los organismos internacionales llevan tiempo apuntando en la misma dirección. Pero, siendo más precisos, apuesta que a mediados de año EE UU superarán su etapa más larga de crecimiento ininterrumpido, y que lo más probable es que, para finales de 2019, entren en recesión. Anticipa, también, que el crecimiento de China se ralentizará. En Europa el problema será Italia, amenazada por una crisis financiera que puede poner, de nuevo, en riesgo al euro. Con los datos que tenemos hasta ahora, todo indica que el crecimiento de la economía norteamericana se ralentizará conforme se vayan agotando los estímulos fiscales, la Reserva Federal suba los tipos de interés y los aranceles estén plenamente operativos. El 1 de enero de 2019 los aranceles que ha puesto Trump a los bienes y servicios chinos aumentarán del 10% al 25%, y se da por descontado que la Reserva Federal aumentará, a partir de mediados de año, los tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales al menos en dos ocasiones. Hasta ahora las subidas de tipos se han notado más en los países emergentes, pero sus efectos sobre la economía norteamericana ya se están dejando sentir, especialmente en las Bolsas. Estados Unidos tiene el paro por debajo del 3,8%, lo que indica que la economía no está necesitada de estímulos monetarios adicionales. Un hecho curioso es que se atreve a apostar que las Bolsas mundiales convergerán. Si se exceptúa el nerviosismo de estos días, en los últimos años la Bolsa norteamericana ha crecido bastante más que las del resto del mundo. Lo que The Economist se atreve a pronosticar  es que la convergencia se producirá como consecuencia del crecimiento de las Bolsas del resto del mundo, incluidas las Bolsas europeas. La pregunta es qué hará Trump en estas circunstancias. Está claro que con Trump puede pasar cualquier cosa, aunque va a tener las manos más atadas al controlar los demócratas la Cámara de Representantes. Una primera posibilidad es que tome la deriva agresiva que acostumbra para desviar los problemas. Como la mayoría de los políticos le preocupa más el corto que el medio plazo. Lo urgente y no lo importante. También son probables los ataques a los movimientos migratorios que tanto le gustan a sus votantes. Pero, con lo aficionado que es a hacer lo contrario de lo que se espera de él, también puede tomar otro camino. Por ejemplo, puede hacerle carantoñas a los demócratas, proponiéndoles estímulos fiscales para potenciar la economía. Puede rescatar el ambicioso plan de infraestructuras que anunció a bombo y platillo en la campaña electoral. También puede venderles rebajas de impuestos a los trabajadores, en lugar de a los ricos que es lo que ha hecho hasta ahora. Y por supuesto, lo que termine pasando con la economía, y no solo la de EE UU, dependerá de política exterior, de lo que haga con China. En la guerra comercial entre EE UU y China nos jugamos todos mucho. Las subidas arancelarias de 2019 afectarán negativamente al crecimiento de la economía mundial. Pero, seguramente, el principal efecto será sobre la confianza empresarial. La mayoría de las empresas exportadoras están preocupadas, y las empresas preo­cupadas invierten menos. Además, aunque llegara a un acuerdo comercial con EE UU, China tiene otros problemas. Está cerrando el grifo del crédito tras los excesos del pasado, y la burbuja que afecta al mercado inmobiliario es muy alarmante. La deuda de las familias supera el 110% de los ingresos, una cifra más alta que la de EE UU, Japón y Francia. Y con esta deuda tan elevada no pueden tirar del consumo mundial como se esperaba. Por otra parte, en 2019 la tecnología va a seguir revolucionando el mundo, y por tanto también la economía. No parece que haya escapatoria: ni nosotros podemos escapar de los avances tecnológicos ni la tecnología puede escapar de las regulaciones. Esto implica que Silicon Valley podría estar enfrentándose a problemas serios porque se está estrechando el cerco a los gigantes tecnológicos. Ya están, pero van a seguir estando todavía más, en el punto de mira de los organismos reguladores, tanto en EE UU como en la UE.

Respecto a España, tenemos una España dividida necesitada de una nueva fase de reformas. Yo añadiría que no es tiempo de contrarreformas –como parece que plantea el Gobierno con el mercado laboral– dando marcha atrás a una reforma que ha creado mucho empleo, aunque de calidad manifiestamente mejorable. La conclusión es que España necesita un partido reformista fuerte, porque la recuperación empieza a flaquear, la educación y el sistema de pensiones necesitan una reforma urgente, y el tiempo no va a solucionar por sí solo el conflicto catalán. Así que habrá que ir pensando en arremangarse. Digo yo.

Abundando en el panorama doméstico, podemos comentar un poco las novedades que trae 2019 en cuanto a pensiones, cotizaciones y salario mínimo. El año nuevo trae consigo caída en el precio del gas y novedades para los autónomos. El último Consejo de ministros del año ha sido uno de esos denominados escoba por las numerosas medidas aprobadas a través de varios Reales Decretos-Leyes que sobre distintas materias que van desde cuestiones que afectan a la Seguridad social, los autónomos, la fiscalidad del sector de la cultura, o los subsidios a desempleados entre otros muchos asuntos. Junto a lo aprobado en ese consejo,  el año 2019 viene cargado de otras novedades que también afectarán al bolsillo de ciudadanos y empresas. Los contribuyentes con menos ingresos verán como se eleva el mínimo exento de ingresos por debajo del cual no es necesario pagar IRPF en la declaración de la renta. Además, las prestaciones por maternidad y paternidad han quedado exentas de tributar por IRPF para todos, incluidos los empleados públicos. Unos 2,5 millones de trabajadores se beneficiarán directa o indirectamente de una fuerte subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que pasa de 735,90 a 900 euros al mes en 14 pagas. Esto supone un 22,3% más de un año para otro, el mayor incremento de la historia de esta renta mínima.

Los funcionarios parece ser que veremos cómo nuestros sueldos se elevan un 2,5% ampliable a otro 0,25%, mientras que las pensiones contributivas se revalorizarán un 1,6% y las mínimas y asistenciales lo harán en un 3%. El incremento de las pensiones afectará a 10,3 millones de prestaciones contributivas y asistenciales y tendrá un coste de 2.591,65 millones de euros, según informó el Ministerio de Trabajo. Para sufragar este mayor gasto, el departamento que dirige Magdalena Valerio ha decidido llevar a cabo un fuerte aumento de las bases de cotización que abonan los empresarios en su mayor parte y, en menor medida, los trabajadores. En concreto, las bases mínimas de cotización se elevan un 22,3%, en igual cuantía que lo hace el salario mínimo, hasta los 1.050 euros mensuales (en 12 pagas). Mientras que las bases máximas, de los que más ganan, subirán un 7% hasta los 4.070,10 euros. Con ambos incrementos la Seguridad Social pretende ingresar unos 2.000 millones extra, con lo que aún no sería suficiente para costear el alza de las pensiones.

Autónomos 

También el colectivo de los autónomos pagará más a la Seguridad Social. Su cuota mínima mensual se eleva cinco euros hasta 283 euros al mes, y obtendrán varias mejoras de las prestaciones. A cambio de este incremento, los autónomos cotizarán por todas las contingencias y obtendrán mejoras de prestaciones como el cobro durante el doble de tiempo de la prestación por cese de actividad, entre otras. La tarifa plana que pagan los nuevos autónomos y aquellos que no han estado en el RETA durante un año pasa de 50 a 60 euros mensuales. Esta tarifa se extiende a los autónomos agrarios. La normativa aprobada recoge legalmente el acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Trabajo y las asociaciones de los trabajadores autónomos. Este pacto incluye un incremento de las bases mínimas de cotización a la Seguridad Social del colectivo del 1,25% para 2019 y un aumento del tipo de cotización al 30%. Esto eleva la cuota mínima mensual que abonan ocho de cada diez autónomos en cinco euros, desde los 278 euros a los 283. A cambio de este incremento, los autónomos estarán obligados a cotizar por todas las contingencias (enfermedad común y profesional; cese de actividad; y formación) y obtendrán mejoras de prestaciones como el cobro durante el doble de tiempo de la prestación por cese de actividad, o la exoneración de pagar la cuota mensual a partir del día 61 de baja médica. Esta tarifa reducida se extiende a los autónomos del sistema agrario y a las autónomas que hayan sido madres, que podrán optar a ella durante 12 meses dentro ded los 24 meses posteriores a la prestación por baja de maternidad. Además, en materia fiscal, los límites de facturación delimitada en la tributación por módulos en el IRPF han quedado prorrogados para 2019. La legislación preveía que este año se redujeran los umbrales a partir de los cuales un autónomo no puede tributar por el método de estimación objetiva. El Real Decreto-ley modifica esta situación y mantiene inalterables los límites de exclusión. Así, los trabajadores por cuenta propia no podrán tributar por el método de estimación objetiva cuando el conjunto de sus actividades supere los 250.000 euros o cuando la facturación a otros empresarios o profesionales sobrepase los 125.000 euros.

Sueldo de los empleados públicos

El sueldo de más de 2,5 millones de funcionarios se revalorizará un 2,25% en 2019 con la posibilidad de que se den incrementos del 0,25% adicional en función del PIB –si crece más de un 2,5% en 2019– y otro 0,25% que dependerá de cada administración. Es una medida que ya fue pactada por el Gobierno de Mariano Rajoy con los sindicatos y que Pedro Sánchez ha dado luz verde por decreto ley para evitar la incertidumbre ante una posible prórroga presupuestaria. Además, los funcionarios de la Administración General del Estado (AGE) tendremos a nuestra disposición una bolsa con hasta un 5% de nuestra jornada laboral anual de libre disposición y acumulables entre sí para el cuidado y atención de hijos menores, personas mayores y personas con discapacidad en primer grado de consanguinidad o afinidad. El Gobierno ha querido aumentar la penalización en la sobrecotización a la Seguridad Social de los contratos temporales de muy corta duración. Para eso el Ministerio de Trabajo ha decidido que “en los contratos de carácter temporal cuya duración efectiva sea igual o inferior a cinco días, la cuota empresarial a la Seguridad Social por contingencias comunes se incrementará en un 40%”. De esta forma, dicho encarecimiento que pagan los empresarios pasa del actual 36% con el que están penalizados los contratos de menos de siete días actualmente a un 4% en el caso de los de cinco días o menos de duración. Este encarecimiento no se aplicará, no obstante, a los contratos encuadrados en el Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Ajena Agrarios.

Empleadas de hogar

El año traerá también novedades para el Régimen Especial de Empleadas de Hogar, para el que se establecen bases de cotización en función de 10 tramos de retribuciones, el último se deja para que la base sea el salario percibido. Además, se fijan las horas máximas que se podrán realizar en cada tramo, de acuerdo al salario mínimo interprofesional. Si bien se mantiene la reducción del 20% en las cotizaciones por las personas que trabajan en el servicio del hogar, así como la bonificación de hasta el 45% si el empleador es una familia numerosa. Finalmente, el Ministerio de Trabajo ha decidido reducir el periodo transitorio para la equiparación completa de estas trabajadoras –nueve de cada diez son mujeres– con el resto de trabajadores del Régimen General y cotizar por el salario real, que será efectivo el 1 de enero de 2021.

Fiscalidad de los artistas

El Consejo de Ministros aprobó también un real decreto ley que incluye medidas de apoyo a la creación artística, entre ellas la bajada del IVA a los servicios prestados por autores, creadores y productores del 21 al 10%. Se recupera de este modo, con efectos desde el 1 de enero de 2019, la aplicación del tipo reducido de IVA a estos servicios esenciales de la industria cultural.

Muy buena noticia me ha parecido la de que Hacienda quiera igualar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en todas las comunidades. Los «desajustes» entre regiones llevan a que con una herencia de 800.000 euros se pague 105.000 euros en Asturias pero solo 130 en Canarias o 1.500 en Madrid. Siendo asturiana, no cabe pensar otra cosa.

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones, transferido a las comunidades autónomas, es uno de los más populares últimamente debido a las quejas de los ciudadanos por las disparidades entre unas regiones y otras. Por ello,  la ministra de Hacienda, María Jesús montero, ha asegurado a la prensa que sería «conveniente» la armonización de este tributo para evitar los enormes «desajustes» que existen hoy en día entre comunidades. El objetivo de la medida, que entraría en vigor una vez que el sistema de financiación autonómica quede reformado, es evitar que las regiones que tengan mayores recursos «arrastren» a las demás y les priven de un aumento del gasto social para cuestiones «fundamentales» como la Sanidad, la Educación o la Dependencia, ha explicado la ministra tras recoger un premio del Cermi otorgado al Ministerio de Hacienda. Como asturiana, espero que esa equiparación se lleve a cabo porque la situación en Asturias es realmente sangrante, en lo relativo a este impuesto.

A nivel local, me ha resultado agradable leer los resultados de una encuesta que señalan que más del 77% de los asturianos están satisfechos con su trabajo. En concreto, el 77,3% de los asturianos dice ser feliz en su trabajo, medio punto menos que el año pasado pero superior a la media nacional, del 76,1%, según una encuesta realizada por la empresa de recursos humanos Adecco.

Por otro lado, construcción, hostelería y servicios sociales, son motores del empleo en Asturias. El paro retrocedió en 2018 en Asturias por sexto año consecutivo, situándose en el nivel más bajo desde 2009. Pero el tamaño de la lista de personas inscritas como demandantes de trabajo tiene aún un tamaño impactante: 72.804 al finalizar el mes de diciembre, seis mil menos que toda la población de Avilés. El impulso que recibió el empleo, más tibio que en los años precedentes, vino principalmente de la construcción, los servicios sociales, la sanidad y la hostelería. Como también sugieren los datos sobre el conjunto de España, la recuperación del mercado laboral asturiano se apoya sobre actividades pegadas al consumo y a la demanda interna, con la industria en un segundo plano. La evolución de las afiliaciones a la Seguridad Social informa del pulso que tiene esa recuperación en Asturias. El número de cotizantes crece desde 2014, si bien lo hace con menos ímpetu que en el resto del país. Esa divergencia volvió a manifestarse el pasado año, cuando la región ganó una media cercana a los 4.000 afiliados (hasta superar los 362.000), el 1,1% en términos relativos. Esa tasa es nítidamente inferior a la nacional (3,1%) y menor también que la conseguida por Asturias en los tres años anteriores. Es el reflejo estadístico de que el despegue del empleo pierde intensidad. La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) incidió en ello: «2018 ha sido positivo para el empleo, pero la creación de empleo se ralentiza y corremos el riesgo de que la etapa expansiva se acabe sin habernos recuperado de la recesión anterior».

Me ha llamado mucho la atención la declaración del vicesecretario de coordinación institucional y diputado de Foro, Pedro Leal, quien ha resaltado la importancia de adoptar medidas de protección en defensa de sectores económicos clave en Asturias como el metal y manifestó que «el establecimiento de un arancel ambiental es imprescindible para proteger nuestra industria básica, el empleo que genera y evitar deslocalizaciones que desertizan la región». El comentario habla por sí mismo. Nada más que añadir.

¡Feliz año 2019, amable lector! Incluso desde el punto de vista económico.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.