Campeones en muertos y en parados

A lo largo de la pasada semana los índices bursátiles europeos han vuelto a sufrir nuevos retrocesos como consecuencia de la fuerte expansión del coronavirus en EE. UU., así como la potencial prórroga de las medidas de distanciamiento y su efecto de paralización en la economía. Trump ha advertido que en dos semanas habrá entre 100.000 y 240.000 muertos por Covid-19 en EE UU.  Los contagios por coronavirus en Estados Unidos superan ya los 188.000 tras sumar más de 24.000 en las últimas 24 horas y el número de muertos es de 3.882 (unos 740 en las últimas 24 horas), solo por detrás de Italia y España.

El presidente avisó de que las próximas dos semanas serán «muy, muy dolorosas», al tiempo que sus asesores médicos de más alto rango presentaron las proyecciones de fallecidos con las que la Casa Blanca trabaja. En el mejor de los casos, la Casa Blanca augura una horquilla de entre 100.000 y 240.000 muertos gracias a las medidas de contención que se han implementado, una cifra que podría llegar a entre 1,5 y 2,2 millones si nada se hiciese para combatirlo. El presidente consideró que 100.000 muertos sería «una cifra muy baja» si se compara con las peores proyecciones.

A nivel mundial, los casos de infectados superan la barrera del millón, con la OMS viendo signos de estabilización del Covid-19 en Europa, donde se continúa discutiendo sobre prorrogar las medidas de confinamiento, y se intensifican las advertencias de las autoridades sanitarias sobre la necesidad de un levantamiento de las medidas muy contenido hasta que se alivien las tensiones en los sistemas sanitarios y se dispongan de sistemas de control «efectivos» masivos. En EE. UU., Trump daba un nuevo giro en la estrategia contra el Covid-19, y retiraba su objetivo de levantar las medidas de distanciamiento social en Semana Santa, y haciendo valer las opiniones de los expertos médicos retrasaba esta meta hasta al menos el 30 de abril. En esta línea, se filtraba un informe de Inteligencia de EE.UU. desmontando las cifras oficiales de contagios y fallecidos en China, que está sirviendo como arma política en EE.UU. para sortear el coste político de la falta de preparación del sistema sanitario.

A nivel europeo, parece que los ministros de finanzas se volverán a reunir con el objetivo de armar la estrategia de estímulo post confinamiento y acordar el funcionamiento de los mecanismos de financiación europea para esta crisis:

1.- Financiación del Fondo de Rescate de la Eurozona ESM, que concedería líneas de crédito de hasta un 2% del PIB, con el debate en cómo se puede levantar la condicionalidad a la que está sujeta actualmente la activación de este mecanismo y de qué manera se quita el estigma por usarlo (España e Italia quieren que no tenga condiciones).

2.- Financiación procedente del Banco de Inversión Europeo (EIB), que está dispuesto a desplegar hasta 40.000 M € de financiación adicional.

3.- La Comisión Europea (AAA rating) podría emitir deuda, garantizada por todos los países de la UE, para financiar un esquema de trabajo a corto plazo que incentive a los empresarios a reducir horas de trabajo en vez de puestos de trabajo. (25.000 M €). Hay un alto sentido de la criticidad de la situación en la que nos encontramos y que no se puede volver a mostrar una ruptura, con la preocupación además de la situación de Italia, que saldrá de esta crisis todavía con unas finanzas mucho más delicadas.

Por otro lado, Bank of America (BofA) ha advertido de que 250.000 millones de euros del mercado de bonos de empresas españolas e italianas de calidad «aceptable» podrían verse afectados ante eventuales rebajas de los ‘ratings’ soberanos ante la crisis del coronavirus. La entidad ha recordado que las agencias de calificación vinculan estrechamente los ‘ratings’ de las empresas con las calificaciones soberanas, especialmente en los países de la periferia europea, por lo que «las perspectivas para Italia y España se vuelven cruciales». El análisis de BofA detalla que el mercado de bonos cuenta actualmente con 250.000 millones de euros crédito español e italiano de categoría de grado de inversión, de los cuales el 90% está calificado como ‘BBB’. En el caso de España, la entidad destaca la deuda de 24.000 millones en la categoría ‘BBB3’ de firmas como Abertis y los 54.000 millones de deuda en la calificación ‘BBB2’ de compañías como Repsol y Telefónica. Desde mediados de 2012, tras la crisis del euro, el volumen de crédito periférico con alto grado de dependencia de la calificación soberana ha crecido desde los 200.000 a 275.000 millones de euros, ya que los emisores han reemplazado la financiación bancaria por el mercado de bonos. Por lo tanto, la cuantía de la deuda de ‘investment grade’ que podría verse afectada por futuras rebajas de calificación soberana «es importante hoy en día», ha razonado la entidad.

Entre los factores de riesgo, la firma estadounidense ha destacado el nivel de deuda, la recesión, el populismo y el euroescepticismo como «los temas que seguramente pesarán en los soberanos periféricos de nuevo».

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que «una profunda recesión en Europa es ya inevitable» en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, ya que cada mes de cuarentena económica resta un 3 % del PIB anual. «En las principales economías de Europa, los servicios no esenciales cerrados por decreto representan cerca un tercio de la producción. Esto quiere decir que cada mes que estos sectores siguen cerrados se traduce en una caída del 3% en el producto interior bruto anual (PIB)», afirmó el director del Departamento de Europa de la institución, Poul Thomsen. Italia y España, la tercera y la cuarta economía de la zona euro, se encuentran prácticamente paralizadas al ser los dos países más afectados por la pandemia; y otras grandes economías como Alemania y Francia han aplicado severas restricciones de movimiento y actividad. «Esto antes de que otras alteraciones y efectos de contagio al resto de la economía se contemplan. Una profunda recesión en Europa es ya un resultado inevitable», agregó Thomsen. La institución había previsto en enero un crecimiento económico en la zona euro del 1,3 %. Thomsen aplaudió las medidas tomadas por las autoridades «al poner en práctica grandes estímulos monetarios y fiscales para contener el impacto de la crisis», como la suspensión de los límites de déficit fiscal y los masivos programas de recompra de activos del Banco Central Europeo (BCE). «No deberemos subestimar la capacidad de los líderes de la eurozona para hacer lo necesario para estabilizar la economía», agregó el economista del FMI. Asimismo, explicó que «excepto Rusia y Turquía, la mayoría de los nueve economías emergente de Europa Central y del Este ya han solicitado asistencia de emergencia al FMI» para encarar los efectos negativos del coronavirus.

A nivel doméstico, los trabajadores afectados por expedientes temporales rondan los tres millones. Y es que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) no cesan. El último día de marzo los aprobados por la autoridad laboral y los pendientes de resolución afectaban a una cantidad de trabajadores que ronda ya los tres millones, según fuentes de la Administración laboral. El expediente de regulación temporal ha sido la herramienta más utilizada por las empresas de todos los tamaños para ajustar sus plantillas mientras se supera la crisis del Covid-19, que ha obligado a un parón desconocido de la economía. Estos expedientes se mantendrán mientras permanezca el estado de alarma por disposición del Ministerio de Trabajo y, a su finalización, las empresas deberán mantener sus plantillas por un periodo mínimo de seis meses. Para evitar esta avalancha de ajustes parciales de empleo, el Ministerio de Trabajo dispuso la semana pasada un nuevo instrumento laboral, desconocido antes en la regulación del trabajo, cual es el cierre de la actividad en las empresas, pero con un permiso retribuido recuperable a cargo de la tesorería de las sociedades.

Y cierro con otra pésima noticia a nivel ecónomico, que se añade a la de pérdida de vidas humanas.  La crisis del coronavirus provoca la pérdida de 900.000 empleos desde el inicio del estado de alarma. Los efectos de la Covid-19 dan un golpe sin precedentes al mercado laboral y elevan la cifra de parados a 3,5 millones. En apenas algo más de dos semanas, desde que comenzaron a notarse en la economía las consecuencias de la crisis, la caída del empleo no ha tenido precedentes: casi 900.000 afiliados menos a la Seguridad Social, que dejaron el volumen total en 18,4 millones a final de mes. El paro también ha roto sus registros negativos al subir en 302.265 desempleados, según los datos publicados por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social. En este golpe laboral, no se suman los 620.00 afectados por ERTE ya procesados por los servicios públicos. El impacto de la Covid-19 en la economía apenas se notaba en los registros laborales hasta que el 9 de marzo comenzaron a cerrarse los colegios por el avance de la crisis sanitaria. Los días siguientes empezó a notarse el estancamiento brusco en la afiliación a la Seguridad Social y, por tanto, en la ocupación. Y el 12 de marzo llegó el desplome. Desde entonces, se han perdido 898.822 empleos, como cuantificó el propio ministerio. Si se toma el mes entero, la caída es un poco menor: 838.979 afiliados menos entre el 29 de febrero y el 31 de marzo. Aun así, es el peor dato de la serie estadística. Para ilustrar la magnitud del impacto, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, comparó lo sucedido en las dos semanas posteriores a la declaración del estado de alarma con lo ocurrido entre el 2 octubre de 2008 y el 27 febrero de 2009. En aquellos cinco meses (101 días laborables), que podían calificarse como la zona cero de la Gran Recesión provocada por la quiebra Lehman Brothers, el instituto previsor perdió un poco más de 900.000 afiliados. Ahora se ha dejado una cifra similar en 14 días y deja la cifra total de ocupados cotizando en 18,4 millones. En este breve periodo, la Seguridad Social ha vuelto al nivel de afiliación con que cerró febrero de 2018.

Leía estos días una reflexión de Julio Llamarazes, muy inteligente en relación a la pandemia, que se titulaba «La otra pandemia». Como bien señala, no debemos perder ni la prudencia ni el respeto por nuestro gobierno. Ahora bien, las cosas difícilmente se podrían haber hecho peor, conociendo en enero que esto podía pasar. La OMS había avisado a todos los gobiernos, no solo al nuestro, sino a todos.

Vivimos en un país campeón en parados. Eso desde siempre. Y ahora, en esta crisis, en muertos por coronavirus, más o menos como Italia. No es para estar orgullosos, ni mucho menos.

Le deseo un feliz descanso de Pascua. Recuerde no irse de vacaciones, más allá de su casa. ¡Hasta la vuelta!

 SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE