El oportunismo de Abeloski
Uno de los muchos jugadores que dejaron una estela carismática es Abel. El de Moñar tenía unas reacciones imprevisible, con unos goles inverosímiles, al lado de otras ocasiones que parecían claras y que no acertaba a finalizar. En su primera fase no se le valoró lo suficiente, hasta que un técnico de la casa subrayó que si Abel llega a llamarse Abeloski sería más reconocido, en alusión a la valoración de los numerosos futbolistas extranjeros que venían a España con unos rendimientos mediocres. En la fotografía, Abel marca ante Basauri, el doce de abril de 1981, en El Molinón. El Sporting ganó a Osasuna por 5-1. El tanto de Abel deshacía el empate a uno, tras haberse adelantado Enrique Martín en el marcador, con igualada de Ferrero.