Un caso insólito
Uno de los jugadores más castigados por la afición fue Juanma. El delantero luanquín sufrió en sus inicios tres lesionas de gravedad en las dos rodillas, lo que retrasó su ascenso al primer equipo. Era un jugador muy técnico y con buena visión de gol, pero la grada le exigía un rendimiento más agresivo. Incluso era silbado por algunos espectadores cuando hacía ejercicios de calentamiento en la banda, un hecho anómalo con un jugador local. En su trayectoria jugó con los rojiblancos 116 partidos ligueros, 20 coperos y cuatro de la Copa de la UEFA. En la actualidad, su hijo Pelayo milita en el equipo juvenil, con una gran proyección como defensa central. En la fotografía, Juanma da un preciso pase a la banda en un encuentro ante el Murcia, en un encuentro lluvioso y con el campo pesado.