Impacto económico del terror

La pasada semana se ha caracterizado por un punto de inflexión derivado del atentado terrorista en Barcelona, que provocó caídas generalizadas en las dos últimas jornadas, especialmente en la del viernes, tras haber disfrutado en las tres primeras sesiones semanales de subidas con fuertes revalorizaciones de la renta variable. A nivel macro, cabe destacar los buenos datos publicados en Europa (IPC de julio y PIB del segundo trimestre), mientras que en Estados Unidos el balance es mixto. Por el lado microeconómico se ha producido un comportamiento dispar entre sectores (versión positiva para las utilities y la industria básica y negativa para las petroleras que arrastran los descensos del crudo).

Aquí, en Reino Unido, se ha propuesto a la Unión Europea mantener una «unión aduanera temporal» tras el Brexit para favorecer una transición suave en el intercambio de mercancías entre las partes, en un informe publicado por el Ministerio para la Salida de la UE (DExEU, por sus siglas en inglés). Se muestran además muy preocupados con lo que pueda pasar en la frontera con Irlanda. Por un lado, el gobierno británico quiere mantener la mayor libertad de circulación de mercancías sin tasas adicionales y también de personas, pero por otro lado se teme que sea un coladero de inmigrantes europeos hacia Irlanda del Norte, lo cual les coloca en un auténtico dilema. Yo creo que su prioridad es mantener la paz en el territorio y las buenas relaciones con Irlanda pero resulta fundamental controlar la inmigración porque, a la postre, fue razón fundamental del Brexit que estamos viviendo.

A nivel doméstico, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ha señalado recientemente que los españoles han recuperado el nivel de renta anterior al inicio de la crisis, pero se ha «perdido una década», ya que la economía española «tendría que haber crecido» en estos diez años y no cuenta con el nivel de empleo previo a la crisis. El titular de la cartera ha incidido en que «lo fundamental» para completar la recuperación económica de España tras la crisis es «volver a recuperar el millón y medio de puestos de trabajo» y «crear medio millón de puestos de trabajo al año». Lo cierto es que cuatro de cada diez familias españolas no puede salir de vacaciones ni siquiera una semana al año. Pensionistas que escasamente llegan a fin de mes, mujeres en paro con hijos a cargo y con mucha dificultad para acceder a una vivienda, parejas que viven en casa de sus padres y trabajadores pobres, todo esto creo que es la otra cara de una España que no termina de notar la recuperación económica.


Por su parte, los atentados de Barcelona y Cambrils han provocado caídas en los valores relacionados con el sector turístico en España y también en el resto de Europa. IAG (-2,21%), dueña de las aerolíneas españolas Iberia y Vueling, la cadena hotelera Meliá (-1,97%) y el gestor aeroportuario Aena (-1,94%) son tres de los valores del Ibex 35 que más han caído el pasado viernes. Además, fuera del selectivo Ibex 35, el grupo hotelero NH se ha dejado un 3,8%. El impacto no se ha dado únicamente en las cotizadas españolas. Las grandes aerolíneas europeas también han sufrido descensos. La ‘low cost’ irlandesa Ryanair ha perdido casi un 2%, Air France-KLM se ha dejado un 1,6% y la británica easyJet ha bajado un 0,85%. La única aerolínea que ha cerrado el viernes pasado con subidas es Lufthansa (+0,39%), por la posibilidad de hacerse con parte de Air Berlin. Los atentados de Barcelona y Cambrils son los primeros ataques yihadistas vividos en España desde 2004. En los últimos años, nuestro país se ha beneficiado de una situación de seguridad y estabilidad política y económica, algo que ha impulsado sectores punteros como el turismo. El año pasado llegaron 75,5 millones de turistas, y este año se prevén más de 83 millones de llegadas, lo que podría situar a España a la cabeza del turismo mundial.

En mi opinión, amable lector, que se mantenga la estabilidad en el territorio y que se trate de controlar al máximo este problema, es la mejor medida que se puede tomar, no sólo porque así lo merece la sociedad española, que ha sufrido durante años el terrorismo de ETA y se merece la paz, sino porque precisamente España se está beneficiando de la huida de turistas de otros territorios altamente peligrosos.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.