Perdiendo prestigio en el 1 O

Los distintos frentes políticos (Alemania, Cataluña, negociaciones Brexit, reforma fiscal en Estados Unidos) han marcado los últimos siete días y, con todo y con eso, los principales índices europeos cerraban la semana con subidas cercanas al 1,0%. Por parte de los bancos centrales centrales (Yellen, miembros FED, BoE) el mensaje que se ha reiterado es el de continuar con el proceso de normalización monetaria, pese a que los datos de inflación preliminares de septiembre en Europa no mejoraban respecto a agosto. Abundando en las líneas generales de política monetaria, el martes Yellen reiteraba su visión de que deben seguir realizando subidas de tipos graduales, a pesar de reconocer las incertidumbres que ven en el comportamiento de la inflación. El BoE defendía el comienzo de la retirada de estímulos en el corto plazo, declarando además que una subida de tipos se debería tomar positivamente como un paso de vuelta a la normalidad. Y, por su  parte, el BCE en declaraciones de Draghi, mostraba confianza en la senda de la inflación con los objetivos del Banco Central Europeo, aunque requería paciencia y una amplia cantidad de estímulo, dado el riesgo de una retirada prematura.

En el inevitable tema de las negociaciones para el Brexit, Donald Tusk afirmaba que no se han producido suficientes progresos en las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE, para pasar a la siguiente fase de las negociaciones. Theresa May ha pasado de la negociación más dura a la estrategia blanda, requiriendo dos años más de plazo. Hay quien ha denominado esto “la parodia del Brexit”, por lo excéntrico del proceso que se está llevando a cabo. La primera ministra británica, alzada al poder tras el Brexit y después de haber cambiado de chaqueta, ha pasado del Brexit es “Brexit duro y ya”, a un “Brexit blando” y dos años más de plazo para negociar. Bruselas, lógicamente, ha respondido que Brexit sí o no, pero nada de medias tintas. Y en esta situación, el líder laborista británico, Jeremy Corbyn, del ala más izquierdista del partido, aislado no hace mucho tiempo, ve ahora posibilidades reales de convertirse en nuevo primer ministro con una política de nacionalizaciones bastante complicada. Y sin definir claramente qué haría con el Brexit.

En mi opinión, aunque ya nos vamos acostumbrando desafortunadamente, es muy poco presentable que los intereses personales y partidistas de unos políticos jueguen de tal manera con las personas, con las familias, con las empresas, con las instituciones y con el rigor y la seriedad que requieren unas decisiones de tal envergadura que no pueden tomarse con un referéndum con la mitad más uno.

Como sabe, amable lector, en Alemania, el partido de Merkel se imponía en las elecciones con cerca del 33% de los votos, lo que supone una caída de 8,5 puntos respecto al resultado alcanzado en 2013. Este desenlace electoral implica un mayor esfuerzo en las negociaciones para formar un nuevo gobierno y un aire de inestabilidad en Europa, que estaba pendiente del nuevo liderazgo de Merkel para tomar ciertas decisiones. Del otro lado del charco, en EE.UU., el equipo de Donald Trump presentaba su propuesta de reforma fiscal que tendrá que ser aprobada por un congreso dividido y defender el impacto en el déficit fiscal. Se confirmaban las premisas de rebajas del impuesto de sociedades (del 35% al 20%), menores tasas impositivas para las rentas de personas físicas y simplicidad de los tramos.

A nivel doméstico, el tema único de esta histórica jornada – 1 de octubre de 2017 – en la que yo publico estas líneas, es la celebración (o no) de ese referéndum ilegal. La lectura política es muy triste y para hacer una correcta lectura de las consecuencias económicas ha de pasar más tiempo. No obstante, de momento ya estamos viendo algunas severas consecuencias, no sólo para Cataluña sino para el resto de España. Esta situación política tan inestable y conflictiva, por el momento, ha bloqueado la aprobación de los presupuestos de 2018, pese a que el gobierno confía en su aprobación una vez se estabilice la situación y con el objetivo de sacarlos antes de final de año. Es evidente que la crisis en Cataluña y el bloqueo del PNV aboca a España a la prórroga presupuestaria. Por su parte, el PP, obligado a retrasar los presupuestos afirma que “no es necesario marcar una fecha”.

El Banco de España también ha alertado de «efectos negativos» futuros en la economía por Cataluña. El supervisor, que mantiene sus previsiones de crecimiento sin haber notado ningún impacto, reconoce que las tensiones políticas podrían perjudicar a la confianza, al gasto y a la financiación. La deriva política que está tomando la crisis catalana, y sobre todo la incertidumbre en torno a lo que pueda suceder en el futuro tras el día de hoy, ha obligado al Banco de España a incluir este «riesgo» futuro entre los peligros que pueden afectar a la evolución económica. En su informe sobre las proyecciones macroeconómicas 2017-2019, el supervisor considera que «las tensiones políticas en Cataluña podrían afectar eventualmente» al conjunto del país. Esta previsión implicaría un impacto sobre las decisiones de gasto de los ciudadanos, la confianza entre los agentes económicos así como las de financiación. Es la primera vez que se hace referencia a este problema secesionista en el análisis periódico que realiza el supervisor.

Por otro lado, Standard & Poor’s frena una posible subida de la nota de España por Cataluña, dado que considera que «las tensiones entre el Gobierno central y el ejecutivo catalán podrían, si no se frenan, comenzar a afectar a la confianza empresarial y a las inversiones y debilitar las perspectivas de crecimiento». Por ello, esta prestigiosa agencia de calificación crediticia ha decidido mantener la nota de España (BBB+ con perspectiva positiva) y ha reconocido la consolidación de los avances macroeconómicos, si bien ha advertido de que las «tensiones» abiertas con Cataluña podrían lastrar el crecimiento de la economía. La firma ha previsto que el PIB español cierre este año con una subida en el entorno del 3 por ciento, por encima de la media de la eurozona, y que se cumpla el objetivo de déficit, establecido en el 3,1 por ciento. Sin embargo, también ha considerado que «las tensiones entre el Gobierno central y el Gobierno regional de Cataluña podrían, si no se frenan, comenzar a afectar a la confianza empresarial y a las inversiones y debilitar las perspectivas de crecimiento». En este sentido, Standard & Poor’s ve factible que eleve la nota española en los próximos 18 meses, pero advierte de que lo hará si se mantiene el repunte económico y la consolidación presupuestaria y se reducen las tensiones políticas. La agencia ha apuntado en su nota que el escenario generado por la convocatoria del referéndum independentista en Cataluña hace «menos predecibles» las perspectivas en materia de deuda.

Considero que todo esto lleva necesariamente a hacer la lectura de que el día que estamos viviendo hoy, este 1 de octubre de 2017, nos lleva inevitablemente a la pérdida de prestigio internacional.

Y por terminar con buen sabor de boca empresarial, una noticia que no resulta nada nuevo bajo el sol a nivel doméstico. Zara es la marca española más valiosa: 21.428 millones de euros.  Movistar ocupa el segundo puesto, con una valuación de 18.803 millones de euros. En concreto, cinco compañías de Inditex figuran en el ranking elaborado por la consultora Kantar Millward Brown. Además de Zara, otras cuatro compañías del grupo Inditex han ingresado en el ranking: Massimo Dutti (2.413 millones), Stradivarius (1.749 millones), Bershka (1.578 millones) y Pull&Bear (1.445 millones). La firma de indumentaria Mango, con 1.014 millones, también figura en la lista. Estas empresas de moda ocupan seis puestos en el ranking de las 30 marcas más valiosas de España, presentado el pasado jueves por la mencionada consultora. El gigante textil Zara encabeza la lista, con 21.428 millones de euros, y representa casi un 25% del valor combinado de las empresas listadas, que asciende a 88.000 millones. El segundo puesto lo ocupa Movistar con 18.803 millones. Le siguen los bancos Santander y BBVA con 7.465 y 6.732 millones, respectivamente. No se puede hacer otra cosas que felicitar al fundador de Zara y consolarse con semejante éxito empresarial de las desgracias políticas que sufrimos últimamente.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA ASOCIADA A LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.