¿Posible colapso financiero?

Impartía yo hace unos días mi sesión en el Curso Experto en Bolsa y Gestión de Patrimonios del Instituto Universitario de la Empresa, para hablar a los alumnos de la gestión de fondos de inversión. Es evidente que no corren buenos tiempos para la inversión porque el 93% de los fondos de inversión españoles ha registrado pérdidas en lo que va de año: los inversores llevan perdida una media de un 3% en 2018. Las caídas afectan tanto a los fondos de Bolsa como a los de renta fija. El mal momento de los mercados financieros ha hecho estragos en los fondos de inversión españoles. Que el 92,6% del dinero invertido en fondos registrados en España presente pérdidas en lo que va de año, yo creo que no se había visto ni en los años más oscuros de la última crisis. Son 2.061 productos de un total de 2.778 los que registran números rojos en el ejercicio, es decir, el 74%. El porcentaje del patrimonio gestionado que está en pérdidas es aún mayor porque los vehículos superventas han funcionado peor que la media. En términos absolutos, los fondos de inversión que presentan números rojos manejan un patrimonio agregado de 244.000 millones de euros. Por término medio, los españoles que tienen un fondo de inversión perdían un 2,97%, a 2 de noviembre. Todas las categorías de fondos llevan un ejercicio difícil, sin excepción. La familia más numerosa, la de los fondos de renta fija mixta (con 58.000 millones de euros acumulados y más de dos millones de cuentas partícipes), presenta un rendimiento negativo del -1,22% en el año.

Si esto no es buena noticia, más grave me parece aún, amable lector, que el Banco Central Europeo (BCE) haya dado la voz de alarma por el crecimiento exponencial que ha tenido la industria de fondos de inversión, unido a sus múltiples interconexiones con el sector bancario y con los emisores de deuda, lo cual ha creado una amenaza que puede desestabilizar el sistema y crear un colapso financiero. El encargado de llamar la atención sobre los peligros que se han creado por el fuerte desarrollo de esta industria ha sido el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en un discurso pronunciado recientemente en Fráncfort, en unas jornadas financieras. De Guindos recordó ante cientos de banqueros y gestores que el patrimonio gestionado por fondos de inversión europeos se ha triplicado en la última década, hasta sumar más de 12 billones de euros. Si en 2008 sus activos gestionados equivalían al 15% de los activos bancarios, al cierre de 2017 ya representan el 42%. Este fuerte crecimiento en términos de tamaño podría tener importantes implicaciones en la capacidad del sistema financiero para absorber shocks y para la situación de la economía en general. El exministro de Economía español considera que uno de los grandes peligros que implica el gran tamaño de la industria de fondos es que haya una retirada masiva de dinero por parte de los clientes porque la liquidez del sistema podría verse comprometida rápidamente si muchos particulares deciden retirar el dinero de sus fondos a la vez. El vicepresidente del BCE dijo sentirse “seriamente preocupado sobre la reducción de la liquidez en el sistema y el papel que puede jugar la industria de fondos de inversión en un escenario de estresamiento de las condiciones financieras”. De Guindos también advirtió del rápido crecimiento de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés), un tipo de activo similar a los fondos de inversión, que replica la evolución de los índices de acciones (como el Ibex o el Nasdaq) y de bonos. Está claro que cada vez están entrando más en la renta fija, y no hay experiencia de la capacidad de liquidez que pueden ofrecer en situaciones de estrés. Además, De Guindos alertó sobre el rápido desarrollo de fondos alternativos que tienen unos niveles de apalancamiento que, en ocasiones, las autoridades desconocen. Se hace obligada la mesura, amable lector, y buscar efugio de esta situación que resulta preocupante, llamando a la responsabilidad de los ahorradores que se han decantado por la inversión colectiva.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.