Seria advertencia de Bruselas

Considero, amable lector, que lo más destacado de la semana desde el punto de vista económico es el efecto que ha tenido sobre los mercados financieros, tanto las negociaciones en la guerra comercial entre EE.UU. y China, así como el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea. En definitiva, nada nuevo bajo el sol. Los índices tenían comportamientos mixtos, pero el Ibex 35 reflejaba un claro retroceso arrastrado por la caída de la banca española.

Respecto al Brexit, lo más reseñable es que parlamento británico aprobaba la conocida enmienda Brady y devolvía a May los mandos de la negociación del backstop de la frontera norirlandesa. Así, ahora la pelota estaría en el tejado del bloque europeo, que es el que deberá decidir si vuelve a abrir la puerta a unas nuevas negociaciones, mientras la fecha de salida del Reino Unido de la UE cada vez está más cerca. Por su parte, Juncker responde a Theresa May que Bruselas no negociará el Brexit, lo cual me parece una postura digna. El acuerdo de retirada sigue siendo el mejor y único acuerdo posible, ha subrayado tras la votación ayer en el Parlamento británico.

Por otro lado, se cumplieron  las expectativas relativas a la Fed que indicaba que se tomará un respiro en el proceso de subidas en los tipos oficiales, a la vez que señalaba que será flexible en la reducción de su balance. Powell incluso abre la puerta a que el próximo movimiento sea un recorte de tipos. Por su parte, Klaas Knot (miembro del comité del BCE) señalaba que no ve signos de que la economía pueda caer en recesión en la Eurozona ya que la capacidad de utilización es alta y el desempleo bajo. Por contra, el presidente del Bundesbank, Weidmann cree que la desaceleración en Alemania se alargará durante el 2019, volviendo a sus niveles potenciales en 2020.

A  nivel doméstico, me merece consideración el hecho de que Hacienda suavice la aplicación de la tasa Tobin para los grandes fondos y brókeres. El saldo neto de las operaciones intradía se podrá calcular entre diferentes Bolsas. Con esto, el Gobierno de Pedro Sánchez ha intentado levantar los recelos de buena parte del mercado español con su proyecto para gravar las transacciones de acciones españolas con una tasa del 0,2%. El texto salió a consulta pública en octubre y este enero obtuvo el visto bueno del Consejo de Ministros, que remitió el texto corregido al Congreso. Es aquí donde Hacienda ha hecho un pequeño guiño que tratará de salvar parte del rechazo de los grandes inversores.

Confieso que me duele mucho contemplar que continúa el conflicto en el mundo del Taxi, si bien los taxistas de Madrid renuncian a la precontratación en su propuesta.

Los taxistas de Madrid han puesto encima de la mesa una nueva propuesta que no incluye el requisito de la precontratación del servicio de los vehículos de transporte con conductor (VTC) con un plazo de tiempo mínimo, principal escollo en las negociaciones. Renuncian a que la administración regional fije un tiempo mínimo para contratar el servicio de los VTC, su principal reivindicación, y lo dejan «al arbitrio» del Ayuntamiento. Sí han definido en el documento la captación de clientes y el regreso a base de estos vehículos tras dejar a un usuario. Con este nuevo documento esperan que la Comunidad no siga en su «cerrazón» y en su «prepotencia», para que pueda solucionarse el conflicto. En todo caso, el conflicto parece enquistado y la solución no es fácil porque las posturas están muy enconadas.

Opino que sigue siendo bastante triste que el 10% de los españoles más ricos sigue acumulando patrimonio en la recuperación económica. La concentración de riqueza del 10% de las personas más adineradas en España no ha parado de crecer desde la crisis económica y el estallido de la burbuja inmobiliaria y, con la recuperación de los últimos años, ha seguido su ascenso. Mientras que en 2005 este colectivo concentraba el 51% de la riqueza, en 2015 (último ejercicio con datos disponibles) supera el 57%. En cambio, las clases medias y las clases bajas concentran menos en 2015 que antes de la crisis. El primer grupo acumulaba el 40% de la riqueza en 2005 y en 2015 casi un 35% y el segundo (el 50% de la población menos boyante) solo tiene el 6% del patrimonio, frente al 9% de una década antes. Así se desprende de los estudios elaborados por la economista Clara Martínez-Toledano, que forma parte del Laboratorio sobre la Desigualdad Global, coordinado por el francés Thomas Piketty. Martínez-Toledano explica que esta tendencia se debe a que «las clases más pudientes han empezado a acumular más activos financieros que han experimentado una mayor revalorización». La brecha entre una clase y otra es contundente: en 2015, la media de riqueza neta por persona en el 10% más rico era de 833.218 euros, frente a los 18.979 euros del 50% menos beneficiado. Una de las peculiaridades de las grandes fortunas en España es que han invertido relativamente más en vivienda de que se ha hecho en países como, por ejemplo, Francia, lo que ha moderado el aumento de la concentración de la riqueza durante la crisis en comparación con otros países, puesto que el grupo más boyante también se ha visto considerablemente afectado por la caída en el precio de la vivienda.  En la recuperación económica se ve que el colectivo más rico acumula en 2015 un porcentaje más elevado del patrimonio inmobiliario que durante el boom, a diferencia de las clases medias y pobres que tienen una menor fracción, explica Martínez-Toledano. Así, el 10% de personas más ricas concentran en 2015 el 30% del patrimonio inmobiliario, cinco puntos por encima de este porcentaje diez años antes. En cambio, el grupo más pobre apenas llega a tener el 10% del patrimonio de inmuebles, dos puntos por debajo de lo que poseía en 2005.

A nivel corporativo, destaco que Santander gana un 18% más en 2018 por Brasil y España y cumple su plan estratégico. Brasil y España, con la aportación de Popular, impulsan los resultados. La unidad de consumo ya genera tanto como Reino Unido ante el bajón de la filial británica. El banco quiere elevar su rentabilidad hasta el 15% y el capital hasta el 12% a medio plazo. En efecto, Santander ganó 7.810 millones de euros en 2018, un 18% más que el ejercicio previo. El efecto divisa ha penalizado la cuenta, ya que a tipos constantes el alza sería del 32%. En positivo, no obstante, el beneficio se ha visto favorecido por las menores cargas extraordinarias. El grupo ha realizado en los últimos doce meses dotaciones atípicas por 254 millones (fundamentalmente, costes de reestructuración en España, el Centro Corporativo, Portugal y Polonia) frente a los casi 900 millones cargados en 2017 por la adquisición de Popular y el deterioro del fondo de comercio de su unidad de consumo en EEUU. Excluyendo estos impactos, el beneficio ordinario sube un 7,3%, hasta 8.064 millones (+18,5% sin tipo de cambio).

Me preocupa la advertencia de Bruselas sobre que los Presupuestos de Sánchez podrían incumplir las reglas fiscales de la UE. Dombrovskis y Moscovici celebran, no obstante, que los Presupuestos incluyan un objetivo de déficit del 1,3% del PIB para este año, frente al 1,8% que recogía el borrador anterior. La Comisión Europea ha advertido de que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019, al igual que el borrador que evaluó en noviembre, corre el riesgo de incumplir las reglas fiscales europeas, aunque ha apuntado que no realizará un nuevo análisis en profundidad de las cuentas porque no contiene «diferencias significativas» con respecto al documento preliminar que el Gobierno envió en octubre de 2018. Así se ha expresado en una carta, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para el Euro, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, dirigiéndose a las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y de Economía, Nadia Calviño,

Por su parte, el Banco de España pone en duda la previsión de ingresos de los Presupuestos. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, subrayó esta semana que la estimación de ingresos tributarios y cotizaciones sociales, que según el Gobierno crecerán este año un 8,2%, está sujeta a «riesgos a la baja significativos». Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos, Hernández de Cos aludió al cambio en la liquidación del IVA propuesto por el Gobierno, que corrige una modificación de 2017 y que, según el Ejecutivo, permitirá contar este año con una recaudación por este impuesto equivalente a trece meses en lugar de doce. Esto se traduciría, según el Gobierno, en unos 5.000 millones adicionales en ingresos, que se distribuirían a partes iguales entre la administración central y las comunidades autónomas. Los 2.500 millones del Estado se utilizarían para compensar el ajuste del déficit público mayor del previsto -en el caso del Estado, 0,3% en lugar del 0,4% del PIB- y para mitigar el retraso en la aplicación de nuevas medidas tributarias, según el Gobierno. Sin embargo, el gobernador señaló que «la mayor recaudación del nuevo SII del IVA no se traslada a las magnitudes de contabilidad nacional», que se calculan por el principio de devengo. Es decir, que aunque se ingrese más, no puede contabilizarse a efectos de déficit, porque para ellos se tiene en cuenta cuándo se produce el hecho que da lugar al pago y no a cuando este se efectúa. Por ello, igual que el cambio de 2017 no afectó al cálculo del déficit, tampoco lo hará en 2019.

De todo lo referido anteriormente, sin duda, la advertencia de Bruselas me parece lo más preocupante y estimo que las ministras del ramo afectadas deberían tomárselo muy seriamente, como no podría ser de otra manera. Dado que ostentan esos altos cargos, deberían obrar con la responsabilidad debida a tan alto rango.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.