Sombrío panorama económico mundial

Esta pasada semana ha estado caracterizada por mucha volatilidad en todos los mercados. Tras conocerse el dato de inflación de septiembre en la jornada del jueves, más alto de lo esperado, los índices de Wall Street abrían con caídas pronunciadas que posteriormente conseguían revertir antes del cierre de sesión repuntando entre un +2,2% y +2,8% en el día. Las bolsas europeas seguían la estela alcista de Wall Street en la jornada del viernes. La semana concluía con ligeros descensos en las bolsas europeas, con el IBEX cayendo un -0,7%. Por sectores europeos, el sector retail lideraba las subidas (+3,8%) mientras que el sector tecnológico se veía como el más perjudicado (-4,9%).

Muy destacable también a nivel europeo que la locomotora económica de la UE, Alemania, admite que entrará en recesión y desata los temores en Europa. El Gobierno prevé una caída del 0,4% del PIB y una inflación disparada al 7%. La economía alemana, zarandeada por una grave crisis energética, se encamina hacia un complicado año 2023, en el que sufrirá una recesión con una caída del PIB del 0,4% y una inflación del 7%, según las previsiones del Gobierno anunciadas esta pasada semana.  La causa de este vuelco en las previsiones económicas ha sido el corte de gas ruso y los altos precios de la energía resultantes. Esos precios elevados impulsan la inflación, afectan a la producción industrial y se espera que hagan descender el consumo energético en los hogares. Esta revisión a la baja de previsiones del Gobierno tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales del canciller Olaf Scholz confirma los pronósticos notificados la pasada semana por el FMI, que también prevé recesión para Alemania en el 2023.

A nivel del FMI, como digo, tampoco hay buenas noticias para España, porque sitúa el deficit de nuestro país por encima del 4% durante cinco años. De hecho, el FMI prevé que un tercio de las economías se contraigan en 2023. El Fondo recorta nueve décimas el crecimiento de España para el año que viene, hasta el 1,2%. Panorama sombrío, por tanto, como señalo en el titular del blog en el día de hoy. Más de un tercio de las economías mundiales se contraerán en el 2023 y las tres grandes -EE.UU., China y la Unión Europea- continuarán estancándose. “Lo peor está todavía por venir y muchas personas se sentirán en recesión el próximo año”, alerta el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la revisión de octubre de sus perspectivas globales. Habrá que estar muy atentos a Pekín, cuyo frenazo por la política de covid cero y el pinchazo inmobiliario puede arrastrar al resto del planeta, contagiando a través de las cadenas de suministro y el comercio.

A nivel doméstico, se ha dado vueltas al tema de la revalorización de las pensiones en un 8,5%. La decisión del Gobierno ha generado un intenso debate entre economistas de diferente procedencia, también entre los cercanos al PSOE. Es ley y el Ejecutivo defiende que pacta sunt servanda. Las máximas, además, están topadas, recordó María Jesús Montero. El PP apoya. Pero su coste –12.430 millones– ha encendido las alarmas del gremio académico, que cree que sería interesante buscar fórmulas para tiempos extraordinarios. Esta decisión ha traído mucha polémica entre los economistas, dado que no todos pensamos que sea una medida acertada aplicada de tal forma.

El descuento en la factura de la luz se aplicará a familias que ganen hasta 28.000 euros al año.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha afirmado que también podrán acceder a este descuento personas solas que ingresen 16.000 euros y parejas que ganen 20.000. Teresa Ribera ha informado esta semana que las familias con ingresos de hasta 28.000 euros anuales podrán acceder a descuentos en luz y gas. «Los bonos [eléctrico y térmico] llegan a alcanzar a familias cuya renta en conjunto está en torno a los 28.000 euros. Se está trabajando en las medidas excepcionales que están vinculadas a esta crisis, así que se podrán mantener hasta finales de 2023. Según ha explicado la vicepresidenta, además de estas familias, aquellas personas solteras que ingresen hasta 16.000 euros y parejas que ganen 20.000, también podrán acceder a un descuento del 40% en la factura de la luz. De esta forma, la vicepresidenta especifica quiénes son las personas que entran en la categoría de «hogares con trabajadores con bajos ingresos», que se verán beneficiados por las ayudas anunciadas esta pasada semana por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En total, el Ejecutivo movilizará 3.000 millones para hacer frente a la crisis energética, con 73 recomendaciones y medidas. Entre ellas, se encuentra la creación «temporalmente» de una nueva categoría de consumidores eléctricos con derecho a un descuento del 40% en sus facturas que será destinado a aquellos «hogares con trabajadores con bajos ingresos», con el que se calcula llegar a 1,5 millones de hogares adicionales. El bono social eléctrico se reforzará para aumentar un 15% la cantidad de energía con derecho a descuento. También se incrementará el porcentaje de descuento hasta el 65% y 80% para familias vulnerables y vulnerables severas, respectivamente. Esta medida acarreará un coste de unos 255 millones. A su vez, se reforzará el Bono Social térmico en 2022 y 2023 para los hogares vulnerables. La ayuda para el pago de la calefacción en los hogares de menores rentas duplicará su presupuesto, al elevar el importe de la ayuda mínima a 40 euros – equivalente al coste de dos bombonas de butano, puso Sánchez como ejemplo- y elevar el importe de la ayuda media hasta los 375 euros por hogar.

A nivel fiscal, destacar que Madrid aprueba definitivamente la bonificación hasta el 25% del impuesto de sucesiones y donaciones.

La medida beneficiará 11.500 contribuyentes obtendrán un ahorro de 48,3 millones. El Pleno de la Asamblea de Madrid aprobó esta semana con el apoyo de PP y Vox la ley que amplía hasta el 25% la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones entre hermanos, tíos y sobrinos. Durante su intervención, el consejero de Economía, Hacienda y Empleo, Javier Fernández-Lasquetty, recordó que se trata de la quinta ocasión en la que se reduce este tributo desde el año 2004, «abriendo un periodo de bajadas de impuestos que ha seguido hasta la actualidad». Hasta ahora la rebaja entre hermanos era del 15% y entre tíos y sobrinos llegaba al 10%. Con la nueva medida ratificada este jueves se generará un ahorro fiscal de 48,3 millones de euros anuales que beneficiará a cerca de 11.500 contribuyentes. Así, una persona que herede, por ejemplo, 200.000 euros de un hermano o tío fallecido, podrá llegar a ahorrarse hasta 12.000 euros sobre la cuota tributaria. La norma entrará en vigor este mes tras su publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. En la actualidad, para parientes de primer grado, como puede ser entre padres e hijos o entre cónyuges, la bonificación en sucesiones y donaciones es del 99%. Desde la entrada en vigor de la misma, en 2006, se ha incrementado el número de autoliquidaciones del impuesto un 178% para sucesiones y un 1.400% para donaciones. Según Fernández-Lasquetty, un total de 965.000 personas se han beneficiado de la bonificación aplicada a los parientes de primer grado, de los que 748.000 «recibían una cantidad inferior a la media», por lo que rechazó el argumento de la izquierda de que esta rebaja fiscal solo beneficia a las rentas más altas. Sin embargo, el diputado socialista Fernando Fernández Lara denunció que, con esta iniciativa, la Comunidad de Madrid deja de ingresar miles de millones de euros por las bonificaciones en el Impuesto de sucesiones y donaciones. La diputada de Más Madrid María Pastor criticó el Gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso argumentando el ha convertido en motor económico los «regalos a ultra ricos». Por otra parte, el diputado de Vox José Luis Ruiz Bartolomé dio su apoyo a esta bonificación, pese a que su exigencia era aumentarla hasta el 99%, y consideró «insuficiente» esta iniciativa del PP, a cuyos dirigentes acusó de ser «liberales de boquilla».

Las pensiones disparan el gasto de la Seguridad Social a 204.000 millones de euros.

Ante esta situación, distintos economistas aportan visiones diferentes. Rafael Doménech, responsable de BBVA Research, ofrece otra visión. Cree necesario lograr un acuerdo para blindar las prestaciones mínimas y reformas del modelo por arriba. Su principal preocupación es la estabilidad del sistema. El ministro del ramo, José Luis Escrivá, rebate este diagnóstico al asegurar que el sistema aguanta perfectamente y que van a cumplir la ley. “Nuestros pensionistas deben estar seguros de que no perderán poder adquisitivo”, ha subrayado. Por su parte, Daniel Fuentes, que trabajó en el departamento de asuntos económicos de Moncloa y ahora en Kreab, es favorable a la subida de todas las pensiones, pero propone una vía alternativa para las más altas: “La cuestión de cómo repartir el esfuerzo no puede considerarse independientemente del nivel de renta o riqueza, sea pensionista o no”. Y añade: “Veo la variable de ajuste en el sistema tributario, progresivo, con medidas excepcionales si la si­tuación lo aconseja, no en la erosión de las prestaciones sociales”. Plantea, por tanto, un posible impuesto excepcional para financiar estas situaciones.

El debate está abierto, pero solo en el plano teórico. El Pacto de Toledo es sagrado y los 9.015.737 pensionistas no perderán poder adquisitivo.

A nivel sectorial, destacar que se prevé un frenazo en la construcción. La inflación de materiales y el alza de tipos de interés rebajarán el inicio de obras entre un 10% y un 20% en 2022 y 2023. Las compañías no esperan una hecatombe porque el tamaño del sector ya está muy ajustado y se vende lo que se construye. A consecuencia de la crisis de suministros y del alza de tipos, el sector promotor ve cómo su actividad se reduce y se aleja de cubrir las necesidades de vivienda de obra nueva de la sociedad. A diferencia de la gran crisis del ladrillo iniciada en 2007, actualmente hay poca oferta residencial, por debajo de los deseos de las familias, lo que ha encarecido los precios. Por eso, las empresas no temen una debacle ni que tampoco los trabajadores acaben en la cola del paro a pesar de las incertidumbres que se avecinan por el esperado frenazo de la economía.

Definitivamente, el panorama económico se oscurece, tanto a nivel mundial como nacional. Afrontarlo con buen ánimo y sensatez en el gasto, es la mejor vía posible, en mi modesta opinión.

 SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.