Hogares y empresas ahogadas por la subida de tipos

En esta pasada semana, los índices de renta variable acababan la semana con bajadas notables en Europa (-3,7% EuroStoxx 50) y algo más moderadas en EE. UU. (-0,9% S&P500) gracias a la corrección relevante por los datos macroeconómicos de EE. UU. y los temas comerciales con China. Así mismo, el foco estaba en el dato de empleo del mes de junio que se publicaba esta misma semana y en el que las nóminas aumentaban en 209.000 (vs 230.000e vs 339.000ant) registrando el menor incremento desde diciembre de 2020, dejando ver que el empleo está empezando a sufrir. Por su parte, el desempleo caía al 3,6% desde el 3,7% del mes anterior, quedando en línea de lo esperado. En lo relativo a la deuda, la rentabilidad de la deuda pública aumentaba durante la semana de forma generalizada tras la publicación de las actas de la reunión de junio de la FED, que respaldan las expectativas de más subidas para estabilizar la tensión en precios.

En cuestión de política monetaria, las actas de la reunión de junio mostraban que la gran mayoría de los miembros de la autoridad monetaria respaldaban mantener el tipo oficial sin cambios en el +5-5,25% dado el elevado grado de incertidumbre respecto a la situación de la economía y la inflación, dotándose de tiempo para analizar sí más subidas serían necesarias. No obstante, la gran mayoría espera que el BC tenga que llevar a cabo más subidas antes de final de año para acelerar la moderación de la tensión en precios. En cuanto a las perspectivas económicas, las actas mostraban que esperan una recesión superficial que comience a final del 2023 y ven muy poco probable que fuera severa. En el mercado, la lectura no altera las expectativas de una subida de +25 pb en julio y los futuros continúan poniendo precio a que pueda haber otra adicional antes del final de año (+30% probabilidad).

A nivel doméstico, parece que la inflación está dando algo de tregua. Tanto en España como en la zona euro. Nuestro país sigue siendo alumno aventajado ya que el índice general ha sido de 1,9% y la subyacente de 5,9%. La media de la eurozona está significativamente por encima en el índice general (5,5%) aunque la subyacente es parecida (5,4%). El nivel medio del bloque del euro continúa relativamente elevado, aunque haya bajado. Preocupa la subyacente y la retroalimentación de la inflación por “efectos de segunda ronda” (por crecimiento de salarios), de la que hablan algunos representantes del BCE.

Sin embargo, la mala noticia y que destaco como titular del blog en el día de hoy, indudablemente es que la subida de tipos ahoga aún más a los hogares hipotecados con menos ingresos. 

El Banco de España constata un crecimiento del 7% al 9% de los hogares que no pueden cubrir sus gastos esenciales. La riqueza, poder adquisitivo y capacidad de ahorro de los hogares españoles se recuperan tras la crisis inflacionaria. A menos que se tengan ingresos bajos o préstamos a tipo variable, donde la situación es peor, sobre todo si se combinan los dos factores. Así lo constata el Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas del primer semestre presentado esta pasada semana por el Banco de España, que plantea la necesidad de desplegar medidas en las situaciones más urgentes, como la del 9% de hogares que no llega a cubrir con sus ingresos los gastos esenciales -alimentación, facturas y vivienda- “La renta nominal ha crecido notablemente en el último trimestre del 2022 y el primero del 2023, apoyada por la robustez de las rentas de trabajo y de la actividad económica”, explica el informe. Unido a “la mayor estabilidad de los precios de consumo” se ha podido “recuperar una gran parte del poder adquisitivo perdido desde el 2021 por la inflación” y el ahorro, aunque también por la contracción del consumo. Pero ampliando la mirada, la renta real, que se obtiene midiendo el impacto del IPC, aún no ha recuperado niveles precovid. Con estas subidas salariales y el tirón del empleo se ha dado un incremento de la riqueza bruta y un descenso “notable” de la ratio de deuda sobre ingresos, a niveles del 2003. “La riqueza de los hogares ha aumentado y se ha reducido su ratio de endeudamiento”. Lo primero se debe a la revalorización de activos financieros e inversiones, porque la vivienda, componente clave en la riqueza de las familias españolas, se ha desacelerado. Lo segundo, al incremento de ingresos, a una menor petición de crédito por su encarecimiento y a la amortización de deuda. Visto el panorama de subida de tipos, el que tiene un colchón ha preferido amortizar hipoteca al comprobar que las alternativas de inversión segura -depósitos principalmente- no eran tan atractivas por rentabilidad. Pero de nuevo, esto no se repite entre todos los españoles. “Los hogares con menor renta se encontraban en una peor situación para afrontar la inflación y el mayor coste de sus deudas”. Si hace unos meses el foco de preocupación era la inflación, ahora lo es la subida de los tipos de interés. El informe constata “la mayor vulnerabilidad de los hogares con menores ingresos ante el escenario inflacionista y de mayores tipos de interés”, lo que «podría recomendar» el despliegue de medidas focalizadas en su situación. Desde el arranque del año, con el encarecimiento de las hipotecas, “los segmentos más vulnerables habrían experimentado un deterioro mayor en su capacidad de devolución de la deuda o de hacer frente a otros gastos”. La subida de tipos ha disparado un 65% el coste medio del saldo vivo de préstamos de los hogares, que han pasado de pagar una tasa media del 2,3% a finales del 2021 a un 3,8% en abril del 2023. En este punto la entidad pone la atención en las familias con deudas a tipo variable, el 29%, y aquellas con rentas más bajas. Con la subida de precios y los tipos, en los hogares del quintil más bajo casi el 100% de la renta se va a gastos, sin apenas capacidad de ahorro. Esto se debe a que son más vulnerables a la inflación. En el 2020, el 55% de sus ingresos iba a bienes de primera necesidad (comida y suministros básicos como luz o agua). La cifra llegaba al 79% si se sumaba el pago de la hipoteca o el alquiler (los llamados gastos esenciales), más del doble que en un quintil medio. La previsión es que ahora para cubrir el peso de lo esencial necesiten el 87% de la renta bruta. Queda un margen mínimo para ocio, educación, viajes, ahorro… La situación hace que el 9% de hogares -1,68 millones en base a datos del INE- no cubra sus gastos esenciales con su renta, más que el 7% del 2020. La nota al pie es que en los cálculos no se han tenido en cuenta ayudas desplegadas como los cheques contra la inflación a hogares de rentas bajas, la subida de pensiones e ingreso mínimo vital o el código de buenas prácticas con la banca. Existe un grupo que lo tiene aún más difícil, que no consigue cubrir los gastos esenciales ni sumando el dinero que tiene en el banco a sus ingresos. Los hogares de rentas bajas y con deudas a tipo variable son los peor parados. “El impacto de la inflación y el aumento de los tipos de interés es más severo”. La situación se repite en el segundo quintil de menor renta. “La vulnerabilidad se concentra en los dos primeros quintiles, donde la fragilidad financiera (la incapacidad de afrontar los gastos mensuales con sus ingresos o saldos en el banco) es mayor y está más deteriorada”. En términos agregados la morosidad va a la baja. Los créditos dudosos caen un 23% interanual hasta marzo, al 3% del total, aunque suben los préstamos que las entidades ponen en vigilancia, un 18%, tanto para vivienda como consumo y ya representan el 6% del total. La subida de los tipos, con la tasa de referencia del Banco Central Europeo en el 4% y la previsión de nuevas subidas, está reduciendo la demanda de crédito de los hogares, sobre todo en hipotecas. “Desde el verano del 2022 se ha reducido significativamente la nueva financiación para adquisición de vivienda”, de acuerdo con el informe del Banco de España.

Para Pedro Sánchez, en campaña electoral, la economía va como una moto, pero me temo que para las economías domésticas y para las empresas, en especial pequeñas y medianas empresas que son las mayoritarias en nuestro país y con más problemas de financiación que las grandes empresas, la situación no es tan favorable. Ahí lo dejo porque así lo constata el comentado informe del Banco de España.

SUSANA ÁLVAREZ OTERO ES PROFESORA TITULAR DE ECONOMÍA FINANCIERA Y CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO E INVESTIGADORA VISITANTE DE LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE.