Una delantera gijonesa

Antes de que Mareo aglutinase en unas instalaciones la cantera sportinguista, el club gijonés se basaba, por norma general, en jugadores de la tierra, en su mayoría nacidos en Gijón. En la temporada 1950-1951, en la que los rojiblancos consiguieron el segundo ascenso de su historia a Primera División, logró reunir una delantera formada por jugadores gijoneses, si bien sólo lo hizo en un partido, en el que no participo, por lesión, el canario Campos, que era una de la figura del equipo. Los cinco gijoneses coincidieron en el encuentro del 21 de enero, en El Molinón, ante el Baracaldo. El quinteto ofensivo estaba compuesta por Cholo Dindurra, Ortiz, Prendes, Herrerita y Sánchez. Derrotaron al Baracaldo con un tanto de Cholo Dindurra. En aquella alineación estaban los también gijoneses Tamayo y Cabal. Completaron el ‘once el portero Sión, de La Felguera; el central Cástulo, de Las Palmas, y los centrocampistas Molinucu, de Sama de Langreo, y Ladreda, de Turón