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Una marcha nocturna y otra diurna. Pero ambas repletas de ciudadanos que quisieron acompañar a los mineros en su propósito: llegar, primero a Sol, como meta física del fin de la marcha, y pocas horas después, a la sede de Industria, como objetivo simbólico. En las dos, los mineros contaron con un apoyo que en ningún momento se esperaban mientras hacían la marcha. La sensación de que en Madrid no encontrarían nada parecido a los recibimientos de Ciñera o La Robla se vino abajo. La entrada en Sol solo puede definirse como triunfal. Las lamparas mineras alumbraron una capital a oscuras.

A las once de la mañana, Colón era un hervidero. La minería era la protagonista, pero muchos colectivos afectados por recortes (sanidad, educación, bomberos, parados), así como los autobuses procedentes de las cuencas mineras, abarrotaron la Castellana. La marcha negra ya no caminaba sola. Madrid se aprendió el ‘Santa Bárbara bendita’ y lo coreó noche y día.

Sin embargo hubo una cara negra de la marcha, y fueron los enfrentamientos entre manifestantes y policías, que se simultanearon con los discursos de los líderes sindicales. Como indica Concepción Alonso, minera del Pozo Carrio “yo no me vi  afectada, a los de la marcha nos llevaban a todos juntos”. Y los disturbios se produjeron muchos metros atrás.

Ahora, a cada integrante de la marcha minera le queda reposar en su hogar y esperar a que Soria mueva ficha.

Puertos, meseta, pueblos vacíos, recibimientos calurosos, polideportivos…todo queda ya atrás, en el recuerdo de esta tercera marcha del carbón. Aunque aún le falta llegar al corazón de Madrid, en Puerta del Sol, lo que ocurrirá alrededor de medianoche. Ya no hay distingos entre marchas, puesto que pasadas las cinco y media de la tarde, a las puertas de la Urbanización Rosa Luxemburgo, en Aravaca (Madrid), ambas columnas -la de Aragón y la de Asturias y León- han unido sus manos, como símbolo de una conjunción de fuerzas que a partir de este momento caminarán juntas para alcanzar un mismo objetivo: el Ministerio de Industria.

Llegada de los mineros aragoneses a Aravaca :: E.M.

Allí terminará la manifestación de mañana, pero antes, en la denominada noche minera, más de doscientos mineros de toda España alumbrarán las calles de la capital con sus lámparas.

El momento de la unión ha sido emotivo pero breve, puesto que todos tienen ya la cabeza puesta en el recorrido de esta noche. Se han visto apretones de mano, abrazos, voladores a modo de salva, y el Santa Bárbara bendita, himno minero, entonado a muchas voces.

“Mi familia estuvo mantenida por mineros durante más de cien años, yo hoy tenía que estar junto a ellos”. Tan emocionado o más que los propios trabajadores del carbón, José Ángel Hevia interpretó, en primer lugar, el “Asturias Patria Querida”, y después, rodeado de puños en alto,  un “Santa Barbara bendita”, himno de la mina,  tan sentido como inesperado a la llegada de la columna asturiana a Aravaca.

Aquí dormirán esta noche, en el colegio público de la urbanización promovida por la filósofa marxista Rosa Luxemburgo. No en vano, se trata de una vecindad con un notable poso ideológico de izquierdas, como reconoce cualquiera de las personas que en los bares aledaños se afanan en preparar bocadillos y tortillas desde las siete de la mañana. “Y eso que ya estuvimos empanando los filetes ayer”, puntualizan. “Aquí somos todos funcionarios, trabajadores, proletariado. Y a mucha honra”, afirma uno de ellos mientras va a buscar más pan. Gracias a la asociación de esta comunidad, ACROLA, los mineros tiene resuelto el alojamiento hasta el miércoles, y esta noche tendrá lugar un acto de confraternización,  desde las nueve a las doce de la noche, entre mineros y artistas. Se espera la presencia de Pilar Bardem, Willy Toledo, Inma Chacón, Víctor Manuel, Luis Eduardo Aute y Ana Otero, entre muchos otros músicos, actores y escritores.

Por la mañana, de camino, en la parada que se realizó en un pinar al costado de la A-6 dirección Madrid, los “bomberos quemados” repitieron pancartas y apoyos, y hasta hubo intercambio de cascos entre unos y otros. Ana Sánchez y José Sánchez, minera y bombero respectivamente, se dieron ánimo mutuamente. “A los bomberos también nos están recortando por todos lados, sobre todo en personal”, señalaba José con el casco de Ana todavía puesto.

Ana Sánchez, minera, y José Sánchez, bombero, comparten apellido y cascos :: Eva Mayordomo

Los cláxones, las sirenas de bombero y los pitidos de los coches fueron una constante toda la mañana, aupando a los mineros en su largo recorrido en esta penúltima etapa. Al minero Laureano Pérez le tocaba la fibra sensible tanta demostración porque “no se esperaba” tal calor – en sentido figurado- a su llegada a Madrid. José Manuel Alves reconocía abiertamente que el recibimiento era muy conmovedor.”Se te levantan los pelos de punta, anima más todavía si cabe”.

Por la noche, una variada representación del mundo de la cultura les ha arropado en un acto de confraternización. Pilar Bardem, Willy Toledo, Marta Sanz, Ana Otero, Víctor Manuel…así, hasta conformar una nutrida delegacion de escritores, actores y músicos que, en vez de ponerse la “ceja”, dieron tira.

Daniel Robledo y Cristian Menéndez, de Pozo Carrio, entraron a la vez y con paso decidido en un túnel de Guadarrama perfectamente iluminado. “Hola…ya estamos aquí…”, se escucha entre ecos, así como algún apelativo cariñoso para Soria. Puños en alto, pitidos y vuvuzelas marcan el fin del tránsito entre el camino que dejan a sus espaldas y lo que los mineros sienten como la meta. Del túnel se salió cantando “Santa Bárbara bendita”, de modo más solemne que nunca, ayudado este himno minero por la reverberación de la oquedad.

Lejos de desfallecer, en esta etapa lo han tenido todo para llegar al corazón de Madrid con los ánimos en alza. Para empezar, la columna asturiana, leonesa y palentina, se ha visto incrementada en unas quinientas personas en la primera parte de la etapa. Y la masa de gente fue engrosándose tras abandonar Guadarrama, hasta llegar al millar de personas ya entrando en Villalba. En su mayoría, cuadros sindicales de UGT y Comisiones Obreras, pero también se unieron “camisetas verdes” en pro de la enseñanza pública, algunos afines al 15M, y vecinos de la zona.

Merece mención aparte un grupo de bomberos que apoyaron a los mineros con una pancarta que se preguntaba si los mineros estaban “en peligro de extinción” y les brindaba su apoyo, agradeciéndoles el “ejemplo” de espíritu combativo.

Bomberos en apoyo de la marcha minera

Así como la parada para comer el pincho que estuvo amenizado con sidra y música. La Banda de Gaitas El Cuélebre, de Parla, cogió sus instrumentos a los pies del Guadarrama y no la soltaron ni para conducir: del coche salieron ya tocando, desde el mismo aparcamiento de un centro comercial próximo, para recibir a los mineros nuevamente en su destino final del día. Provocando el estupor del guardia de seguridad, que parecía hallarse a medio camino entre llamarles la atención y sacar su móvil para grabarlos.

El caso es que, de manera unánime, este recibimiento tan asturiano fue ampliamente agradecido por la marcha del carbón, con paseíllo incluido. Más de uno reconoció que no se lo esperaba y que le ponía la piel de gallina.

En esta etapa ha estado presente Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, así como el nuevo coordinador general de Izquierda Unida de Asturias, Manuel Orviz, acompañado por su predecesor en el cargo, Jesús Iglesias. Orviz ha señalado que de esta lucha “depende el futuro de las comarcas mineras y de toda Asturias”. Lara, por su parte, se fijaba en las reacciones: “Han caído muchas lágrimas con el homenaje del paseíllo a la llegada, porque el sector de la minería despierta muchas simpatías, hay una especial sensibilidad hacia él”.

La columna, hoy, con el apoyo extra de gente, que en Guadarrmana llegaba al medio millar

Una vez duchados y con la tarde por delante para descansar, los mineros de Carrio, Daniel y Cristian, se enfundan las camisetas de sus equipos del alma: Real Oviedo y Sporting. Unidos en el camino para superar cuestas y túneles, pero el fútbol…es otro cantar.

El Real Oviedo y el Sporting van de la mano por la causa minera, gracias a Daniel Robledo y Cristian Menéndez

La carretera N-VI que une Villacastín con San Rafael transcurre sinuosa entre tierra seca, matorrales y piedras, con cuestas larguísimas que suben y bajan, conformando el escenario ideal para los toros de Osborne.  Y poniendo a prueba las rodillas, los tendones y los músculos tibiales de los mineros.

La marcha negra supera las cuestas de la carretera en la etapa número dieciséis:: E. M.

Según Cruz Roja, en esta etapa cinco o seis han tenido que subirse a los vehículos con hielo en las partes inflamadas, imposibilitados para culminar la jornada. Muy contra su voluntad.  Pero al menos no se han llevado el susto de Óscar Villa, un leonés de La Robla, que sintió como su brazo empezaba a brotar con una erupción “enorme”. Subió a la ambulancia, y en ella se desmayó. Con las sirenas sonando, se sembró la alarma por unos instantes, pero a los pocos minutos ya se hallaba tendido en una camilla improvisada en el polideportivo, atendido por Chema, el exmédico de Hunosa que está de voluntario en la marcha.  Tras una dosis de corticoides y dos bolsas de suero después, “como nuevo, mañana más”, comentaba el propio afectado. Se perdió el recibimiento en San Rafael, pero no la comida de hoy, netamente asturiana, gracias a los donativos de La Peral, con doce quesos, y a los doscientos kilos de Xata Roxa que incluso daban a elegir entre carne de ternera asturiana a la plancha o guisada.

Doce quesos de La Peral han sido regalados a la marcha :: E. M

En la comida se presentó el alcalde ´popular’ de la localidad segoviana, que se mostró solidario con la marcha, obteniendo un aplauso generalizado. “A ver si no lo echan”, se oyó comentar en las mesas con cierta preocupación.

Francisco Eloy Jorge Gómez, alcalde del PP, da la bienvenida a la marcha del carbón a su municipio :: E.M

En la etapa de hoy, un autobús de Langreo cruzó la meseta bien entrada la noche para acompañarlos en este décimosexto día, y ocho compañeros de filas del Caudal viajaron expresamente para echar una mano con tenedores, manteles y servilletas.

Los familiares de Xata Roxa también bajaron a Madrid a ayudar con la comida :: E.M

También estuvo integrado en la marcha Maximino García, secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras de Asturias. Se mostró partidario de “rebajar la tensión” y que la lucha minera no se convierta en un “enfrentamiento entre policías y nosotros. La Policía no es el enemigo”, zanjó, porque a su juicio esta imagen puede “debilitar” el apoyo de la gente. Eso sí, “los piquetes no van a acabar”, recordó. El martes habrá varias reuniones a nivel sindical con el objetivo de “cohesionar” propuestas para “reorientar” las acciones de los mineros, que “no terminarán” el día 11 en Madrid.

La llegada a Madrid no será el fin de las movilizaciones si no hay resultados :: E.M

En lo que respecta a la manifestación en las calles de la capital española, que discurrirá por la Castellana desde Colón a las puertas del Ministerio de Industria, Juanjo López, que será el encargado de la seguridad de la protesta por parte del SOMA ese día, se atreve a cifrar en “más de cien mil” las personas que acudirán a apoyar a los mineros en sus reinvindicaciones. Señala que han “recibido llamadas” de muchas asociaciones, movimientos, y gente particular que quiere brindarles su apoyo. Le preocupa la seguridad, aparte de porque sea su responsabilidad, “porque tengo claro que la gente a la mínima puede saltar, la otra vez fue por unos bollos preñaos”, apunta. “En estas últimas 48 horas las cosas se han puesto muy mal en Asturias”, comenta preocupado. Mientras llega el miércoles y no, continúa repartiendo bollos preñaos desde el camión de la intendencia, pero de los que se comen y no de los que son arma arrojadiza.

“Mi sobrina estaba asustadísima”. La joven Alba Prieto, como tanta gente de Pola de Lena durante la noche, salió a la calle a ver qué pasaba y a hacer fotos de la batalla campal que se estaba produciendo en su villa. Y se las mandó a su tío, Manuel Suárez, que muestra las instantáneas recibidas en su móvil con conexión a Internet. “Las hizo  y se metió en casa, tenía miedo”, explica. Hoy él se encuentra haciendo el tramo Sanchidrián-Villacastín, como siempre, ayudando con el avituallamiento de la marcha minera. Pero muy pendiente de su familia en Pola. “Creo que fue una cosa tremenda”, asegura.

Disturbios en Pola de Lena, esta madrugada :: Alba Prieto

La noticia de los enfrentamientos se ha vivido con preocupación, que se suma al cansancio, el recuerdo de los compañeros encerrados, y también del accidentado en Cerredo. Y a las ganas de llegar a Madrid. Todo un combo de sentimientos que acabarán por confluir en una marcha nocturna. El día 10 llegarán a meta alumbrando con las lámparas de los cascos, apoyados por diversos colectivos en un recorrido hacia Sol. Harán noche en la Ciudad Universitaria. Previamente, habrán partido de Aravaca, donde pernoctarán gracias a la Asociación Rosa de Luxemburgo, que les facilita locales. El caso es que, en la décimoquinta jornada de marcha negra, los mineros empiezan a ver la luz al final del tunel, aunque solo sea en el sentido de terminar la caminata. Porque de otro modo, el objetivo último de sus medidas de presión sigue sin dar frutos. Por ello es palpable en la columna asturiana una determinación y una rabia contenida que se revuelve con imágenes como las captadas por la sobrina de Manuel Súarez.

A la escalada de tensión se han referido los líderes sindicales autonómicos de UGT y CC.OO, Justo Rodríguez Braga y Antonio Pino, usando términos como “alarma social”, “tensión” y “excesos de la policía donde hay ciudadanos y niños que pagan los desmanes”. Ambos llegaron de Asturias más tarde de lo que tenían previsto debido a que se vieron afectados por el corte en la A-66 por barricadas.

Y el lado bueno de caminar un mínimo de cuatro horas al día es la experiencia de grupo que todos están viviendo. En la recta final de la marcha del carbón, ya hay quien tiene camisetas conmemorativas. Y no faltas de cirta sorna. En el caso del círculo de amistades del minero Diego González, una camiseta que desgrana el rol de cada compañero en la marcha. Está el que siempre sale en los medios, la que no quiere que le graben los maltrechos pies para que no lo vean en casa y la manden de vuelta, el que se encarga de organizarles la vida, el líder…con gran parte del camino recorrido ya es el momento de recordar con humor las peripecias de cada uno, y vestirlas es la forma elegida por Diego y los suyos.

Diego enseña la camiseta de recuerdo de la Marcha del carbón 2012 ::E.M

Hoy descansan en San Rafael, y mañana repetirán. Pese a haberse ofrecido el Consistorio de Villacastín a alojarlos, las instalaciones municipales no eran suficientes para que cupieran todos con comodidad. Sin embargo, en el lugar elegido de San Rafael, las llaves a distancia de los coches no funcionaban en las inmediaciones del polideportivo que les acoge, y hubo quien se preguntó en voz baja si sería cosa de inhibidores de frecuencia.

Pancarta de apoyo en las instalaciones de Villacastín ::E.M

Cinco kilos de espíritu navideño para la marcha del carbón :: EVA MAYORDOMO

¿Qué le puede venir bien a la marcha del carbón? ¿Qué puede apetecerle a un minero después de una jornada de más de treinta kilómetros bajo un sol abrasador? “Polvorones” seguramente no sea la respuesta más común, pero Germán González cogió de buena gana la caja de mantecados que una señora le ofreció el pasado lunes. “Casi se me cae, no parecía tan pesada”, comenta. Y es que son cinco kilos de dulce español que se cuentan entre los donativos más originales que recibe esta marcha. A lo más reciente hay que añadir dos paraguas, que este miembro de la intendencia obtuvo de manos de otra señora mayor con la consigna de que se los llevara, “que iba a llover”, recuerda Germán. De momento no ha ocurrido, aunque sí que es cierto que en la décimocuarta etapa, la temperatura ha refrescado bastante. Junto a los dos paraguas y la caja de polvorones están todas las cosas, principalmente alimentos y bebidas, que la gente entrega desinteresadamente a los organizadores. Muchas veces, literalmente sobre la marcha. “Se me acercan a la furgoneta y me dicen, toma, esto para vosotros. Yo lo cojo todo y lo meto en el vehículo”. Aparte de para albergar los víveres, su furgoneta sirve para animar a los mineros con música y consignas. “Cuando me voy para atender algún asunto de alojamiento o lo que sea, y vuelvo, ya me están reclamando levantando los bastones”, afirma. Y hay que darle al “play” para que suene “Santa Bárbara bendita” a todo trapo.

Los músculos se resienten, es necesario realizar estiramientos al llegar a la meta cada día:: E.M

A Víctor Manuel Segura también le llueven los donativos de vez en cuando, aunque tampoco son para él. Es el encargado de coordinar los equipos de Cruz Roja junto al 112 procedente de Asturias. “Te viene gente a la ambulancia directamente con cien euros en la mano y te dice, tomad, para las medicinas”, relata. Esta especie de copago solidario no viene mal para facilitar “el trabajo de los voluntarios que están aquí”, y que tienen mucho que faenar. “A veces se apelotona la gente esperando a que les curemos las ampollas, las tendinitis”, pero con “organización y voluntad” consiguen atenderlos a todos. Hasta la fecha, el caso más grave fue a un miembro de la marcha con asma alérgica “que empeoraba a medida que nos acercábamos a Madrid, hasta que tuvo que retirarse”. También ha habido abandonos  por problemas musculares y  bajones de tensión. Víctor, además de gasas y y mercromina, también reparte consejos, que pese a su sencillez, revisten gran importancia para soportar el día a día sobre el asfalto: hidratarse aunque no sientan necesidad de beber, estirar antes y después de caminar, además de darse una buena ducha. Y pasar por la ambulancia si se necesita para ultimar la puesta a punto.

La etapa de hoy, de 24 kilómetros, ha dejado a la marcha del carbón a solo 100 de las puertas del Ministerio de Industria. Además se han beneficiado se la bajada de las temperaturas, e incluso de un cielo parcialmente nublado que les ha facilitado las cosas.”Yo firmaba por que fuera así hasta la capital”, se oía.

El secretario de organización de la FSA, Jesús Gutiérrez, se prepara para seguir caminando la décimocuarta etapa de la marcha del carbón

Y tanto. Quien sabe si acabará lloviendo y haciendo necesarios los dos paraguas de reciente donación.  “La gente da lo que tiene”, agradece Germán. Además de las posibles incidencias meteorológicas, son muchas las comidas resueltas gracias “a la solidaridad” de la gente. Y de ahora en adelante, unas cuantas meriendas.

“Ánimo, Pepe”

José María Pérez miraba esta mañana a la marcha a su paso por Ataquines, con un agridulce sentimiento de resignación. Vestido con camisa y vaqueros, en vez de camiseta sindical, casco y deportivas, explicaba que ha tenido que abandonar la marcha. “Yo por mí estaba ahí, y hasta Madrid, pero no ha podido ser”. La factura física le estaba saliendo demasiado cara, y todavía quedan largas jornadas bajo el sol. “Por eso sigo viniendo a animarlos”, explica. Un aliento de ida y vuelta. Cuando pasan los mineros de la zona suroccidental de Asturias, sus compañeros de Cerredo lucen el lema “Ánimo, Pepe”. Va por él.  Saben que no es fácil abandonar el grupo y volver para casa, el orgullo y las ganas de luchar tiran. Pepe les aplaude emocionado, y ellos a él.

Estampa ya habitual en las etapas de Castilla y León :: EVA MAYORDOMO

Más adelante, la marcha minera se detiene en un área de servicio en Palacios de Goda, y cuando superan el cartel que marca la entrada a Arévalo (aunque aún les falten cuatro kilómetros para el polideportivo donde duermen), la diputada regional de Izquierda Unida, Noemí Martín, se une a la marcha. “No lo he hecho antes porque soy consciente de mi tono físico, pero aún así quiero hacer una parte de la etapa junto a ellos”, comenta, ya con el chaleco reflectante puesto. Recuerda que luchan “no solo por sus trabajos, si no por los de mucha gente”.

Hoy también han querido estar junto a ellos al principio de la marcha del carbón los alcaldes de Pola de Lena, Mieres y Villablino. Además de Laura González,  exconsejera y exeurodiputada. Hay una madre preocupada por su hijo, José Luis Fernández Roces, que participa en la marcha, y a quien ha venido a apoyar especialmente. No es que lo necesite, ya que “está de caminar”, asegura su progenitora, y es de los que, tocando madera, no ha de lamentar lesiones ni ampollas demasiado problemáticas.

De ello se ocupa, entre otros, un quiromasajista de reciente incorporación a los equipos de Cruz Roja que atienden a los mineros, y que lleva ya realizados más de ochenta masajes que suponen un gran alivio para los afectados.

Tertulia sobre la marcha del carbón en Arévalo

Tres periodistas, un presentador, una terraza, y una experiencia que compartir en primera persona a través de la radio.

Un momento de la grabación del programa, al aire libre, en Arévalo

Esta tarde hemos sido quienes acompañamos a los mineros día a día para contarlo quienes nos hemos puesto delante de los micrófonos. Se habló de cómo vemos a los mineros, de cómo les sientan las malas noticias procedentes de Bruselas, del apoyo, prácticamente inesperado, que están hallando en localidades lejanas ya de las cuencas mineras. Se nos pidió una opinión acerca de si creemos, viendo lo que vemos, que la marcha servirá para algo. La respuesta tuvo varias vertientes, pero todos coincidimos en que la minería se sabe símbolo de reivindicación obrera, que si ellos caen el movimiento sindical inevitablemente se reduciría, y que por eso, además de por la causa por la que luchan, no cejan en su empeño. Algo que corrobora el hecho de que sea fácil escuchar, mismamente en Arévalo, en un bar cercano al polideportivo donde hoy duermen, frases del tipo “teníamos que estar todos con ellos”, de boca de quien maneja la caja registradora. Como informadores en esta marcha,obligatorio es  pulsar a diario los ánimos de los mineros y de la gente que los recibe. La incógnita de qué pasará en Madrid la despejaremos, pero no en las ondas, sino sobre el terreno.

Entrada en Arévalo de la marcha del carbón :: E.M

“Los ánimos han ido subiendo poco a poco a lo largo de la mañana”, asegura José Manuel Alves, minero en Pozo Candín. Ayer hubo quien se fue a dormir con la moral tocada por la infructuosa reunión de Soria con los sindicatos, pero que tras una noche de sueño, una ducha y la comida, se levantó de mejor humor. Y a los que al despertarse todavía seguían “con un bajón muy grande”, fueron recuperando los ánimos poco a poco. “En días como éste, hay que hacer piña, si nos apoyamos unos a otros podemos con todo”. Lo dice un integrante de esta tercera marcha del carbón que cumple hoy diez días caminando. Una de las bajas se produjo en la etapa de Pajares por lesionarse un tendón , y Alves fue su reemplazo. Afirma que ese aliento tienen que dárselo también a los que ya no llegarán a Madrid. “Hay que decirles a los que algún día no pueden caminar, o incluso a los que se han visto obligados a abandonar, que los kilómetros que han recorrido también cuentan, que no piensen que no sirven para nada.” En estos casos, el sentimiento es color antracita. “Algunos se van llorando, como si hubieran fallado en algo. Y les decimos que no es así, que no es un fracaso”, cuenta con vehemencia.

La marcha, a su paso por Rueda

José Manuel ahora mismo se encuentra “como un cañón”. Hoy la etapa no ha sido muy exigente. El tramo entre Tordesillas y Medina del Campo apenas llega a los 24 kilómetros, pero mañana “hay que sumarle diez más. Piensa que son dos horas bajo el sol, y el calor va aumentando con el día”. Además, “se nota que ya estamos adentrándonos en la meseta, cada vez sube más el termómetro”. Eso, en lo que respecta a los inconvenientes. ¿Y los apoyos? Explica que “en casa me dicen que están orgullosos, claro que anima. Y lo que más ayuda es entrar, como hoy, en un pueblo, y que te reciban así. Eso sí que tira para arriba”. Añade que lo más temido no son las agujetas “que se pasan, y las cargas musculares también”, sino las ampollas en los pies. De momento, él está librándose.

Ciertamente, el recibimiento en Tordesillas tuvo una doble vertiente. La institucional y sindical, puesto que los recibieron Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, Secretarios Generales de CC.OO y UGT, que previamente les habían esperado en Rueda.

También José Ángel Fernández Villa, líder del SOMA FITAG UGT, y Maximino García,  cabeza de la Federación de Industria de Comisiones Obreras de Asturias,  así como la regidora de Tordesillas y representantes sindicales de la comunidad autónoma castellanoleonesa. Todos, al pie de los micrófonos, se esforzaron en hacerles llegar a los integrantes de la marcha en mensaje de que su lucha “es un ejemplo”. Pero también se pudo apreciar como muchos vecinos salieron al paso de la marcha para aplaudir a los mineros.

Mientras se masajea las piernas y los pies con pomada antiinflamatoria en el polideportivo donde hoy toca extender el saco de darmir, Juan Manuel Menéndez, un minero nacido en Turón que trabaja en la Hullera Vasco Leonesa, reconoce que “no se lo esperaba”. Antes de salir de las zonas mineras, muchos aceptaban de buen grado recibimientos como los de La Robla o Ciñera, totalmente volcados con la marcha, pero tomándolo como algo que terminaría al entrar en tierras castellanas.  El caso es que en los núcleos de población de cierta entidad, como Medina del Campo o Tordesillas, muchos ciudadanos han salido a las aceras para insuflarles aliento, mayoritariamente con aplausos. “La gente es lo que nos llena”, asegura Menéndez, “lo que más te anima y apoya, y eso que aquí ya no lo esperábamos”.

Mientras la marcha daba sus primeras zancadas, pasadas ya las siete de la mañana, “estábamos un poco revueltos”, reconoce. El debate, caliente. “Nosotros estamos cada vez más encendidos e indignados”, dice sobre la reunión de ayer. “Soria piensa que no tiene nada que perder, pero le vamos a demostrar lo contrario. A Madrid vamos a llegar sacando fuerzas de donde nos queden”. Este minero picador se encuentra en buen estado físico tras doce días de caminata “gracias” a las labores “duras” que está acostumbrado a desempeñar en el pozo, afirma. Pero cuando alguien del grupo se desmoraliza por las malas noticias, las ampollas o las lesiones… “Entre todos tenemos que tirar del carro”, zanja.